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El amigo de mi hijo
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Tiempo de lectura: 9 minutos

Los que hayan leído mi anterior relato sabrán como tras hacérmelo con mi hijo, le prometí a este ayudarle a hacérselo con más mujeres maduras, y lo cumplí ayudándole con nuestra vecina Sandra, con la que mi hijo se lo hizo, mientras yo veía la escena por una cam.

Pocos días después al quedarnos solos, mi hijo Iván y yo en un descanso de nuestra follada me preguntó:

–¿Te gustó verme follar por la cam?

La pregunta era bastante tonta, dado que él me había encontrado, cuando termino, con mis dedos en el coño, pero me limité a decirle que me había encantado, en esos momentos mi hijo, demostrando ser tan pervertido como su madre me propuso algo increíble, que me follara a uno de sus amigos, mientras el me veía por la cam, y dado que dentro de pocos días iba a ser mi cumpleaños ese sería su verdadero regalo.

Yo un poco mosqueada le pregunté si no sería que a la vez el deseaba tirarse a la madre de su amigo, el me confesó que sí, pero que también tenía curiosidad por ver cómo se veía un polvo de verdad por la cam, lo que no estemos las madres dispuestas a hacer por nuestros hijos, acepté, y seguimos follando.

En los días siguientes lo planeamos todo, mi hijo le ofreció a su amigo una sudadera, pero él tenía que venir a recogerla a casa, se suponía que mi hijo no estaba en casa, la verdad es que estaba escondido en su habitación, y colocamos la cam en un lugar estratégico de mi alcoba matrimonial, y entre los dos elegimos la forma de seducir a su amigo, según me contó mi hijo, este era un chico muy tímido, pero se le notaba que se volvía loco por los muslos y los escotes de las tías, por todo ello elegimos la ropa que yo debía de usar, un conjunto de lencería transparente, un vestido rosa muy corto y unas medias blancas, parece que su amigo era algo fetichista.

Todo ello completado con unos zapatos blancos con unos tacones muy altos que estilizaban mi figura.

Cuando sonó el telefonillo, mi hijo se fue a su cuarto y yo a contestar, por el tono de su voz me di cuenta de que estaba algo nervioso, parecía cierto lo de que era muy tímido, le abrí la puerta de la calle y esperé en la puerta su llegada cuando llamó le abrí, me preguntó si era la madre de Iván, le dije que, si y le hice pasar, yo iba delante y notaba como su mirada se clavaba en mi culo.

Llegamos a mi habitación, donde estaba la sudadera y le pedí que se sentara un momento en la cama, le empecé a preguntar por mi hijo, si él sabía si tenía novia o amigas y cosas por el estilo y luego derive el tema a que, si la tenía él, en esos momentos me di cuenta de que sus ojos se posaban en mi escote muy generoso, le dije que él debía de tener mucho éxito entre las chicas, el parecía nervioso, yo me hice la melosa y le dije que seguro que todas las chicas de su edad querían tener sexo con él.

En esos momentos acerque mis labios a los suyos y le bese, en un primer momento sus labios permanecieron cerrados, pero poco apoco se fueron abriendo y nuestras bocas se juntaron, yo le pregunté si le gustaban mis tetas, el no dijo nada se le notaba que si pero su timidez le podía.

Yo cogí una de sus manos y la llevé hasta mis tetas, mientras seguía besándole, poco a poco su mano se fue agarrando a mi tetas y comenzó a acariciármelas por encima del vestido, yo con mi mano libre, la lleve hasta su polla, que en esos momentos sobresalía dentro de su pantalón y comencé a acariciársela, desde luego no era pequeña precisamente, mi hijo me había dicho que él creía que era virgen, si era verdad yo me iba a ocupar de que dejara de serlo.

En esos momentos pensé en mi hijo viéndome por la cam, y era una idea que me excitaba.

Todo ello hizo que me decidiera a liberar su polla le desabroché el pantalón y diciéndole que se alza un poco se lo baje, lo mismo hice con su short, y ante mi quedó una polla de un buen tamaño, la posibilidad de que esa polla no la hubiera catado nunca ninguna mujer, me pareció algo alucinante, era algo con lo que yo iba a acabar, me levanté de la cama y me arrodillé, e introduje su polla en mi boca,

Era un buen pollón que casi no me cogía, y comencé a mover mi boca, la idea de ser la primera mujer que se tragará esa polla me resultaba alucinante así que me puse a chupársela con muchas ganas, y él rápidamente se corrió, creyó que tenía que disculparse.

–Lo siento, es que es mi primera vez y no estoy acostumbrado.

Le sonreí y le dije:

–Tranquilo cariño, le dije, esto solo demuestra que te gusto y te ha gustado lo que te he hecho.

Y continuando de rodillas, volví a chupársela, primero con mi lengua limpié todos los restos de su semen, no todos los días tiene una la oportunidad de comerse la leche de un chico virgen, me la tragué todita. Luego comencé a darle besitos, su polla estaba otra vez durísima, desde luego los jovencitos se recuperan rápido.

Nuevamente introduje el pollon dentro de mi boca, y comencé a chuparlo, el parecía menos nervioso que anteriormente y más dispuesto a gozar, dejó de cortarse por gemir y sus gemidos se fueron haciendo cada vez más fuertes, me daba que a mi hijo no le hacían falta los cascos para escucharlos, jajaja, yo también más calmada se la seguía chupando procurando que no se corriera, era, muy posiblemente la primera mujer de su vida, y quería que el gozara al máximo de esta experiencia, así que cuando veía que se iba a correr, paraba y cuando estaba con más calma reanudaba el ritmo, mi coño estaba que parecía una fuente.

Finalmente decidí que ya se había prolongado lo suficiente y le hice terminar, como en la anterior mamada, me tragué toda la leche, no todos los días ordeña una a un macho que no ha sido ordeñado por otra mujer.

Mi hizo una señal para que me levantase y el se puso de pie, me besó nuevamente, vaya ya estaba tomando la iniciativa y eso me gustaba, luego se puso detrás de mí, su polla rozaba contra mi culo, me besó en el cuello, era delicioso, después llevo sus manos a la zona de mis tetas, y moviendo las hombreras de mi vestido, las dejo al aire, en ese momento me dijo con voz muy melosa:

–Mami tienes unas tetas preciosas.

Me sorprendió un poco, pero en esos momentos y solo pensaba en follar, así que no le di importancia si por mamarme las tetas me llamaba mami, bienvenido sea, y estuvo un rato acariciándome las tetas, me volví con sus labios besaba mi cuello, me lo estaba haciendo pasar divinamente, al rato el empujo mi vestido al suelo dejándome con un conjunto de lencería y diminuto, yo me volví y le quité la camisa, le tenía completamente desnudo frente a mí, se le notaba que iba al gimnasio, le acaricie el pecho, el me pidió:

–Mami vámonos a la cama.

Mientras estábamos así, ¿Él pensaba en su madre? La verdad es que me daba igual quien estaba disfrutando de sus caricas era yo.

El me quitó el vestido y me dejo con mi conjunto interior pequeñito y trasparente, no le fue difícil volver a dejar mis tetas al aire, parecía que le gustaban y me las volvió a acariciar, yo estaba calentísima, así que le hice tumbarse en la cama con las dos piernas juntas, me aparté un poco el tanga hacia un lado e introduje su polla en mi interior, montándole, su polla ya más calmada, aguanto bien estar dentro de mi coño yo comencé a llevar un ritmo que sé que a los hombres les gusta y el gemía de manera intensa.

Mientras le montaba, el comenzó a acariciarme las tetas, parece que le tenían impresionado, y eso por supuesto era algo que me encantaba, y pensar que mi hijo me estaría viendo a través de la cam, aumentaba mi excitación quisiera que me viera tan puta que no pudiera evitar las ganas de cascársela.

Cabalgaba a su amigo y la verdad estaba disfrutando muchísimo, estaba descubriendo que follar con jovencitos debería de ser una actividad que todas las mujeres cincuentonas deberíamos de realizar todas las semanas, mientras el gemía y acariciaba mis tetas y a pesar de mis intentos para evitarlos él se corrió y llenó mi coño con su semen, en esos momentos más tranquilos yo sentí el impulso de hacer de madre y le dije:

–Cariño, esta vez te he dejado que te lo hagas en mi coño por ser nuestra primera vez, pero nunca debes de olvidar que, si follas con varias mujeres que sean un poco putas, como yo, jajaja, debes de usar condón.

Y le besé en la boca y el me lo aceptó, sus manos volvieron a acariciar mis tetas que al parecer para él se habían vuelto algo muy apetitoso, mientras yo llevé mi mano a su polla y se la acaricié para hacerla recuperar la forma, y esta reaccionó rápidamente y se volvió a poner durísima, estaba claro que íbamos a volver a follar, entonces él me pidió:

–Mami, ahora quiero ponerme yo encima.

–Como tú quieras mi amor le dije.

Y me tumbé en la cama con las piernas bien abiertas. A él se le notaba nervioso;

–Va a ser la primera vez que voy a montar a una mujer, me dijo, lo de antes no vale porque eras tú la que llevaba el ritmo.

–Me alegro de ser yo quien te estrene mi amor, le respondí.

Él se situó entre mis piernas y cogido su polla y la introdujo en el interior de mi coño y comenzó a moverse, sin duda de una manera un poco torpe, pero se le notaba que tenía ganas de disfrutar, mientras metía mis pezones entre sus labios, aunque parezca contradictorio todo ello me proporcionaba un pacer muy especial, tuve claro que quería seguir desvirgando jóvenes.

Me vine varias veces antes de que él sintiese que estaba a punto de correrse, en esos momentos paró y me preguntó:

–¿Te puedo pedir algo muy especial?

–Por supuesto mi amor, le respondí.

–Quiero correrme encima de tus tetas, me pidió.

–Soy toda tuya le dije.

Y sacando su polla de mi coño se puso encima de mí, yo se la chupé un poco hasta que vi que se iba a venir y me retiré y todo su semen cayó sobre mis tetas.

Después de esto nos sentamos a descansar, tumbados uno al lado del otro y cogidos de la mano, yo le pregunté porque no tenía novia, el un poco nervioso me contestó que era muy tímido y que además las chicas de su edad no le interesaban, que prefería a las mujeres más maduras.

–¿Te gustan las amigas de tu madre?, le pregunté, su nerviosismo aumentó.

Parecía que la idea de unir las palabras sexo y madre le ponían nervioso, yo al notarlo, desvié el tema y le dije:

–Pues aquí tienes una viejecita a la que le encantas.

Nos besamos dulcemente y entonces el me volvió a preguntar:

–¿te puedo pedir, otra vez, algo especial?

–Mi amor, ya has visto que estoy aquí para complacerte, pídeme lo que quieras.

–Me gustaría metértela por el culo, lo veo en las pelis porno, pero mis amigos dicen que es algo a lo que las mujeres soléis negaros.

–Cariño, me has ofrecido tu virginidad, no te puedo negar nada.

Y le besé apasionadamente, después llevé mi mano a su polla y se la acaricié, y una vez más, su polla comenzó a crecer, cuando me pareció que ya estaba bastante dura me puse a cuatro patas, encima de la cama, y lo primero le pedí es que besara los cachetes de mi culo y que me pasará a lengua por ellos, lo hizo, noté que ponía mucho amor en ello y eso me gusto, después le pedí, que metiera uno de sus dedos dentro de mi culo, en esos momentos le dije:

–¿Ves cómo cabe bien? Porque mi marido y algún otro, con sus pollas me lo han adaptado lo suficiente, así que estate tranquilo no me vas a hacer daño.

Dije esto para tranquilizarle, lo siguiente que le pedí fue que me restregara su polla contra mi culo para que se pusiera más dura aún, lo hizo y con ella preparada le había llegado el momento de penetrarme, le animé a hacerlo y le fui indicando el ritmo, primero, aproximar su polla a mi culo enchufarla, y luego meterla de golpe y luego moverla a buen ritmo como si fuera un coño.

Como un chico aplicado así lo hizo, y yo sentí como entraba en el interior de mi culo y se empezaba a mover con muchas ganas, lo hacía muy bien, como si fuera un experto y consiguió que gimiera como una cerda, desde luego si el chico vencía su timidez podría llegar a hacer maravillas con las mujeres.

Los movimientos que hacía en el interior de mi culo me encantaban, me estaban haciendo alucinar, me hicieron tener, otra vez varios orgasmos, mientras el intentaba no correrse, se le notaba que quería prolongar el momento, y yo encantada, en un momento determinado le pedí que introdujera sus dedos en el interior de mi coño y que me masturbara con ellos, otra vez volvía sentir esa sensación tan agradable de mezcla de inexperiencia y pasión, yo seguía teniendo órganos finalmente él dijo:

–No puedo más

Y se corrió en el interior de mi culo, otra vez mi cuerpo se cubrió con su leche, lo cual me encantaba,

–¿Repetiremos?, me preguntó.

–Si tú quieres mi amor, le respondí.

Pero eso sería otro día, el ya no podía más y yo quería hacer otras cosas antes que mis otros hijos volvieran a casa, él se vistió, yo me puse una bata y le acompañe a la puerta intercambiamos los teléfonos para quedar otro día, después se fue.

En cuanto se fue me quité la bata y me fui hasta la habitación de mi hijo, quería saber si a él le había gustado el espectáculo, la respuesta la tuve nada más abrir la puerta, mi hijo me esperaba desnudo, con su polla al aire, bien dura, en cuanto llegué él se abalanzó sobre mí, me tumbó en la cama, me abrió las piernas, introdujo su polla en el interior de mi coño y comenzó a cabalgarme como si en ello le fuera la vida, mientras me decía:

–Que puta eres, mira cómo me has puesto.

Siguió follándome como si nunca hubiera follado, hasta que se corrió dentro de mí.

–Veo que has disfrutado con el espectáculo, le dije, ¿me traerás a más amigos?

–So zorra, varias veces he tenido la tentación de ir a donde estabais y unirme a la follada.

–Igual debería de animarte le contesté

Pero eso sería otro día debíamos vestirnos antes de que los demás de la casa llegaran, y así lo hicimos, nos sobraba algo de tiempo, y le dije a mi hijo de quitar la cam que muy disimuladamente habíamos instalado en mi habitación de matrimonio para que él pudiera ver lo que hacía con su amigo, pero mi hijo me respondió:

–¿Es necesario mami? Me ha encantado verte follar y me encantaría seguir viéndote.

Ósea que mi hijo sentía curiosidad por verme follar con su padre, la verdad es que era algo que me resultaba muy morboso, esa noche, pese a la paliza que me había dado el chico esa tarde cuando mi marido y yo nos acostamos me pude muy melosa, pero le pedí hacerlo con la luz encendida, mi marido me puso muchas pegas, los chicos podían despertarse y al ver luz en nuestro cuarto venir a ver qué pasaba.

A sus lógicos argumentos yo respondía con mis insinuaciones de perra en celo y claro mi marido terminó aceptando todas mis peticiones y tuvimos una noche muy apasionada, hacia mucho que no me la metía por todos mis agujeros, yo pensando en que mi hijo me estaba viendo mes sentía todavía más excitada y no tuve ningún problema en que mi marido me la metiera todo lo que le apeteciera y por donde a el le apeteciera, alguna vez mientras lo hacia no podía evitar hacer gestos o echar miradas sabiendo que mi hijo estaba al otro lado mirando y quizá menándosela, mi marido casi agotado dijo:

–Parece que la proximidad de tu cumpleaños te ha aumentado la libido

Estuvimos hasta que mi marido terminó completamente agotado, y se durmió.

Yo decidí seguir un poco más con el espectáculo y comencé a masturbarme, la verdad es que me sentía una autentica ninfómana.

Después reflexione sobre lo que me había ocurrido ese día, por primera vez en mi vida, había recibido tres pollas, algo impensable no hacía mucho.

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