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Duelo de sementales (2)
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Tiempo de lectura: 10 minutos

Enlace a la primera parte al final del relato.

La noche había comenzado muy intensa. Necesitábamos un baño, Luis fue por Carlos y nos dijo que se bañarían en la recámara principal que tiene su propio baño y nos dejaban el baño de la sala para que Pablo y yo nos pudiéramos bañar.

Me metí a bañar con Pablo y mientras nos bañábamos uno al otro, me interrogó.

Disfrutaste con Carlos, putita, ¿verdad?, se notaba tu cara de gozo y dabas unos gemidos de zorra muy intensos, eres una puta fácil, ¿acaso crees que Carlos sea mejor macho?, ¿Disfrutaste más con él que conmigo?, responde puta traidora,

A pesar de los insultos, sabía que los decía por celos, así que lo pensé bien y quise ser franco con él, le respondí;

La verdad si, gocé mucho, no lo puedo negar, Carlos es un macho maravilloso, tú también lo eres, pero diferente, gozo contigo y mucho, pero contigo me siento una puta, un objeto, sólo un agujero para descargar¸ una vil puta, Carlos me hizo sentir mujer, hembra, fue muy cariñoso y dulce, antes tú eras así, ¿recuerdas cómo me desvirgaste?, eras tan tierno, amoroso, me sentía una hembra en tus brazos, me derretías, después cambiaste, dejaste de ser tierno, también me hacías gozar, pero era diferente, me cogías fuerte, rudo, salvaje, seguía gozando, pero como puta, me sentía una puta, a mi parecer el macho perfecto es una combinación de los dos, un macho que primero me seduzca, sea dulce, tierno, cariñoso, cualquier hembra quiere antes que nada sentir la experiencia de ser mujer, sentirse femenina, deseable, atractiva, hermosa, y el macho que me haga sentir así, que consiga que aflore mi esencia femenina, sería irresistible para mí, y creo que para cualquier hembra, ese macho logrará que me entregue sin condiciones, me sentiré tan segura en sus brazos, que será dueño de mi cuerpo y alma, si lo consigue entonces podrá hacer lo que quiera conmigo, me abriré completamente y a partir de ese momento yo mismo le pediría a ese macho que me haga gozar como una puta, me sentiré sometida y vulnerable, completamente dominada, porque sé que puedo confiar en ese macho y estaré feliz de darle placer, sin condiciones, porque es mi macho, mi hombre, así el mejor macho no es el que es más fuerte, el más rudo, el que más somete a una hembra, si no aquel que nos hace sentir una mujer plena en todos los sentidos, gentil, inteligente, caballeroso y al mismo tiempo seductor, ardiente, fogoso, viril, seguro de sí mismo, eso es lo que nos atrae de un macho y nos hace caer rendidas ante él, nos hace sentir mujer con su sola presencia, y creo que tú tienes las cualidades de ser el mejor macho de todos.

Se quedó unos instantes callado antes de responder.

Caray Ariel, nunca lo había pensado, creo que tienes razón, pensaba que mientras más las sometiera y dominara era más macho, y las hacía gozar más, me has abierto los ojos, estaba cegado, pensaba solamente en mi placer y realmente como dices las trataba sólo como putas, estoy reflexionando en todo lo que me dices, discúlpame, he sido un egoísta.

No te preocupes, ja, ja, la verdad puedes ser el mejor macho, sólo hay que pulirte un poco, ja, ja, tienes que combinar la forma en que me tratabas cuando iniciamos a la forma en que eres ahora, Carlos es muy tierno, pero tú lo eras más, Luis no llegó a conocer esa parte de ti, y en el arte de dominar a una hembra tampoco tienes rival, eres muy ingenioso e imaginativo a la hora de hacer el amor, lo has demostrado mil veces, eres más intenso, muy lujurioso, nos has hecho hacer cada perversión, ufff, la verdad eres increíble, me encanta como coges, solo falta que no te olvides de hacernos sentir mujer, cualquier hembra quiere sentirse seducida y si lo logras la hembra te lo retribuirá con creces, y eso aplica también para Katia, se puede cansar de que la trates sólo como una puta.

Terminamos de bañarnos y salimos, pensábamos en ponernos algo de ropa pero vimos que en la sala ya estaban Carlos y Luis bailando desnudos, muy pegaditos.

Los imitamos, comenzamos a bailar pegaditos, me tomó de la cintura y me repegó a su cuerpo, era algo muy erótico bailar así, piel con piel, sentía como se transmitía el calor de su piel a mi cuerpo, su verga flácida rozando la mía y que lentamente se fueran poniendo duras, Pablo se comportó muy dulce conmigo, le había calado hondo lo que le dije, estaba irreconocible, buscó mi boca y me dio un beso ardiente y al mismo tiempo tierno, me susurraba al oído, nuevamente me trataba como una princesa.

Cuando nos cansamos de bailar nos sentamos a platicar, tomamos algunas bebidas, Pablo estaba más relajado, más confiado, más seguro de sí mismo, era evidente que lo que le dije le ayudó a su autoestima y se animó a platicar con Carlos, lo que aprovechó Luis para acercarse a mí e interrogarme.

¿Qué te pareció Carlos?, ¿Verdad que es un macho increíble y muy caliente?

Simplemente increíble, no sé de dónde sacaste semejante macho, me hizo correr dos veces sin siquiera tocarme la verga. Es encantador y caliente como pocos.

¿Verdad que sí?, me tiene loquito, a ti te considero mi hermano y por eso quise compartirlo contigo, pero no lo compartiría con nadie más.

Si, se nota, me alegro que te haga tan feliz, te lo mereces, sabes, Pablo era así cuando me desvirgó, pero luego se fue dejando llevar por la lujuria y la perversión y cambió. Platiqué con él, creo que le he hecho reflexionar, míralo, ya se ve más seguro, te aseguro que de aquí en adelante nos va a coger igual o mejor que Carlos, tu no conociste al Pablo tierno y amoroso, yo sí, y te aseguro que es increíble.

Sí, me alegro que cambie, pero creo que estoy enamorado de Carlos, con Pablo solo era sexo, con Carlos siento algo más- expresó, confirmando lo que ya sospechaba desde hace algún tiempo.

Me da mucho gusto Luis, eres un gran tipo y espero que Carlos te corresponda- le expresé abrazándolo.

En eso se acercan nuestros dos machos, Pablo y Carlos sonriendo, se notaba que habían limado asperezas y se estaban llevando bien, parecían amigos.

Nos tomaron de la mano y nos llevaron a la recámara principal, como corderitos al matadero, la fiesta continuaba y en el escenario principal.

Nos recostaron en una enorme cama tamaño king size, boca arriba, con suavidad, parecía una coreografía ensayada, Pablo me abrazó suavemente y comenzó a besarme el cuello y las orejas, susurró en mi oído cosas tiernas, besó lentamente toda mi cara y mi piel se puso chinita, buscó mi boca y nuestras lenguas se entrelazaron, me estaba tratando en forma muy tierna y me encantaba, me sentía nuevamente una mujer en sus brazos, nuevamente Pablo estaba logrando que fluyera mi femenidad.

Si boca buscó mis pezones y los lamió, mordió con suavidad y succionó, de mi boca salieron ronroneos de gatita, me retorcí en la cama, mis dedos acariciaban su pelo.

Continuó bajando llegó a mi vientre y lo besó delicadamente, me tomó de la cintura y me hizo girar quedando mis nalgas frente a su cara, las besaba y lamía lentamente, mi piel se erizó y abrí las piernas entregando mi tesoro, suavemente abrió mis nalgas y su lengua punteó mi orificio, sentí como si su lengua descargara una corriente de electricidad en mi hoyito y un gemido salió de mi boca, comenzó a meterme la punta de su lengua y mi orificio se fue abriendo, dándole a bienvenida al travieso visitante, mis piernas se aflojaron y arquee la espalda, no me dio pausa, abrió al máximo mis nalgas y metió toda su cara entre ellas, su lengua entró profundo.

Continuó con sus dedos, empezó con él índice y me lo fue enterrando poco a poco mientras ponía saliva en mi culo, me estaba abriendo en forma divina, me hizo recordar la primera vez que me penetró.

Giré la cara y ya Carlos estaba penetrando a Luis, Luis tenía los ojos muy abiertos, no creía que Pablo pudiera ser tan tierno, nuevamente Carlos le pasó el frasco de lubricante a Pablo, como buenos cómplices.

Abrió mis nalgas y metió dos de sus dedos en mi culo, los abrió estirando mi esfínter y un chorro de lubricante entró en mi interior, metió sus dedos acariciándome por dentro y dispersando el lubricante, un suspiro salió de mi boca, sentía mi colita muy flojita.

Recorrió mi rajita con su verga bien lubricada y apoyó la punta de su verga en mi orificio, empujó suavemente y me la fue enterrando con facilidad, pronto me la enterró hasta los huevos y lo anunció

¿Te gustó princesa?, ya te la metí toda, estoy seguro que no te dolió

Nada amor, me has abierto como nunca, nada de dolor, sólo placer.

Se recostó sobre mi cuerpo y besó mi cuello, empezó a sacarla lentamente hasta dejar solo la cabeza dentro y después meterla, gemí de placer, continuó embistiéndome suavemente, sentía que me derretía en cada sacada y metida, mi alma se salía de mi cuerpo, poco a poco fué embistiéndome con mayor rapidez, mi vista se nublaba y gemía como loco, mi cuerpo se estremecía y temblaba, no pude aguantar tanto placer y me corrí intensamente sobre las sábanas, quedé tendido sobre una almohada, con la colita paradita, me empezó a bombear más rápido y yo movía la colita en círculos como una auténtica puta, hasta que sentí que su verga se hinchaba y explotó dentro de mi culo, sin dejar de meterla y sacarla, yo gritaba como puta, todo mi cuerpo convulsionaba, espasmos recorrían mi cuerpo, la fue sacando poco a poco y un chorrito de semen espeso escapó de mi culo y llegó a mis testículos. Pablo se había reivindicado, el duelo se empataba.

Pero la noche no terminó allí, Carlos quiso cogerme nuevamente y Pablo hizo lo propio con Luis.

Me puso de espaldas boca arriba, abrió mis piernas y apuntó la cabeza de su verga a mi colita, sentí la presión en la entrada de mi agujero y poco a poco se fue deslizando dentro, mi colita estaba sumamente lubricada por el semen de Pablo que cuando iba entrando se escuchó un sonido como una flatulencia, producto de que tenía la colita abierta después de la cogida de Pablo, quedando retenido un poco de aire, y al avance de la gorda verga de Carlos, combinado con el viscoso líquido en mi interior, provocó que el aire saliera de forma un poco escandalosa, me dio pena y me ruboricé, escuché a Pablo y Luis riendo, pero Carlos siempre caballeroso se inclinó y me dijo;

No te preocupes amor, las princesas también se tiran pedos, y ese pedito es la forma en que tu culito dice que le encanta mi verga.

Poco a poco la introdujo toda, sentí su vello púbico haciéndome cosquillas en las nalgas y nuevamente me hizo sentir plena, me estaba cogiendo como una nena, boca arriba, la fue sacando poco a poco hasta quedó solo la cabeza dentro y la fue metiendo despacio hasta sentir nuevamente sus pelos en mis nalgas, al cabo de unas cuantas metidas y sacadas lentas empezó a acelerar el ritmo poco a poco, aunque siempre con delicadeza y en cada golpe suyo contra mis nalgas daba un fuerte gemido y arqueaba la espalda, me sentía lleno por completo, sentía cada centímetro de carne dura que entraba y salía, en cada embestida veía las estrellas, muecas de placer se dibujaban en mi cara, se inclinó y me dijo al oído que disfrutaba mucho conmigo y que me quería tener seguido, me abracé a él y lo besé, un largo beso, si bien Pablo me había cogido en forma fenomenal, Carlos no se quedaba atrás, me sentía tan hembra, tan suya, me susurraba al oído cosas sucias que me encantaban y besaba mi cuello, cada vez me ensartaba más duro y empezó a gemir con más fuerza, estaba tan entregado que lo único que deseaba era sentir sus rizados vellos en mis nalgas, ya que eso significaba que me tenía completamente ensartado, quería más y le pedí más verga.

Dale Carlos, cógeme duro, aggh, sigue así, reviéntame.

Me empezó a embestir con más fuerza, sudaba, cerró los ojos e hizo una mueca de placer al tiempo que dio un último embiste y sentí como se derramaba en mi interior, otra descarga de leche calientita para mi culo, en cada mueca suya sentía un chorro de semen inundarme las entrañas, se dejó caer sin sacarme la verga y me besó con pasión, poco a poco su verga se fue poniendo flácida hasta que salió de mi culo y cayó desfallecido a un lado mío, me dijo que tenía un culo increíble y que le había encantado, mientras tanto Pablo y Luis seguían cogiendo y nos pusimos a ver la faena que Pablo le hacía a Luis, a escasos centímetros de nosotros, indudablemente había aprendido la lección, se notaba que lo cogía con pasión y tratando de darle a Luis el máximo placer posible, era como ver una película porno muy excitante, Carlos y yo nos acariciábamos sin perder de vista la cogida, la verga de Carlos cobró vida nuevamente y empecé a masturbarlo suavemente, estaba dura como roca a pesar de que tenía apenas unos minutos que se había vaciado dentro de mi cuerpo, su verga lucía imponente y se me antojó meterla en mi boca y saborearla, empecé a succionar la cabeza de su verga, sabía a semen y a culo, a mi culo y eso me puso como loco, seguí mamando golosamente y comenzó a gemir, con una de mis manos empecé a acariciarle sus huevos grandes y peludos y con la otra a masturbarlo sin dejar de succionar la punta de su miembro, sus piernas se tensaron y sus gemidos se hicieron más rápidos hasta que al cabo de unos quince minutos todo su cuerpo se puso rígido y explotó dentro de mi boca, a pesar de las corridas anteriores lanzó algunos chorros de semen caliente, los cuales saboreé y trague con gula, justo en ese momento Pablo y Luis por fin acabaron entre gemidos intensos y quedaron unos segundos desplomados exhaustos al tiempo que seguía chupando la verga de Carlos, apretando y succionando para extraerle hasta la última gota, después de un par de minutos, se incorporaron y se acostaron al lado de nosotros, Luis me susurró al oído:

Oye Cabrón, ¿que le hiciste a Pablo?, nunca me había cogido así, fue increíble, me hizo gozarcomo nunca, me hizo ver el cielo, las estrellas.

Solo sonreí, mientras me iba quedando dormido, era tarde y estaba exhausto.

Al otro día desperté y solamente estaba Luis en la cama, me di un baño rápido y bajé, en la cocina estaban Pablo y Carlos preparando el desayuno, los saludé dándoles un beso a cada uno y les pregunté, que hacían.

Solo preparamos el desayuno, algunos huevos, café y salchichas para nuestras hembritas, hay que alimentarlas bien, no solamente deben alimentarse de lechita- respondió Carlos.

Sí, tienen que alimentarse bien, todavía queda mucho del fin de semana y necesitan fuerzas para aguantar todo lo que falta- agregó Pablo con una sonrisa traviesa y maliciosa al mismo tiempo, que me hizo erizar la piel.

Ayudé a poner la mesa y cuando estaba terminando de ponerla aparece Luis.

Hola dormilón- lo saludé, me dio un beso y también a Pablo y Carlos.

Después de desayunar, decidimos descansar un poco e ir a la alberca.

Fue excitante nadar los 4 desnudos, nos divertimos como nunca entre chapoteos y algunos toqueteos excitantes y más tarde nos volvieron a coger, ahora en la alberca. Al final del domingo habíamos perdido la cuenta de cuantas veces nos habían cogido entre ambos, creo que aunque ya eran amigos en forma secreta seguían en la disputa de demostrar quién era mejor macho, toda la casa olía a sexo y transpiración, nos cogieron en todos lados y en todas las posiciones posibles. En la última cogida, en este caso de Pablo a mí, ya no sentía las piernas, me dolían todos los músculos del cuerpo, el culo lo sentía abierto y entumido, me hormigueaba, simplemente me dejé caer exhausto de espaldas en el sofá y dejé que Pablo hiciera con mi culo lo que quisiera, Luis estaba igual, Carlos entró con él cargándolo desde la alberca, lo recostó en el otro sofá y se subió encima de él para acariciarlo y besarlo y en minutos ya estaba otra vez cogiéndoselo.

El fin de semana había terminado y era hora de regresar a la ciudad de México, con mucho esfuerzo nos pusimos nuestras ropas y salimos al atardecer.

Así terminó ese duelo de machos, no estoy seguro quien fue mejor, pero había dos claros ganadores: Luis y yo.

Regresando al departamento no hubo mucho cambio, Pablo siguió saliendo con Katia, quien finalmente fue quien disfrutó más el cambio de Pablo, aunque ahora trataba de darse un tiempo, sobre todo en las mañanas o tardes para cogernos a Luis y a mí, Carlos empezó a llegar más seguido al departamento y ahora era quien nos cogía en las noches, yo continué saliendo con Adriana y para mí eran los fines de semana en el Departamento, sin embargo, esta rutina duró muy poco, ya estaba por terminar mi carrera y todo terminaría abruptamente.

Ya eran las últimas semanas de clases y empecé a realizar solicitudes de empleo, recibí una oferta irrechazable de una empresa petrolera en el estado de Chiapas, con un excelente sueldo y muchas prestaciones, entre las que estaban auto y casa.

Tan pronto me gradué acepté la oferta de esa empresa y me mudé a Chiapas,donde vivo hasta hoy, Luis se graduó el mismo año y Pablo y Adriana el año siguiente.

Una vez que Adriana se graduó no quiso seguirme a Chiapas por estar demasiado lejos de sus padres y la relación se fue desgastando, hasta que terminamos, sin embargo, conocí a una bella mujer que me robó el corazón y pronto me casé con ella, actualmente sigo casado y tenemos dos hijos.

Después que salí del departamento Carlos se fue a vivir con Luis y hasta la fecha siguen viviendo en ese departamento, ya como pareja, el departamento pertenece ahora a Luis quien se lo compró a su familiar.

Pablo se casó con Katia y salió también del departamento, tienen también dos hijos (niñas las dos), aunque sigue llegando al departamento para coger a Luis con el consentimiento y participación de Carlos.

Así que éste es el último relato de mis experiencias estudiantiles, si llegaron hasta aquí, les doy las gracias y espero les hayan gustado, fue un honor compartir mis recuerdos, aunque admito que algunos de ellos aderezadas con un poco de fantasía.

Sin duda, fueron grandes momentos los que pasé en esa época, una época que recuerdo con cariño y nostalgia, una época única y difícil de olvidar, con muchos cambios, desde ser un chico inocente de provincia hasta convertirme en una verdadera puta, época en la que perdí mi virginidad y que conté con la suerte de tener amantes increíbles, una época de libertad, amigos, pocas preocupaciones, muchas experiencias para recordar y sobre todo mucho sexo, y creo que para muchos de mis lectores también recordarán su época estudiantil con mucho cariño y nostalgia.

Respecto a mis amantes, a Roberto le perdí completamente la pista, tuvimos algunos encuentros después que se fue a Tijuana e iba de visita a la ciudad de México, pero luego que se casó no lo volví a ver, con Arturo seguimos teniendo contacto en redes, pero solamente una vez más lo vi y fue precisamente en la semana de su boda, donde tuve un encuentro muy ardiente con él, que nos hizo recordar nuestros tórridos encuentros juveniles, a Carlos, Pablo y Luis los he podido seguir viendo aunque en forma muy esporádica cuando he tenido la fortuna de ser comisionado por la empresa a la ciudad de México, en esas comisiones me ahorro el hospedaje y llego al departamento de Carlos y Luis, y a veces también nos visita Pablo para recordar toda la pasión de aquella época dorada.

Amo a mi esposa, y no cambiaría mi situación actual por nada del mundo, mi esposa es una excelente amante,que me satisface sexualmente, pero como saben soy bisexual y se me antoja de vez en cuando disfrutar de alguna verga, así que el matrimonio no me impide gozar de vez en cuando de algún macho, es algo sexual que no interfiere en la relación con mi esposa, o ¿que piensan ustedes?

Espero sus comentarios en [email protected]

Primera parte del relato:

"Duelo de sementales"

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