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Educando a Lina (Parte 1)
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Tiempo de lectura: 2 minutos

Estaba en mi casa terminando de estudiar cuando recibí un mensaje. Lo abrí sin mayor expectativa y me llevé la mayor sorpresa, Lina, una compañera de la universidad me enviaba una foto que inmediatamente me puso el pene durísimo.

Su cuello iniciaba la foto y bajaba una camisa blanca que se mojaba justo para dejar ver unos pechos totalmente apetecibles, con sus pezones en punta y en el tamaño que más me gustan. Ni tanto ni tan poco.

No sabía que responderle, era una compañera con la que nunca hablaba y antes de pensar más, ella me escribió angustiada diciéndome que había sido un error que no era para mí. No le respondí nada y ella cada media hora volvía a hablarme angustiada

Teníamos clase de 10 y cuando la vi entrar inmediatamente mi pene reaccionó recordando esa foto que había recibido el día anterior, ella se puso roja y se hizo un poco lejos, pero me saludo desde allí.

La clase se acabó y cuando iba a salir del salón ella se acercó, me saludó de beso y yo la abracé pegándome a sus senos, cosa que nunca había pasado, pero que ahora no pude evitar.

Dijiste que había sido un error que te perdonará y te cogí de la mano y te dije que eso no se hablaba en público así que te llevé a un salón que a esas horas estaba más solo. Entramos y te deje contra la pared.

Empezaste a decir rápidamente que estabas muy avergonzada, que no querías que me imaginar a cosas, que no le envías eso a nadie y solo la guardas en una carpeta.

Te escuché enredarte más y más con tus palabras mientras veía tu cuerpo moverse rápido al ritmo de tus palabras. Querías oír mi aprobación, tenías que liberarte de tu error.

-Quiero otra foto -te dije al oído.

-Qué? –respondiste.

-Ya vi tus tetas ahora quiero ver tu culo -te dije mientras mandaba mi mano hacia una de tus nalgas y apretaba con rudeza.

Gemiste y me empujaste un poco, te liberaste y balbuceaste un “no” suavemente, te volví a tomar de las manos y las puse sobre tu cabeza, me incliné hacia ti y amagué con darte un beso, cerraste los ojos y te dije al oído:

-Quiero esa foto a las 7. Quiero que me ponga dura la verga o es que acaso quieres que descubra tu culo en este momento -mientras una de mis manos bajaba y volvía a coger tu buen culo.

Gemiste, dijiste que enviarías la foto. Te solté y te quedaste quieta, me quedé frente a ti, te miré firmemente, me acerqué nuevamente y ahora si te besé, correspondiste ansiosa, me retiré y cambié mi boca por 2 dedos…

-Abre.

Abriste tu boca, chupaste ansiosa, seguiste. Los saqué, los limpié en tu cara, te solté una bofetada con fuerza media. Me fui sin decirte nada.

Quedaste en el salón, con saliva en tu cara, con la vagina mojada, con tus pezones duros. Fui a mi casa y a las 7 recibí una foto, era tu culo, mi verga se puso dura. Al día siguiente nos volvíamos a ver.

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