Esto que voy a contar sucedió hace 10 años cuando yo transitaba mis 48 años de una vida totalmente heterosexual, casado y con hijos, y tirándome de vez en cuando alguna canita al aire con alguna mina que se me cruzaba en el camino. Aconteció en el marco de un Congreso sobre Derecho Penal que se realizaba en la ciudad de La Paz, Entre Ríos. Un grupo de colegas, 7 en total, viajamos desde la ciudad de Córdoba para participar del mismo y como la capacidad hotelera del lugar estaba colapsada, nos hospedaron en un monasterio, cercado a La Paz.
Las condiciones de mismo eran limitadas, dado que solo contaban con amplios pabellones con 12 camas cada uno, que en uno de los extremos contaban con un baño también comunitario, con 12 duchas en línea, sin divisiones y los correspondientes wáter y lavabos. Nos hospedamos en uno de los pabellones que estaba también ocupado por 4 curas jóvenes y como arribamos tarde, procedimos a ducharnos para poder llegar a la cena de recepción que se servía a las 21 h. Cuando regresamos 3 horas más tarde, ya los curas estabas durmiendo y tratando de no molestar nos acostamos en las camas que teníamos asignadas.
Por el cansancio del viaje al instante me quede profundamente dormido. En medio de la noche, cosa que no es habitual en mi, me desperté y en la confusión del sueño sentía una respiración cerca y un peso sobre el vientre, algo que se apoyaba en la zona de la ingle. Tratando de despertarme un poco mas porque el sueño con la realidad se me iban mezclando todo el tiempo, sentí que algo se deslizaba por encima de la sábana en la zona genital. A medida que iba tomando mayor conciencia comencé a percibir que tenía la verga empalmada y algo presionaba suavemente sobre ella como acariciándola. También sentía una respiración agitada cercana a mi cara. Trataba de mantenerme en calma sin demostrar que me había despertado. Recién ahí me di cuenta que esa presión que sentía sobre mi verga dura era una mano que la estaba acariciando y dándole pequeños apretones como para percibir la dureza que tenía y que la respiración que sentía cerca de mi oído se iba alterando.
Trate de mantener la calma y poder entender que estaba pasando en medio de esa oscuridad que no me permitía ver absolutamente nada. La mano que se deslizaba sobre mi pija se notaba muy excitada, porque la respiración que escuchaba cerca de mi oído se iba acelerando. Por un instante deje de sentir la presión de la mano sobre la sábana, pero al segundo me di cuenta que la mano se había deslizado bajo la sábana y ya estaba apoyada sobre el bóxer presionando fuerte sobre mi pija que estaba a full, trate de controlar mi respiración que comenzaba a alterarse, sin lograr ver, ni entender qué era lo que estaba pasando.
La mano apretaba mi verga dura y buscaba meterse por la bragueta del bóxer para tomarme la pija directamente. Como al descuido afloje un poco las piernas para que su mano pudiera acceder, se asustó y la retiró, pero cuando sintió por mi respiración que seguía dormido, volvió a intentar introducirla con mucha delicadeza hasta que sentí que sus dedos entraban en contacto con mi pija, si bien era todo muy confuso para mi, reconozco que yo tenía una bruta calentura y que si seguía tocándome me iba a acabar. A él se le agitaba la respiración y por la forma que se sacudía la cama me daba cuenta que se estaba pajeando. Yo tenía la cabeza en blanco y no pensaba nada, solo sé que quería que me siguiera tocando.
Con mucha cautela la fue sacando por la abertura del bóxer, yo sentía que el glande estaba totalmente mojado y el jugo se me comenzaba a escurrir fuera del prepucio y cuando él lo sintió en su mano acerco la boca y lo comenzó a chupar con desesperación. Casi al instante me acabe en su boca mientras sentía por sus quejidos que él también se había corrido… Muy despacio introdujo mi pija dentro del bóxer y me echó la sábana encima y se fue apartando de mi cama. Quedé totalmente desorientado, nunca había vivido una situación semejante y por más que pensaba quién podría haber sido la persona, no encontraba respuesta.
Sería alguno de mis compañeros del Congreso? O sería alguno de los 4 curitas que dormían en el pabellón con nosotros? No podía dormir y al rato comencé a tener otra erección. Como a las 5 de la mañana recién me volví a dormir. Al día siguiente y cuando bajamos a desayunar al comedor del monasterio trataba de analizar los rostros de cada uno, tratando de descubrir quién había sido el que anoche me había hecho vivir esa experiencia tan extraña y diferente que me había sumido en una confusión de la cual no lograba despegarme. Todo estaba en relativa calma y no encontraba ninguna señal que me diera una pista firme.
Recién al ir a ducharme por la tarde al baño comunitario encontraría la pista. Al llegar con atraso a las duchas ya no quedaba ninguno de mis compañeros, solo un curita joven que no sobrepasaba los 27 años, que se encontraba haciendo la limpieza del mismo. Me desnudé y abrí la ducha, como ya explique las mismas estaban en línea, sin divisorios, ni cortinas, es decir, que cualquiera que ingresara a esa zona podía ver los cuerpos desnudos duchándose. En un momento dado que giré hacia la zona que estaban los lavabos pude ver que el curita me observaba detenidamente a través del espejo de los mismos. Su mirada no era casual ni inocente, era insinuante, casi descarada, lasciva y descarada.
Yo dispuesto a descubrir esa incógnita que me había perseguido todo el día, comencé a enjabonarme las zonas intimas y me asombre cuando noté que la pija se me puso dura de una, tambíen me asombré cuando veía que el curita lejos de disimular se quedó petrificado mirándome sin tapujos. Termine de enjuagarme y ya no dude en dirigirme a un wáter como simulando orinar, cuando me volví hacia la puerta abierta vi que el curita estaba detrás mío tocándose.
Ya sin dudar lo tome del brazo y lo metí en el cubículo del wáter y cerré la puerta, al instante, sin mediar palabra se arrodillo y comenzó a mamarme la pija que la tenía hecha un tronco. Lo hacía con desesperación, como algo realmente deseado de hacía mucho tiempo, lo lamia, se metía los huevos en la boca y volvía a recorrer el tronco con avidez hasta llegar al glande y se la metía hasta que yo sentía que topaba en su garganta.
No aguante más y me descargué en su boca, él chupaba mi leche con avidez y yo sentía como saltaban mis chorros y él no dejaba escapar ninguno y los tragaba con desesperación. Después lo desnude, tenía un cuerpo hermoso, velludo, bien masculino, comencé a chuparle la cola que me la ofrecía como un trofeo, la pija ya estaba dura de nuevo, entonces sin miramientos lo penetre hasta las bolas. El curita se movía queriendo comérsela toda, era realmente una delicia de macho caliente suspiraba y me pedía mas, no aguante mas y me corrí dentro de él, mientras él se acababa y su leche saltaba por todos lados.
En la próxima entrega les termino de contar como siguió esta historia real.