Mi esposo y yo llevamos 3 años de casados, sumándole un noviazgo de 5 años antes del matrimonio, tengo 24 años, él 27…
Él había sido el único hombre con el que he estado, hasta que hace aproximadamente 5 meses sucedió esto: Mi esposo y sus 4 amigos acostumbraban a reunirse cada sábado en casa de alguno de ellos, para hacer algún asado, beber cerveza, charlar, jugar cartas y juegos de apuestas, y para ver algún partido, yo no tenía ningún problema con ello, cuando lo hacían en casa de alguno de sus amigos mi esposo responsablemente llegaba en temprano y no tan alcoholizado, pero cuando nuestro hogar era punto de reunión acostumbraba a alcoholizarse demasiado, en fin, estaba en su casa, no corría ningún tipo de peligro.
Un día le tocó ser el anfitrión, a las 6 de la tarde comenzaba su reunión a la cual todos asistieron puntualmente, hicieron lo habitual, para las 10 de la noche mi esposo ya empezaba a mostrar que cargaba con altos grados alcohol en su cuerpo, sus amigos amagaban con irse, mientras algún comentario los envolvía en otra plática de 30 minutos como mínimo.
Yo veía una serie en Netflix y los observaba de vez en cuando desde la sala de estar, la cual tenía un ventanal con visión al jardín donde llevaban a cabo dice reunión. Cayó la media noche y con ella la definitiva despedida de 3 de sus amigos, se retiraron del lugar, dejando solo a mi esposo y un amigo más en el jardín, estaban riendo y tomando mucho, desconocía de que hablaban…
Un momento después volteé nuevamente al jardín y los vi parcialmente tirados, pensé que ya era suficiente y debía llevarlo a dormir, me acerqué para comentarles que ya era suficiente y algo tarde, al hacer el comentario de que su amigo tenía que retirarse mi esposo con voz cortada y poco entendible me dice que su amigo se quedaría esa noche, que estaba remodelando su casa y era todo un caos, acepté sin problemas, la casa cuenta con 4 habitaciones, podría usar una de esas.
En fin, aceptaron irse a dormir, ambos sabían que estaban en malas condiciones, aunque el amigo de mi esposo un poco más consciente, por lo que le pedí que me ayudara a llevar a mi esposo a nuestra habitación, por qué el pobre no se podía ni levantar.
Así lo hizo, lo llevó a la habitación y en el meneo por acostarlo en la cama ambos cayeron en ella (es una cama King, cabían sin problema), y como por arte de magia ambos quedaron totalmente inconscientes, se durmieron. Pff.
Pensé en irme a cambiar para ponerme más cómoda y posteriormente levantar al amigo de mi esposo y llevarlo a su habitación, así que me puse un blusón me quité el sostén y sólo dejé debajo un pequeño calzón cachetero, muy delgado. Intenté levantar al amigo de mi esposo, pero mis intentos fueron vanos, creí que me tocaría dormir en otra habitación, pero observé que aún había espacio en la cama, justamente en medio de ambos, temía que por su estado me vomitaran o algo así, pero mi cama es mi cama y en ninguna otra tendría esa comodidad. Así que quedé ahí, entre dos hombres.
Ya dormía cuando empecé a sentir entre mis nalgas algo muy duro que se acercaba con delicadeza pero al mismo tiempo con rudeza, abrí los ojos y me di cuenta que frente a mí se encontraba mi esposo de espaldas navegando en el quinto sueño, quise creer que quizá fue algún roce involuntario así que dejé que pasara todo, cuando nuevamente sentí algo que se esforzaba por terminar entre mis nalgas, me puse muy nerviosa, pero comencé a excitarme.
Sabía que el amigo de mi esposo estaba recargando su miembro o alguna extremidad en mí, pues mi espalda quedaba en su dirección, seguí inmóvil, comencé a sentir más esos roces, tal vez creía que estaba dormida o se dio cuenta de mi nula oposición, de pronto sentí una mano tímida subiendo de mi rodilla a mí pelvis, pasando por mi rajita y subiendo hasta mis tetas, por debajo del blusón, comenzó a acariciar mi pezón, dando círculos en la aureola con uno de sus dedos, quise negarme, pero los nervios y la excitación me lo impedían, con movimientos supuestamente involuntarios me fui acercando a su cuerpo, para sentir más su miembro entre mis nalgas, él solo paraba durante mis movimientos, pero una vez estaba quiera continuaba tocándome el pezón.
Hasta que decidió bajar su mano, llevarla entre mis piernas y meter sus dedos gordos entre mis bragas, supongo que notó lo mojada que estaba, por qué sin temor introdujo uno de sus dedos en mi vagina, ya no lo pude evitar, emití unos pequeños gemidos, bajé mi mano hasta su miembro, me di cuenta que ya había bajado su pantalón, retiré el bóxer y comencé a masturbarlo, ambos estábamos extasiados, nos masturbábamos mutuamente, hasta que decidí, con mi otra mano bajé mis bragas me acerqué a él y metí su miembro totalmente efecto en mi vagina, comenzó a penetrarme con intensidad, intentando que mi esposo no se levantase con tanto movimiento, su miembro era más grande y más grueso que el de mi esposo, sin duda lo disfrutaba demasiado, nunca pensé que llegara a algo así.
Él metía su pulgar en mi boca para reducir los gemidos, yo lo chupaba como si se tratara de un pene, quería el miembro de mi esposo en mi boca, en ese momento deseaba que despertara, me viera y me follara también, pero sé que nunca pasaría algo así, seguía penetrándome, sólo paraba cuando mi esposo hacía algún movimiento, pero no era muy seguido, me encantaba.
Le dije 'espera' deteniendo su cadera con mi mano, me saqué su miembro para incorporarme encima de él y comencé a chuparlo, en posición se 69 él empezó a lamerme la vagina hasta hacerme correr en su cara.
Nos levantamos, me puso en cuatro y puso su miembro entre mis nalgas, la frotaba, yo moría por qué me penetrara y así lo hizo, pero esta vez analmente, ufff, me encantó y estaba tan excitada que no me di cuenta en que momento bajé la bragueta del pantalón de mi esposo y saqué su miembro, cuando menos pensé ya estaba siendo penetrada mientras se la chupaba a mi esposo, el miedo y la excitación eran incomparables.
Finalmente sentí un chorro de líquido dentro de mi ano y sentí como retiraba su miembro. Me levanté, nos dimos un par de besos, él me dijo "dormiré en el sillón" y yo me acosté a lado de mi marido…
Al día siguiente, desperté, mi marido no estaba en la cama, salí de la habitación y estaba desayunando, pero ya no había nadie más…
Esto fue algo que no se ha repetido, a pesar de que sus amigos han venido en algunas ocasiones, mi esposo no sabe de esto y espero nunca se entere, no me gustó serle infiel, pero tampoco la pasé mal.