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Economista y muy prosti. Con dos diplomáticos (3) Final
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Tiempo de lectura: 9 minutos

Llegados al hotel, nos fuimos a nuestras habitaciones a ducharnos, y nos citamos en la habitación de “B”, a eso de las 21, sin cenar pues habíamos almorzado y merendado en gran forma en el viaje.

Hice mis preparativos del caso y propuse a Tommy una variante. ¿Qué tal si pasaba yo la noche del sábado al domingo con uno y la noche del domingo al lunes con el otro? Eso los fidelizaría y se gozaría de manera diferente.

Igual dejaríamos el hotel el domingo de mañana, tendríamos hasta la noche para nosotros en casa y yo volvería al hotel a dormir con el otro. Le encantó la idea, actualmente acompaña entusiasma todo lo que se me ocurra, y habíamos visto que son de confianza.

En cuanto nos reunimos los tres en la habitación de “B”, les hicimos la propuesta. ¡Les encantó! Era seductor para ellos pasar una noche entera conmigo, solos, en intimidad. ¡Además, es un hecho que les gusto! Decidimos sortear el turno. Moneda al aire y ganó “B”, lo cual no molestó a su colega, “pues tendré 24 horas más para juntar leche” ja ja.

A las 10 de la noche, quedamos solos. Yo estaba de trench, que sembraba incógnitas sobre que traería debajo. Me había decidido por una de mis tantas lencerías “de falsa novia” o sea toda de blanco, pero menos ceremonial.

Soutien marco, sin copa, que solamente rodea las tetas y las deja libres, culotte y liguero con “musleras”, que es sólo un elástico en cada muslo.

En cuanto Tom y A se retiraron, me lancé a besar a B, suavemente, tratando de crear un ambiente mas romántico para toda la noche, aún con la trench puesta, lo guie al sofá, nos sentamos a acariciarnos y besarnos muy dulcemente, sin testigos y sin apuro. En cierto momento me saqué la trench y le dije que se quedara en bóxer.

-¡Que divina estás! Me dijo.

-¡Gracias! Lo merecen tú y tu amigo, espero gustarles también estando vis a vis.

-¡Encantadora! Fue una excelente idea, espero que lo pasemos muy bien.

-Mmmm dije, y metí mi mano en su bóxer.

Comenzamos a acariciarnos íntimamente, sin desnudarnos, suaves besos, caricias por todos lados, muchas frases cariñosas, ¡poco menos que novios!

La temperatura sexual iba subiendo y nos fuimos a la cama. Me desnudé, me pidió que lo dejara verme parada, me miró larga ente, giré, me miró de espaldas. ¡Susurró “Bellísima” y se quitó el boxer… pueden imaginar como estaba!

Retomamos los juegos, bajé a chuparle la pija, suavemente, sin apuro, no quería hacerlo acabar. Luego de un rato, le ofrecí las tetas para que me las besara, y cuando sentí los pezones como fuego, le dije que se arrodillara al lado de la cama y me senté al borde, con las piernas bien abiertas.

¡Comenzó a lamer, sin que nos miren y sin apuro es más disfrutable! Lo guiaba sugiriéndole a veces que hacer, chupar, lamer, frotar el clítoris o hasta pedirle que me metiera la lengua. ¡Que lindo! ¡Me recordaba a cuando me lo hace Tommy en casa! Sentí que me venía y no se lo dije, quise acabarme en su cara.

Mi cuerpo comenzó a temblar, mis piernas se abrían y cerraban y mi concha comenzó a gotear. ¡Más y más lengua fue su respuesta!

Logré decirle: “Quiero coger” le dije. Lo guie a ponerse boca arriba y lo monté “vaquerita inversa”. Quería que viera como yo subía y bajaba en su verga. Me la metí lentamente, y comencé a subir y bajar. “No te acabes, avisame”.

Sabía que el espectáculo le encantaría, veía mis nalgas resplandecientes, redondas… y mi esfínter rosadito y cerrado. Que yo de tanto en tanto guiñaba.

Y pasó lo inevitable, unos momentos después de montarlo y cabalgarlo, ya tenía un dedo ensalivado y adentro, como una pequeña doble penetración.

Supe que se acercaba la eyaculación, porque dijo “Casi llego”. Me salí, giré y lo monté de frente. Me la metió a fondo, me acariciaba los pelitos que me dejo como landing strip, y yo fui inclinándome hacia adelante ofreciendo mis tetas.

¡Las saboreó y acarició como es debido, notaba su respiración agitada y llegó el momento en que me llenó con su licor de vida!

Fue un momento de placer para los dos. Se aferró a mis tetas y me dijo “como me gustas, divina” yo sentía el calor de su esperma en mí, y cuando su pija se ablandó y se salió, dejé que nuestros fluidos se escurrieran de mi concha a su vientre. Continué tirada sobre él, refregando nuestro cuerpos y bajé a lamerle todo lo que de mi cuerpo había escurrido sobre el suyo. Me acariciaba la cabeza. Cuando terminé de limpiarlo, sin importarle nada, me hizo subir a su cara y comenzamos a besarnos largamente.

Luego del paseo de todo el día y de ese hermoso polvo, nos mimamos un rato y nos dormimos, de costado, frente a frente y abrazándonos.

Era de esperar, en cierto momento de la noche, sentí que me acariciaban. Era él que se había despertado después de unas tres horas de sueño, y comenzó a acariciarme las tetas y la entrepierna. Respondí mimosa, me estaba sintiendo muy bien, y comenzamos a besarnos y acariciarnos por todos lados.

Me amasaba las nalgas con ganas, y como siempre, las tetas eran foco de atención. ¡Deberé hacer un monumento privado a mis tetas!

Ya estaba en erección total, gracias a mis caricias. “Quiero cogerte” me dijo. Me giré y me puse en cucharita delante de él. Comenzó a refregarme el miembro entre las nalgas, lo sentí húmedo de su pre seminal. “¿Donde me lo pones? Pregunté.

“Me gustas toda, donde lo quieras”. “Me gusta mas en la concha, y que me acabes”.

Acostada sobre mi lado derecho, levanté un poco la pierna izquierda, y con eso y mi concha húmeda, entró fácilmente a mi raja. Me sobaba las tetas y comenzó a moverse, y yo comencé a gozar.

Unos minutos después le dije para cambiar de posición. Pasamos a estar de costado pero de frente. Una delicia. Besos a las tetas, caricias, besos de lengua, y mayor posibilidad de movernos los dos, acompañando el ritmo.

Nos hicimos de todo tipo de caricias, hasta que se vino en mí. “No la saques” le pedí.

Y no se salió, dejé pasar un minuto o dos, y vi que su pija se ablandaba. Lo tomé de la cara, lo besé profundamente y comencé a moverme. Milagrosamente respondió y la comencé a sentir dura nuevamente. ¡Me encantó! Pero a los o tres minutos, se ablandó definitivamente, ¡era inhumano pedirle más!

Lo usual, mimos, besos, muchos besos, le lamí el miembro un rato.

Ya eran las seis de la mañana, nos duchamos juntos. Sobre las 7 am nos despedimos, prometiendo volver a vernos cuando ellos vuelvan de gira de inspección, en seis meses, pues ya el martes parten a Buenos Aires para inspección allí.

Al irme, nos besamos mucho, y él introdujo una mano en un bolsillo de mi trench y al llegar a la habitación encontré un “regalo” adicional muy importante que él había depositado.

Una noche realmente inolvidable por mucho y buen sexo. No me equivoqué al sugerir que separáramos la segunda vuelta de sexo con ellos. Ahora me quedaba la incógnita de la noche siguiente con “A”. Con “B” fue excelente, porque pusimos onda, nos tratamos realmente como pareja, sin cosas raras y disfrutando yo de sentirlo adentro sin restricciones.

Le conté todo a Tommy, que escuchaba admirado las andanzas de su esposa en septiembre, ¡cuando en enero aún no había conocido mas hombre que él!

Me vestí, armamos los bolsos y bajamos a desayunar antes de irnos a casa.

Obviamente yo volvería esa noche para estar con “A”. Desayunamos, sobre las 8.45 a.m. pasó el Gerente a saludarnos. Ya sabía de nuestro check out y lógicamente no opuso objeciones a que yo volviera esa noche para estar con “A”, como visita. Rápidamente la conversación viró a posibilidades de futuro, aunque ya Tommy lo había hablado con él cuando estuvieron solos. ¡Yo le dije que estoy totalmente de acuerdo y mas aún, ansiosa!

Fred (recuerden que lo llamo así) dijo que siempre me tendría en mente para solicitudes de mi nivel, pues le habían llegado excelente comentarios de los diplomáticos, y lo había impresionado mucho la foto “Buenas noches papi” que Tommy le había mostrado.

-Con esa foto logré hacerme una idea de lo que debe ser la señora en realidad.

Soy de pensamiento rápido, algo importante en una Economista, y le pregunté, mirando pícara a Tom: “¿Su oficina tiene cámaras de seguridad?”

-No mi oficina privada no, la sala reuniones anexa sí.

-¿Podríamos hablar allí? -Claro que sí, vamos.

Allá fuimos, y decidí hacer una pequeña inversión a futuro.

-Amor, Fred lamente no poder recomendarme con conocimiento de causa, solamente vio la pequeña foto que le mostraste.

-Foto admirable, por cierto, y sin dudas será mejor la realidad que algún huésped futuro disfrutará, agregó Fred.

-Siéntate Fred, dije.

Se sentó, creo que pensando que algo iba a pasar, y en realidad, pasó…

Para irnos, me había vestido con sencillos zapatos de 8 cm de taco, jean y un sweater relativamente abrigado. Sobre una tanga “cola de ballena” negra y nada más.

Sin decir nada mas, me quité el sweter, y me acerqué a Fred, mas o menos a medio metro. Agité las tetas, le sonreí y me retiré un poco. Me puse de espaldas y doblando la cintura un poco hacia adelante para resaltar trasero, me quité el jean.

Según Tommy, los ojos del gerente se abrieron desmesuradamente, y dijo algo típicamente uruguayo: “¡Que orto!” (orto, es sinónimo un poco brutal y callejero, de trasero, cola o culo). Simulé no haber oído nada, y siempre dándole la espalda, me quité la tanga. Ahora veía perfectamente mi esfínter y los labios de mi cuca.

Me erguí, giré y me acerqué a él, nueva sorpresa pues no tenía idea de la existencia de mis pelitos en landing strip.

-¿Ahora crees que podrás recomendarme sin tener dudas?

-¡Eso! ¡Y tendré que juntar dinero para acceder a tan bella dama!

-¡Mmm… quien sabe! ¡Quizás con importante descuento! ¡Si es que surgen interesados entre los futuros huéspedes! Pero fuera del hotel, para que no corras riesgos en tu trabajo.

-Mi vida, quizás Fred quiera asegurarse de que lo que ve es tan bueno como parece…

-Podés tocar Fred.

Y se dedicó varios segundos a tocar mis tetas, mi culo, y mis pelitos, que parece que lo atraen enormemente.

-¿Tenemos un convenio señor gerente?

-¡Sííí, sin dudas!

De improviso, lo besé en los labios, abrí mis labios y acompañó, le metí la lengua y respondió.

-Trato hecho dije. Y me vestí mientras Fred miraba encantado.

Eso fue todo, pagamos en recepción, nos fuimos a casa y de inmediato, a dormir, que buena falta nos hacía.

Dormimos una hermosa siesta desde la llegada a casa hasta media tarde, tuvimos sexo al despertar, ¡obvio!

Descansamos un poco más y se hizo la hora de irme a mi encuentro con “A”. Tommy quedó en casa para cenar y prepararse para trabajar el lunes temprano, yo volvería a casa de mañana con tiempo de ir a la Financiera.

Me preparé para “A” y partí hacia el hotel, con mi coche para no perder tiempo, que dejé en un parking cercano al hotel. Mis expectativas eran altas. ¿Como se comportaría “A”? ¿Lograría yo satisfacerlo? ¿Y quedaría yo más o menos satisfecha? ¿Me daría un regalo complementario como hizo “B”? ¿Como debía yo comenzar el encuentro?

Decidí una vez más, ser yo misma, y darle una verdadera Girl Friend Experience.

Había llevado un abrigo largo, liviano pues ya casi no hace frío, abotonado al frente, con cuello bastante cerrado. Y tacos, obvio.

Llegué, nos encontramos en el lobby, pues lo había llamado avisando que llegaba. Subimos a su habitación y nos sentamos a conversar en un pequeño sofá que hay allí. Obviamente me despojé de la trench, y quedé con un mini vestido ajustado, elastizado strapless negro

Sentados lado a lado, a cada movimiento mío el vestido se subía mas, siempre nos pasa eso, ¿verdad chicas? En minutos ya apenas me cubría algo de las piernas. Por supuesto, me acariciaba a gusto y nos besábamos. ¡Descubrió encantado que no me había puesto tanga ni soutien! Se pueden imaginar cuanto lo calentó ese descubrimiento.

Me tocaba toda, me bajó el escote del vestido debajo de las tetas para chuparlas a gusto. Ya me molestaba el vestido, me paré y lo tiré al piso, y “A” acompañó desnudándose.

Parados comenzó a refregarse en mi cuerpo, dirigiendo la verga erecta a mis pelitos.

De pronto… plafff una palmada en mi culo, no muy fuerte, me hizo saltar. ¡Nunca lo había probado, pero me gustó! Siguieron otras y a cada palmada mas me calentaba y mi concha era un lago. Me arrodillé frente a él y comencé una mamada lenta, bien ensalivada, con lamida y mordiscos a los huevos.

Lo decidí, me tomaría toda su leche. Sus manos sostenían mi cabeza, y yo incrementé el ritmo de la mamada, buscando el final. Por momentos me acariciaba la cara, en otros momentos me sujetaba la cabeza y metía la verga hasta mi garganta, la saliva desbordaba mis labios y caía a mis tetas y al piso.

Hasta que dijo: “Putaaa putaaa” y sentí como se volcaba en mi boca. No el poquito que les lamo cuando se las limpio a todos, ¡una acabada entera, abundante, tibia… la retuve en la lengua como en las pelis porno… se la mostré y tragué todo! ¡Encantada!

-¿Soy buena puta?

-¿La mejor que conozco, no ves cómo me has calentado? ¡Y sos preciosa!

¡Me sentí gratificada!

-Ufff dije y fuimos y nos tiramos en la cama. -Cada vez me gusta mas ser puta, sobre todo así, llena de leche de gente de confianza!

-¡Te aseguro que te llevaríamos con nosotros si pudiéramos!

-¡Lo cual me encantaría! ¡Estoy a la orden! Nunca gasto todas las vacaciones de una sola vez, lo hacemos progresivamente en el año.

Yo estaba en tanto acariciando su miembro, lentamente, a veces mojaba con saliva mi mano.

-¿De verdad viajarías?

-Ya lo he hecho. A Buenos Aires y Paris. Me pagaron siempre todos los gastos y los honorarios, y el pasaje de Tommy, que se paga su estadía. A Buenos Aires son fines de semana, a París fue una semana.

-¡Mmm lo tendré en cuenta!

Me le tiré encima, le restregaba la concha sobre la pija, le entregué mis tetas a chupar, y cuando lo sentí duro totalmente, le pregunté: “¿Y ahora qué hacemos?”

-¡Vení conmigo, quiero cogerte parada!

-Mmm.

Me puso de frente a la ventana de vidrio, por suerte es un puso alto. Yo levanté los brazos, puse los pies un poco hacia atrás, separados de la pared, y abrí las piernas. Sentí que su lengua se metía en mi concha y también me la lamía.

Super húmeda, sentí como se aferró a mis tetas, me besaba la nuca y colocó su pija en posición para meterla me moví un poquito hacia atrás para facilitárselo y me la metió a fondo, de un golpe. Mi cara y mis tetas aferradas por sus manos se aplastaron contra el vidrio por el envión con que me metió la verga.

¡Apretándome las tetas comenzó el vaivén, que placer! Casi nunca lo hacemos de parados con Tommy, y “A” lo hacía muy bien. sentía su pelvis darse contra mis nalgas, la pija a fondo en mi vagina. Mas que acariciarme las tetas, las estrujaba, ¡un poco salvaje pero agradable! ¡Y que linda sensación hacerlo contra la ventana del hotel! De noche y piso alto nadie nos veía.

Hasta que aceleró el vaivén y con mordiscos en la nuca, me volvió a tirar su licor de macho bien adentro.

Fue inevitable, quedamos jadeando, con la pija dentro de mí, y al sacarla, la leche corrió por mis muslos y parte se fue al piso.

Nos tiramos en la cama, agotados.

Lo siguiente fue una linda ducha juntos, nos jabonamos mutuamente, y aproveché enjabonar todo su cuerpo, con una idea para el despertar.

Lo siguiente, fueron mimos, conversar largo y tendido sobre como me va en todo, y sobre mis dos viajes.

Casi sin darnos cuenta nos dormimos. Habíamos puesto alarma para las 6 am.

Al despertar, nos acariciamos, nos dimos los buenos días con besos apasionados, jugamos un poco, y lo puse en cuatro. Lo había pensado ya desde que nos bañamos juntos.

Así, con él en cuatro, me dediqué a hacerle beso negro. ¡Lo enloquecí! ¡Deliraba! Y lo máximo fue cuando suavemente le hice círculos en el esfínter húmedo con mi pulgar. Debo confesar, hasta se lo metí un poco y no protestó, con lo cual me dije a mi misma que la próxima vez traería un strap on, ¡o a Tommy!

Vestidos, bajamos a desayunar, pasó el gerente a saludarnos con cara de pícaro y se permitió recordarme: “No se olvide de nuestro convenio” .

Y le respondí: “Lo recuerdo y lo confirmo”.

Eran más de las 9 de la mañana, me fui casi que corriendo, aunque en coche, a casa, ¡para prepararme y comenzar mi semana laboral!

Así concluyó este gran servicio de fin de semana, conociendo a dos diplomáticos, con un convenio para que el Gerente me refiera clientes del hotel, y habiendo sembrado la semilla para, quizás, ser invitada a algún nuevo viaje.

Ésta serie ha sido un poco larga, debo seguir poniendo al día a mis lectores con otros tres relatos ya atrasados:

–Con Tommy, mi suegro y mi papá.

–Con Don Roque, el cuidador de la casa de campo (me quise dar un gusto a solas con él, obviamente gratis ja ja).

–Y algo que me revolucionó cuerpo y mente: ¡una propuesta de hacer un pequeño show con un trans!

¡Besis amigos!

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Comentarios

3 COMENTARIOS

  1. Que buen amigo eres Antonio! Me alegras el día con tus comentarios. Esoero 2025 para que te conozcamos en persona. Quizás sea en abril o mayo, es buena época?
    Un beso a tu… como le dicen allí?

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