¡Hola a todos!
Antes de continuar con este relato me gustaría agradecer a las personas que se tomaron el tiempo de valorar mi primer relato y por supuesto a quienes dejaron un comentario. En esta segunda entrega encontraras como poco a poco vamos avanzando en esta relación incestuosa junto a mi madre. Espero que la disfrutes tanto como yo al vivirla, y tanto como yo al vivirla y recordarla en cada palabra acá escrita.
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La relación en casa debido a que papá vivía con nosotros era de lo más tranquila, pero en cada mirada que cruzábamos ella y yo, se sentía el amor que ambos queríamos expresar. Era como si dijéramos muchas cosas en solo un cruce de miradas, como si nos transportáramos una vez más a esa noche de baile en la que por fin confesamos nuestros más íntimos deseos.
Lo único que pasaba en casa era al momento de despedirnos por las mañanas dado que yo no contaba con un auto propio aun, papá me llevaba en su auto hacía la universidad. Yo siempre demoraba unos 5 minutos más en los cuales él ya estaba dentro del auto esperándome. En esos cinco minutos levantaba mi mochila de la universidad me acercaba a la cocina que era donde ella se encontraba por las mañanas, la tomaba de la cintura y nos dábamos un pequeño beso, nos miramos a los ojos y antes de decir adiós, ambos nos decíamos “Te amo mi vida”.
Al llegar el día jueves, por la noche papa nos preguntó si íbamos a ir al club a bailar a lo que ambos respondimos que sí, que no nos lo perderíamos por nada, a lo que papá respondió:
– Perfecto, yo me iré de viaje por unos días y regresaré hasta el próximo martes.
– Y mi madre únicamente respondió
Gracias, espero que te vaya muy bien y conduce con cuidado, aca te esperamos.
Mi mente solo podía darle gracias a la justicia divina, por apoyarme y dejarme pasar un fin de semana con la persona de la cual yo estoy profundamente enamorado “Mi madre”. Y por mi mente se me cruzaron algunas palabras que mencionó mi madre la última vez “Me gustaría que tomáramos todo con calma, pues me siento enamorada como una niña”. Entonces de ser así tenía que enamorarla como si una relación de adolescentes o novios primerizos se tratase, por lo que pensé en invitarla al cine el viernes por la tarde.
El viernes por la mañana no tenía clases y papá se había ido de viaje temprano por la mañana. Yo aunque no tenía clases, tenía que ir a la universidad a recoger unas notas que un Licenciado había dejado sobre un trabajo para finalizar el semestre. Por la mañana a eso de las 9 mientras nos encontrábamos desayunando tomados de la mano sin decir nada como buen principiante que ve a los ojos a la mujer que le gusta y de la que está enamorado, me armé de valor y le dije.
– Paula amor, desde hace días he estado pensando y me gustaría invitarte a salir, qué te parece si vamos al cine hoy por la tarde. ¿Crees que te den permiso en casa para salir? (Mientras reía un poco).
– Thomas, mi vida claro que quiero salir contigo, y por lo de conseguir permiso tu no te preocupes, contigo siempre tendré permiso de salir.
– Perfecto amor, paso por ti a las 2.
– Claro mi vida, estaré esperando impaciente por ti.
Me puse de pie, la abracé y le volví a dar un beso en la boca, fue uno de esos picos largos que sin ser muy calientes, te dejan con la respiración agitada y me despedí de ella. Mientras estaba en la universidad no podía dejar de pensar en que haríamos esa tarde, sabes? Es de esas veces en las que se te ocurren mil planes pero ninguno suena perfecto, ni sabía qué películas estaban en el cine en ese momento y me puse a revisar en mi celular la cartelera. Y al fin encontré la mejor opción, era una película que un amigo me había recomendado hace mucho, ya se había estrenado hace unos cuantos años, pero por alguna razón la estaban re estrenando, la película es “Interestelar”.
Mi día en la universidad pasó sin nada relevante que contar, excepto por el trabajo de fin de curso, que era más difícil de lo que esperaba, pero creo que si me dedicaba lo suficiente podría llegar a sacar una nota completa. Llegué a casa y grité para avisar que había llegado, Paula (mi madre) estaba tomando una ducha y gritó diciendo que se estaba arreglando. Yo dejé mi mochila sobre un sillón, subí a mi habitación a tomar una ducha también y a arreglarme.
Me rasure y algo que siempre hacemos la mayor parte de hombres de mi edad (aun que una parte nos diga que no vamos a tener sexo) es rasurarnos nuestra parte intima. Me vestí algo casual, con un pantalón de vestir color beige y una camisa color verde musgo. No muy elegante, pues sabía que mi madre aunque se viste de manera elegante, para esta ocasión que iríamos al cine se pondría algo elegante casual.
Baje a esperarla a nuestra sala y me senté en el sillón a ver mi celular, cuando la vi bajar, era imposible no quedarme como idiota viéndola de pies a cabeza. Ella vestía un pantalón negro de una tela que para ser honesto no sé como se llama, pero da la apariencia de ser cuero, esto lo combinaba con una blusa con un escote algo pronunciado y que deja su espalda descubierta de color blanco y unos tacones no demasiado altos pero que le ayudaban a resaltar sus piernas y caderas.
– Cuando bajó solo pude decir:
– Wow! Paula, luces hermosa, gracias por aceptar salir conmigo.
– Thom, tú también luces, espectacular. Creo que hoy todas estarán celosas de verme contigo.
– Lo mismo digo Pau, todos van a querer robarme a tan espectacular mujer. ¿Nos vamos amor?
– Por suerte para ti, soy solo tuya y nadie me va a quitar a mi hombre.
Acto seguido la tomó de la cintura y nos dimos un beso, pero esta vez sí caliente, hubo lengua, mi pene empezó a crecer dentro de mis pantalones que por la tela se notaba demasiado. Ella al notarlo me abrazó más fuerte e incluso escuché un pequeño gemido, ella bajó sus manos por mi cintura y las acercó un poco a mi cinturón, por mi lado yo empecé a bajar un poco más mis manos casi hasta tocar sus nalgas.
Nuevamente ella tomó el control y se separó diciendo:
– Perdoname Tom, a veces no puedo controlarme contigo, me siento toda una mujer contigo. Y me dan ganas de apresurar todo, pero es mejor que lo tomemos despacio para no arruinar nada.
– No Pau no tienes que disculparte, yo tampoco puedo controlarme, disculpame tu a mi. Creo que es mejor que nos vayamos.
– Si amor, vamos que nos espera un largo día y no creas que nos perderemos de nuestra noche en el club eh?
– Por nada me lo perdería amor, quien quisiera perderse una noche de baile con tan hermosa mujer.
Y sin más que hablar, la tomé de la mano y nos dirigimos al garaje en donde le abrí la puerta del auto, y ella subió. Fue un deleite verla subir de una manera tan sensual en la cual no perdí ni un instante para apreciar todos sus atributos, su espalda descubierta, su culo parado, grande y redondo, y sus tonificadas piernas junto a sus pies únicamente cubiertos por las cintas para amarrar los tacones.
Obviamente escogí el cine más alejado de la ciudad, para evitar que algún conocido nos llegase a ver y arruinar nuestro momento, se lo dije al ir en el auto y ella agradeció mi forma de pensar. El centro comercial queda muy cerca del club del baile así que matamos dos pájaros de un tiro por la cercanía. En el centro comercial ambos íbamos de la mano, y todos los hombres volteaban a ver a mi madre, es que te lo juro es un bombón por donde la veas a sus 38 años es un mujeron, una completa milf.
Caminamos al cine y entramos a la función, no había muchas personas dentro de la sala y nosotros nos encontrábamos en la parte alta de la sala, puedo decir que la sala era grande y nada mas había unas 8 parejas más aparte de nosotros. Al comenzar la función ella se reclinó sobre mi hombro y yo la abracé. Cada cuanto nos dábamos un beso fugaz, hubo un momento en el que ella me beso apasionadamente con lengua y todo, se puso de pie y se sentó sobre mis piernas dándome la espalda, y poniendo su culo sobre mi pene, el cual desde hace mucho ya estaba muy parado.
Ella empezó a hacer movimientos de adelante hacia atrás, yo la sujetaba de la cintura y con la otra mano deslizaba mi mano desde su nuca hasta la parte baja de su espalda para terminar en su cadera. Yo estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano para no correrme en los pantalones en ese mismo instante, ella de alguna forma se percató que la película estaba por terminar giró su cabeza y dijo:
– Thom, amor estoy muy excitada creo que vamos a tener que apresurar las cosas, contigo no me puedo controlar. Esta noche será tuya, únicamente quiero que terminemos la tarde que planeamos para aumentar nuestra libido.
– Pau, gracias por poder controlarte aunque sea un poco, no sabes las ganas que tengo de quitarte la ropa y saborear todo tu cuerpo. Ve como me tienes (tomé su mano y la puse sobre mi pene)
– Amor, no me hagas esto, aumenta mas mi excitación y mi deseo por ti se incrementa, te prometo que en un futuro hasta haremos el amor en el cine. Siente como estoy yo por ti. (Tomo mi mano y la puso sobre su vagina)
– Mami se siente hirviendo, siento tu pantalón muy húmedo, es por mi, en serio serás mi mujer?
– Seré toda tuya amor y de nadie más. Estoy así de húmeda por ti, por ahora calmemonos amor ya tendremos tiempo esta noche y hasta que tu padre vuelva para expresar nuestro amor.
– Claro Paula, creo que será lo mejor te amo.
– Yo también te amo cariño.
Aunque fue algo de unos 10 minutos puedo decirte que se sintió eterno, cuando estas realmente excitado y casi al punto de no poder controlarte es cuando realmente se detiene el tiempo.
Al terminar la película nos dimos un último beso pero esta vez fue uno corto pues las luces estaban encendidas y no queríamos llamar la atención. Al terminar la película eran más o menos las 6 de la tarde por lo cual aún teníamos tiempo para ir a cenar después a bailar, justo como lo había planeado estando en la universidad a excepción de que esa noche haríamos el amor seguramente, eso fue lo único que no estaba entre mis planes, pero obviamente si en mis deseos.
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Muchas gracias nuevamente, por leer esta segunda parte. Creeme que aún falta mucho por contar, dado que mi madre y yo hasta la fecha de hoy continuamos como pareja. No todo ha sido color de rosas, pero mas adelante iré contando como se fue dando todo hasta el momento de crear una relación muy fuerte, tal y como se supone que deberían de ser todos al llamarse marido y mujer.