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Economista y prosti Cojo con papi y suegro me trae cliente (1)
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Tiempo de lectura: 6 minutos

Hola a todos.

Les aclaro que, por razones de extensión, este relato lo envío dividido en dos. Mañana se publicará la segunda parte. Ya lo saben, culpa de mi costumbre de contarles todos los detalles.

¡Por fin estoy prácticamente al día con mis relatos! Aunque debo confesar que hay dos que seguramente no han leído pues se publicaron por ahí, cuando el sitio estuvo en reforma. Son los relatos de mi subasta (inolvidable) y de mi primera experiencia como prostituta callejera, que fue algo fingido a pedido de un cliente. Quizás mas adelante rehaga esos relatos y puedan saber como fue todo eso, también faltaría relatarles, no se si vale la pena por ser del exterior lejano, las aventuras con Tommy, cuando mi primer “tercero”, Ric, nos invitó a Francia una semana. Estuvimos en Cap D’Agde y Paris (aventura en Bois de Boulogne).

El fin de semana del viernes 4 de octubre y sábado y domingo 5 y 6 de octubre fue particularmente intenso. Durante la noche del 4 al 5 tuve la alegría de recibir a Jorge, el amigo que vive en Buenos Aires y que conocimos en el crucero con los padres de Tommy. Nos gustamos y nos entendemos; y por supuesto pasamos la noche juntos. El sábado fue reservado desde el mediodía a la noche, por Roberto, o Bob, el estanciero que ganó mi subasta durante el verano. Disfruté muchísimo cuando me dio en cucharita.

Y lo mejor de todo: nos invitó a que vayamos un finde a su campo, con garantía de al menos ser él y dos amigos mas (tampoco quiero que sean mas pues sería demasiado), y me dijo que además de todo eso, habrá una sorpresa especial que no quiso revelarme.

El domingo lo dediqué a Fernando, amigo de Roberto, el que en la primera salida me cogió en un prostíbulo, pues también le gusta la fantasía de que yo sea prosti callejera y super cara. Ese domingo vino desde Piriápolis a Montevideo, le hice de prosti callejera diurna, con un levante de calle en la zona de un shopping donde nuestro Boulevard Artigas hace un ángulo recto. No les relataré este encuentro, solamente decirles que nos encontramos a mediodía, yo en abrigo abierto y lencería por B.Artigas, pero solamente me mostré en la calle dos minutos, pues no quise exponerme. Fuimos a un hotel por horas (telo) muy cercano y estuvimos toda la tarde. Yo haciendo todo como si fuera prosti callejera.

¡Nunca había tenido un fin de semana con tres clientes! Sí había tenido los tres días ocupados, pero con uno o dos clientes; esta vez fue super emocionante y ¡quedé re satisfecha!

Y pasaré a mi última experiencia, verdadero objeto de este informe.

Sábado 12, de mañana, 10 am mas o menos; tendida boca abajo disfrutaba como manos muy queridas acariciaban suavemente mi culo. Eran las manos de mi papá que después de coger me acariciaba mientras yo estaba tendida sobre él. A veces acariciaba mis nalgas, me fascina, suavemente, con alguna excursión a mi esfínter o a mi concha que escurría leche y mis fluidos. En otros momentos me acariciaba la cintura o toda la espalda, y a veces me daba suaves pellizcos en la nuca.

En todo momento le refregaba mis tetas en su pecho o en su cara, y de continuo restregaba mi pubis sobre su miembro fláccido ¡pero con ganas de recuperarse!

Ya lo he dicho y se los reitero, con papá, a quien tanto me costó seducir, hemos desarrollado una especie de amor paternal/filial, incomparable. Nos deseamos, nos complementamos y pasamos a solas momentos muy dulces y tiernos. No es el mismo amor que siento por Tommy, lógico, Tommy es mi marido, ni es igual al deseo mutuo con mi suegro, pero es algo muy especial y que lo disfrutamos muchísimo.

Cambié de posición y me puse en 69, acomodando mi concha bien sobre su boca. Me la lamía y chupaba sin reticencia ni pudor. Yo me dediqué a chupar su miembro, ya con ganas de endurecerse nuevamente. Y lo logré.

Aproveché mientras me volvía a montar sobre papi, para enviar una selfie a Tom, que al toque respondió : “cerca de casa”, pues volvía de su visita de los sábados temprano a la fábrica, lo cual no es obligatorio, pero le gusta ir dos o tres horas.

Monté a papá en vaquerita inversa, mostrándole bien como me entraba su verga (¡que placer!). Y, lo sabía, segundos después un dedo pulgar untado en gel comenzó a jugar en mi orificio anal. Papi prefiere siempre cogerme la concha, pero le encanta jugar con mi culito.

Comencé a subir y bajar en su verga, y oía claramente el plaf plaf plaf de mi cuerpo pegando contra el suyo, concha y pija super lubricados.

Cuando Tom entró a casa fue directo a nosotros, se desnudó y puso la pija en mi boca. “Por favor, les dije, quiero la leche en las tetas”.

El primero fue papá que con un leve empujón me indicó que estaba por venirse, me levanté me acosté y él me tiró su jugo de vida (claro que su jugo me dio la vida) sobre el cuerpo, parte en mi seno derecho, parte fue a mi cuello. Tom se masturbó hasta acabar y me obsequió lo suyo en la cara y tetas. “Quiero una foto” le pedí, deseosa de verme cuando estuviera a solas o con Tom, y vaya si es una hermosa foto, bañada en semen, gotas y chorros de Tom en mi cara, gotas y un buen chorro en mi seno, de mi papá, todo resplandecía por la luz del flash del celular.

Eran las 11 a.m. Y papá debía volver a su casa, había venido temprano a traernos una tarta de manzanas y a escapar un rato del mal humor de mamá.

Y sé que se preguntan:

“¿No se avergüenzan?” No, Es algo físico, y con amor filial, no queremos casarnos ja ja, queremos tener sexo y Tommy acompaña. Nuestros ratos de sexo son de felicidad a pleno y sin culpa.

Nos duchamos todos, papá cuidando de no mojarse la cabeza, para que mamá no fuera a darse cuenta de que se había bañado.

Y ahora viene lo realmente especial. Esa noche teníamos un asado de cena, ineludible, así lo planteó mi suegro, en su casa; (sí, en Uruguay, el 90% de los eventos informales, son asados ja ja).

Tommy había aceptado la invitación sin decirme nada de lo que planificó con el padre.

Al parecer fue así, al teléfono:

-Hola Tommy, ¿cómo están ustedes?

-Hola papá; nosotros muy bien ¿y ustedes?

-Todo muy bien hijo. Quiero consultarte algo. Quiero saber si estarían disponibles para un asado en casa el próximo sábado a la noche.

-Supongo que sí, debería consultarlo con Sofi, por si está arreglando con algún amigo para ese día.

-Mmm se trata de algo de eso. Un amigo del club R, (club al que pertenece mi suegro, de obra social), me ha comentado en confianza que anda buscando una chica de primera, para salidas periódicas, quiere romper su rutina sexual.

-Ja, y pensaste en Sofía seguramente.

-Ves? Pensamos igual… sé que ella podría hacerle lugar para una o dos salidas por mes.

-Papá, me calentaría mucho hacer todo sin que ella ni tu amigo lo sepan. ¿Es casado?

-Uyyy que lindo sería… Sí, es casado. Pienso invitarlos a él y a la esposa al asado. Y me gusta y me excita tu idea de que nadie lo sepa. A ver si él dice algo. En todo caso, Sofi podría apenas hacerle algún roce o insinuarle algo muy levemente.

-Yo me encargo de llevar a Sofi bien elegante y después que se conozcan, le pedimos tu o yo que le haga una mínima insinuación. Pero te pregunto… ¿Llegará a los valores de Sofi? No olvides que no hace rebajas.

-Ja ja ja… llega a eso y al doble o lo que sea. Es hombre de yate y más de un coche de alta gama.

Y así fue que Tommy me planteó que tendríamos ese asado ‘ineludible’ en casa de los padres. Yo tenía ganas de ir al campo y esperar alguna posible llamada de algún ‘amigo’ y además estar con Tommy, pero a veces hay que cumplir con la familia, y sumar concurrentes a un evento planificado por ellos.

La verdad, me extrañó un poco que mi marido me insistiera en que a lo mejor después del asado íbamos a algún lugar a tomar algo solos, o que podría llamarme algún cliente y que por todo ello fuera vestida un poquito sexy pero sin que fuera demasiado llamativa, pues la cena era un evento familiar. Traté de compaginar todos los requerimientos, y al final fui sencilla, con una simple falda tubo, negra, un poquito ajustada.

Y completando mi outfit, una camisa roja, que en el ambiente caluroso de la barbacoa, dejé con dos botones abiertos, pero con sostén y sin que mis lolas se desbordaran. Estaría perfecta en casi cualquier circunstancia. Tommy aprobó calurosamente je je.

Una vez llegados todos, saludamos, nos presentaron a la pareja invitada y todo transcurrió durante el aperitivo previo sin ninguna novedad.

Al terminar el aperitivo, mi suegro se acercó a mí y me dijo que el invitado le había dicho: “¿De dónde sacó tu hijo una esposa así? Se ve que le gustas me dijo mi suegro.

Por supuesto, en cuanto pude tener un aparte con Tommy, le comenté lo dicho por su padre y Tommy me dijo: “¿ Y cuál es tu opinión?” A lo que respondí: “Ya sabés que soy servidora pública de lujo, primero debería interesarse y después veremos si se anima a las condiciones”.

-¿Y por qué no lo provocas? -Mmm, si se dan las condiciones quizás lo haga.

Y a partir de ese momento me dediqué a buscar la oportunidad. Incrementé mis momentos de conversación con la pareja invitada, logré en un momento pasar por detrás del invitado que estaba cerca de una pared, de manera que restregué mi cuerpo contra su espalda.

En un momento que su esposa atendió otra conversación, estando frente a él corregí la posición sobre mi hombro de un bretel del sostén y al mismo tiempo como que reacomodé mis tetas dentro de la camisa, pero cosa de un segundo.

Y cuando el asado estuvo listo, había que entrar a la casa a buscar los cubiertos y los platos.

Dije: “yo voy”. Y él, llamémosle Oscar, dijo: “te ayudo”.

Fuimos a la casa, y deliberadamente me agaché frente a él, de manera de marcar culo, con el pretexto de recoger sal y pimienta de un estante bajo de la alacena.

Nada mas sucedió durante la cena y sobremesa. Al despedirnos y retirarnos los que no somos habitantes de la casa, tal como es costumbre en nuestro país, nos despedimos con un beso en la mejilla, sólo que traté de hacerlo casi en el límite de los labios, pero nada que no pudiera pasar como simple casualidad.

En ese momento Oscar me dijo: “Encantado de conocerte, y te felicito por la elegancia”.

Salimos todos y nosotros dijimos que iríamos a tomar algo y allí terminó todo. En realidad, nos fuimos a casa a disfrutar de nosotros. Cuando llegamos a casa, llamada de Tomás (mi suegro), a Tommy.

Ahí ya nos contó que, al despedirse, Oscar le había reiterado que tiene una nuera muy sexy, a lo cual Tomas, como manera de intrigarlo, le respondió que: ‘Sí, a veces es hasta demasiado sexy. Casi nos vuelve locos en el crucero a mí y a un señor de Buenos Aires y también aquí en la piscina en verano”.

Continúen leyendo en parte 2.

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