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El amigo de su hijo
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Julia y su hijo Daniel se habían establecido en un pueblo de la costa valenciana después de su divorcio y habían alquilado una casa en una urbanización, su hijo empezó la carrera universitaria de informática en valencia a una hora de camino a su nuevo hogar y Julia empezó a trabajar de horario diurno como oficinista en una residencia de ancianos.

Daniel hizo nuevos amigos pero uno en especial que era Oliver, un chico 3 años más mayor y con el que iba a su casa a menudo y que era del agrado de Julia, muchos días se quedaba a cenar e incluso algún día se quedó a dormir. Uno de esos días y mientras cenaban Julia notó que Oliver la miraba de una manera distinta, sus miradas se cruzaron varias veces y eso provoco que ella sintiese un extraño hormigueo recorriendo su cuerpo, después de cenar él se ofreció a ayudarla a recoger la cocina y cuando ella fue a prepararle las sábanas en la cama para que él se quedase a dormir y estaba agachada él paso por detrás, le puso sus manos en la cintura y le paso todo el paquete por su trasero, ella se echó hacía delante al notarlo y Oliver se disculpó con una sonrisa.

Julia se fue a dormir con una extraña sensación y aquella noche en la cama pensando en lo que había pasado y preguntándose si fue casual o no, le dieron ganas de masturbarse.

Al día siguiente Julia fue a trabajar sin poder quitarse de la cabeza lo que había pasado con Oliver, por un lado le preocupaba y por otro se sentía halagada, Julia se divorció de su marido por sus constantes infidelidades, incluso con su mejor amiga, mientras ella le había sido fiel todo su matrimonio, aquello le provoco una exasperación que todavía le duraba. Julia no podía considerarse una mujer espectacular, tiene 40 años, mide 1.62 y pesa 70kg, un poco de sobrepeso, pero con unas buenas tetas y un buen culo, morena y media melena, aquel día cuando acabo de trabajar fue a hacerse la manicura y comprarse algo de ropa.

Daniel llamo a Julia el fin de semana para decirle que no iría, se quedaba a estudiar. Julia aprovecho para hacer compras y relajarse todo el fin de semana, al volver a su casa se encontró con Oliver.

– ¿Qué haces aquí? -le pregunto Julia- Daniel no va a venir este fin de semana

– Creo que el otro día me deje el portátil -le contestó Oliver- ¿me dejas entrar a buscarlo?

– Claro que si… anda ayúdame a entrar la compra -le pidió Julia con una sonrisa

Oliver le ayudo a entrar la compra en la casa y dejo las bolsas en la cocina y le ayudo a guardarlo en los cajones y Julia volvió a notar otra vez la penetrante mirada de Oliver y otra vez una extraña sensación recorrió su cuerpo.

– ¿por qué me miras así? – le pregunto Julia

– Tu hijo me ha explicado por qué te has divorciado – le dijo Oliver mientras la arrinconaba contra el mármol de la cocina y sus manos se posaron en la cintura de Julia – una hembra como tu tiene unas necesidades y yo puedo satisfacerte.

– ¿qué quieres decir? – le pregunto ella mientras sus manos intentaron apartarlo

– ¿cuánto hace que no follas? – le pregunto él

Julia lo miro sorprendida y se quedo paralizada sin saber que decir, Oliver le paso las manos por detrás y le apretó las nalgas y ella soltó un grito

– Soy la madre de tu amigo – le dijo ella – respétame… Julia le golpeo con las manos en el pecho y Oliver se abalanzo sobre ella y su boca quedo a la altura del oído de ella y Oliver la obligo a que le pasara sus brazos por encima de su hombro

– dime cuánto hace que no follas y te suelto – le susurro Oliver en su oreja

Julia se quedo un buen rato en silencio y Oliver no dejaba de magrearle el culo y empezó a pasar sus manos por encima de su camisa y magrearle las tetas.

– hace ya 9 meses que no follo – le susurro Julia, también al oído

Oliver le quito las manos de su pecho y se apartó un poco de ella, las manos de Julia siguieron abrazando por el cuello y estuvieron un momento así sin moverse y mirándose a los ojos, Julia lanzo un suspiro y Oliver le desabrocho los botones de la camisa

– ¿qué me vas a hacer? – le pregunto Julia

– Quiero verte las tetas – le respondió él mientras le abría la camisa y sus manos se desplazaron por la espalda de ella y le desabrocho el sujetador y las tetas de Julia aparecieron delante de él, Julia intentó apartarse y Oliver la agarró con fuerza y quedo claro que él podía imponerse.

– Por favor déjame – le pidió ella – no puedo hacerlo

Oliver le masajeo los pezones retorciéndoselos y Julia lanzo un suspiro mientras le recorría un escalofrío por el cuerpo y los pezones se le ponían erguidos.

– Te voy a poner cachonda y no vas a poder evitarlo – le dijo Oliver – que tetas que tienes

– no sigas – le rogó ella – no podemos hacer esto

Oliver le cogió la mano y la llevo a su pantalón, Julia notó como la polla de Oliver estaba durísima y parecía que iba a hacer estallar el pantalón

– Mira lo que tengo para ti – le susurraba él mientras su mano hacía que la mano de ella se moviese magreando su paquete

Oliver se desabrocho el pantalón y saco su polla y con su mano llevo la mano de Julia que agarró la polla y empezó a moverla lentamente acompañado del movimiento de él. Julia bajo la mirada y se quedó asombrada del tamaño de la polla, Oliver soltó su mano y la mano de Julia siguió moviendo lentamente aquel enorme falo.

– Me gusta cómo eres – le decía Oliver – Gorda, divorciada y la mama de amigo

Oliver hizo agacharse a Julia y le dio golpes en los labios con la punta de la polla mientras que Julia lo miraba como pidiéndole compasión y agarro la polla de él con la mano para apartarla.

– te lo suplico – sollozaba Julia – no me hagas esto.

Oliver le abrió los labios con los dedos y le metió la polla en la boca, Julia soltó un gruñido y con las manos el golpeo el pecho.

– Toda para ti – le dijo él – te voy a dar lo que necesitas… y empezó a meter y sacar la polla de la boca de Julia mientras la agarraba por el cuello, la penetró profundamente y Julia se sacó la polla de la boca tosiendo.

– Chúpamela bien y no volveré a metértela hasta el fondo – le ordeno él – ella asintió con la cabeza se sentó en el suelo, agarró la polla con las dos manos y empezó a chupársela y pasarle la lengua por la punta y acariciarle los testículos.

– Sabía que en el fondo eres una marrana – le dijo Oliver – eres buena haciendo mamadas

Julia siguió chupándola y su mano le hacía una paja a la vez lo que hacía que Oliver suspirara fuertemente y se pusiera tenso

– sigue así y te voy a llenar la boquita de leche calentita – le dijo él – quiero correrme en tu boca marrana…

Julia hizo un gesto negativo con la cabeza, pero Oliver la agarró por el cuello y empezó a correrse en la boca de Julia y por encima de su cara.

– sigue chupándomela y déjamela bien limpia – le ordenó Oliver

Julia lo miro y le agarró la polla y le lamio y la dejo bien limpia. Oliver la miraba sonriendo, tenía a la madre de su amigo espatarrada en el suelo y con la cara llena de semen.

Aquello tan solo era el principio.

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