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Economista y prosti (1)
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¡Hola! Gusto de presentarme ante ustedes, que comenzarán a saber de mí de ahora en adelante, al menos si mis relatos son de vuestro interés.

Soy Sofía, 28 años, rubia, de 1.70, y, todos lo dicen y tengo espejos, cuerpo espectacular, ojos azules, cola redondita perfecta y dos hermosas tetas (de verdad). Piernas preciosas y ojos azules. Economista egresada de una universidad privada, asesora de banca privada de clientes importantes en una institución financiera. Excelente sueldo.

Mi marido es Tomás, jamás lo llamamos así, porque Tomás llamamos a mi suegro, el padre de Tom. Tom o Tommy, ingeniero industrial, trabaja en una muy importante compañía, no importa de qué rubro, también excelentes ingresos, y ha sido mi amigo desde niños en la escuela, luego novio, luego marido. Único hombre en mi vida hasta 2024.

En enero, en charla íntima, no hay nada que no nos hayamos hecho en lo que es sexo, me preguntó si me faltaba algo en lo sexual.

Mi respuesta: “creo que me moriré sin haber estado con otro hombre y sin haber cobrado”. La respuesta mía, al tiempo de reconocer esas dos cosas, llevaba un toque de picardía.

-¿Y por qué te morirías sin probar? ¡Hasta puede ser interesante y excitante! Pero si vas a cobrar, que sea mucho, mucho, que seas la mejor y más cara. ¡Aunque claro que serías la más bella, eso no se discute!

-De verdad aceptarías? ¿Y si me animo?

-Te apoyo en todo.

Se pueden imaginar, esto no quedó así, lo seguimos hablando casi cada día.

Finalmente, nos decidimos. Primero probar con alguien de confianza, después buscar algún cliente decidido a pagar pequeñas fortunas por tener sexo con una rubia espectacular(yo, modestamente) de excelente familia, cultura, empleo y cuyo marido la autorizaría a prostituirse. Condición ineludible, no poner en riesgo nuestros trabajos, que son muy buenos, ni la reputación nuestra o de los eventuales involucrados.

El tema era buscar el hombre que fuera el primero en tenerme además de mi marido, al que amo desde siempre.

No tuve dudas. En mi trabajo, asesoro a un inversor ideal, viudo, sesenta y pocos años, muy sólida posición económica, y siempre de muy buen humor, haciendo alguna referencia a mi belleza, sin propasarse. Se llama Ricardo y nos decidimos por él. El tema era como encararlo, y allí decidimos que yo aprovechara cualquier oportunidad.

Tocaba reunirnos renovar inversiones vencidas. Al final de la reunión me comentó que en dos meses se iba de viaje.

-¡Qué lástima! Iba a proponerle una conversación fuera de aquí, temas no relacionados al trabajo, lo dejaremos para su regreso.

Pensó un poco y me dijo: “tengo casi todo mi tiempo libre, sabés que ya no trabajo y si es importante conversamos hoy mismo, ¿debe ser fuera de aquí”?

-Sí, fuera de aquí, ¿de verdad podría hoy?

-¡Por un tema personal de tan bella dama, podría siempre!

-Lo veo a las seis, que es mi salida, ¿en XX? Es un lugar lindo y tranquilo.

Así lo hicimos, ya me esperaba cuando yo llegué, pedimos café y me pidió saber que tema hacía que quisiera reunirme con él fuera del trabajo.

Me tomé mi tiempo, le dije que era algo estrictamente personal y reservado, que escuchara lo que escuchara, no se asombrara y no lo comentara con nadie.

Me prometió que así sería, que es persona seria que puede guardar secretos, y que fuera lo que fuera, se lo contara, prometió incluso no interrumpirme lo cual le agradecí.

Por un momento puse la mano encima de la de él y dije: -No me vas a creer, pero no interrumpas, lo prometiste.

Y le narré todo el proceso desde la pregunta de Tommy, en adelante, hasta nuestra resolución, aunque me reservé de contarle mi deseo de ser prostituta de alto vuelo.

A lo largo del relato, no me interrumpió, su cara demostraba a veces intriga, a veces asombro, y una leve sonrisa cuando mencioné que yo misma buscaría a un hombre de confianza.

-Sofía, tu no me pides consejo, es obvio que ya lo decidieron, ¿entonces?

-¿Se lo imagina? ¿O se lo digo?

-¡Mmm sería un privilegio tan grande! ¿Seré tan afortunado?

-¡Piénselo! Es de mi total confianza, por algo se lo digo a usted.

-¡Mejor ni lo pienso! ¡No sea que te arrepientas!

-¡Esperaremos al regreso de su viaje entonces… una lástima!

-¿Y por qué? Si lo han decidido…

-¿En serio? ¿Sí?

-Cuanto antes, dijo. Y yo saqué mi celu, llamé a Tom super contenta y le dije:

-¡Sí, Tom, él acepta! ¡Estoy eufórica!

-¿Dónde lo haremos? Dijo Ric y le respondí que la primera vez quiero que estemos solos, para no estresar a Tommy, y luego, si decidimos repetir, podríamos hacerlo en nuestra casa de campo sobre el río al oeste de Montevideo. Una lindísima casa con 20 hectáreas y casa de casero, todo ello cedido a un señor que cultiva todo el campo para sí y a veces nos provee de verduras y frutas. Además, lógicamente cobra un sueldo por cuidar todo. Allí disfrutaría con él, y si Tom quiere sumarse, ¡lo sumaríamos! ¡Y a Ric le encantó la idea!

También le expresé mi idea de hacerlo la primera vez no más de tres horas en un telo, si repetimos, lo haríamos en el campo, sería a gusto, sin límites de tiempo. Podría ser un día de tardecita luego de mi trabajo, en un hotel por horas (lo que llamamos telo).

Ric, subyugado por la idea, dijo que quería hacerlo cuanto antes, era un martes, y le propuse el viernes. El último de enero, si él podía. No quería estropear su viaje ni la invitación de los padres de Tommy a un crucero en las costas de Brasil, en febrero.

Acordado, nos separamos, le hice anotar el número de mi nuevo celular, el putifono, como lo he llamado. Habilitado siempre para recibir llamadas y mensajes de Ric, si congeniamos y de futuros clientes, si alguien me paga, ja ja. Obvio, nunca responderé ni atenderé en horario de trabajo, el trabajo es sagrado y no quiero perderlo, estoy a gusto y gano muy bien.

Desde ese día hasta el viernes, hablamos creo que dos veces por día, Ricardo queriendo asegurarse, preguntando cosas, algunas importantes, otras simples detalles.

Y llegó el ya ansiado día. Mariposas en el estómago y estrés desde la mañana. A las 18, salí rápido a casa, ducha, prepararme, llevar cierta ropa en un bolso grande que también haría de cartera. Y conversación final, después de otras mil, con Tommy. A las 19 horas, timbre y me entregan un hermoso ramo de flores, de Ricardo obviamente, y Tom comentó: -Se ve que es buen caballero, si los tres congeniamos, puede ser novio permanente.

-¡Gracias amor! ¿Seguro no quieres que suspenda todo? -No, tranquila.

A las 20 horas en punto estaciona frente a casa Ricardo, yo le había dado la dirección para que pasara a buscarme y me trajera de regreso. Le dije que por ahora no bajara. Ya era noche y salí y subí rápidamente a su coche. Saludé a Tom que estaba en la ventana y nos fuimos. Por suerte, ningún vecino a la vista, casi todos de vacaciones.

¡Que nervios! Pero Ricardo se encargó de hablar de cualquier cosa menos de lo que íbamos a hacer, hablamos del tiempo, de las flores, del tránsito en viernes. No me tocó ni lo intentó, salvo saludarme con un beso, un caballero.

En veinte minutos por lo lento del tránsito, llegamos de Punta Carretas a Tres Cruces, íbamos a esa zona.

-¿Segura que entramos? Si estás arrepentida, te llevo de regreso.

-¡Entremos! ¡Es lo que quiero y me intriga, y te elegí a vos!

Entramos, Ricardo pidió habitación especial, estacionó en el garaje, se cerró la puerta, y allí estaba yo, encarando una nueva gran experiencia en mi vida.

Subimos la escalera del garaje a la habitación, yo muy sencilla y veraniega, de sandalias, jean y camisa por fuera del jean. conocedora de las ventajas de ir delante en las escaleras, aproveché a mover mi culo para excitar un poco a mi nuevo “amigo” por así llamarlo. Preciosa habitación, con un sofá tipo chaise longue, pero de respaldo levantado y formato ondulado, rojo, me lo llevo para casa. El resto, impecable. Tv con canal porno, que por esta vez apagué, aunque con Tommy nos encantan ciertas películas, y ciertos actores y actrices.

Nos sentamos, abrimos refrescos, para ir comenzando y charlar.

En todo momento, Ric me hizo sentir cómoda, sin avances apresurados no groseros. Simplemente se fue agradeciendo, alabando. Fue natural acercarnos y comenzar a besarnos suavemente. De a poco, comenzó a rozar mis tetas. Entonces supe que había llegado el momento. Tomé mi cartera, pedí disculpas y dije que iba al baño a cambiarme. Él dijo que iría primero para disfrutarme a pleno cuando yo saliera cambiada de ropa y él me viera. Fue y salió en cinco minutos, y yo fui. ¡Me demoré más que él ja ja! Salí de zapatos blancos de tacos, tanga bien pequeña adelante blanca tipo hilo y babydoll super cortito también blanco, por supuesto muy escotado y transparente.

Al verme, respiró hondo, esperó unos segundos y dijo: “De novia, ¡toda de blanco! ¡Que divina!” “¿Te gusto?” Le dije. “A mas no poder” respondió. “La próxima vez, vestiré lencería real de novia si te gusta le dije, si es que hay una próxima vez”. “Si es por mi habrá mil veces más” dijo. Estiró sus manos y me tomó la cara, me acercó y me comenzó a besar, primero de labios, suavemente, y después de boca abierta y de lengua, ¡cada vez más entusiasmado pues yo respondía! (Me encanta besar). Una de sus manos bajó a mis tetas, aún por encima del babydoll. Me susurraba al oído, “Que lindo tenerte, sos divina, gracias, gracias” y yo como que me entusiasmaba.

Me excité, sobre todo que él estaba en bóxer y ya muy erecto, se le notaba.

Aunque me daba timidez, decidí llevar sus manos al babydoll y le pedí “desnudame”. Lo hizo y se quedó contemplando mis tetas, los pezones como púas, me los acarició, ¡un pequeño pellizco a ambos y toqué el cielo y gemí! Me sacó la tanga, se agachó y pasó la lengua suave y lentamente por mi concha, ¡creí morir! ¡Este hombre me encanta! (y mi Tommy también, no piensen mal). Volvió a subir y a besarme, le bajé el bóxer y saltó la verga, dura, linda, tamaño normal, hermosa cabeza brillosa. No me resistí, él lo esperaba, se la chupé segundos y lo llevé al sillón ondulado donde me recosté, dejando caer las piernas a los lados.

La invitación a chuparme todo era obvia. Comenzó a mi lado, besos de lengua, luego pasó largo rato en las tetas, me hizo de todo, chupar, acariciar, lamerlas, mordiscos en los pezones y hasta me refregó la pija. Yo deliraba. Después fue a mi concha, un maestro. Iba alternando lamer, chupar y meter un poco la lengua, luego iba al clítoris y me lo lamía. Para retomar todo el juego, y mientras siempre un dedo en mi boca que yo lamía y chupaba. Desesperada, pedí chuparle la pija. Abrió sus piernas a los costados del sofá y me montó, parado, hasta enfrentar su verga a mi boca. Me esmeré, le hice de todo, con delicadeza, garganta profunda, que está de moda ja ja, lamer, chupar, chuparle sus lindos huevos. Hasta que pedí ir a la cama.

Pasamos a la cama, caímos juntos, diría, y nos besamos nuevamente, uno encima del otro, alternando. Cuando yo estaba arriba, además de besarnos le refregaba la concha sobre la pija.

-Protección? Preguntó Ricardo.

-Soy una señora fiel, de un solo hombre hasta hoy y tu sos un viudo tranquilo de 60+… ¿qué te parece?

-¡Adelante!

Sí, porque además nunca lo usamos con Tommy, y creo que me molestaría y no gozaría, ¡me encanta sentir ese momento en que me acaba, y quiero que me lo hagas sentir!

-Quiero pedirte un favor, Ric. Quiero que Tom vea algo, que vea que estoy a gusto.

-Bien. Con su consentimiento, hice una selfie de mi haciendo la seña del pulgar hacia arriba y sonriendo, y otra, una selfie de mi cara mientras chupo pija. ¡Se las envié y al momento respondió con un corazón! ¡Es un amor mi marido!

Llegaba el momento tan esperado. ¿Otro hombre iba a entrar en mí, cómo sería? ¿Qué sentiría? ¿Me animo?

“Metémela” le pedí , estando él arriba y besándonos, mientras abrí bien mis piernas. ¡Bajó una vez más a ensalivarme y chuparme la concha, como si fuera necesario! Guio mis piernas sobre sus hombros y preguntó una vez más: “¿Segura?” “Sí, lo deseo, toda adentro por favor, ¡no resisto más!”

Fueron segundos de un juego delicioso, su pija se restregaba contra los labios de mi concha, abriéndolos un poco más a cada pasada.

Y de pronto, sentí que entraba sin parar, ¡se internaba en mi concha un nuevo macho! Un macho que se sentía muy bien, entró a fondo, los huevos golpeando la zona entre mi concha y mi culo. Y se sentía delicioso.

Entraba y salía cada vez más rápido, cada vez más disfrutable, yo extasiada, le comía los labios. “Mas mas mas, quiero tu leche, llename” fue lo único que le pude murmurar.

Siguió unos minutos más y de pronto su cuerpo se tensó, bajó el ritmo del vaivén y pude sentir gloriosos, los chorros tibios con los que me agradeció pedirle otro hombre a Tommy. Yo acompañé su vaivén un poco más y nos separamos, quedamos boca arriba, ¡uno al lado del otro!

¡Esto era lo que me había perdido hasta ahora! ¡Una delicia! No sentía culpa, no sustituí a Tom, lo complementaba, ese era mi pensamiento.

Ricardo se puso de costado hacia mí, comenzó a acariciar suavemente mis tetas, me besaba, y de forma inesperada, su mano bajó a mi entrepierna.

Mi concha rezumaba su leche, que había comenzado a correr hacia afuera.

Me pasó la palma abierta, no en un gesto desagradable sino un gesto de ternura. Acariciaba mi concha, que me imaginaba reluciente untada de leche; y levó su mano a mi boca sin forzar nada.

Sin dudarlo lamí su leche de la palma de mi mano. Lo repetimos. Y sorpresivamente, tomó mi putifono y fotografió toda mi entrepierna, rosada por la fricción y la excitación, y brillante, untada de leche.

-Seguro le gustará ver que todo va bien dijo.

Tomé el teléfono y le envié la foto a Tom. Al momento, sonó una video llamada

-Te felicito amor, lo has logrado. -Yo debo agradecerte a ti por darme espacio, dije, y agregué: “Aún no terminamos. Y te sorprenderé. No te duermas”

-Aquí estaré vida, te amo. -Yo te adoro y te agradezco.

-¿Que sorpresa preparas? Preguntó Ricardo.

-Ya verás, es una idea de un video que vimos con Tommy. ¡Pero sigamos, si quieres!

-¡Como no habría de querer!

Sus labios fueron a mis pezones, y sus manos a mi culo, a acariciarme. Comencé a sentir ese hermoso calor nuevamente, que me sube de la entrepierna a las mejillas. Al rato, fui yo la que bajé a terminar de endurecer su verga, ya a media dureza. Una hermosa chupada, y un dedo mío ensalivado jugando en su culo lo volvieron a dejar listo para la acción.

Pero yo quise que me lamiera más las tetas, que me las amasara, me encanta, ¡y que nos besáramos… ufff!

Jugábamos y reímos de alguna cosquilla como chicos, me refregó la pija por todo el cuerpo, y cuando no aguanté más, tomé el teléfono.

-¿La sorpresa? ¿Dijo Ric, fotos ahora?

-No, ya verás, dije yo, ya en cuatro y llamando a Tommy por videoconferencia.

Mi inspiración era un hermoso video de una linda pornstar y un negro. Ella, en cuatro colocó el celu filmando en la cama, justo debajo de ella, y así, filmaba de continuo y desde el punto de vista de un observados hipotéticamente en el colchón, como se puso y la cogió. El video mostraba, por edición posterior, en media, pantalla la cara de ella o una panorámica. Y en la otra media pantalla, la vista desde abajo, de la concha, la verga cuando entró y en vaivén y las tetas de ella.

Y quise obsequiarle a Tommy algo parecido, quizás no tan perfecto. Se lo expliqué a Ricardo, le encantó y dijo: “Que putita mi asesora financiera, sin ofender”. Y yo: “Claro que no me ofendes, quiero ser tu putita”.

-¿Amor, me estás viendo? Te pongo en altavoz, para que me digas si debo mover la cámara.

-¿Vas a hacer lo que pienso? Casi bien, unos centímetros más hacia tus tetas y a tu izquierda sería mejor.

-Sí, Ric está de acuerdo, y si no te molesta, te transmito.

-¡Quiero verlos y oírlos!

-Entonces dejo el audio conectado.

Me posicioné bien, sin que se viera mi rostro, Tom me dio el ok, y Ricardo se posicionó detrás de mí. Comenzó de nuevo a pincelarme los labios de la concha con la pija. Llegó el ok de Tom de que se veía bien. Y lentamente, disfrutando y quizás para impresionar a Tommy, apuntó su verga en mi concha. La metió muy lentamente hasta la mitad, la sacó la ensalivó y la volvió a meter y comenzó el vaivén. -¿Lo ves amor? -Perfectamente y lamento no estar allí. -Me autorizaste. -Y no me arrepiento, debes ser feliz. -Gracias amigo, dijo Ricardo. Y allí comenzó un hermoso mete saca, que en cámara debía verse hermoso.

No solamente eso, también, sabiendo que mis tetas entraban en foco, a veces me las amasaba Ric y a veces yo misma me las acariciaba.

Entonces el momento tan esperado por mí, llegó. Mis piernas comenzaron a temblar, mi visión como que se desenfocaba, un calor tremendo invadía todo mi cuerpo, me acabé, un hermoso orgasmo, y dos minutos después los chorros de Ricardo una vez más bañaron mi intimidad. ¡Que sensación! Gloria pura.

Atiné a decir hasta vernos amor, y desligué el putifono. Quería otro after como el anterior, o mejor.

Ricardo besaba toda mi espalda, mordía mi nuca, tiraba de mis cabellos, y mi concha, semi abierta, goteaba leche y flujo mezclados a la sábana.

De vuelta uno sobre el otro, lo monté metí dentro de mí su pija medio blanda, quería sentirlo más, y cuidando que no se saliera, me incliné hacia él y le di mis tetas a mamar. Lo sentía delicioso, debe hacer conexión concha tetas ja ja.

Sin falsos pudores, bajó a chuparme y lamerme la concha, con exclamaciones de placer. A mi vez, le chupé la verga hasta dejarla limpia.

Y fue el momento de mimos suaves, caricias, besos y comentarios cariñosos y de cuan bien lo pasamos.

-¿Contenta o arrepentida? -¡Eufórica! -Te soy honesto, temía que te arrepintieras. -Me encantó, es hermoso saber que puedo ser libre y que mi amado lo aprueba. -Sin dudas es muy especial él, debo conocerlo. ¡Por favor, decime que esto se repetirá! Siento que no puedo perderte ahora.

-Tranquilo, me has hecho sentir otras cosas, otra adrenalina, repetiremos cada vez que pueda y que mi nuevo trabajo lo permita. -¿Nuevo trabajo?

-Prostituta de altísimo nivel, si no te molesta. Pero para ti nunca habrá cobro. Eres mi segundo novio. -¡Que sorpresa! Dijo mientras me acariciaba el esfínter…

Le conté que era mi segundo deseo, que lo consideré imposible, pero que visto su trato y lo bien que lo tomó Tom, pensaba concretarlo.

-¡Serás la mejor! -O soy la mejor o renuncio dije. Pero desde luego seguiré en mi trabajo normal, sin que se sepa nada. Acariciame las tetas por favor.

Y mientras me las acariciaba, y yo le hacía un masaje de bolas, vi en su reloj que casi habían pasado tres horas y media.

Le propuse irnos. ¡Aceptó sin ganas ja ja!

-¿Nos bañamos? Dijo. -No, respondí, quiero ir así a casa.

Me hizo el gusto, pagó el telo, nos fuimos, me sentía en el aire. Todo el viaje a casa me fue diciendo cosas lindas.

Me preguntó si sabía cómo cobrar a los futuros clientes, si aparecía alguno. Le dije que ya tenía una cuenta especial, a nombre de una sociedad unipersonal de asesoramiento financiero, para ingresar los pagos.

Debe haber parado en el camino cinco o seis veces a besarme y acariciarme las tetas. Al acercarnos a casa era cada vez más evidente que no quería llegar… le dije que parara a unas seis cuadras, para no despedirnos frente a casa. Nos besamos a fondo, le transferí saliva ja ja, me acarició las tetas por dentro de la camisa, y por un momento le besé la pija, casi casi parada.

Me dejó enfrente de casa, sin despedirnos, y le dije que lo extrañaría y que, al llegar a su casa, me llamara para decirme que había llegado bien.

¡Al bajar del coche, le dije un lindo graciasss! Y el me respondió que nunca había tenido una noche como esa.

Tommy me salió a recibir a la puerta, me esperaba, era más de medianoche.

Dentro de casa se prendió a besarme más y a desnudarme, mientras me agradecía por la video llamada. “No sabes cómo me calentó ver cómo te la refregaba y como te la metía” y me besaba y manoseaba toda.

En el sillón del living, nos acariciábamos y besábamos y me pidió que le contara todo desde que salimos de casa.

¡Sonó el teléfono, era Ricardo confirmando que había llegado a su casa y que ya me extrañaba! Y si podíamos conversar.

Para motivarlo y fidelizarlo le dije que me estaban acariciando las tetas, y que más tarde hablaríamos, pues ahora cenaríamos con Tommy. Yo te llamo, si es que estás despierto hasta tarde.

Llámame cuando quieras, no importa la hora, me dijo.

Con mi Tom, charlamos, cenamos, le conté todo todo, constantemente pedía más detalles. Creo que le conté conté cuatro o cinco veces las sensaciones cuando me acababa adentro. Nos reímos juntos de la inspiración con un video de S.S. actriz porno, para poner el celu en el colchón y transmitirle la escena.

Eran las tres de la mañana, “quiero cogerte” me dijo.

Me desnudó, se desnudó, y fuimos a la cama. Casi ni jugamos, Tommy hervía de excitación. Me clavó en misionero, entró suavemente; y me dijo “debés tener leche adentro todavía”. “¿Te molesta?” “Nooo, yo te autoricé y me parece divino, que bien se siente al ponerla”.

-Quedé de llamar a Ricardo, no nos olvidemos.

-Llámalo y vemos que dice, y le mostrás como te estoy cogiendo.

Dicho y hecho.

-¿Hola, Ric?

-Sí, divina, esperaba tu llamado. ¿Qué haces?

-Ufff… tengo una pija adentro, dije jadeando. ¿Paso a videollamada sí? Corté y llamé por videollamada.

Le mostré como la verga de Tom entraba y salía de mi concha, y en extremo primer plano, como me chupaba las tetas. Corté y volvía a llamada común.

-¡Divina! ¡No puedo sacar de mi mente todo lo que hicimos! ¡Y ahora ver esto! ¿Podes poner altavoz?

Lo hice, hola Ricardo dijo Tom.

-Hola Tom, gracias por todo, por ser así y por permitirnos una noche como hemos tenido yo super contento.

-Gusto de conversar contigo mientras me cojo a mi amor.

-¡Qué bueno!

-Ella disfrutó muchísimo esta primera experiencia fuera del matrimonio. Y está lista para más, contigo y de puta. Está segura que le va a gustar cobrar. ¿Tu querrás repetir?

-¡Repitamos por Favor! Intervine yo en la conversación mientras Tony jadeaba cogiéndome.

-Me sorprendieron con la videollamada desde el telo, dijo Tom; ahora yo quiero sorprenderlos. ¿Qué tal mañana en la casa de campo? ¡Hasta el domingo… ayyy me acabo! Y allí me llenó de leche.

-¿En serio amor? ¿Lo sugieres en serio?

-¡Claro que es en serio!

-Acepto encantado dijo Ricardo, todo mi tiempo es libre.

Yo voy un rato a la fábrica temprano dijo Tommy, regreso a las diez y te pasamos a buscar, Ricardo.

-¡No se molesten! Yo paso por allí y nos vamos juntos. ¡Que felicidad!

Continuará.

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