back to top
InicioInfidelidadEl cabrío semental de mi suegro viene a visitarme

El cabrío semental de mi suegro viene a visitarme
E

el

|

visitas

y

comentarios

Apoya a los autores/as con likes y comentarios. No cuestan nada.
Tiempo de lectura: 25 minutos

Antes de comenzar este relato quiero darle las gracias a la página Cuentorelatos, porque han publicado mis experiencias sexuales a través de relatos eróticos, en verdad lo agradezco un beso de su cougar Ishtar.

Aquel viernes de agosto, estaba a punto de dormir, era poco más de media noche, había regresado de una cogida fenomenal con un cliente, mis hijas aun no llegaban, habían prometido venir a dormir, pero siendo el inicio de semestre supuse que irían a la fiesta de bienvenida. Justo en ese momento, mi marido llega y me dice amor, mis papas vinieron a quedarse este fin de semana, sorprendida, solamente digo ok, y me dice duérmete yo los instalo en el cuarto de inquilinos.

En ese momento recordé que tenía que salir fuera de la ciudad con su socio y dijo si amor, ya me voy, solamente instalo a mis padres, ya no bajes, mañana los saludas, era la 1am, mi mamá está en la sala dijo que esperaría a las niñas, una media aproximadamente y antes de conciliar el sueño, escuche abrir la puerta eran mis hijas, quienes me avisaron que ya habían regresado de la fiesta. Si has seguido mis relatos, en nuestra gran página cuentorelatos.com, sabes que mi suegro es mi amante y tengo los mismos años de casada que de amante.

Me levante tome agua y metí en la cama, al tiempo que dude si debía cerrar con pasador la puerta de mi dormitorio. Sabía que don Ezequiel, intentaría venir por mi esa noche, pero estaban mis hijas y mi suegra, mi primera reacción fue colocar el pasador. Ya en la cama, me costaba conciliar el sueño, seguía acalorada, agitada… no paraba de moverse en la cama. Esto se debe a los calores súbitos, también conocidos como sofocos, que son un síntoma común de la transición menopáusica. A mis 50 años, seguía menstruando, pero mi ginecóloga me decía que estaba transitando a la pre menopausia. Estos calores súbitos son incómodos, se traducen en una repentina sensación de calor y de ansiedad que provoca un aumento del flujo sanguíneo en la piel del cuello, la cara y el tórax con sudoración y palpitaciones, lo que produce un malestar importante.

Cuando ocurren en la noche, se les llama sudores nocturnos. Algunas mujeres encuentran que los calores súbitos interrumpen sus vidas cotidianas. Sin embargo, a mi me han dejado llevar mi rutina normal y he sentido que aumentan mi libido sumado a esto, mi mente calenturienta revivió nuevamente el pensamiento en la daga del semental de mi suegro, y sin poder contenerme comencé a masturbarme colocando mis dedos dentro de mi vagina.

Aquello me enceló más… pero, notaba que no me relajaba… y volví a recordar las escenas de mi suegro poseyéndome en mis bodas de plata (ya conté esa historia). “Al diablo… estoy completamente loca” me dije. Y sin más, me levante y retire el pasador de la puerta. Mire la hora y era más de las 3 de la madrugada y yo estaba como perra en celo, me levante y me puse una sexi bata de encaje color negro transparente, lucia elegante, me sentía sexi y comida con esta hermosa bata de encaje transparente con mangas de mariposa, un mini largo, una mini tanga negra y un cinturón de satén.

Excitada me retire el sostén quedando mis tetas totalmente desnudas bajo aquella sexi bata. Aquella madrugada me encontraba tremendamente excitada. Miraba mis desnudos pechos y veía como mis pezones de ponían de punta. Era evidente que mi ovulación y la presencia en la casa del semental de mi suegro, me tenía fuera de sí. Era una leona enjaulada. Después de un instante y cuando las luces de la casa estaban apagadas, escuche como se abría la puerta de mi dormitorio. Alguien entraba y colocaba el pasador de la puerta.

En la penumbra de la habitación verifique la figura de mi suegro, don Ezequiel. En el fondo necesitaba su presencia, pero, por otro lado, sabía que aquello era una verdadera temeridad. Sin embargo, no reaccione. Mi suegro se fue acercando hasta la cama, mientras yo me hacia la dormida, aunque a través del espejo, aún con la escasa luz que podía penetrar por la ventana, pude constatar como aquel veterano hombre procedía a desnudarse por completo, dejando sus atributos al aire y procedía a meterse en la cama conmigo. -pero… que haces. ¿Estás loco?… ¡puede escucharnos mis hijas y tu esposa! – le conteste con mayor agitación al comprobar las manos de mi suegro acariciando mis nalgas.

-Vamos putita. Seguro que me estabas esperando. Uf … veo que estas bien caliente. ¿Estás acalorada?… Eso es que necesitas mi verga. Me decía mi suegro sin dejar de acariciar mis nalgas y vagina. -Quería hacerme la señora decente, don Ezequiel. Por favor… no más. “no podemos tener sexo, porque estoy ovulando”. No podemos volver hacerlo. Le conteste sin mucha convicción. Ja ja ja, soltó la carcajada, ovulando a tu edad, le dije con enojo, si estoy en mis días fértiles, a mis 50 años, aun sigo menstruando, todavía no he entrado a la menopausia, y en los últimos meses he ido con mi ginecóloga, me ha comentado que es poco probable pero no se descarta un embarazo a mi edad, es algo complejo de explicar y entender, incluso para mi no es fácil asimilar, por lo tanto he decidido cuidarme, al menos hasta que la naturaleza me diga que ya no puedo embarazarme.

Nuevamente soltó una carcajada, no me has reír, no te creo, encendió la luz y me vio con aquella bata sensual, y dijo, si es así porque estas tan sexi, hasta para dormir eres una puta elegante, la ovulación te tiene mas caliente de lo normal, además perra no bajaste a saludarnos, eso merece un castigo. Y me dio una bofetada y volvió a apagar la luz, abrió la ventana y solamente nos iluminaba la luz de la luna, era algo romántico y a la vez prohibido.

Pronto el semental de mi suegro alcanzó mis pechos y, al comprobar que no llevaba sostén, se excito aún más. –Uh putita. Está claro que me estabas esperando… ¡Pero que pedazo de tetas tienes Sandra Verónica! Al tiempo que no solo las manoseaba, sino que con sus dientes desabrocho el cinturón de satén. Tirando dejando mi vientre descubierto. Su boca comenzó a devorar nuevamente aquellos suculentos manjares que por 25 años ha probado pero que nos siguen volviendo locos como la primera vez, concentrándose en mis pezones, los cuales se mantenía completamente tiesos. -oh por favor… no lo hagas.

Ezequiel fue bajando, besando mi rico y plano abdomen, notando los gemidos y agitación de la mujer de su hijo, al tiempo que se acercaba hasta mi mini tanga. Paso su lengua sobre ella, para luego tirar de los laterales y terminar de sacármela por mis piernas. Mi suegro, ni corto ni perezoso, metió su cabeza entre las piernas de su amante, sin dejar de acariciar sus pechos, y, al momento volvió a alcanzar mi vagina y se dio cuenta de que su nuera estaba súper humedecida. Esta hembra estaba muy caliente y necesita verga, dijo a mi oído. Tomo el coño de la misma en la boca, y para luego proceder a introducirme la lengua dentro de él. –oh Ezequiel, mi amor… ooo otra vez ooooo… si cabron comételo… estaba de nuevo entregada al padre de mi esposo y abuelo de mis hijas, y con las rodillas flexionadas, comencé a gruñir como una autentica putita. El señor acariciaba mis tetas y cada vez que apretaba mis pezones me daba un pequeño mordisquito en el clítoris, después volvía a lamer todo el coño y regresaba al clítoris para lamerlo de abajo arriba, hacia los lados y alrededor:- oh me matas cabron.

No paso mucho tiempo, hasta que con mi vagina latiendo bajo la lengua de mi amante, eche la cabeza hacia atrás, arquee mi cuerpo, y comencé a convulsionarse de placer, al tiempo que me corría estrepitosamente en la boca de mi suegro, gruñendo una y otra vez —ooosiii… me vengo… siiii, mi suegro tapo con mi mano, mi boca, cállate puta, quieres que nos escuchen, en ese momento ya no me importaba si mi suegra o hijas, me escuchaban, mis líquidos inundaban la boca de mi suegro, mmm, mordí la mano de mi suegro en señal de placer. Sin aún recuperarme, observo como mi suegro se incorpora, separa mis largas piernas y se coloca entre ellas acercando su pene a los labios ahora hinchados y lubricados de mi vagina. Comprobé de nuevo el enorme manubrio de don Ezequiel y me estremecí. Aun deseando que entrara en mí, hice un último intento de aparentar un reproche, diciendo: – oh Ezequiel… no debemos. Pero antes de que continuara el semental maduro ya estaba dentro de mi ooo si cabron me partes oohh. No termine de hablar, ya que mi suegro me ensartó sin contemplaciones sus casi 18 cm de verga en toda mi vagina. Nuevamente me volví a sentir llena y plena.

El semental comenzó a entrar y salir de aquella cavidad tan jugosa, como si fuera un verdadero pistón en movimiento. –oh putita que buena estas… te voy a dar lo que mereces… ¿la necesitabas verdad? Estás bien caliente… me estabas esperando putita… lo sé. -si cabron… oh… dame más… Reviéntame el coño… Estaba tan deseosa que a los pocos minutos alcance un nuevo orgasmo. Pero mientras me convulsionaba, mi suegro no dejó en ningún momento de bombearme, viendo como su pene volvía a crecer dentro de la vagina de la mujer de su hijo, y al ver como emergía su semen, sin más comentario comenzó a descargar dentro de la vagina -oh cabrona que buena oo siiii me vengo oooo… te voy a llenar.. -Oh…. Otra vez … me vas a preñar ooo siiiii la siento. -Estoy ovulando, podrías dejarme embarazada.- le dije cada vez más convulsa y agitada, viendo la intención de mi suegro de llenarme. – “estas loca tu ya no puedes quedar embarazada”.

Mi suegro a pesar de ser un gran semental era obvio que no sabía nada sobre la fertilidad en las mujeres, añadió, Me da igual. Pero hoy recibirás otra vez todo mi semen. Uf putita ya me viene… oohhh siii… ahí te va, uff. Al momento, sentí un calor intenso que inundaba mi vagina, signo inequívoco de que Ezequiel se estaba corriendo dentro de mi. Los sentimientos entrecortados afloraron dentro de mi. Por un lado me encantaba sentir la leche de aquel macho bañando mi dulce coñito, pero, por otro, era el padre de mi esposo, sumado a lo de mi menstruación y pre menopausia, me hacían eco en mi cabeza. -oooo nooo lo estás haciendo. Me vas a desgraciar …oh Dios como te estas corriendo… ooo. Sentía los lechazos de semen chocar contra las paredes de mi vagina, y la potencia con que lo hacia el semental más me excitaba. No pudo calcular cuánto tiempo mi suegro se estuvo corriendo dentro de mi, pero sí que fue suficiente para que le inundara el mismo.

Tras salir de mi, ambos quedamos rendidos sobre la cama, y mi semental se quedó dormir a mi lado, ambos desnudos y entrelazados. Así pasaron más de cuatro horas. Ya en la mañana, observe como los rayos de luz iluminaban la habitación. Mi maduro amante dormía plácidamente a mi lado, a pierna suelta, despatarrado sobre la cama que compartía con su hijo. Observé los atributos de mi suegro, y comprobé por enésima vez a conciencia, lo bien dotado que esta. Aun en reposo, su daga aparecía gruesa y grande. Nada que ver con la de mi esposo. Viendo la hora que era, nerviosa y temerosa de que pudieran venir mis hijas o mi suegra, lo desperté: – Ezequiel. Por favor, debes irte a tu cuarto. Mis hijas o tu esposa pueden vernos, que le vas a decir a tu señora. Ya es casi de día. El, con cara de sueño, entreabrió los ojos, y tras recordar donde se encontraba, dirige su mirada hacia mi cuerpo también desnudo de la mujer de su hijo, que a la luz del día permitía visualizar con bastante nitidez, y me sonríe. Luego me dice:- ¿has dormido bien? Joder Verónica…, serás la mujer de mi hijo, “pero estas como un tren”. Sonrió por la ocurrencia, y alagada por las alabanzas de mi suegro, contestándole: – ya. Pero ahora debes volver a tu cuarto.

El semental de mi suegro había comprobado que la sola mirada del cuerpo desnudo de aquella hembra le había vuelto a despertar su deseo sexual. Por supuesto esa circunstancia fue igualmente constatada por mí, mientras un escalofrió recorría nuevamente mi cuerpo viendo como el miembro de mi amante se endurecía. -Oh Ezequiel… no me digas que… Mi amor, Sandra Verónica. Ver el cuerpo de una hembra como tú, se le levanta hasta un muerto. – me dijo sonriendo. Mi semental se colocó ésta vez boca arriba, al tiempo que observo como el pene del mismo había crecido, y se mostraba desafiante como un mástil, escuchando que decía:- vamos preciosa. Monta este caballo. Sé que eres una buena jineta…

Sin poderlo evitar, me colocó a horcajadas sobre ese macho cabrío, flexionando mis rodillas, hasta ir acercando la vulva de mi vagina hasta el capullo de aquel enorme pene. Así, poco a poco fui descendiendo, constatando como aquel vástago se incrustaba en mi vagina hasta terminar de una sentada totalmente dentro del mismo. – oh… Ezequiel… ¡cómo me llena! Apoyó mis manos en los brazos de mi macho e inició los movimientos de subir y bajar, manteniendo siempre como eje la tranca de aquel potro. Los jadeos de la hembra en celo, no se hicieron esperar y pronto comencé a cabalgar como si de una autentica montura se tratara. Mi suegro igualmente se excito al ver como la mujer de su hijo disfruta ser penetrada, estábamos disfrutando el clásico mañanero, yo ascendía y bajaba sobre ese pene, al tiempo que rebotaban ante el los hermosos pechos de su nuera. Las continuas subidas y bajadas de la misma sobre su tranca me propinaron unos calambrazos que hicieron crecer aún más su pene, si es que aún podía crecer más. – vamos Verónica. Veo que eres una buena jineta… venga… necesito ver cómo te corres…

Como la loba que soy, instigada por aquellas palabras, no me hice de rogar, y las cabalgadas sobre el pene de mi suegro se intensificaron hasta el punto de que pronto, no pude más, y entre en trance alcanzando un tremendo orgasmo… Oo siii me vengo, mmm aaaa. Que rico orgasmo estaba teniendo, mordí fuerte mis labios para no gritar y despertar a mis hijas y suegra, para terminar apoyando mi cabeza y pecho sobre el torso desnudo de Ezequiel, totalmente agostada. Pero, como cabía esperar, Ezequiel no se conformó con ello, sino que, dándome la vuelta, sin sacarme el pene de mi vagina, e invirtiendo la posición, ahora era él quien, en esa posición ventajosa, penetraba sin piedad, insertando una y otra vez su daga en la caliente vagina de su nuera.

Con cara de lujuria, comencé a mirar el rostro de mi suegro, viendo como me excitaba contemplar las expresiones que se reflejaban en la hermosa cara del progenitor de mi esposo, mientras me tensaba antes de iniciar una vez más la descarga de su semilla dentro de mi. Esta vez no se lo impedí, en el fondo deseaba sentir de nuevo la leche caliente del maduro semental que tenía encima. Bastante semen había recibido en la madrugada, por lo que había perdido todo sentido volverme a preocupar. En cuanto sentí los primeros lechazos, le dije: Vamos préñame… Eres un cabronazo… oo sii lléname otra vez… ooo como siento tu leche…

Mi suegro lanzo nuevamente su carga dentro de la mujer de su hijo, extrañándose el mismo de la gran cantidad que había expulsado. En pocas horas y a pesar de su edad (65 años), su depósito de semen se había recuperado maravillosamente. Tras ello quedo nuevamente relajado, y se dejó caer sobre mi, para luego salir de su cavidad y volver recostarse a mi lado, extenuado sobre la cama. Nuevamente mi concha totalmente empapada del semen de aquel maduro. ¡Sabía a ciencia cierta, que de estas cogidas podía quedar embarazada! Estaba aún ovulando, ya que lo presentía por el calor intenso de su cuerpo, recordaba las palabras de mi ginecóloga, que a pesar de mi edad y aun sin llegar a la menopausia, existía una ligera probabilidad de embarazo. Luego Ezequiel, tras darme unas palmadas en el trasero, optó por marcharse a su habitación ante las recomendaciones insistentes de mi persona. Pero antes de salir por la puerta de la habitación, Ezequiel se gira y le dice: – después regreso por ese culito. No lo olvides.

Estremecí de deseo al escuchar aquellas palabras: “el cabron de mi suegro pretendía sodomizarme”. Mientras reflexionaba sobre lo ocurrido, mientras pensaba el por qué mi suegro me estaba volviendo totalmente loca. Había sido infiel nuevamente a mi marido con su progenitor, además lo había hecho en mi propia casa, en mi lecho matrimonial, con mis hijas en ella y con mi suegra. Y encima, era muy probable que hubiera quedado preñada del mismo. Después de unos instantes recogí mi cabello en forma de chongo, entre a la ducha, aseándome bien, especialmente mi ano, iba a rasurarme mi monte venus, el agua caliente, me estaba relajando cuando escuche que entraban a mi cuarto había olvidado ponerle el pasador, abrieron la cortina del baño y era mi suegro, "Pero, ¿Qué haces aquí? Estás loco… como te atreves" le pregunte asustada y sorprendida "Tu qué crees putilla, he venido a follarte otra vez" y se acercó comenzando a besarme la cara y el cuello, una vez más, trate de evitarlo pero sabía que era imposible.

Aquel semental era más fuerte que ella, tranquila Ishtar, ese es tu nombre de meretriz, mi mujer aun duerme y las niñas también, tengo tiempo de reventar tu culo, ya me tomé mi viagra. -tranquila… ¡sabes que tienes un culito maravilloso! Mi suegro, continuo manoseando al mismo tiempo tomando fluido de mi vagina para introducirlo como lubricante en el trasero de la señora de su esposo. Pronto un dedo se incrustó dentro de mi. Fui reculando hasta llegar cerca del mueble o encimera donde se encontraba el lavabo y el espejo del baño: no por favor… métela por delante… por atrás no… le dije, porque un día antes había tenido tres encuentros y los tres habían sido anales, por aquello de mi periodo menstrual, pero mi suegro, dijo- sabes que te voy a dar por el culo hasta reventártelo.

Y con decisión, colocó a la mujer de su hijo, mirando hacia el espejo, haciéndola que se inclinara hacia delante, colocando ella las manos sobre el lavabo. El untó en su miembro saliva y lo acercó al ano de la señora de la casa. Proteste, pero, pronto con la saliva, el grande y una parte del miembro entró. “ya estaba dentro de mi ano”. El esfínter de la mujer de su hijo, ya había cedido. Entonces el suegro comienza acariciar las tetas pellizcando los pezones de su nuera, viendo como aquello excita a la hembra y haciendo que su ano se dilatara. Ante ello presionó con fuerza, lo que motivo que le incrustara más de la mitad de su tranca en aquel delicioso trasero: ooh nooo cabrooon sácala… me haces daño oooo.

Para este momento yo ya estaba como en otro mundo, no me lo creía: estaba en mi propio dormitorio mientras su suegro le estaba desvirgando el ano. A escasos metros de las habitaciones de sus hijas y suegra. Ezequiel había comenzado un mete y saca lento, mientras apretaba las nalgas de la señora de la casa fuertemente. Mi suegro estaba sumamente excitado al contemplar como su verga comenzaba a entrar bien el trasero de aquella hembra. Quería disfrutar al máximo de esas hermosas nalgas, así que se tomó su tiempo. Sacaba su verga, se quedaba quieto unos instantes y después la volvía a meter. No entraba más de la mitad pero era suficiente. Tampoco quería forzarla más. Sin embargo, pasado un tiempo, insistió y pudo meterla toda, di un grito desgarrador, no pude contenerme, cállate puta, nos van a descubrir. Después había quedado quieta pero no dejaba de sollozar. Sentía un gran dolor en mi ano, ya que la tranca del semental no era para menos. Me sentía llena… me iba a romper. Gimiendo le decía: salte ya por favor… Me duele… -caya putita. Disfruta… El maduro señor, fue acelerando sus embestidas, procuraba metérmela cada vez más, se movía un poco hacia los lado con la verga dentro, como pretendiendo ensanchar el ano de la señora, al tiempo que me daba unas nalgadas.

Estábamos gozando como locos, cuando tocaron en la puerta de mi habitación y ambos sentimos un escalofrió excitante, dije quien; buenos días Vero, ya estas despierta, discúlpame, era mi suegra, respondí; señora me estoy bañando que desea, y contesto mi suegra, hija, quería preguntarte si no has visto a tu suegro, no suegra, a lo mejor fue a correr, ya ve que a él le gusta, mientras decía esto, mi suegro seguía empalándome, agarrándome las tetas y mordiendo el cuello, tienes razón, tardaras mucho en salir, le dije, si apenas me metí, y dijo mi suegra, bueno en lo que voy al parque a ver si veo a Ezequiel, gracias Vero. De nada señora, respondí mordiéndome los labios, escuchamos que salió de la casa y al poco instante una de mis hijas salía de su habitación, ya teníamos que terminar la fornicación.

Él continuó ensartándome su verga sin piedad, mientras yo le decía al odio cachondamente. —¡Ay que rico papi! ¡Sí, méteme la verga bien duro! ¡Así, papi, así! ¡Más rápido! ¡Rómpeme mi culo! ¡Que rico! ¡Ay! ¡Así! Parecía que el casi descubrimiento de mi suegra e hija, nos excitaban mas, aumentaban la adrenalina. Él lo hacía brutalmente me causaba dolor y yo lo gozaba, era un objeto de placer para él, con el que estaba satisfaciéndose como un animal. Sentí que me ardía el culo como si tuviera cortadas, sabía que ya estaba teniendo mi sangrado anal que había deseado tanto, pues me da una sensación de dolor y placer ya que la sangre me genera fricción y me arde, lo que me excitó más y le grité mientras gemía.

—¡Ay amor, que rico! ¡Así, me duele mucho! ¡Que rica verga mi cielo! ¡Desgárrame el culo! ¡Que rico me sangra el culo! ¡Sí! ¡Así! ¡Cógeme más profundo! —¡Que rica estás zorrita! —Me dijo muy excitado. Me abrazó y apretó mis senos con fuerza lastimándome y pellizcando mis pezones, me beso el cuello, en ese momento comencé a llorar entre dolor y de sentimiento femenino, sentía mucho calor en mi vientre y mi piel erizada y sensible pues ese hombre duro mucho penetrándome y me sentí muy vulnerada eso fue algo que estúpidamente me hizo sentir querida, ese hombre había gozado de mi culo, me había cogido con todas sus fuerzas desquitando sus ganas conmigo.

En ese momento un calor arrobador envolvió mi cuerpo, me sentí plena. Cuando mi suegro saco su verga manchada de sangre y aun erecta de mi culo, sentí como se escurrió su semen mezclado con mi sangre anal entre mis piernas. —Ay zorrita que rico se te ve ese agujero bien abierto. —Sí, así se me queda abierto cuando me penetran analmente. —Hasta me dan ganas de chupártelo. —Me ruboricé al escuchar tal halago. Dijo, no me voy a quedar con las ganas me beso y chupo el ano y luego la boca, llevando una mezcla de sabores, semen, líquidos anales y sangre.

Verónica mi amor, podría cogerte diario, no sé cómo el estúpido de mi hijo, trabaja mucho, teniendo una puta como tú, nos bañamos, y después me cargo me dejo dulcemente en la cama, y dijo, te traje dos regalos, un nuevo puti vestido, era de mi color favorito, negro, me dijo ven voy a vestirte, era muy sexi, demasiado atrevido, Ezequiel como crees que voy a ponerme este puti vestido, -Verónica no te hagas la decente, siempre usas puti vestidos- si amor, pero este es más atrevido, no es para andar en casa- mi suegro, dijo pretextos, y comenzó a vestirme ese puti vestido, entallado, me llegaba hasta a la mitad de mis muslos, el mini vestido de cuello estilo halter, es decir la parte de adelante atado a mi cuello, que dejaba mis brazos, hombros y espalda descubierta, estaba muy ajustado como me gusta, sin embargo la parte delantera era la más atrevida, dicho mini vestido, tenía abertura delantera que se abrochaba con aro O, dejaba prácticamente mi vientre descubierto, eran cuatro agarres de aro, el primero arriba de mis senos, el segundo justo a la altura de mis pezones que dejaban la mitad de mis senos a la vista, el tercero debajo de mis senos y el cuarto unos centímetros arriba de mi ombligo, en consecuencia mi ombligo, iba descubierto, era muy sexi, parecía que iba a reventarlo de lo ajustado, -uff, amor estas de infarto, dijo mi suegro, y como perro en celo, se abalanzo, quiero cogerte con ese puti vestido, estaba sacando su miembro cuando escuchamos abrir la puerta de la calle, ya salte, luego fornicamos, te lo prometo, oímos salir a mis hijas, por lo que mi suegro tuvo que salir, con cautela y yo permanecí en mi recamara, terminando de vestirme ya arreglarme.

Minutos después, mi hija Estefani, me hablo: mamá, ya vamos a desayunar, ven, y respondí, hija espérame unos minutos. Dude un momento, en bajar con ese puti vestido, pero mire mi armario, y siendo sincera tenía muchos puti vestidos, así que no le di importancia, elegí unas sexis medias color blanco de muslo elegantes, semitransparentes con encaje, acompañada de una tanga blanca trasparente y unas zapatillas color negro muy elegantes. Me maquille usando un billet rojo intenso, sin olvidar mis aretes y por último mi cabello suelto.

Al ir bajando las escaleras, mi suegro quedo impresionado no pudo disimular, su asombro y deseo, mi hija Ana dijo-wow, mamá luces increíble, no te había visto ese vestido, cuando lo compraste, la semana pasada dije, mi suegra no disimulaba su disgusto pues nunca le ha gustado que use vestidos tan provocativos, pero desde que me conoció sabe que es mi forma de vestir, mi hija Estefani, parecía apoyarla y dijo -mamá, te arreglaste como para una fiesta, y solamente estaremos aquí, y Ana, me defendió, ya sabes que mamá, siempre es elegante. Mi suegro seguía anudado y dijo, te ves bien hija, vamos a desayunar, dejándome una indirecta.

Nos sentamos en la mesa, y dije; don Ezequiel siéntese, aquí, era el lugar de mi esposo Joel, y el respondió, no, hija, como crees, el lugar de mi hijo no puedo tomar, mejor me siento aquí, y se sentó a mi lado, que descaro no tomar el lugar de su hijo en la mesa pero si en la cama, procedimos a desayunar. La presencia de mi suegro cerca de mí, me iba calentando poco a poco, pensaba que era una pena no poder estar a solas con él para agradecerle el regalo y hacerle disfrutar. Mi sorpresa fue muy grande cuando noté que don Ezequiel, tocaba mi pierna con su mano, miré a mis hijas, pero estaba muy ocupado hablando con mi suegra, yo estaba muy nerviosa por lo que decidí hacer como si no pasara nada. Mi suegro, seguía sobando mi muslo, mientras hablaba conmigo, poco a poco fue subiendo mi puti vestido hasta que mi piel notó su mano, esto me puso al cien, y mi tanga empezó a mojarse, muy despacio casi sin darme cuenta, su mano se posó encima de mi vagina y poco a poco fue apartando el tanga hasta tocar mis labios vaginales que en ese momento estaban hinchados y muy mojados.

Yo estaba hirviendo de lujuria, y al ver que nadie se daba cuenta, decidí facilitarle el trabajo a mi suegro, tapé mis piernas con el mantel metí mi mano derecha debajo de la mesa tome mi tanga y con dos dedos le aparte, dejando mi concha abierta a los deseos de Ezequiel, él se dio cuenta e introdujo un dedo en mi cueva ardiente, el dedo se metió hasta dentro sin ninguna dificultad por lo que decidió sacarlo y meter dos, yo no sabía lo que hacer ni a quien mirar, mi suegro me estaba dedeando delante de mis hijas y suegra, esto me ponía cada vez más y más caliente, me mordí los labios para no gritar de placer, y en ese momento una oleada de calor recorrió todo el cuerpo, me estaba corriendo, agarré la mano de Ezequiel y saqué sus dedos de mi coño, él se llevó los dedos a su boca y poniendo una servilleta por delante los chupo mirándome a la cara. Como pude, arreglé mi tanga y mi puti vestido, y me levanté para ir al baño, mis hijas platicaban y reían con su abuela, por lo que no percataban de lo sucedido, y dije con permiso, y fui al baño, me lave la cara y pude comprobar que mi tanga ya tenía fluidos, por lo que me limpie.

Regrese a la mesa, y ahora eran los pies de mi suegro que se acercaban, sin embargo, esta vez mis hijas, le hicieron la plática a él y era mas complicado seguir el cachondeo. En ese momento, sentí un escalofrío al escuchar la pregunta de Estefani, ¿Te encuentras bien mama? Te noto algo acalorada- me pregunto algo preocupada mi hija. -¿Cómo?… ¿acalorada…? No sé. Será quizás este tiempo. – conteste bastante nerviosa al constatar que mi propia hija se había dado cuenta del estado de agitación de mi cuerpo. Inconscientemente mire hacia la cara de mi suegro, constatando la sonrisa del mismo. Bueno… ¿queréis postre? Dije para poder evitar continuar con aquella situación tan comprometida.

Claro, dijo mi suegro, quiero comerme un postrecito, nuevamente una indirecta. Minutos después de terminar de desayunar, mi suegro como un caballero dijo, vayan a la sala y vean tele, yo lavare los trastes, yo dije, no señor, ustedes son visitas, yo lo hare, y mi suegra inocentemente dijo, deja Verónica que Ezequiel lo haga, o bueno que te ayude para que no te sientas mal. Ok, respondí y mis hijas fueron con su abuela, iban saliendo de la cocina cuando dijo, Ana, mejor vamos al cuarto de juegos, y yo dije, ok, en lo que veo que preparo de comer, y mi suegra, dijo, ayúdale Ezequiel, como castigo de que en la mañana te fuiste sin avisar, ok amor. Ambos sabíamos que teníamos un instante de adrenalina y nuestra pasión podíamos desbordarla.

Inmediatamente se fueron, rápido lavamos los trastes, vi que mi suegro cerro con cuidado la puerta de la cocina, ¡Estaba yo comiéndome unas papas, cuando sentí un abrazo por atrás!! ¡Siente como me pusiste!! Ezequiel estaba detrás re pegándome su bulto, yo solo lancé un suspiro y una enorme excitación me invadió, me di la media vuelta y mirándolo fijamente lo empecé a besar! ¡él no solo me besaba si no que sus manos acariciaban mis tetas y apretaban mis nalgas! Su boca bajo a mi cuello, yo metía mis manos por debajo de su playera, ¡sentía su cuerpo y me mojaba cada vez más! ¡Oh!! ¡Cómo te deseo!! ¡con ese puti vestido resaltan más tus ricas nalgas! Después llevo su lengua a mi abdomen yo cerraba los ojos, ¡me olvide de donde estaba y que mis hijas y suegra estaban en casa! ¡el escote del puti vestido, facilitaba el que me chupara los pezones de una manera tan rica que no pude evitar gemir! Mis pezones se ponían aún más duros! ¡Se metió uno de mis pechos a la boca… -Que par de tetas mamita! ¿la metió en su boca, succiono y luego dijo, todo esto se come mi hijo? -mmm yo solo gemia. Me tomo de mi mini cintura, y me subió en la mesa que estaba en la cocina. -Abre las piernas!

Me ordeno, y así lo hice, me abrí bien de piernas hizo mi tanga a un lado, y bajo su cremallera y salió su larga verga la cual ya estaba babeando, al igual que mi vagina. – Estas mojada mami, que delicia!.- Empezó a juguetear con mi clítoris que en ese entonces lo tenía súper duro eh hinchado, le daba vueltas con su dedo y lo aplastaba, al mismo tiempo que chupaba mis pechos, la mano que tenía libre la subió y metió dos dedos a mi boca, yo agarre su brazo y empezó a mamar sus dedos imaginándome que era su verga, les pasaba mi lengua, los metía a mi boca mientras sentía su mano en toda mi conchita y sus labios aprisionando mis pezones, después. ¡me lamia desde mi pantorrilla a mis entrepiernas con su boca mi tanga y luego fue a devorarme enterita! ¡Tu concha es excepcional! ¡Ah, no pares! Le apretaba su cabeza mientras su lengua me daba un gran placer, sus dedos nuevamente recorrían mi ano, sus dientes mi clítoris, yo gemía, ¡el volumen de la televisión opacaba mis gemidos!

Me acostó en la mesa, con mis piernas totalmente abiertas a la orilla de la mesa, se puso frente a mi conchita, agarro mis piernas y las abrió aún más, le dio un golpe a mi panochita, este hiso que la abriera y la enrojeciera aún más, empezó a cogerme con los dos dedos que antes había estado chupando, mientras que son su lengua le daba vueltas a mi clítoris, en ese mismo momento me moje toda, ya me había corrido una vez con ese sobeteo de pezones que me estaba dando, y ahora que tenía sus dedos cogiéndome con mas razón! Sentía que era un rio de tanto líquido que goteaba de mi panochita, pero aun así no se detuvo ni me dejo descansar, intento introducir en mi tres dedos, pero me negué a hacerlo. Se enojo por ese hecho y agarro mi mano fuertemente, y metió uno de mis dedos a mi cosita y uno de sus dedos, estaba sintiendo en mi conchita mi dedo junto al suyo penetrándome a lo salvaje, ¡no aguante y me volví a mojar como una puta! Saco mi dedo al principio y me hiso una seña que se lo metiera a la boca y así lo hice, sentí su lengua limpiando mi dedo de todos los líquidos que tenía por la excitación.

Ya no aguantaba quería que me penetrara, lo deseaba, que rico se sentía -Te va a entrar toda mamita!!.- Me grito mientras me metía toda su verga de un solo golpe, arquee un poco mi espalda porque la verdad me dolió! Pero mas que nada lo disfrutaba al máximo, mi querido suegrito me estaba penetrando muy rico, sentía su verga adentro de mí, sentía como salía y entraba de mi experimentada vagina, sus huevos chocando con mi piel por las envestidas que me estaba dando, sus manos apretando mis adoloridos pero erectos pezones, ¡era la gloria! De la nada me volvió a sacar su pene, me agarro de los pechos y me paro de la mesa, puse mis manos sobre la mojada mesa y mi culito bien paradito, con mis piernas bien abiertas, comenzó a meter su mano entre mis piernas aplastando toda mi concha, ¡que rico! Mojo uno de sus dedos con mis flujos y lo fue metiendo en mi culito, le daba vueltas mientras lo sacaba y lo metía, ¡que rico me cogía ese cabronaso! Volvió a meter su verga adentro de mi y ahora me cogia por ambos lados, con su mano libre me agarro de uno de mis pechos y se movía salvajemente, ¡me moje una vez mas de manera bestial!

El me volvió a sentar de piernas abiertas en la mesa, se masturbo unos segundos y me lleno la panochita de su rica lechita!! Quedamos pegados por un instante cuando escuchábamos que alguien se acercaba le dije yo voy al baño y tu al patio, en lo que se bajan los calores, era mi suegra; donde están, respondió mi suegro, yo estoy aquí en el patio, vine a barrer, y Verónica hace tiempo que fue al baño. Yo estaba excitada, mojada y con un celo increíble, nos habíamos salvado y eso aumentaba la lujuria, tuve que limpiarme bien los restos de su semen y mis líquidos internos.

Una vez pasada la situación, en la tarde, mis hijas nos invitaron a su abuela y a mí, a ir de compras, pero yo argumente que tenía que ir con mi amiga Paty, para dejarle el pago de unas zapatillas que ellas fueran y nos veíamos en una hora, mi suegro entendió la señal y dijo yo saldré por una cerveza, ustedes saben que las compras son para mujeres y yo me desespero mucho, ok amor, dijo mi suegra, mis hijas dijeron regresamos como en una hora, justo antes de salir sonó el teléfono de mi suegra, es Joel, dijo emocionada, hola hijo, como te va, puso el altavoz, estamos todos, hola mamá, hola a todos, les aviso que llegare hoy en la noche, terminamos el proyecto antes de lo acordado, en mis hijas y suegra se dibujó una sonrisa y en mi suegro y yo, se borró. Creí que tendríamos una noche de adrenalina y sexo duro, como la anterior. Al cabo de unos minutos salieron mis hijas, y mi suegro con ellas, regresamos a las 7 pm dijeron, era obvio que yo no iría con mi amiga era una táctica, al cabo de unos minutos mi suegro regreso.

Entro a la sala, me vio y se bajó el pantalón y su trusa de golpe, no tenemos mucho tiempo y ambos lo entendimos, ¡le sobaba su verga mientras nos besamos de lengua! ¡Ahora bajete nena! ¡Me arrodillé como toda una puta y comencé a hacerle sexo oral! Llevaba mi lengua de sus testículos velludos a su glande, la metía de un solo golpe, mis dedos acariciaban mi clítoris, eso me dio más placer, ¡él me tomaba la nuca y follaba mi boca y mis dedos me estimulaban aún mejor! Así nena, cómetela, uhm, ¡cómetela!! Después me levanto y comenzó un rico faje, nos besábamos y manoseábamos, -que rica estas, Verónica, sabía que ese puti vestido, era digno de una ramera como tu- después me pego a una mesa que tenía ahí en frente, me tomo de la cintura, ¡se inclinó un poco, subió el puti vestido y con sus dientes bajo mi tanga y empezó a introducirla! Mis nalgas pegaban en la mesa fría que se calentaba al rozar mi piel, él me tomaba de la cadera y me embestía con velocidad, me encantaba tenerlo así, ¡abierta de piernas parada y sintiendo su dureza! No pares, uhm, ¡no pares! ¡Que rico coges uhm!!! Tomo una silla que estaba cerca y se sentó, yo me di vuelta y me dejé caer de sentón en su pene erecto. Así mamacita que rico, uhm, ¡que rico! Estas bien sabrosa, ¡cómo me encantaría tenerte siempre! ¡Por ahora solo cógeme nene!

Me apretaba los muslos, yo me dejaba caer y me movía en círculos, sus dedos entraban en mi concha a jugar mi clítoris, ¡me tenía a full y me hizo tener otro orgasmo! ¡Ah!! ¡Que rico, uhm, ah!! Eres la mejor, ¡uf!! Con fuerza me levanto y me empujo en la mesa, me reclino sobre la mesa y me abrió las nalgas y con violencia me la ¡metió en el ano! ¡Toma, uhm, tómala! ¡Ah!! ¡Me lastimas! Cállate y ábrete más, ¡uhm!! Me dolía pero que rico sentía como entraba, me tapaba la boca y se empujaba más, sentía como mi ano era destrozado, ¡que rico! ¡Que rico es tenerte aquí así y que tu marido este fuera de casa!! ¡Uhm, me duele, uhm!! ¡Que rico culo, es el mejor!! Pártemelo suegro, cógeme duro, ¡soy tuya destrózame el culo!!!

Como toro en brama Ezequiel se movía tan fuerte y a la vez tan rico que no aguantaba el placer, sacaba lágrimas de mis ojos, sentía que vomitaría, babeaba como san Bernardo, qué momento. Ah, me vengo uhm, ¡me vengo!! Eso, uhm, sácame la leche, ¡te llenare tu culito nena!! El me apretaba salvaje, sentí como se inflaba, ¡entonces me moví como perra loca y lo hice acabar dentro de mi culo! ¡Uf, tómala, ahí está mi leche!! ¡Ah!! Que rico, mas, ¡dámela toda!! Me la saco y su leche escurría por mis muslos, me di vuelta y me agaché a mamársela, ¡Mámale, ¡así que rico! ¡Soy tuya!! ¡Una vez terminada la acción, me limpie me acomode y serví unos tragos de tequila, me dio una nalgada y me beso!

Después de un instante, dijo me voy a tomar otra pastilla de viagra, después de un instante y al tener efecto me le colgué de su cuello, me cargo y subimos a mi recamara, me dejo en la cama y me dijo que rica te ves con el puti vestido que te regale, luces espectacular, eres una meretriz de lujo, le respondí: gracias amor- Ezequiel menciono: desde que vi en la tienda ese mini vestido te imaginaba con él, cogiéndote.

Se acerco y me besaba mientras me manoseaba, mis nalgas y mi concha, se sentó en la cama y me invito a que lo montara, mientras me mordía el cuello, ya sentía su pene tremendamente duro, rozando mi zona vaginal, -eres un mango Sandra Verónica- te amo, chupaba mis dedos de las manos y yo los suyos, nos besábamos, me daba unos ricos arrimones en su verga, me mordía muy rico mi clavícula, mientras sus manos se adentraban en el puti vestido. Inmediatamente nos levantamos, y subió mi vestido hasta la cintura, comenzó a besar mi tanga, metía sus dedos con todo y tanga a mi vagina y ano, así lo hizo varias veces, yo ya estaba mojadita, con delicadeza besaba mis muslos, -aaa Ezequiel —y procedió a bajar mi prenda intima bajo hasta las zapatillas, beso mis tobillos para después lamer las zapatillas, que rica estas puta, besaba y mordía con lujuria mis medias de encaje,- se metió la tanga en su boca y me la paso en mi boca, después la dejamos en la cama.

Y después me dijo serio, sigues menstruando, claro le respondí, ya te dije he ido con la ginecóloga porque siento que estoy cerca de la menopausia, y sentencio te pondrás más caliente. Añadí, por eso en mi vagina no me eyacules, ja ja ja, claro que te seguiré eyaculando en cada encuentro.

El viagra y había hecho efecto y comencé con una rica felación, tuve que abrir bien mi cavidad bucal para albergar el grosor de aquel pedazo de pene, -oh si Verónica. ¡Que boca tienes!… ¡oh sigue… vamos mamita!… continua así ooo, después de unos instantes, le retiró el pene de la boca, y tomándome me puso a cuatro patas sobre la cama, pero dejando que mi trasero quedara justo al borde de la misma y a una óptima altura para su envarada verga.

Excitado, sin preámbulo, dirigió su verga hasta volver a clavar íntegramente en aquella posición, la totalidad de su pene en el frondoso ano de su nuera, sentía como sus testículos colisionaron con el trasero de su hembra. Oh despacio oooo… ¿Me abres ¿oh Ezequiel… otra vez no?. -Vamos mami. ¡Necesitabas volver a tenerla dentro! ¿no lo niegues? Uf… ¡sigues aún bien caliente Verónica! ¡estas ardiendo! Hacia un cambio infernal, penetrando ano y vagina, fue cuando le volví a decir, -Ya te lo he menciona.

Aún estoy ovulando, Por ello no debemos seguir. Oh joder como me abres, mientras hacía esfuerzos por aguantar los empujes del semental. -Ya lo se mamita. ¡Pero eso no va a impedir que te siga cogiendo ¿la sientes verdad?… ¿sientes cómo me tienes mamita? ¿sientes como mi vergota invade tus orificios? Oh si desgraciado… ¡la tienes bien dura!… oo siii ooo- exclame, era evidente que en ese momento el que llevaba el mando era aquel veterano semental. Ezequiel, pletórico de nuevo, plenamente recuperado, y con la tremenda fortaleza que le proporcionaba el viagra, comenzó a follar a la mujer de su hijo, con autentico frenesí e intensidad, viendo como el estrecho coño y ano de su nuera se abrían al máximo, facilitando el acceso del vástago hasta el mismo fondo.

Se percató que, aquella postura, era perfecta para penetrar totalmente a la mujer de su hijo. ¡El coño y a no de su nuera se tragaba la totalidad de su falo hasta la misma empuñadura! ¡Oh mamita como te entra mi pene!… oh si así, ¡hasta el fondo! ¡oh me revientas oooo… Despaciooo! Exclamaba, viendo como el miembro estaba pletórico y desaparecía en mis orificios.

.-Si mamita. ¡Te voy a dejar de nuevo bien abierto ese tus agujeros! Uf me tienes como un toro. Mientras me comenzaba a propinar unas palmadas en el trasero, al tiempo que me empujaba la totalidad de su verga, excitando aún más a la mujer de su hijo. Luego al constatar como se salían de aquel puti vestido y colgaban mis ricos pechos, alargó sus manos, y comenzó a manosearlos y tocarlos, apretándolos e intentando aparcarlos completamente en sus manos.

Eso me estimuló aún más ya estaba tan caliente y excitada que alcances otro orgasmo, mmm aaaa, ufff. No obstante, mi suegro continuó clavándome sin parar, metiéndole verga una y otra vez, con dureza, sacando su pene hasta fuera para luego volver a ensartársela nuevamente, abriendo la vagina y ano hasta límites insospechados: ¡Oh mi amor… me estas matando de placer! Me sentía en la gloria. ¡Estaba enamorada de la verga de mi suegro! Cuando por fin terminó de convulsionarme de placer, casi agotada, constate que mi suegro seguía con la misma energía metiendo su pitón candente dentro de mi ardiente coño y ano. Nunca he llegado a comprender el tremendo poderío de mi suegro, y la vitalidad del mismo, ya que su pene continuaba entrando y saliendo de mi dilatada vagina y ano, con la misma entereza después de casi 25 años de conocerlo, si bien el viagra le ayuda es mucha su vitalidad.

Pero, todo tenía un límite, y pronto me doy cuenta que aquel semental estaba propenso a venirse. En ese momento dudo, pero sin embargo me digo, ¿no puedo permitir que se vuelve a correr dentro?, por lo que le digo: Oh suegro… ¡debes hacerlo fuera.! ¡No puedes volver a venirte dentro!! ¡sabes que no podemos!… pero mi suegro no estaba dispuesto a cooperar quería volver a correrse dentro de su nuera. Quede sorprendida, al escuchar como el progenitor de mi marido me decía: ¡Por supuesto que voy a correrme dentro mami. ¡quiero volver a llenarte! ¿sé que lo estas necesitando? Tienes ese coño como un volcán en ebullición.

Yo sabía que era cierto. Que en el fondo quería que se corriera dentro. Que me volviera a llenar. No debía, pero “si lo necesitaba”. ¡Ansiaba volver a sentir el batir del semen del maduro dentro de mi ardiente vagina! No obstante, me hice la decente, exclamando: -Pero ¡me puedes dejar embarazada! Mas sorprendida quedó al escuchar las palabras de mi suegro: -“Anoche permitiste que me corriera dentro de ti”. ¡No te hagas la decente, otra vez quiero! Añadiendo con gran morbosidad ante mi incredulidad: “Además mamita, así garantizamos que quedes bien preñadita”. Si mamita… Creo que ya me viene… o siii… te voy a dejar bien llena. -¿Estás loco? ¿de verdad pretendes preñarme? -Oh mamita ¡sueño con verte con una barriguita y por follarte como hace 20 años cuando estabas embarazada de tus hijas! Me manifestó el semental sin parar de penetrarme, mientras se preparaba para volver a descargar dentro de su nuera.

-¿Estás loco?… oh Ezequiel, no vuelvas hacerlo… oh nooo… ooo. Eres un sinvergüenza lo has vuelto hacer… Ooo… ¡me quieres preñar de verdad! Y mi suegro cumplió lo dicho. Al instante un torrente de espeso semen volvió a ser inyectado en el coño de la mujer de su hijo. Como la vez anterior, la penetración fue bastante profunda, al igual que profundo fue el lugar donde descargó su semilla: a las puertas de mi útero. -Oh amor… Me vas a llenar otra vez… oh cabronazo ¡oh como te siento…

La venida de mi suegro fue igualmente sustanciosa, regando plenamente el coño de su nuera, quedándose dentro de mi durante unos instantes, ante de salirse. En el momento en que extrajo su verga, se quedó mirando la tremenda abertura vaginal, y los restos de su semen. Tras ello, me echó sobre la cama, volví a mirarme mi vagina, observando, agitándome al ver el enorme boquete abierto por la verga del padre de mi esposo, y fluir de los restos de semen. Oh, amor, Ezequiel. ¡estas decido a embarazarme!… Oh carajo ¡me has vuelto a llenar!

El semental de mi suegro me tomó y me obligó a recostarme con el mismo sobre la cama, besándome ardientemente, descansando durante más de 30 minutos. Tras lo cual decidí levantarme, ya casi eran las 7pm, mis hijas y suegra estaban por regresar. Sin embargo, mi suegro me sujetó y colocándome abierta de piernas sobre la cama, me montó y me volvió a encajar su enorme verga. Nuevamente me vi empalada por mi suegro. Oh… Otra vez noo… ya van a venir las niñas y tu mujer.

Pero, pese a mis protestas, Ezequiel me comenzó a penetrar, logrando que yo comenzara a colaborar, copulando de forma ardiente, alcanzando nuevamente un nuevo y enésimo orgasmo. En ese momento, lo mire y le pregunte: ¿seguro que pretendes volver a correrte dentro verdad? -¡Por supuesto mamita… te voy dar mucha lechita! -Oh amor, Ezequiel. Vas a preñar a la mujer de tu hijo. ¡que degenerado! Le dije sonriendo. Ya nada me importaba, fui yo misma la que incitó al semental de mi suegro a venirse dentro de mi.

Ezequiel no se lo pensó dos veces, y ante la incitación de su propia nuera, comenzó de nuevo a descargar dentro, llevando a cabo una eyaculación tan copiosa como la anterior. Yo, sentía el fluir del caliente semen de mi amante, dentro de mi vagina, y estaba vez lo disfrute mas. Era consciente que esta vez no se iba a escapar. Mi suegro me iba a dejar preñada de una vez por todas. Oh sii ¡te siento… oh me llenas Ezequiel…! Y mirando a los ojos a mi suegro, le incite: ¡vamos Ezequiel… lléname bien! Termina de preñar a la mujer de tu hijo! Vamos semental “hazme un hijo”… ooo si así ooo.

Cuando acabaron, le mire y le dije: Oh Ezequiel. Esta vez creo que no me escapo. ¡seguro que me ha embarazado! Me has follado y llenado durante los dos mejores días. El me acarició y me beso nuevamente, diciéndole: Oh mamita. ¿es que estas tan buena?… Me encantaría verte con una pancita, como hace 20 años ¿Seguro que estarás igual de buen para darte una buena cogida? Lo mire y sonrojada y excitada, le dije: ¿estás pensando en follarme embarazada?… -te aseguro que no te escaparás mamita. Me comentó mi suegro sonriendo. Después de varios minutos, recuperamos la fuerza, mi hija me llamo diciendo que venían en camino con pizzas, bajamos a la sala, y justo a los 10 minutos abren la puerta era mi esposo, entro y sorprendido nos vio a su padre y a mi, buenas noches, que hacen ahí solos, y las niñas y mi mamá.

Ya vienen fueron de compras y pizza, justo en ese momento abren mis hijas, y mi suegra dice que tienen que irse después de cenar, porque ha surgido un problema con en el terreno que disputan con otra familia no me lo tomaran a mal, dijo mi suegra, claro que no. Cenamos y al despedirnos como pude subí a la recamara, bien cogida y cargada de semen y de un ¿niño o niña?

Compartir relato
Autor

Comparte y síguenos en redes

Populares

Novedades

Comentarios

DEJA UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Los comentarios que contengan palabras que puedan ofender a otros, serán eliminados automáticamente.
También serán eliminados los comentarios con datos personales: enlaces a páginas o sitios web, correos electrónicos, números de teléfono, WhatsApp, direcciones, etc. Este tipo de datos puede ser utilizado para perjudicar a terceros.