back to top
InicioControl MentalDomina mis pensamientos

Domina mis pensamientos
D

el

|

visitas

y

comentarios

Apoya a los autores/as con likes y comentarios. No cuestan nada.
Tiempo de lectura: 3 minutos

¿Recuerdan lo que decía sobre Lean? ¿Esa parte de que era mi maestro y todo lo demás? Pues me quedé corta, no es mi maestro, es mi dueño, el puto amo. Si dice que vaya voy, si dice te quiero aquí, ahí me tiene.

Resulta que decidí ponerme cómoda y empezar a organizar algunas cosas, limpiar y esos quehaceres propios de nosotras. Suena mi celular, mensaje de texto de Lean:

-¿Qué haces?

-Estoy limpiando y organizando algunas cosas ¿Por qué?

-Quiero verte jugar para mí

No puedo negar que cuando me hace esas peticiones, me da de todo, adrenalina, morbo, ufff, como quisiera estar frente a él.

Yo: ¿Que deseas que haga?

El: Tócate, hazme un video, quiero verte haciendo el amor y pensando en mí.

Yo: Como usted ordene mi capitán.

Me encerré en la habitación, ubique donde colocar el móvil para una vista 3D, me coloque en mi mejor ángulo, la vista que necesitaba mostrarle tenía que ser la mejor. Incline mis piernas quedando como si fuese a hacer abdominales, con ciertas imágenes en mi cabeza coloque mis manos sobre ambos pechos, toque mis pezones, los humedecí, los apreté, como si fuese el quien los tuviese en la boca, introduje mi dedo índice derecho en mi boca, lo humedecí completo y lo lleve justo ahí, donde mi deseo pudiese sentirlo, frote suavemente de manera superficial, se sentía húmedo, suave, con deseos de sentir más, suavemente entre mi dedo en mi interior, aquello era divino, con mi mano derecha dentro de mí y mi mano izquierda en los pechos jugué, gemí, lo invoque, deseaba con toda pasión que fuese el quien hiciera todo eso, me pare y busque un dildo, un juguete nuestro, sé que le gusta verme gemir de placer y que mejor que ayudarme con mi amiguito.

Tomé el dildo y lo humedecí con mi boca, lo introduje en mí poco a poco y con toda suavidad, mi mano derecha lo sostenía y la izquierda masajeaba suavemente el mi clítoris, la sensación de ambas cosas al mismo tiempo era como una fiesta de placeres, un estallido de fuegos artificiales, gritaba su nombre, jadeaba por su presencia.

Aumente la intensidad, cada embestida era más rápida, más intensa, más profunda, seguía una y otra vez, no pare de mover mis manos, mientras más rápido la movía, más me gustaba, me empezaron a temblar las piernas, se me encogían los músculos, pero aun así no pare, no podía hacerlo, el placer era mayor al dolor, sentí mi abdomen contraerse, mis pantorrillas encogerse, el cuerpo me cosquillaba por completo, el placer que me producía autocomplacerme era algo único, ya había encontrado mi punto máximo pero no, no deje de mover las manos, no deje entrar y sacar ese dildo tan rápido como mi cuerpo me lo pedía, Lean Lean era lo único que pensaba, sentía que algo estaba a punto de salir de mí, así que subí la intensidad más, más y más, seguía sintiendo algo salir, hasta que pude sentir algo deslizarse por mi entrepierna, junto a una descarga en mi cuerpo, había llegado, lo alcance, una vez más pensando en el termine, lo logre.

Retire el dildo, lo mire. Ahí estaba la prueba del delito, mojado, húmedo, lleno de mí, me pare, detuve el video y se lo envié, mientras guardaba todo, organizaba y me tomaba una ducha, él lo veía, tal parece que fue muy buena la toma, porque acompañado de un:

-ufff, mira como estoy, llego un archivo de video.

La revancha, él nunca se queda con el golpe, lo devuelve, precisamente eso me gusta, siempre devuelve el golpe, jajaja. Volviendo a la historia, su video fue lo más, ahí estaba tocándose, enseñándome como lo puse, estaba baboso, erecto, fuerte tal cual lo vi antes, me llamaba, me pedía que lo probara una vez más, el subía y bajaba su mano con malicia, con premeditación y alevosía, miraba la pantalla del celular sin siquiera poder parpadear, mordía mis labios, estaba babeando, decía mi nombre, exigía mi presencia, por un momento sentí que era yo quien lo tocaba, subía y bajaba sus manos tan rápido, tan excitado que no pudo contenerse más, llego, lo vi, vi cómo se derramaba, veía salir el néctar de su ser, sentí que tomaba ese jugo, que se deslizaba en mi paladar, lo imagine así y me saboree los labios.

No sé si fue mi ego, morbo o qué, pero me encanto presenciar eso en el teléfono, sabía que lo había provocado yo y se sentía tan bien tener el control, aunque fuese por 5 minutos, fue tan excitante observarlo mientras se tocaba.

Tiempo atrás no había forma ni poder humano que me hiciera tocarme frente a una cámara y enviárselo a alguien, pero con el no hay miedo, no hay vergüenza, no hay tabú, Lean domina mi ser, domina mis pensamientos.

Compartir relato
Autor

Comparte y síguenos en redes

Populares

Novedades

Comentarios

DEJA UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Los comentarios que contengan palabras que puedan ofender a otros, serán eliminados automáticamente.
También serán eliminados los comentarios con datos personales: enlaces a páginas o sitios web, correos electrónicos, números de teléfono, WhatsApp, direcciones, etc. Este tipo de datos puede ser utilizado para perjudicar a terceros.