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Economista y prosti: Mi marido, papá y mi suegro, como nunca
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Tiempo de lectura: 9 minutos

Esta vez, pretendo actualizarlos en un avance en la relación, de incesto digamos, con papi y mi suegro.

Ya habíamos estado una noche los cuatro juntos (obviamente se suma Tommy); pero yo tenía ganas de algo muy muy especial, que ya he practicado con Tommy y su papá, y que me enloquece, la doble vaginal.

Traté de no estar con papá ni mi suegro por más de una semana, a fin de que “acumularan”, y entonces armamos con Tommy los contactos del caso para tener una noche libre con ellos, aquí en Montevideo.

La idea, igual que otras veces, ¡proponer algo que ni mi mamá ni mi suegra pudieran aceptar! Ja ja.

Una noche de juego de cartas en nuestra casa… y se quedan a dormir todos…

-¡Ni loca! Un aburrimiento total, dijo mi suegra.

-¡Ni atada! ¡Mire si voy a mirarlos jugar a las cartas, invito a mi consuegra a cenar afuera y cada una a dormir a su casa! Dijo mamá.

¡Eso y lo de invitarlas al campo, no falla! Combinamos todo para un día que yo no tuviera clientes, y lo hicimos.

Llegamos todos a casa después de las 6.30 pm. Tom y yo, y después de las 7.30 pm. Los “invitados familiares”.

¡Yo había traído elementos para cena fría comprados en un local de Pocitos que nos encanta… todo listo!

Por supuesto, el tema era sexo y sexo… así que me preparé completa, y decidí provocarlos desde el comienzo, más bien entretenerlos y excitarlos, más que provocarlos.

Lo conversamos un ratito con mi amor, y decidí hacerles una especie de desfile, pero con los cambios de ropa un poco espaciados, a medida que el entusiasmo avanzara.

Para recibirlos en la puerta de casa, comencé con un conjunto de gym, soutien deportivo negro dos talles más pequeño que el correcto, las tetas desbordando, y una calza verde limón, metida absolutamente entre las nalgas. El pelo rubio atado en una coleta alta y zapatillas deportivas.

Llegó papá, y me asomé a la puerta a recibirlo, sin importar que algún vecino me pudiera ver. Se asombró de mi look, lo besé en la puerta, en los labios, y respondió entusiasmado. Ya acostumbrado a que tengamos sexo, nos fuimos a sentarnos a un sofá del living y a besarnos y manosearnos (más él a mí que yo a él). Vino Tommy y se sumó a la diversión. A los diez minutos, con mi cara toda ensalivada y la calza casi debajo del culo, tuve que ir a recibir al papá de Tommy. Cuando me vió se rio y me dio tremendo beso en el jardín del frente, ya perdiendo la vergüenza ja ja.

Entramos, me acomodé entre mi papá y mi suegro que se divertían con mi cuerpo, mientras Tom en el piso, acariciaba mis pies y mis piernas.

Tocaba sus bultos y vi que ya estaban creciendo, pero yo quería prolongar la previa. Me paré y fui a cambiarme.

¡Regresé vestida como para que se les terminara de parar! Toda en color turquesa. Solamente lencería y tacos. Stilettos negros, medias y liguero, tanga hilo y corpiño media copa turquesa. Antes de salir del vestidor me miré y, la verdad, me gusté.

Aparecí y les hice una pasada de desfile. Conociendo sus gustos, les exhibí particularmente el culo, sin dejar que me tocaran. Luego fue el turno de las tetas, que ofrecí generosamente a mi marido que las dejó al aire completamente, poniendo por debajo de ellas la media copa del soutien.

Dejé que me las miraran bien y me las chuparan y acariciaran los tres y volví a levantar la media copa cubriéndolas hasta el pezón. Me senté nuevamente entre mi padre y mi suegro y Tom vino a pararse detrás de mí. Nueva ronda de besos y manoseos de parte de los tres, que no se cansan de hacerlo (ni yo de recibir sus “halagos”). Tenía en mi boca saliva de mis tres machos más cercanos, y eso me ponía a mil. A causa de eso, decidí seguir con mi plan de diversión previa.

Volví a irme al vestidor, habiéndoles dicho que me esperaran sin ropa alguna. Así lo hicieron, y yo volví con mi amada boa blanca de plumas, que ya he usado con algún cliente. La boa de plumas mide más de dos metros. Me la coloqué por encima de un hombro, cayendo por detrás hasta la raya de mi cola, por delante la dirigí y sostuve con una mano por entre las tetas cayendo hasta mi cuca y tapándola. En la otra mano, como si fuera un cono helado, traía un gran consolador anatómico, negro, completo en su base simulando testículos y con una gran ventosa para adherirlo a alguna superficie. Caminé entre ellos, parados desnudos, sin cubrirse los miembros erectos.

Me acerqué a cada uno, les restregué el culo y las tetas mientras lamía el consolador. Había ubicado previamente un pequeño asiento de cuero, que al ser muy liso permite que se adhiera el consolador. ¡Me acerqué al asiento, coloqué firmemente el consolador negro que quedó recto y amenazante!

Lentamente frente a ellos me despojé de la boa de plumas, y comencé a masturbarme ensalivándome una mano.

Bastó una señal y Tommy se arrodilló y me lamió la concha dejándola aún más húmeda. Le hice señas de retirarse.

Y entonces me situé sobre el asiento (un taburete o banquito le llamamos en Uruguay) las piernas bien abiertas, las manos a la cintura…y comencé a bajar lentamente sobre el erecto consolador.

Confieso que lo gocé. Me lo fui metiendo lentamente flexionando las rodillas, comencé a subir y bajar un poco más cada vez hasta que me entró toda, entonces aceleré y el trío que me miraba (y admiraba, je je) comenzó a batir palmas. Los veía, las vergas duras, los ojos clavados en mi, las respiraciones agitadas. Bajé el ritmo y me salí del consolador negro, los miré, les sonreí y me giré dándoles la espalda.

Quedé sobre el dildo como si estuviera en reverse cowgirl. Comencé de nuevo a metérmelo, ya mojado de mi licor. Mis manos abrían mis nalgas para que vieran todo. Y de nuevo a subir y bajar, ahora gimiendo suavemente. Era obvio que no resistirían mucho mas. Me salí esa hermosa verga de silicona negra.

-¿Les gustó?

La respuesta fue que me rodearon a manosearme de arriba a abajo.

Debía frenarlos, no quería coger aún y debía descomprimir todo.

-¡A ver si me consiguen uno de verdad! ¡Me encantaría! Y mientras lo piensan, nos vestimos un poquito y cenamos.

Fui al vestidor a ponerme una tanguita y un babydoll rosados, desde luego transparencia total; mientras ellos se vistieron con sus boxers y camisa o camiseta simplemente.

Cenamos, nos reímos, comentamos acerca de la sorpresa, nos desafiamos a conseguir uno similar pero no artificial sino humano. Logramos “enfriarnos”.

Luego de la cena, sin siquiera hablarlo, nos refrescamos, higiene bucal y nos fuimos sin siquiera planearlo rumbo al dormitorio.

Ni fue necesario pedirlo, al llegar se iban desnudando nuevamente. Y yo pensaba que hacer, no lo había pensado ja ja. Y me acordé de una vieja película de Sofía y Marcello, repetiría lo de Sofía, pero mucho mas atrevido.

Los besé a los tres y les dije que ya volvía. Me fui al vestidor, me coloqué medias y portaligas (liguero) negros, tanga y corpiño haciendo juego, zapatos de taco muy altos también negros… y en el celular puse música adecuada a striptease.

Ustedes se lo imaginan.

Mi striptease fue lento, con muchas sonrisas, aplausos cada vez que terminaba de sacarme alguna prenda. Me encantó ver como sus pijas pasaban de semi erectas a “cilindros de piedra” mientras avanzaba mi actuación. Y llegó el momento esperado por todos: -¡Soy vuestra puta, aprovechen!

De espaldas en la cama, aquello fue un torbellino de lenguas y manos sobre mi cuerpo. A veces se turnaban o se cedían el lugar, a veces se chocaban. Mi boca no daba abasto a besarlos recibir su saliva, enredar las lenguas. Mi concha era un lago de salivas. Mis tetas estaban enrojecidas de tanto que las manoseaban, igual que mi culo.

A veces alguna verga se acercaba a mi boca y era meticulosamente chupada y lamida, pero sin hacerlos acabar.

Cuando tomamos un respiro, dije: “venga papá” y lo hice colocarse al borde de la cama con las piernas apoyadas en el piso. Me metí su verga hasta el fondo, de espaldas a él, y con cuidado incliné mi torso hacia atrás para que él me sostuviera con sus brazos, mis piernas caían sobre las de mi padre

-No se mueva todavía, le dije. Y Tommy le dijo a su padre: “ahora vos papá”.

Tomás entendió de inmediato. Se puso inclinado sobre mi, un pie sobre la cama, y puso si verga en la entrada de mi concha, encima de la verga de mi papá. Empujó y empujó, yo sé que gritaba pero no recuerdo que gritaba. Me dolía y me gustaba. Y al final entró.

-¡Muévanse! ¡Los quiero los amo!

Mi papi poco y nada podía moverse, pero algo lograba, Tomás sí lograba un mejor vaivén. Yo les pedía: “mas pija mas pija” “leche, quiero leche, quiero que me llenen”. Y allí Tommy completó el ciclo y dejó de pajearse para meterme la verga en la boca. La acabada de papá llegó primero, luego la de Tomás y me sentí no se si en el paraíso o en el infierno. Golpes de leche en mi concha que me llenaban, y eran de mi padre y de mi suegro, sus pijas todavía dentro de mí cuando mi marido me llenó la boca de esperma. Tragué todo lo que pude, algo se resbaló por mis labios.

En segundos, mis tres machos mas queridos estaban tirados en la cama, y yo, la Economista de alto nivel yacía con ellos llena de leche. Y les limpié las pijas chupando, como debe ser.

Era casi la media noche, al otro día a las 7 am. Tommy se iba a trabajar, así que me dio varios lengüetazos de concha, me besó y se fue a dormir un pico, diciéndome: “te amo más que antes!”

Me quedé sola con mi padre y mi suegro, los tres desnudos, manchados de leche, acariciándonos. No lo podía creer, y al mismo tiempo me felicitaba por haberlo logrado. ¡Me sentía muy feliz!

Mi padre y mi suegro se dedicaron a acariciarme, mimarme y conversamos largo rato.

-Te amo hija, no me arrepiento de haber cedido a tu requerimiento de coger.

-La putita de la familia, que felicidad que mi hijo te comparta así.

-Graciasss, cada vez soy mas feliz, ¡durante años me perdí esto! ¡Ahora estoy super cogida por los hombres que amo, y otros me pagan como diosa! Ja ja.

Me les exhibía, los montaba y les restregaba mi concha sobre la cara, me lamieron el culo… y al final, los tres en la misma cama, nos dormimos.

Estoy programada para despertarme mas o menos a la hora que se despierta y levanta Tommy y usualmente desayunamos juntos. Pero esta vez, me despertó a eso de las 5 am una verga que trataba de meterse entre mis nalgas. Las manos de la misma persona me acariciaban las tetas y me di cuenta que era mi suegro.

Respondí mimosa, mordisqueándole un dedo y atrayéndolo a besarme. Me encanta despertar así.

-Te voy a culear, me dijo. -Me lo imaginaba, respondí.

Papá se despertó y se dio cuenta de lo que pasaba: -¿Te va a hacer la cola?

-Sí papi…

-Yo te la preparo…

Me pusieron boca abajo, y mientras mi suegro desde un costado me daba su pija a chupar, papi me lamía y chupaba el esfínter sagrado.

Finalmente, papá me dijo: -En cuatro nena. Lo obedecí, tomó de la mesita de noche el gel, y comenzó a untarme el ano, no les mentiré, a veces metió parte de algún dedo. -¡Está preparada Tomás, yo le abro las nalgas y quiero ver como la cogés!

¡Eso me puso a delirar de caliente! ¡Mi padre abriría mis nalgas, para que mi suegro me penetre en el culo! ¿Que mas puedo pedir?

Sentí mis nalgas abrirse, me colocó mas gel, y entonces Tomás me penetró sin espera ni aviso. Una sola embestida y me la metió hasta que sus huevos me tocaban la cuca. Papá miraba como me entraba y salía y disfrutó viendo cuando mi suegro me hizo el tradicional mete saca.

Sabiendo que no me gusta que me acaben en el recto, la sacó y yo me di vuelta y le ofrecí mis tetas. Hermosos segundos de paja rusa y me descargó el semen en ellas. Semen que como me gusta hacer, recogí con mis dedos y me lo llevé a los labios.

Ya Tomas, levantado, se preparaba el desayuno. No quiso “molestarnos” viniendo a ver.

Su padre aprovechó a ducharse y se fueron ambos juntos, Tomas a su casa y Tommy a su trabajo. Papá y yo quedamos solos, y eran cerca de las 7 y yo comienzo mi trabajo a las 11 de la mañana… teníamos tiempo…

Yo tenía puesta solamente una bata larga, blanca y le dije que fuera al dormitorio y me esperara desnudo.

Salí del vestidor estrenando un juego de lencería de un sex shop, blanco, tanga hilo, con una abertura en la parte delantera justo frente a la concha que permite caricias, juegos o penetración. Haciendo juego, el soutien, de copa entera, pero cada copa con un corte de arriba a abajo, que deja escapar el pezón.

Se imaginan, no intercambiamos palabras, solamente caricias, él me tocaba toda, y yo le masajeaba el pene. A solas, solamente mi padre y yo. Me chupaba los pezones y me restregó la verga en los labios de mi concha, en la abertura de la tanga, una delicia.

Me sacó el soutien y la tanga, caímos a la cama y me tiré encima de él a restregar todo mi cuerpo sobre el suyo. Le decía de todo al oído, cuanto lo quiero, como me calienta, que lo deseo, que me puede tener cuando y cuanto quiera, como me gusta y las sensaciones que me provoca recibir o tomarme su leche, la leche que me dio origen.

Ambos en llamas, nos dimos vuelta, y con él el misionero, me hizo abrir las piernas, y mirando como me entraba, me la fue poniendo centímetro a centímetro. Cuando estuvo toda adentro, se dejó caer sobre mi y empezó el vaivén mientras me chupaba las tetas o nos besábamos.

Mi mente volaba de placer, ¡y se transmitió ese placer a mi cuerpo que comenzó a temblar, mis piernas se sacudían y tuve un hermoso orgasmo con mi padre! Pasado eso, él siguió la faena y me llenó de leche cuando fue su turno de acabar. ¡Que disfrute! Mi padre tirado encima de mi, con la pija adentro y habiendo acabado ambos, y diciéndonos cosas lindas.

Se animó a lamerme la concha y besarme, volábamos de placer, solos, como enamorados recientes, que de alguna manera somos.

Yo sé, no es para todos, ni para la mayoría, pero para aquellos pocos que se animen, que estén de acuerdo en intentarlo, sin imposiciones de uno al otro, y obvio, que sean mayores de edad: ¡Inténtenlo! Es un placer indescriptible lo de padre e hija (supongo que también madre e hijo). Se experimentan sensaciones muy especiales, sobre todo cuando se hace al natural, sin látex.

Sentirse penetrada y llenada del semen que nos originó, es indescriptible.

Quise decirles esto, que no sé si logra transmitir lo que siento, pero siento el deber de decirlo.

Jugamos, nos besamos al infinito y nos preparamos, él para volver a su casa y yo para retomar mi trabajo en la Asesoría Financiera.

Nos despedimos a puro beso en el jardín.

¡Esa noche con Tommy hicimos de todo, solos y sin visitas! Cada vez nos entendemos y nos amamos más.

Y yo aproveché para hacerle un pedido especial:

-Amor, quiero pedirte algo muy especial, si no te parece bien, o si te molesta, me lo dices y no se hace…

-¿Qué es?

-Vas a pensar que estoy loca… quiero coger con don Roque (nota: es el cuidador de la casa de campo, ya saben de él).

-¿Y por qué me parecería mal? Hasta es previsible.

-¡Es que me gustaría seducirlo sola, que se piense que te soy infiel! Ja ja. Podríamos ir un viernes después del trabajo, te vuelves aduciendo una emergencia de trabajo el sábado, y me quedo solita.

Tommy cada vez me complace mas, nada le molesta. Pero me hizo un pedido especial: -Me encantaría si logras pasarme algún reel o foto.

-No lo dudes, te complaceré en todo lo que quieras.

Y así fue que en el mes de agosto, me cogí a don Roque, recuerden que este relato de ahora, el de don Roque y otro más, que no sé si se los relataré, completan lo atrasado.

¡Hasta la próxima! Besitos.

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Comentarios

9 COMENTARIOS

  1. Hola Antonio! Como estás? Está para publicar el encuentro mío con Roque, el Sr. que cuida nestra casa de campo. Con ese relato quedo prácticamente al dia, y ya estoy elaborando el relato de una fiesta en Punta del Este en el último fin de semana.
    Te envío un beso mas grande que nunca. ¿Piensas que en tu ciudad podré encontrar algún amigo?

  2. Pues sera un placer mutuo si tengo la oportunidad de conocerlos y platicar arduamente y claro q eres bienvenida en esta tu casa

  3. Gracias Antonio! Eres un amor! Realmente la situación de éste relato fue increíble, nos desbordamos de excitación. Además, lo de papá, se ha tornado muy muy intenso y agradable. Son emociones que a veces hasta me cuesta traducir en palabras. Espero encontrarnos y lo hablaremos personalmente cuando visitemos tu paín, que ya conocemos parcialmente.
    Besos.

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