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Economista y prosti: Cojo con papá, suegro trae nuevo cliente (2)
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Tiempo de lectura: 9 minutos

Y el domingo de tarde, de nuevo, llama Tomás, diciendo que Oscar le había dicho en una llamada que el lunes, antes o después de la reunión del Club al que pertenecen, quería hablar en privado con él.

Por supuesto mi suegro imaginó el posible temario de la conversación, accedió a reunirse con Oscar y nos preguntó que camino debía seguir. La respuesta fue muy clara. No confirmar, no decir precio, pero sí dar a entender que a veces tengo actitudes sospechosas al salir a cenar con amigos o conocidos o al invitarlos al campo.

Según mi suegrito, en la reunión las cosas se dieron más o menos así, (resumiendo y de acuerdo a lo que él nos contó):

-¿Sabés Tomás? Me declaro profundamente admirado por la belleza de tu nuera, como te dije, tu hijo es muy afortunado.

-Sí, indudablemente es muy linda, físico espectacular que uno no puede dejar de admirar, ¿verdad? Y como te dije, a veces es hasta demasiado liberal, o se toma demasiada confianza, en el crucero y en la piscina de casa se dio eso con vestimentas de escándalo. Y a veces también lo hace en la casa de campo que tienen, a donde suelen invitar amigos que casi siempre concurren solos.

-¿Los amigos van solos? Que extraño. -Sí, y a veces Tommy tiene que irse por medio día o un día a la fábrica y ella queda sola con los amigos.

-¡Tendría que pedir para ser amigo de ellos! A lo mejor hasta logro verla con esa ropa que dijiste que es de escándalo.

-Te lo aseguro que te dejaría impresionado. Pero si realmente querés conocerlos mejor, ¿por qué no arreglas para invitarlos a almorzar? Seguro que Sofía puede pedir toda una tarde libre, para que hagan larga sobremesa, y Tommy también puede estar, si no lo retiene la fábrica. Además de linda, es un encanto, tiene muy linda conversación, es una chica de sociedad. Si quieres arregla para tener un almuerzo así y yo les digo, no sé si llevarás a tu señora.

-¡Iré solo! ¡Y claro que quiero arreglar ese almuerzo!

-Yo les adelantaré algo. Y tú los llamas y les propones.

Así nos lo relató Tomás, aunque lógicamente el diálogo fue mucho más largo.

Se imaginan, el plan surgió de inmediato, convinimos con mi amor que almorzaríamos, pero el padre en determinado momento lo llamaría haciéndose pasar por alguien de la fábrica, y Tommy se ausentaría por razones de trabajo. ¡Yo estaría libre de invitarlo a tomar café a casa! Si Oscar parecía interesado, lo cual era de suponer que sí.

Nos llamó Oscar, habló con Tommy acerca de que le había gustado conocernos y quería almorzar con nosotros, él solo, “para estar tranquilos”.

Fijamos restaurant y fecha, el 17 de octubre a mediodía en un lugar que tiene salón de dos pisos y arriba siempre es más tranquilo. Tommy y yo pedimos nuestro día libre a cuenta de vacaciones. Me vestí con tacones casi exagerados, que estilizan las piernas al máximo, medias negras, mini (no tan mini) negra y top blanco apenas por encima del cinturón de la falda, eso sí, sin soutien, je je.

Nos encontramos, saludos, nos instalamos cómodamente y ordenamos. Quise pedir muy liviano pues ya antes de salir de casa me había preparado por si pasaba algo, y de bebida, pedimos limonada con jengibre, pues todos deberíamos conducir al salir y en límite de alcohol es cero absoluto.

La conversación fue fluida y con algunos toque de picardía, por citar algunos:

-Que elegante se te ve. -Seguro no voy a pasar calor. -Me dijo Tomas que lo pasaron muy bien en el crucero. -Pasamos muy bien salvo el día que le sugirieron a Sofi irse de la piscina. -¿Y cómo fue eso? -¡Mmm ya te enterarás! -También me dijo Oscar que suelen invitar amigos a la casa de campo. -Sí, amigos especiales que gustan de pasar uno o dos días de relax absoluto, quizás algún día te invitemos… En eso estábamos cuando el papá hace sonar el teléfono de Tommy, que se retira de la mesa para atender la llamada. Al regresar, Tommy argumentó que debía volver a su trabajo, y que quizás yo invitara a Oscar a café en casa, “ya que tienen la tarde libre”.

Yo dije que era una buena idea si Oscar podía, y Oscar aceptó encantado.

Seguimos conversando sobre lo lindo que es “ver una pareja que se quiere tanto y que parecen entenderse de maravilla” y mi respuesta fue que “afortunadamente así es, en parte por mérito de Tommy que siempre me acompaña y apoya en todo, hasta en mis ideas y deseos más locos”.

Terminamos el almuerzo, y le di la dirección de casa para encontrarnos a tomar café y seguir “con esta conversación tan amena”. -No sabes, Sofía, cuan a gusto estoy, totalmente desligado del tedio de mi día a día.

Caía de su peso que íbamos por muy buen camino, ¡así que en casa jugaría fuerte!

Llegamos a casa casi juntos, lo hice pasar y ponerse cómodo, trataba de lucir mi minifalda mientras caminaba. Hice café y nos sentamos a tomarlo, yo tratando de mostrar muslo hasta en enganche del portaligas en las medias. Oscar no retiraba los ojos de mis piernas.

Palabras que van y vienen, miradas de admiración de parte de él y yo muy a gusto, es muy buena persona, logré llevarlo al tema del crucero.

-¿Como es eso de que te sugirieron irte de la piscina del crucero?

-Una de las guardavidas, muy estricta, dijo que mi bikini era demasiado atrevido para estar en público. Yo no lo veía así, parecía que a todo el mundo le gustaba, pero debí cambiarlo por otro… allí mandaba ella.

Después volví a usarlo en casa de mis suegros en Punta del Este, y aunque no creas, mi mamá y mi suegra se escandalizaron.

-¿Y Tomás y tu papá? -Ellos nada, papá cero reacción, y Tomás mas bien que le gustaba. ¿Te sirvo otro café y me disculpas cinco minutos?

-Sí claro, te espero, se está muy a gusto ¡y el café es rico!

-Mérito de la máquina que lo hace, ja ja.

Le hice otro café y al servírselo me agaché más de lo necesario.

Me ausenté solamente tres minutos, y volví luciendo mi bikini del escándalo con sandalias playeras de tacos altos. Le hablé desde lejos, sin que me viera.

Para los que no lo recuerden del relato de como seduje a mi suegro, el bikini son tres mínimos triangulitos atados con delgados hilos. La única diferencia es que en aquel entonces, febrero, no tenía pelitos, y ahora se ve una parte de mi landing strip por encima del triangulito tapa concha.

-A ver Oscar, decime si era para hacer escándalo… yo lo veo muy normal.

Y llegué frente a él… primero de frente y luego giré.

-En realidad, ahora se ve algo que en aquel momento no había dejado crecer, espero no te moleste ni te ofenda…

Decir que lo sorprendí es poco, pero se recompuso y me respondió.

-Para nada escandaloso, ¡un precioso bikini para lucir donde sea! Admirable todo, lo cual me imaginaba y ahora lo entiendo. ¿Has tomado sol así en la casa de campo con vuestros amigos?

-Sí, obvio y con mi suegro también y a veces estando papá, ¿por qué no lo haría?

-Me los imagino encantados en realidad, como yo ahora.

-¿Sí? Ves que no era atrevido como para que me lo hicieran cambiar? Y la verdad, a los amigos y papá y mi suegro terminó gustándoles. Y me di otro giro bien lento para que apreciara todo, los pelitos, mi culo y las tetas, que pugnaban por salirse.

-Bueno, los amigos en realidad habían hecho méritos para verme así.

-¿Y cómo es que hicieron méritos?

-Ayyy qué curioso sos Oscar. Dejame ponerme cómoda y te cuento.

Salí de allí, me cambié y volví a nuestra sala.

Nuevamente, stilettos negros, y nada más que un babydoll negro a medio culo, totalmente transparente, obviamente sin soutien y una micro tanga negra que apenas me cubría la cuca.

-¡Ahora sí estoy más cómoda sin ese bikini que me apretaba todo!

Solamente atinó a decir: ¡Por Dios!

-Te cuento lo de mis amigos: y allí, sentada a su lado, le hice todo el relato de como comencé a prostituirme, cuando Tommy me preguntó si me faltaba algo en nuestra vida sexual y yo le respondí que me faltaba estar con otro hombre (hasta ese momento solamente con Tommy) y que me encantaría que me pagaran, para reafirmar mi confianza en mí misma.

Si antes estaba asombrado, creo que ahora desbordé su capacidad de asombro.

-Pero… pero entonces… ¿te entiendo bien?

-Sí, lo entiendes… al más alto nivel. ¿Has entendido todo?

-No comprendo lo de que te admiran también tu suegro y tu padre.

-En realidad es muy fácil de comprender…

-Ufff. ¿Y cómo acceden a ti tus amigos?

-Conocernos… Confianza… Coordinación… lógicamente también pagan. Pero debo pedirte algo, por favor, no sé cómo te he dicho todo esto y además me has visto, que esto no arruine tu amistad con Tomás.

Él te aprecia mucho y nos habló muy bien de ti en todo sentido. Por eso quizás me excedí en la confianza y te pido mil perdones.

-¿Que dices? Si estoy encantado. Y ahora que lo pienso, yo le comenté a Tomás que busco alguien especial pues mi matrimonio es todo rutina. ¿Puedo preguntarte algo?

-Que bueno que no te has ofendido, ¡pregúntame lo que sea!

-Mmm… seré claro… ¿cuánto pagan tus amigos?

-No me ofendes, soy putifina por placer y con consentimiento de Tommy. Los amigos pagan 2.5 k, porque les doy derecho a estar cuanto quieran y a hacer lo que quieran.

A veces van al campo sábado y domingo, imagínate, pagan lo mismo que si fueran una tarde o una hora.

-Mmm ¡y yo casado! Nunca podría mas de dos horas.

-Por ser tan amigo de Tomás, digamos 2k entonces.

-¡Y yo que vine a almorzar! No traje esa cantidad de dinero.

-Ayyy Oscar, ¡no pienses en mí como una cajero automático! ¿Te gusto?

-Me enloqueces.

Miré el reloj.

-Son apenas las cuatro de la tarde, tenemos dos o tres horas por delante. Podemos hacerlo y me haces el giro cuando te queda cómodo.

-Y hay algo que no te mencioné… sé quien eres, mi suegro nos contó que tipo de persona de bien eres. Podemos hacerlo al natural con toda confianza mutua.

-¿Sin cargo?

-Sí Oscar, sin cargo. ¡Pero quiero mucha! Ja ja.

-Ja ja, ando siempre lleno. Y una mano acarició mi teta derecha.

A partir de ahí, lo desnudé, la pija a media dureza. Me desnudé yo, y pidió verme parada frente a él, lo hice, giré y me acarició el culo.

Se la chupé diez segundos y ya estaba dura, y me hizo doblarme de espaldas sobre el posabrazos del sofá. Nunca estuve con alguien tan desesperado.

Al momento sentí que me entraba en la concha, por suerte húmeda, pues todo el diálogo previo me excitó. La sentía caliente y él me amasaba las tetas.

Me daba y daba entrando y saliendo como poseído por un demonio, pero le dije que prefería ir a la cama.

Fuimos casi corriendo, de la mano. Tirada de espaldas en la cama se me arrojó encima y me la metió nuevamente como un toro. Este hombre tenía ganas y en sólo unos días desde que nos conocimos había desarrollado deseos evidentes de tenerme.

Entraba y salía, casi no pude moverme ni seguirle el ritmo, hasta que ¡zas! Unos chorros super tibios me llenaron de leche y de gozo, ¡me gusta!

Me puse yo encima. -¡Que animal! ¡Que cogida! Me dejaste casi sin respiración y llena. Le dije mientras con una mano le acariciaba la pija y me lamía la palma de la mano.

-Desde la cena en lo de tu suegro me tenías loco, cada vez mas caliente. Y cuando tu suegro me sugirió que a veces eras hasta demasiado sexy, comencé a pensar que a lo mejor hasta podía tenerte. ¡No sabía que sería posible, y no sabía que sería tan caro!

-¿Tan caro te parece? Ni me has dado tiempo de lucirme. Y para que lo sepas, todos pagan y todos repiten y repiten, por algo será.

-Sí, tienes razón, y espero que tengamos tiempo para hacer más hoy.

-Yo me encargo. Dije.

Al momento le estaba susurrando cosas sucias al oído, le mordisqueaba la oreja, y comencé a besarlo de lengua. Besa bien, ¡por suerte! A su vez él me hablaba, como todos ja ja, de mis tetas. Todos aman mis tetas, pero yo mas que nadie, las adoro y sé que son hermosas, en gran parte responsables de la fortuna que voy haciendo.

Bajé besando todo su cuerpo, le chupé la verga, lamiendo y chupando hasta que comenzó a endurecerse, y entonces lo puse al borde de la cama, aún podía él acariciarme las tetas, y comencé con un lento beso negro.

Lo hice levantar las rodillas, y comencé a lamer primero sus bolas, luego me deslicé al perineo, y finalmente me dediqué a su esfínter, sin prisa, sin pausa.

Lamer, ensalivar, chupar, puntear con la lengua… y repetir… luego de largo rato se retorcía y gemía… hora de meterle un dedo repetidamente, lo cual no le disgustó.

La verga estaba ya como piedra, le di a chupar mi concha y soportó bien que tenía varios chorretes de leche.

Entonces lo hice sentar en el borde de la cama, los pies apoyados en el piso, y lo monté de espaldas.

De a poco, me fui metiendo la pija, primero la cabeza, luego el resto, gozando. Comencé a subir y bajar, a veces me detenía y le hacía una especie de remolino con mis caderas, él me manoseaba las tetas. Me salí, lo hice tirarse en la cama y lo monté de frente, con la pija a full adentro me incliné y le di las tetas a chupar. Sentía mis pezones ardientes y me vine, un hermoso orgasmo, temblaba montada sobre él. Y no me detuve, seguí y seguí hasta hacerlo venirse por segunda vez, entre gemidos y exclamaciones de: ¡Sí sí, haceme acabar divina!

Lo desmonte, le limpié la verga y me tomé todo lo que pude recuperar.

Lo siguiente fue mimarlo, quería fidelizarlo, le dije cosas lindas, lo besé todo. A su pedido le chupé el culo nuevamente, y de nuevo probé de meterle un dedo, y pareció gustarle, tomé nota ja ja.

Eran casi 5 y 45p.m. Llegó Tommy. Nos encontró lado a lado en la cama, desnudos, una mano acariciaba mis tetas y yo pajeaba lentamente a Oscar; y le dije a mi marido:

-¡Mirá amor, un cliente nuevo! ¡Gracias a tu papá!

-Cuando les dije que vinieran a casa, ya no tenía dudas de que te contrataría, se notaba en tu mirada, Oscar, que te gusta.

-¡Me encanta! Y voy entendiendo por que parece que tiene varios clientes. Y yo soy uno de ellos.

-Siempre te atenderé, ¡sos un potro! No sabés amor como me ha cogido, me hizo acabar…

-¡Que bueno! Espero que la próxima vez yo pueda estar y por lo menos pueda verlos. ¿Has visto Oscar que cuerpo divino tiene mi señora?

La veo y desespero, cuerpo sin igual, pero te digo la verdad, ya sé que puedo ser claro, lo mejor es entrar en esa concha, me enloqueció, me ordeñó la verga.

Tommy se acercó y comenzó a acariciarme, incitando a Oscar a que también lo hiciera. Me manosearon un rato hasta que fue la hora de Oscar de irse a su casa.

Lo despedí, totalmente desnuda y con los muslos manchados de su leche. Lo besé, le abrí la puerta sin salir al jardín y sin importarme si alguien pudiera ver algo. ¡Se fue con la pija dura! Jurando volver y que al día siguiente me giraría lo debido.

Tommy aprovechó mi excitación, los clientes nuevos me ponen loca, y cogimos muy lindo.

Al día siguiente, viernes, casi cuando iba a salir hacia mi trabajo, llega un mensajero con un hermoso ramo de rosas.

“Por un encuentro inolvidable, y con deseos de que me recibas nuevamente cuanto antes. Gracias bella”.

“P.D. Puedes llamarme libremente al xxx… en horas de oficina.”

Corrí a mi agenda, ¡ese hombre sabe hacer las cosas! (Y otros dos mil mas siempre vienen bien).

Consulté mi agenda y mi cuenta, agenda libre de mañana tres días después y depósito efectuado.

Lo llamé, atendió al momento.

-¿Podés hablar libremente?

-Sin restricciones divina.

-Hermosas las flores. ¡Que detalle! ¿De verdad vas volver a estar conmigo?

-¡Mereces esas flores y mucho mas! Y por supuesto quiero volver a verte, ¿cuándo puede ser?

-En tres días, tengo tres horas de mañana si puedes venir a las 7 o dos horas si vienes a las 8.

-Ya veré el horario y te giraré el día antes.

-Cuando quieras. Me encantó conocerte y la próxima será mucho mejor.

-Eres un sueño, tu marido un genio, y Tomás me llevó a ti con delicadeza y habilidad. Me doy cuenta de que sabe que haces esto. Y me pareció entender por algo que me dijiste que tú y él también…

-También cogemos, se puede decir abiertamente ya que sos mi cliente, y antes que preguntes… mi papá también.

-¡Increíble! ¿Alguna vez podremos reunirnos?

-Si eres reservado y nadie mas se entera sí que nos reuniremos, pero solamente yo se lo puedo decir a nuevas personas; reserva ante todo.

-Mañana de tarde consulta tu cuenta, y el lunes nos veremos, te confirmaré si a las 7 o a las 8.

-Besos amor.

-Que lindo, ¿puedo yo también decirte amor? ¿Nadie se ofende?

-¡Puedes decirme lo que desees! Nadie se ofende, ya me aceptan como soy ahora.

Nos despedimos y así quedó fijada la siguiente cita, por cierto memorable por lo que hicimos (lo que le hice, en realidad). Ya lo sabrán.

¡Besos!

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10 COMENTARIOS

  1. Antinio: te juro que será más que una simple deslechada, serán polvos, varios, que recordarás toda tu vida. Espero que me inundes, al natural, obviamente .

  2. Sera todo un placer tenerlos aqui en playa y mira que esa feche es mi cumpleaños en marzo que mejor regalo que una buena deslechada

  3. Hola Antonio! Como has estado? Que lindo como me sigues, te adelante que si todo va de acuerdo a lo planificado con mi marido, estaremos por Quintana Roo en marzo o abril de 2025. Y me encantará que nos encontremos. Esoero que podamos hacer todo sin límites! Un beso.

  4. Como siempre es un placer leer tus historias muy excitantes
    Ya ansio poder probar tu rica panocha y darte muvha leche

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