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Economista y prosti: Luna de miel con mi papá
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Tiempo de lectura: 10 minutos

¡Hola!

Como saben, terminada la noche especial, que he llamado de “luna de miel con mi suegro” (nada que ver con luna de miel real), la noche del sábado al domingo estaba reservada para la “luna de miel” con papá. Les reitero, ya hemos intimado reiteradamente y muy satisfactoriamente con papá. No piensen en una luna de miel porque vamos a empezar a tener sexo, lo digo en el sentido de que vamos a tener toda la noche solos, uno para el otro (y lo deseamos). Mi suegro se había ido a media mañana del sábado y yo quedé realmente agotada.

En cuanto llegó Tommy de su visita sabatina a la fábrica donde trabaja, le propuse que lo postergáramos hasta la noche del domingo al lunes. Por supuesto aceptó.

Le consulté también acerca de una sorpresa muy muy especial para mi papá, y estuvo totalmente de acuerdo y sugirió un detalle adicional que me encantó.

Llamé a papá , le expliqué y estuvo de acuerdo, lamentando que se postergara “esa partida de póker que tengo ganas de integrar cuanto antes”.

Le pregunté como quería que lo recibiera el domingo en la tarde/noche cuando llegara, y fue muy claro: “quiero que me recibas totalmente desnuda dentro de tu casa o casi desnuda en el jardín, llegaré cuando ya sea noche”.

Nos tomamos con Tommy el resto del sábado y el domingo hasta las 8 pm para nosotros, tuve fuerzas y ganas para que me poseyera dos veces en la noche, pero el domingo nos despertamos casi a mediodía ja ja. Preparé mis outfits, mas que nada uno muy muy especial. Y todo estuvo listo.

Dado que Tommy permanecería en casa, dejándonos solos en la suite principal, pensamos que sería correcto que recibiera y saludara a mi papá y luego se ausentara.

Le dije a papi que cuando estuviera cerca de casa avisara, para poder esperarlo como se merece. Así lo hizo, ya eran mas de las 8 de la noche, nuestra zona es de casas, no edificios. Tommy abrió el portón del jardín que permite acceder al camino al garaje.

Tommy permaneció junto al portón para cerrarlo de inmediato a la entrada del coche. Cuando pasó a su lado mi papá lo saludó y Tom le dijo que estacionara el coche, con las luces apagadas, y bajara del mismo.

Tommy cerró el portón y se fue a la casa; papá bajó y quedó como esperando, supuso que yo aparecería vestida al estar en el jardín. Pero el jardín, siempre iluminado y con alarmas perimetrales, estaba totalmente a oscuras.

Hasta que aparecí casi a su lado. -Bienvenido papá. Se giró y lo que vio lo dejó casi petrificado, ¡pero al mismo tiempo encantado! No es que me confundiera con un fantasma, pero quedó tan sorprendido como si hubiera visto uno.

El motivo fue verme avanzar vestida con mi auténtico vestido de novia, con larga cola, y tocado de tul cayendo a mi espalda; como homenaje a él, que hace unos seis años me llevó con ese mismo vestido a casarme con Tommy.

-¡Hija! ¡Que sorpresa! ¡No puedo creerlo!

Y por respuesta avancé a besarlo. A besarlo mucho.

-¿Ves papi? Hoy te queremos recordar aquel día tan importante, cuando me acompañaste y me entregaste en matrimonio a Tommy. ¿Te gusto? El vestido me queda tan bien como aquel día, estoy igual.

Lo tomé de la cintura y caminamos hacia la casa mientras me decía cosas hermosas.

Llegamos, Tommy nos esperada con copas de champagne. Brindamos, la verdad sea dicha los dos me alabaron por como luce mi vestido de novia, y Tommy aventuró: “Bien, creo que debo dejarlos solos, lo prometido es deuda”.

-Yerno, la noche es larga, y si bien fue una entrega muy diferente la de hace seis años cuando llevé a Sofía al altar, quisiera que si ustedes lo aceptan, me la entregues ahora para el resto de la noche, que será una larga noche”.

Saltamos y aplaudimos de alegría, ¡mi papá es un genio! , y uno muy generoso.

Nos miramos con Tommy e hicimos memoria de lo ocurrido en nuestra propia luna de miel. En la suite del hotel en el cual pasamos la noche de bodas, había un gran sofá similar al que tenemos en casa (bueno, todos se parecen en tamaño al menos), y nuestro primer sexo de casados fue en cuanto entramos a la suite, cuando Tommy me penetró inclinada sobre el sofá.

-Suegro, usted va a revivir exactamente lo que ocurrió aquella noche tan especial para nosotros. ¡Le sugiero se desvista y esté cómodo!

Papá se quedó en bóxer y se acomodó en un sofá pequeño.

Nos abrazamos y nos besamos con Tom, me quitó el velo. Luego, desató los cordones que ataban la larga cola al vestido (solución que encontramos con el diseñador del vestido para poder bailar cómodamente en la fiesta post ceremonia religiosa). Solamente quedaba ahora el vestido y sus 24 botones que lo cerraban a la espalda. Y un detalle. Ese detalle so lo mostró Tommy a mi padre: me llevó al lado de donde él estaba sentado mirando todo atentamente, y comenzó a levantar lentamente el vestido. Para cuando mi culo apreció, no se vio ninguna lencería.

-¡Hija no tienes nada bajo el vestido!

-Hoy seré su novia putita papá, las putitas somos así, muy liberales…

Tom me hizo girar con el vestido levantado. Frente a su cara quedó mi chochito primorosamente depilado. Papi se relamió los labios, me lo lamió un momento y dijo: “¡te queda hermoso así, tan suave!”

Lo dejé al alcance de su boca. Yo sostenía el frente del vestido levantado mientras mi esposo, desde atrás, desprendía ese sin fin de botones.

Desprendió primero, sabiamente, los inferiores; para que mis tetas permanecieran cubiertas. Cuando desprendió los últimos, él pasó a sostenes el vestido en mi cintura y yo me bajé el frente.

Saltaron las tetas, mis adoradas tetas, que mi padre acarició aún sentado, levantando sus manos.

Tommy me llevó hacia el sofá grande, yo caminé sosteniendo mi vestido a la cintura, las tetas bamboleándose y yo toda sonrisas mirando a papi.

Decididos a que con papá se repitiera la penetración de la noche de bodas, me incliné en el posabrazos del sofá, dejando caer el vestido al piso, no me importó pisarlo. Doblé la cintura sobre el posabrazos, y mi cara y brazos se apoyaron en el asiento del sofá. Mis piernas, entreabiertas, dejaban ver a pleno mi esfínter y los labios de mi concha.

Tommy ensalivó mi cuca con sus dedos mientras papá se acercó, ya desnudo. Y sujetando su verga con una mano, la comenzó a restregar por los labios de mi femineidad.

-Tommy, la noche será larga, ¿antes de dejarnos solos quieres ver como me cojo a mi hija?

-Gracias. Me quedo si ella acepta.

-Sííí amor, sé que te gusta verme, y a mi me excita que veas como me cogen.

Papá no necesitó mas. Su verga dejó de pasearse por mis labios genitales y por mi clítoris y sentí que la ponía en posición a la entrada de mi concha.

Mi esposo atendió mis tetas que estaban casi apoyadas en el sofá. Y mi padre empujó suavemente y a fondo hasta tocar su pubis en mis nalgas. Estiré mis brazos hacia atrás, un poco forzados, y comencé a acariciar sus bolas.

Entraba y salía rítmicamente, a veces cuando la sacaba un poco, escupía sobre ella, le apasiona hacer eso, aunque ninguna lubricación extra era necesaria.

Yo deliraba, porque por un rato tenía a mis dos hombres mas amados, y, ya lo saben ustedes, me pone a mil que sea mi propio padre quien está cogiéndome.

Como otras veces, grité al llegar al orgasmo, papá ni se inmutó al ver que mis piernas temblaban y al sentir que apretaba mas sus huevos. Siguió y casi enseguida aceleró, señal de que se acercaba su eyaculación (con ocho o nueve días de abstinencia). Sentí el chorro de semen como un lanzallamas; ¡bueno, no tanto! Pero sentí su esperma vivificador regando mi matriz, como siempre, enloquecí de placer… ¡la leche de mi padre en mí! Y tremendos chorros por la abstinencia a que mi cronograma de clientes lo había obligado. Loca de alegría. Supe que quería tener un testimonio de ese día. Me moví para que se saliera de mi concha, y al instante un pequeño chorro de su semen cayó sobre mi vestido de novia.

Lo consideré un tesoro a conservar… leche paterna en mi vestido de novia. Ya le pediré a Tommy que también él lo riegue, y guardaré toda la vida ese trofeo.

Y no solo eso, tomé cierta resolución en el momento, excitada al máximo con el polvo de papá y la bondad de Tom. Ya se los haré saber.

Mis tetas relucían de la saliva de Tom, mi padre comenzó a manosearlas, y papi le dijo a Tom: “si te vas, duerme un rato, a eso de las 5 am te necesitaremos, si aceptas” (eran apenas 11 pm de la noche anterior).

-Estaré disponible con todo gusto. Y me besó cálidamente y se fue al que sería su dormitorio esa noche.

-¡Gracias por todo papá! Eres muy bueno con Tommy y conmigo. ¡Que lindo me has cogido! Y me arrodillé a premiarlo. Su verga estaba caída pero aún con algo de dureza, gomosa como solemos decir, típico de una verga que recién hace tres o cuatro minutos ha salido de una cueva de amor.

Limpia y reluciente su cabeza de color rojo oscuro, así quedó la poronga de papi luego de chupársela y lamerla a gusto.

Era momento de irnos a la suite de casa. Allí jugamos, como no puede ser de otra manera,

Me puse boca abajo en la cama para que que me acariciara el culo. Lo hacía con delicadeza y besándomelo, y a veces besando mi nuca por debajo de mi cabello rubio. A veces derivaba a las tetas, a veces acariciaba la concha.

-¡Quiero ese culo hijita! ¡Me tenés loco! No paro de pensar en cogerte, en tus tetas. ¿Como no te había mirado con ojos de hombre? Juro que no puedo creerlo. A veces hasta en casa se me pone dura pensando en ti.

-¡Que divino! A mi también me encanta, y sííí quiero que ahora me hagas el culo, pero preparándolo bien, hoy traje aceite de bebé en vez de gel, y quiero que me lo untes bien. Quiero tenerlo preparado cuando me la metas toda y despacito, quiero disfrutarla.

Le volví a chupar la herramienta y me puse en cuatro. Sentí que me la metió en la concha y se movía muy despacio mientras yo le alcancé el baby oil. Aceitó bien el pulgar derecho. Apoyó los otros cuatro dedos al final de mi espalda y con el pulgar me aceitaba el culito. Lo sentí tibio. Mas baby oil y mas caricias del pulgar, hasta que me lo fue metiendo. Mas y mas, un par de palmadas con la otra mano en mi nalga izquierda y el pulgar salió de mi hoyo.

Untó su verga con el aceite de bebé, me lamió un poquito el orificio, apuntó y se apoyó con firmeza.

¿Como fue? ¡Glorioso!

Así, gritando de placer y mas que nada de excitación por ser culeada por mi padre, sentí como se deslizaba dentro de mi sin fricción, sin esfuerzo como una serpiente en su cueva. Por cierto ¡qué bien actúa el baby oil!

¡Dame nalgadas! Le pedí. Y me las daba no muy fuertes, acompasadas a su ritmo de vaivén. Se detuvo, sacó la verga y la untó nuevamente, me escupió el culo y dejó caer aceite en el agujero semi abierto.

Me conoce, comenzó a sacarla y meterla frenéticamente, sentía mis entrañas estremecerse. Mi intuición me dijo que iba a acabar.

Se la pedí en la cara, me puso boca arriba y a la cara me la tiró. Tres chorros, frente ojos, boca, salpicó todo. Abrí la boca, pasé la lengua por mis labios recogiendo lo que había en esa zona y el me lamió la cara y la frente, recogiendo su propio fluido. Lo capté y abrí la boca me transfirió toda su saliva y los fluidos, boca a boca, lo disfruté, lo tragué y lo besé mas.

Se imaginan que enseguida fui a su pija, la chupé gozosamente y logré que se endureciera, así de excitados estábamos (a la mañana, charlando confesó haber tomado una pastilla azul al llegar a casa, ja ja).

Se la chupé mas, le lamí el culo y le metí un dedito, la pija se le puso a mil nuevamente. Se sentó al borde de la cama, y yo ya supe lo que sucedería.

Tomé el teléfono, desperté a Tommy y le dije que viniera. Lo monté en vaquera inversa con él sentado.

Llegó Tommy y me vio de frente, con la pija de mi padre a full dentro de mi. Con la vista le señalé el aceite de bebé, vino ya excitado.

Se aceitó la verga, yo me tiré hacia atrás, casi apoyando la espalda en el pecho de papá. Tommy puso sus piernas por fuera de las de papá, flexionó las rodillas, volvió a aceitarse la pija y la apoyó en mi concha. Comenzó a empujar.

Centímetro a centímetro, mientras yo gritaba de placer, con la ayuda del aceite, me la metió y sus pijas quedaron hermanadas dentro de mi. Jadeaba, gemía y gritaba, era el Edén y el Averno al mismo tiempo.

Y no decaían, papá no movía moverse demasiado, pero Tommy sí, y fue el primero en acabar y salirse.

Papá me hizo levantar y salirme. Girá, me ordenó, y se subió a la cama totalmente, quedé sobre el en vaquerita. Volvió a guiar su pija a mi esfínter y entró gozosamente. Me puse a saltar sobre él mientras Tom nos echó mas aceite, dejándolo resbalas desde mi espalda hasta llegar al culo donde nos lubricó.

Y papi se acabó en mis entrañas. Divino. Cuando se salió le dijo a Tommy que me cogiera, que quería vernos.

Se la chupé, se le paró y me cogió en misionero con mis piernas sobre sus hombros. Me acabó y su semen chorreaba de mi concha papá fue a buscar el vestido de novia que estaba en el living, lo trajo y me lo dio. Entendí el mensaje, me limpié la concha con el vestido que ahora sí quedó manchado de leche de mis dos hombres, de mis dos amores. Será reliquia. Nunca se limpiará.

Ya eran casi las 5 y 30 am. No valía la pena dormir. Tommy se duchó y se preparó a desayunar e irse a la fábrica, mas temprano que de costumbre.

Para desayunar esperó que papá y yo nos ducháramos, fuimos a desayunar, yo en babydoll y papá en bóxer.

Cuando Tom se fue, lo acompañé al jardín mientras sacaba el coche, lo besé, y le dije que quiero hacerme los análisis correspondientes junto a papá para saber si junto a él y a su padre, puede participar de mi fecundación, ¡los quiero a los tres como padres de un futuro bebé, sin distinguir entre ellos!

No es necesario decir que Tommy me dijo que lo hiciéramos, que él lo acepta encantado.

Entonces, por picardía y por si alguien del vecindario nos veía, llamé a papá, y despedimos, abrazados, en babydoll y en bóxer, a un Tommy que se fue, riéndose de mi actitud de despedida de poco menos que desafiar al vecindario. Fuimos así a cerrar el portón de reja. ¿Que si nos vio alguien? No lo sé, pero si alguien nos vio no me importa.

De hecho, algo dentro de mi me empuja a mas. Cerramos el portón reja y lo tomé de la mano, estaba con el fresco del amanecer, casi frío. Mis pezones duros, mi culo ardiendo pero sin dolor, de mi concha sentía aún escurrir alguna gota de leche de Tommy. Lo llevé a caminar por el jardín, hasta detrás de la casa, guie su mano a mi culo y caminamos así , volvimos a la zona del frente. Otra vez pasamos frente al portón y al acercarnos vi a alguien en la acera del frente paseando su perro. “Tocame las tetas” le pedí, poniéndolo a él de espaldas a la acera. Lo hizo. “Sacame el babydoll”, me lo sacó y lo besé bien profundo y largamente.

Pude ver que el hombre que paseaba su perro nos miraba, pero es desconocido, seguramente vive a cierta distancia. Nos fuimos de la mano a la casa. Al llegar, vi que la pija le abultaba bajo el bóxer. “¡Papá, está como un adolescente!” “Me tomé una pastilla azul, hija querida, no quería fallarte”.

“Se le paró de nuevo”, le dije. Y por primera vez me dijo algo que me llenó de ternura: “te veo y se me para, amor” ¡Me dijo AMOR! Enloquecida me lo llevé de vuelta a la cama.

Le hice y me hizo de todo, besar, chupar, lamer todos nuestros cuerpo.

-¿Te quedará leche? -¡Algo quedará!

Y le hice la mas larga y caliente chupada de pija que hayamos tenido, chupabas mis tetas, nos metíamos dedos en el culo, me pajeaba la cuca… hasta que se vino en mi boca y ¡como lo disfrutamos!

Entonces me recosté, apoyé mi cabeza en su pecho y comencé a hablarle.

-Sabes ¿papi? Recién cuando despedí a Tommy, le pedí permiso para algo muy especial. Algo que nos incumbe a nosotros dos. Algo muy serio. ¿Qué es eso hijita? Me preocupas, dijo mientras deslizaba, pura ternura, una mano por mis tetas.

-A fin de 2025 planeamos embarazarnos.

-¡Excelente noticia!

-Ya determinamos que Tommy y su papá me cogerán en los días fértiles, para ese entonces dejaré las pastillas que tomo, obvio.

-Tienen un corazón de oro, un gran gesto para con Tomás.

-¡Estuve leyendo un poco… y con unos análisis, podríamos incorporarte a que me insemines también papá! Quiero que participes de eso, y Tommy está totalmente de acuerdo.

-Somos padre e hija, no se puede.

-Se puede papi. Ahora hay análisis genéricos que permiten saber si hay genes recesivos, y si ninguno de nosotros dos los tiene, podríamos hacerlo tranquilamente. Además, me cogerían tres y nunca sabremos el padre, sería secreto. Hace días que estudio el tema. Hasta podríamos hacernos los análisis en otro país mara mayor privacidad.

La respuesta fue un largo y tierno abrazo mutuo. ¡Todo está en buen camino!

Y el resto fue despedirnos. Papá se fue a relatar como estuvo el póker, ja ja; y yo me preparé para ir a mi trabajo, ya era lunes de mañana.

Estaba y estoy eufórica. Mis tres machos más cercanos son personas de oro, me aman, cada cual a su manera. Mi marido es un ser inigualable que me acompañó siempre en mi etapa de chica seria y que me respalda y hasta me empuja a seguir en mi etapa de putifina.

¡Hasta la próxima! Besos a todos.

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Comentarios

2 COMENTARIOS

  1. Gracias Antonio! Eres un tesoro, siempre muy amable. Una primicia para ti. Ya consultamos un genetista, y confirmó que sí existen análisis que nos podrán dar tranquilidad cuando empecemos el proceso que relaté.
    Besossss

  2. Como siempre es un placer leer tu grandes relatos tan excitantes y caliente y a la vez muy morbosos
    Besos en tu rica panocha

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