Esto pasó justo el mismo día que escribo este relato y me hacía ilusión contarlo ya que muchas veces he narrado mis experiencias en la cama pero nunca en uno de mis lugares favoritos para tener sexo, exactamente, la ducha.
En casa de mi chica, concretamente en su habitación, hay un pequeño baño con ducha solo para ella. Es un baño muy lindo y hogareño, huele a vainilla y la pequeña ventana al lado de la ducha hace que entre luz natural y sea el doble de acogedor. Cada mañana que despierto con ella me doy una ducha disfrutando y relajándome en privado.
Esta mañana me desperté sobre las 9, mi desnudo cuerpo estaba tendido sobre aquella acogedora cama que compartía con mi pareja que también estaba desnuda, la mitad superior de mi torso estaba expuesto dejando mis pechos al aire y a la vista de cualquier inquilino curioso. Me di la vuelta para mirar a mi novia y ella estaba de espaldas, expuse poco a poco su hermoso y esbelto cuerpo dejando a la vista su dorso blanquecino marcado por lunares y la huella del sujetador. Pasé mis dedos suavemente sobre ella tratando de no despertarla para disfrutar del tacto con su piel. Después de contemplarla me entretuve con mi móvil pasando el rato por Instagram, respondiendo mensajes y sacarme fotos eróticas que mandaría a mi chica en algún momento.
Después de casi una hora tumbada, me levanté echando a un lado la sábana dejando al descubierto el resto de mi cuerpo, fui directamente al baño para meterme en la ducha, abrí la ventanita, puse el agua caliente y empecé a ducharme. Después de un rato disfrutando del agua recorrer cada curva y esquina de mi mojada figura, me percaté de que alguien estaba entrando al baño, miré curiosa y era mi novia, desnuda y con el pelo deshecho me miró regalándome una sonrisa, entró conmigo al plato de la ducha, la dejé su espacio para que pudiese empapar su cuerpo, tras ello me dio el turno mientras echaba champú en su pelo. Aproveché y también me eché champú manoseando mi cabello con mis dedos mientras el agua caía sobre mi cabeza. Ella se acercó y mojó también su cabeza dejando caer la espuma del pelo por su espalda.
Mi pareja tomó una esponja de baño y echó gel, tras frotarlo un rato empezó a pasárselo por su cuerpo. Yo estaba de espaldas a ella disfrutando del caer del agua sobre mi, de pronto sentí como una mano pasaba por mi abdomen tirando mi cuerpo hacia el suyo y con la otra mano empezó a pasar la esponja por mi cuerpo, empezando primero por mi vientre a la vez que pasaba su otra mano a una de mis tetas encerrando mi pezón entre sus dedos. Pasó de frotar mi vientre a poco a poco acercar la esponja a mis húmedos labios, me estaba excitando y en respuesta comencé a frotar mi culo con sus caderas moviéndolo en su resbaladizo cuerpo lentamente dejándome llevar por la caliente situación. Ella en respuesta empezó a besarme el cuello, yo puse mis manos sobre sus empapados glúteos estrujándolos animándola a que siga complaciéndome.
Dejó caer la esponja, comenzó a pasar sus dedos sobre mi esponjosa vulva, con cada pasada yo soltaba un suspiro y tras un rato jugueteando con mi cuerpo introdujo los dedos dentro de mi. Los movía dentro en un movimiento de vaivén que me estaba dejando sin aliento y que inconscientemente hacía que mis piernas se juntasen encerrando mi entrepierna con sus dedos dentro de mi. Me apoyé con mis manos a la pared que tenía al lado ya que el placer no me dejaba mantenerme recta y temía resbalar. Sus movimientos aumentaron de velocidad y cambió de mover sus dedos dentro de mi a taladrar mi vagina con ellos haciendo que su palma chocase y sonase contra mi monte de venus haciendo chapotear el agua y causando en mi un placer que me llevó a un pequeño orgasmo el cual me hizo finalmente soltar un agudo gemido que llevaba aguantándome todo el proceso.
Me di la vuelta para empezar a besarla y pasar mis manos sobre su húmedo cuerpo, chocando nuestros labios apasionadamente e intercambiando saliva, juntando nuestros cuerpos y metiendo mi mano entre sus nalgas para pasar uno de mis dedos sobre su ano. La puse contra la pared de la ducha, me arrodillé y comencé a pasar mi lengua entre los pliegues de su vulva a la vez que ella removía su clítoris con una de sus manos, después con la otra agarró mi cabeza suavemente y la empujó hacia su vagina, pegando los labios de mi boca con los suyos de la vulva, comencé a besarla y pasar mi lengua más apasionadamente a la vez que acompañaba dichos movimientos con los de mi cabeza, mi boca se empapaba cada vez más y ella movía su pelvis sensualmente para hacer fricción con mi cara, decidí girarla y empotrarla contra la pared, teniendo de frente su sexy culo, me acerqué y empecé a lamerle el ano haciendo círculos por los bordes e introduciendo un poco la punta mientras sus glúteos se cerraban en mis mejillas.
Abrí una de sus piernas para tener más espacio y llegar a lamerle también su rosado coñito, cada vez que bajaba a sus vagina mi nariz entraba en contacto con su ano, subía para relamer su agujerito y luego bajaba de nuevo a su preciosa vulva. Ella comenzó a gemir y mover sus dedos más rápidamente a la vez que sus piernas temblaban con mi cara entre ellas, mi rostro se llenó de su líquido vaginal, sentía su sabor por toda mi lengua, la textura de sus pliegues y el de su ano, el vibrar de sus muslos y sus glúteos entre mi cara, alcanzó un pequeño orgasmo que la dejó gimiendo y riéndose del placer, me levanté de nuevo para besarnos con mi cara llena de sus fluidos, me agarró la cara con ambas manos y pasó su lengua por mis labios y parte de mis mejillas, empapando aún más mi rostro y mezclando su saliva con su líquido vaginal.
Después ella salió aún empapada del baño, me quedé mirando como su culito rebotaba con cada paso que daba, al volver la vi con un dildo morado muy grueso quizás de unos 20cm y un bote de aceite de coco, ya sabía lo que íbamos a hacer. Me dijo de ponerme en cuatro en el suelo, la obedecí sin mediar palabras. Me puse en cuatro con el culo hacia arriba y orientado hacia ella, dejó caer una buena cantidad de aceite sobre mi ano a la vez que lo masajeaba con su dedos haciendo círculos por el exterior, después echó aceite en la punta del juguete dejando que el líquido se esparciese lentamente por todo su cuerpo morado y venoso, puso en contacto mi ano con la punta del aparato y fue introduciéndomelo poco a poco, yo no tenía donde agarrarme por ello hacía fuerza con las palmas contra el suelo ya que sentía como el gran dildo iba abriendo mi ano e introduciéndose en mi poco a poco y de forma placentera, por el exterior de mi agujero anal podía sentir la textura del dildo y conforme se iba metiendo mi chica iba echando aceite asegurándose de que se deslizase con normalidad.
Con la mitad del juguete metido sentí cómo se deslizaba por mi recto chocándose con la pared intestinal, como era muy elástico dicho juguete se torció para adaptarse a mi intestino grueso y seguir introduciéndose hasta estar completamente dentro de mi. Mi novia reaccionó impresionada mientras yo temblorosa sentía un placer inmenso, ella se fue rápido al cuarto y volvió con un vibrador rosa especial que servía para estimular el punto G y el clítoris a la vez, le echó aceite también y me lo introdujo en la vagina para luego encenderlo mientras ella me metía y sacaba el dildo del culo repetidas veces aumentando poco a poco el ritmo de las penetraciones.
Yo estaba embelesada por todo el gozo que estaba experimentando, tanto mi vagina como mi ano estaban siendo excitados a la vez que yo gimoteaba casi a gritos haciendo eco en el baño, retemblaba todo mi cuerpo haciendo que mi voz también lo hiciese y mis pechos que estaban colgados en esa posición oscilasen y balanceasen en el aire. Estaba tan excitada que sin percatarme mi vulva expulsó un gran chorro a presión que empujó y sacó el vibrador de mi coño y mojó todo el suelo haciendo que este fuese más resbaladizo de lo que ya era antes, formándose una capa de aceite y agua. Mi chica agarró el vibrador, me lo introdujo de nuevo y a los segundos solté un segundo chorro. "¡¡Sí cariño sí!!" soltó ella, volvía a repetir el mismo proceso para hacer que mi vagina expulsase chorros a la vez que me penetraba violentamente el culo con su gran dildo, con cada squirt mi cuerpo se retorcía a la par que soltaba un chillido de placer, repetimos este proceso muchas veces hasta que no pude más.
Mi novia sacó el dildo lentamente de mi culo lo que también me generaba placer hasta dejar mi recto totalmente vacío y lubricado, el ano sin embargo quedó abierto dejando entrever el interior del mismo, no era la primera vez que me pasaba y era totalmente normal pero por fascinación hicimos una foto a mi culo abierto y un video para el recuerdo. Me puse de pie sintiendo como mi ano estaba algo adolorido y tenso, me senté en la encimera del lavabo abriendo las piernas, mi chica se pegó a mi y nos besamos lentamente acariciándonos y dejándonos tocar por la otra.
-Me has reventado el culo cielo.- Dije entre risas-.
-Perdóname pero es que tienes un culo muy follable.
Hicimos una pausa para compartir unos besos.
-¿Qué puedo hacer para que me perdones querida?
-Muchas cosas, primero besarme las tetas.
Ella hizo caso y puso su boca sobre mis húmedos pezones empezando a besarlos y morderlos, movía mis mojadas tetas, las acariciaba, las botaba mientras yo apoyaba mi espalda contra el espejo dejando caer algunas cosas del mueble. Agarré su cabeza y la empujé en dirección a mi vulva diciendo "ahora mi coño", me lo comenzó a comer con el mismo ritmo que me comía los pechos, me retorcía de placer y excitación, cerré mis piernas para tener su cabeza entre mis muslos, ella aumentó el ritmo del oral que me estaba haciendo y yo soltaba suspiros repetidamente por la forma en que me estaba metiendo la boca en mi vulva, solté un pequeño chorro que dejó su cara mojada acompañado de un inocente chillido. Se puso de pie de nuevo y me besó otra vez mientras me agarraba las tetas con pasión.
Agarré el vibrador que estaba tirado en el suelo, nos metimos de nuevo en la ducha encendiéndola. La puse enfrente de mi pero de espaldas, rodee su cuerpo con una de mis manos que tenía el vibrador y se lo metí en la vagina, puse en marcha el aparato y dejé que hiciese su magia. Estaba abrazada a mi novia desde su espalda, se retorcía del placer y se agarraba de uno de mis brazos que rodeaba sus clavículas, metía y sacaba el vibrador rápidamente deslizándose suavemente entre sus labios y dándola el placer que se merecía, ella soltaba gemidos agudos y discontinuos a la vez que me pedía "más rápido".
Sus tetitas rebotaban y su culo se apoyaba en mis muslos. Hecho todo esto su rosado chochito chorreó a la vez que ella soltó un grito de placer mientras todo su cuerpo temblaba, dejé el vibrador teniendo mi otro brazo libre para poder abrazarla y sentir su tembloroso cuerpo contra el mío, pasé tímidamente mi mano sobre su vulva y su excitación era tal que un leve contacto con sus sensibles labios hacía que todo su cuerpo se retorciera y ella soltase un leve suspiro. Estuvimos un buen rato así hasta que se relajó, se dio la vuelta y terminamos nuestra aventura en la ducha con un largo beso bajo el agua, limpiando nuestros cuerpos y riéndonos de todo lo que habíamos hecho.
Espero que os haya gustado este relato y espero también que contar mis numerosas experiencias con mi novia no se os haga pesado, por ello también intento escribir variedad para que podáis disfrutar leyendo mis pequeñas obras y experiencias.
Un beso húmedo para todos vosotros jajaja.