Muy buenas tardes a todos mis lectores para el día de hoy continuamos con el relato anterior, en dónde fuimos con mi amado esposo a un club swinger, a celebrar que le había salido un contrato para construir un sistema de riego con unos ganaderos del Huila y en donde yo disfrute de tres caballeros qué se encontraban en los baños turcos teniendo relaciones sexuales con los tres al mismo tiempo.
Pasaron los días y viajamos al Huila aceptando la invitación de don Gustavo.
Llegamos el viernes en la noche, cenamos, nos tomamos unos roncito y como en el campo se levantan temprano nos acostamos al poco rato. Al otro día me desperté cómo a las 7 de la mañana David ya se había levantado, me levante y abrí las ventanas dejando entrar el sol y el cantó de unos pájaros hermosos.
Entre al baño me vestí con unos chores media nalga sin botón y un top qué dejaba ver la redondez de mis tetas y una blusa la qué me amarré de las puntas.
Don Gustavo no estaba mí esposo estaba tomando un café y fumando un cigarrillo.
– Hola dormilona ¿cómo amaneciste?
– No dormí cómo una bebé.
La señora de la cocina me trajo un café al qué le agradecí.
– Buenos días, don Gustavo viene a desayunar dentro de una hora.
Nos tomamos el café y luego caminamos por los alrededores de la finca bajamos mandarinas de los árboles.
Don Gustavo llego con otro de los ganaderos de la región un vaquero de unos 45 años bien plantado trigueño, con una incipiente barba. Ojos negros penetrantes los que no dejaban de mirarme y que a mí provocaron sensaciones placenteras qué humedecían mis partes íntimas señal inequívoca de qué yo iba a pasar un buen rato.
La finca no tenía una piscina como tal, tan solo una albergado pequeña hecha de piedra y cemento que construyeron en el cauce de una quebrada desafortunadamente apenas servía para meterse nada más.
Se alistaron para ir al sitió de la obra.
Yo no me anime a ir.
– ¿Doña Diana caminé y nos acompaña?
– No don Gustavo mejor me quedó, lástima que la alberca sea ta pequeña me hubiera gustado nadar un poco.
– A no si quieres nadar puedes ir al pozo es un lugar delicioso tiene una cascada de agua rodeada de a robles y qué sólo nosotros vamos y ahí si puedes nadar un buen rato.
– Parece un sitió delicioso.
– Un paraíso los paseos de olla son los que disfrutamos a cada rato. Voy a decirles qué te ensillen un caballo.
– Listo muchas gracias don Gustavo.
Don Victorino se me acerca con la intención de avisarme que iría a acompañarme una vez dejaran a mí esposó en la obra, don Gustavo me mira.
– Púes me encantaría tenerlos y disfrutar de su compañía.
– Listó señora Diana ahí te llegaremos.
El Víctor se despide dándome un beso en la mejilla.
– Que ganas de verte en vestido de baño si así cómo estas te vez divina, como será en vestido de baño.
– Si el sitio es tan reservado como dicen muy probablemente no use esa prenda.
– ¿Vas a estar desnuda?
Asentí con la cabeza que sí.
– Humm delicioso preciosa.
– Los esperó no se me demoren que me encantaría pasar un delicioso rato.
Al Víctor lo despido agarrándole la cabeza y dándole un beso en la boca.
– Muñeco no te demores.
– No te preocupes mamacita.
Nos abrazamos y dimos otro beso más prolongado.
– Guau besas muy rico muñeco.
Volvimos a besarnos dándonos picos de deseó David y Gustavo se nos acercaron para despedirse.
– Mami nos vemos a las dos.
Víctor me suelta dándome un último besó, le doy un besó a mí esposó.
– Chao papi nos vemos en la tarde.
– Doña Diana nos vemos entonces en el pozo.
Lo abrazó por la espalda y caminamos hasta los caballos en dónde también lo besó en la boca.
– Los espero don Gustavo no se de sus demoren.
Lo vuelvo a besar por unos segundos.
– Que rico la vamos s pasar los tres.
Se marcharon yo realicé varías llamadas que me hicieron demorar, me alisté para irme al pozo seguí las indicaciones y llegué fácil, huf el sitio, un verdaderas paraíso, el agua cristalina rodeado de árboles y plantas y con ése sol impresionante, me desnudé y me Prendí un tabaco grueso de mariguana el qué me lo fumé completico aumentando la sensación de paz y armonía me aplique bloqueador coloqué la toalla en el piso y me acosté boca arriba, un rato hermoso de casi una hora.
Me levantó me meto en el pozo, el agua estaba algo fría, deliciosa con ese calor que hace en la zona, me sumerjo y basó hasta la otra orilla y me devuelvo y luego nadó asía la cascada y así nadó varios minutos de lado a lado.
Esperando que aquellos dos llegarán ya tenía ganas de perderme entré sus caricias, ganas de verga.
Al fin los veo venir y sigo nadando, me volteo y nado de espaldas dejándolos ver que estoy desnuda, sus caballos bordean la playa y los dejan al lado del mío.
Me detengo de nadar y salgo del agua y me tomó un trago de la cerveza, se bajan de sus caballos, el Víctor cómo puede se quita las botas y se desabotona la camisa, se me acerca.
– Hola caballeros que ganas de verlos.
Con el Víctor nos abrazamos y nos besamos uniendo nuestros labios apasionadamente.
-: Ha mamacita que habas tenía de verte a sabiendo que iba a estar desnuda solita en éste paraíso.
Me sonrió y mis manos acarician su pantalón.
– Ahí muñeco yo también estaba acá con ganas de disfrutar de este paraíso.
Le apretó por sobré el pantalón su verga don Gustavo ya desnudó se me acerca por detrás lo veo desnudo y me sonrió sorprendida.
– Guau don Gustavo usted está delicioso.
Suelto a Víctor y abrazo a Gustavo con mi brazo izquierdo y mi mano derecha le agarra la verga masturbándolo besándolo apasionadamente.
– Que rico mamacita que ganas de culearte tengo desde que la conocí.
– Yo también muñeco, yo también tengo unas ganas las hijueputas de chuparle está delicia dé verga.
Víctor también se desnudó dejándome ver su bien dotada verga.
Con mi risa nerviosa les agarro sus vergas y me los llevó para el agua en donde los baño quitándoles el sudor en medió de caricias y besos, Hundiéndome en el agua empiezo a mamar les la verga cambiando de verga cada salida del agua. Víctor me alza y me lleva para la playa me agarro de su cuello y me coloca muy suavemente sobre la toalla boca arriba y me abre las piernas metiendo su cabeza me lambe la cuca y don Gustavo me acaricia las tetas, me acomodo para mamarle la verga y disfrutar de sensaciones placenteras qué corren por mi cuerpo al sentir la lengua del Víctor en mi cuquita y la verga de Gustavo en mi boca, Me estremezco de felicidad al saber la libertad que tengo de hacerlo con quien se me pegué la gana y que son contados con los dedos de la mano los que se han negado a culear conmigo.
Fueron casi cinco horas en donde aquéllos dos caballeros me dieron verga
Haciéndome sentir una mujer plena, feliz.
Sigo mamándole la verga a don Gustavo y el Víctor me penetra con su verga mi cuquita haciéndome gemir del placer hasta hacérmele venir, nos besamos con el Víctor.
– Ha esto si es vida, que rico estuvo, no yo quiero más.
Me les moví y haciendo acostar a Gustavo boca arriba me le monto y acariciándole la cara lo beso en la boca, y le dejó qué me penetré la cuquita Y empiezo a follar volviendo a sentir esa sensación deliciosa de sentir su verga entrar y salir de mi cuerpo inundándome de placer, de ese roce que se produce por la fricción de su carnosidad sobre mis partes íntimas, qué desemboca en un éxtasis subliminal que es la principal razón por lo que a mujeres como yo, el sexo es algo fundamental y qué no dudó de hacerlo, cosa que no me llena de orgullo pero si de momentos de mucho placer y eso es lo que cuenta para mí. Para muchos hombres soy una simple mujerzuela, una puta, una degenerada, una perra y me vale un carajo. ¿Son ellos quien me dan de comer? ¿O son ellos quien me dan posada? ¡NO! Entonces.
Continuó cabalgando a don Gustavo y mamándole la verga de Víctor, gimiendo, Sintiendo su carnosidad, sus venas palpitar me la restregó por la cara y hasta una rusa le alcanzó a hacer.
Qué momento tan delicioso, de recordar por siempre.
El ruido de la cascada, el trinar de las aves se complementaban para recrear el paraíso terrenal, el sitio ideal para el sexo, el amor, la pasión, la lujuria. Ni siquiera comimos algo pues estábamos era concentrados en el placer sexual. Como a las cinco de la tarde fue que nos dio hambre, unos mangos sirvieron para calmarla.
Me vine en pleno chorro sobré el Víctor me acuesto sobre el, nos besamos con una pasión descontrolada.
– Ha que delicia muñecos me encanta esto es una verga.
Me resbalo por su pecho y llego a su verga la que mamo agarrándola con las dos manos masturbándola, restregándomela en la cara, mamándosela con fuerza, consintiéndola, dándole picos.
– Me encanta tu verga que hermosa y rica es, todo un manjar para mi deleite.
Vuelvo y me la meto a la boca la chupo con fuerza haciéndola chasquear al soltarla. Nos miramos y le sonrió rozándomela contra mis labios.
Gustavo me agarra de la cintura, me penetra mi cuquita comienzan a follarme por varios minutos.
Me reincorporó quedando dé rodillas y acariciando la cintura de Gustavo me dejó besar la nuca.
– Muñeco métemela por el trasero ¿quieres?
– Ha con gusto mamacita.
Vuelvo y me agacho en cuatro y Gustavo me la saca de la cuquita y me empieza a romper el trasero suavemente dilatándomelo a medida queda iba entrando hasta tocar pared, muevo mí cintura en círculos sintiéndola tocar mis paredes, Gustavo se regresa y vuelve me penetra suavemente aumentando la velocidad con cada entrada mientras sigo mamándole la verga al Víctor. Quince minutos de penetración anal y me vengo aumentando la velocidad de la masturbada a Víctor buscando que se viniera en mi boca, lográndolo me bebo todo su semen aceitoso y carrasposo.
Gustavo vuelve y me penetra mi trasero follándome con nueva fuerza destrozando mí trasero dándome tanto placer que mis gemidos se convierten en gritos.
El Víctor se mete al pozo nada un poco mientras vuelve a fortalecerse.
Vuelvo y me vengó y coloco a Víctor boca arriba le mamo la verga por unos minutos, me le monto encima dándole la espalda, me coloco su verga en la entrada de mi trasero y me dejo penetrar.
Gustavo también va y se mete al pozo se refresca, limpia su verga y sale acercándose mientras que Víctor me folla el trasero. Gustavo me lambe la cuquita me dedeo aumentando el placer.
– Gustavo penétrame con tu verga por mi cuquita.
– Ahí mamacita eso es una fantasía mía.
Se levanta y me penetra mi cuquita, dando comienzo a uno de los más exquisitos placeres sexuales, una doblé follada, un doble placer.
Mi cuerpo se desgonza todo,
Sensaciones placenteras invaden mi ser, me follan en interminables envestidas, que me enloquecen pidiendo más y más, deseando que no se terminara y seguir follando hasta el cansancio.
Pasaron los minutos y me vuelvo a venir abrazo al Gustavo con fuerza y término levantándome abrazada a él y me acuesta encima suyo y sin sacármela, el Víctor se me pone por detrás y me vuelve a follar mi trasero
Para casi 20 minutos de doble placer hasta hacerme venir en convulsiones seguidas que me enloquecen, me llevan al paraíso.
Víctor se levanta y Gustavo acelera su follada, haciéndome venir nuevamente y nos encontramos en el limbo subliminal encendidos de pacer abrasados y besándonos con una pasión desbordada.
– ¡haaa! que delicia papacito me encanto.
Me siento a su lado y le mano la verga sin dejar de mirarlo, diciéndole.
– Me encanta tu verga, es todo en manjar del sexo, que rica es.
Nos metimos al pozo a refrescarnos a nadar un poco cosa de unos 10 minutos. Víctor me abraza por la espalda agarrándome las tetas, volteó la cabeza para besarnos ciento como su verga vuelve y se para contra mis nalgas, mis manos la agarran. Me levantó un poco colocándomela en mi trasero me dejo rodar por su tronco. Gustavo nos mira y nada alrededor de nosotros. Comienza a follarme el Víctor sin contemplaciones envistiéndome brutalmente hasta hacerme venir, mis gritos levantan a las aves que entre la maleza pernotan y vuelven y se posan en los arboles con su hermoso trinar. Víctor cede a Gustavo el puesto quien también me penetra mi trasero y me folla como bestia salvaje y nuevamente me vengo me suelta y Víctor vuelve y me penetra dándome duro y sin piedad haciendo le venir nuevamente. Gustavo me levanta y penetra mi cuquita y entre ambos me follan.
La locura yo respondía tal cual a sus embestidas, el agua ayudaba enormemente a una mejor y placentera penetración.
Ahí en ésa pose fueron casi 30 minutos en los que hubo dos descansos y nos fuimos los tres de gemidos y orgasmos al mismo tiempo en un torbellino de pasiones.
– No, no doña Diana esto estuvo increíble no me cansó, usted es una diosa del placer.
– Nunca me había enfrentado a una situación cómo está y en verdad es la locura y al igual que don Gustavo, mamacita usted es una diosa del sexo, su cuerpo, su suave piel y la experiencia qué tiene que se le nota nos ha hecho pasar un día inolvidable.
Y ahora yo no sé qué va a hacer usted con nosotros porque después de esto vamos a querer repetir.
– Por mí encantada no veo ningún problema el repetirlo sería un inmenso placer el complacerlos.
Nos terminamos de bañar, nos vestimos, nos montamos en los caballos y arrancamos para la finca a almorzar siendo las casi cinco de la tarde. Que hambre la que tenía.
Llegamos, en la finca habían llegado sus dos hijos con sus esposos y un primo de don Gustavo que estaba como a mi me gustan todo fortachón y bien plantado. Almorzamos, David no había llegado, Víctor se fue y Gustavo fue al establo, regresando cuándo mi esposó llegó.
– Hola mami.
Nos abrazamos besándonos.
– Hola mi vida, ¿cómo té fue?
– Muy bien tomando medidas, preparando el terreno y tú qué tal la pasaste?
– Ahí mi amor si te contara, estuvo delicioso… me divertí, que te dijera, demasiado, Gustavo y Víctor son dos tremendos sementales, ambos bien dotados y tu sabes qué me encantan los hombres con una buena verga. Me hicieron pasar una tardé inolvidable.
– A cómo me alegra escucharte mi niña, y me he imaginado todo lo rico que la debiste haber pasado.
Nos besamos apasionadamente. Sentimos los pasos dé don Gustavo quien llegaba a hablar con mi esposo sobré la obra.
Mientras yo me tomaba unos roncito con los hijos de Gustavo, sus parejas y el primo Santiago, con el que tuve buena vibra, llegó la noche y ellos cenaron, con Gustavo los acompañamos tomando ron ya que yo me sentía llena todavía, habíamos almorzado tarde.
Pasamos a la sala y con una amena charla acompañada de buena música, unos tomando cerveza, otros tomamos ron mi debida favorita. Don Gustavo muy atentó conmigo. Salí al balcón a fumarme un cigarrillo y me acompaño aprovechando ese momento en donde nadie nos vería nos abrazamos besándonos apasionadamente recordando lo rico qué la pasamos en el pozo. De pronto del interior veo que su primó sale, Gustavo me besaba mi cuello, yo estaba sentada sobré la baranda mis piernas abrazaban las suyas, nos mira sorprendido le acaricio el cabello, cruzamos mirada con Santiago, colocó mi dedo en mi boca señalando que no diga nada, me abro la blusa y dejó qué Gustavo me chupe las tetas, le apretó la cabeza entré mis tetas. Santiago sigue observándonos.
– Ven muñeco acércate.
Gustavo se timbra todo se aleja un poco de mi pero al ver qué es Santiago se sonríe.
– Valla primito se vienen solitos a comer y no invitan.
– No primo qué pena con usted que nos encuentre en éstas.
– Tranquilo primo, yo si estaba sospechando qué entre ustedes dos pasaba algo y cómo me alegra esto, por que déjeme decirle esto dianita. Eres una mujer deliciosamente sexi.
– Ha muchas gracias Santiago y déjame aclararte algo. No necesitas invitación para estar conmigo cuando quieras me puedes tener.
Me mira mis pechos y su mano derecha me los acaricia. Mi mano derecha se posa en su espalda acariciándola, permitiéndole seguir acariciándomelas.
– Que piel tan suave tienes.
Nos besamos muy suavemente, los gritos de los niños que juegan en los corredores nos detienen, y precisó dos salen y me volteó para tapar mis tetas abotonándome la blusa. Nos reímos.
– Muchachos porque mejor no nos vamos a tu cuarto y terminamos pasando un buen rato.
– Pues dianita por mí no hay problema. Qué yo encantado de estar contigo.
– ¿hay alguien en el corredor? Les pregunto.
Gustavo se asoma y son los niños que siguen jugando.
– Vallan ustedes que yo me quedó atendiendo a mis hijos que hace rato no venían.
-Gustavo hazme un favor y cuéntale a mi esposo que me voy a quedar con Santiago esta noche ¿quieres?
Gustavo me mira sorprendido.
– ¿Segura quieres eso?
– Si claro no hay problema, hazme el favor y listo.
– Pues como quieras tus deseos son órdenes.
Lo abrazo y le doy un besó.
– Gracias muñeco.
Santiago salta la baranda y me ayuda a hacerlo, caminamos rápidamente casi que trotando rodeamos la casa y entramos dirigiéndonos al cuarto sin que nadie lo notará, cerré la puerta, yo estaba toda sonriente y nerviosa.
– ¿No nos vio nadie?
– No creó preciosa.
Santiago se me aproxima, nos abrazamos y besamos con suavidad me apretada contra él y yo acarició su verga a través de su pantalón.
– A dianita desde que te vi yo sabía que te iba a tener para mí, algo me lo decía.
– ¿Ve muñeco y eso?
– No sé, tus miradas, cómo me hablabas, y yo si sospeche que entre mi primó y tu había algo turbio, un romance.
– Amantes, solamente amantes y nada más. Sexo sin compromisos, pasarla rico así como tú y yo ahora.
Le apretó la verga y nos besamos, le suelto el cinturón, el botón del pantalón y la bajó la cremallera, me agachó bajándole el pantalón y se lo colocó sobré una butaca, se quita su franela, me Desapunta mi blusa, se agarra de mis tetas a chupármelas como un bebé hambriento, me quitó el pantalón, nos besamos nuevamente, sus manos recorren mi espalda me agarra el trasero. Meto mi mano derecha entre sus bóxer sacándole su verga, lo masturbó, agarrándosela me lo llevo para el bañó metiéndonos a la ducha abro la llave, lo enjabono y le doy el jabón con el que me enjabona, me arrodilló, le agarró la verga, se la lambo, le chupó los huevos, me la meto a la boca y se la mamo por casi 10 minutos, el agua nos sirve de refrescó. Me paro me tocó la cuca con mis dedos me abro los labios vaginales, con mi mirada le pido me la lamba, se agacha con su lengua me la lambe y chupa, me agarra mis nalgas.
– A mujer que rico sabes que placer tan excitante es el comerte toda, yo si me iba a proponer el lograrlo, te deseo y hasta hacerlo no iba a dejarte en paz.
Siguió lambiéndome mi cuquita. Mi cabello emparamado cubría mi rostro, me acariciaba mis tetas, una sensación de placer invadían mi cuerpo, recordaba que a metros mi amado esposó quien ya debería de saber que yo estoy teniendo relaciones sexuales con Santiago de partía con Gustavo y sus hijos y yo disfrutaba de las caricias de Santiago que tendría relaciones sexuales con el cosa que me tenía muy ansiosa.
Santiago se levanta, nos besamos, le agarro la verga y me la restregó por mi cuca, empujó mi cuerpo metiéndomela.
– Ha que rico tenerte dentro de mí, me encanta esta sensación tan placentera.
– Eso se nota bastante, eres una puta deliciosa, te encanta la verga.
– Si tienes toda la razón no hay nada más excitante que hacerlo.
Santiago empieza a follarme, su respiración expande sus pechos, lo abrazo con fuerza, siento su verga entrar y salir de mi cuerpo disfrutó esa deliciosa sensación que me hace gemir cómo un motor acelerado, nos besamos apasionadamente, me levanta colocándome mis piernas sobre su cadera apoyando mi espalda contra la pared, hasta que me vengo quedando desgonzada mis piernas me tiemblan me remojó y nos salimos de la ducha, nos secamos y nos metemos a la cama montándomele encima haciendo un 69 que me dejó disfrutar de su carnosidad, chupar su glande y sus huevos, restregármela en la cara y hasta hacerle un rusa.
Me cambió de pose, me volteo colocándome su verga en mis labios vaginales, me restregó su glande y me dejo rodar por su troncó hasta el fondo me muevo en círculos sintiéndola en todo su grosor, comienzo a follármelo entrando y saliendo de mí, las sensaciones placenteras invaden mi cuerpo comienzo a gemir, me recuesto sobre su pecho nos besamos apasionadamente recorro con mi lengua sus mejillas, su nuca, su oreja izquierda, levantó un poco mi caderas y es el quien me folla por unos minutos, vuelvo a sentarme colocó mis pies sobre sus piernas, comenzando un mete y saca delicioso.
Pasaron casi 20 minutos, me vengó en corrientasos intermitentes que me hacen temblar.
Me dejo rodar por su pecho llegando a la altura de su verga, se la mamo y masturbó, limpiándola con mi lengua mis jugos.
– ¿Te gusto muñeco? A mí me encantó.
Vuelvo y se la mamo por varios minutos, deleitándose con su grosor, abriendo mi boca para metérmela toda, me acuesto boca arriba, Santiago se me monta encima me levanta las piernas asía los lados me coloca su verga en mí cuquita me la restriega pasándomela por el trasero.
– A por ahí muñeco anda métemela por el trasero.
Me escupe en el trasero y me penetra muy suavemente dilatándose con cada centímetro que me penetra hasta sentirla toda adentro, vuelve me la saca y otra vez me penetra, repite suavemente varias veces y poco a poco va acelerando me escupe dentro de mi trasero, vuelve a penetrarme y a follarme como fiera, fueron más de 30 minutos en donde Santiago me saco dos orgasmos deliciosos.
Cambiamos de pose y nos acostamos de medio lado, el detrás mío levantó mi pierna y me penetra mi trasero entre ambos nos movemos haciéndolo más placentero.
Terminando a los 20 minutos en donde ambos aceleramos en un excitante orgasmo que nos cimbornio nuestros cuerpos, un beso largo y suave calmo la excitación, nos páramos y nos volvimos a meter a la ducha refrescándonos, nos secamos y nos metemos a la cama, Santiago estaba cansado había tenido un día agitado y nos quedamos dormidos arropada por sus brazos.
Al otro día me desperté me vestí y me fui para el cuarto. David dormía plácidamente me desnudé, me acosté a leer un poco, mientras esperaba que alguien se despertara.
Al rato salí a buscar un cafecito, en la cocina la señora cocinera me brindó uno, me salí al corredor de la casa sentándome en una mecedora, prendí un cigarrillo. Al rato los que salieron a jugar en la alberca fueron los nietos de Gustavo, quien con cara de amanecido lo veo salir, pidiendo una café renegro.
– Buenos días don Gustavo, je avemaría que guayabo el que se levantó.
– Dianita mi preciosa, estuvimos hasta tarde hablando con todos y yo no estoy acostumbrado a eso, no tome mucho pero creo que me quede profundo y me llevaron o me pare sonámbulo jejejeje. ¿Y tú que la pasaste rico con el primo?
– siii… para que te voy a decir mentiras, tu primo es una delicia de hombre, lamento que no nos hubieras acompañado.
– Yo también pero hace rato que no nos veíamos con mi hija, ella vive en los USA y está de vacaciones.
– Bueno esta te la perdono por tratarse de tu hija, para la próxima te amarro y te violó. Jejejeje.
– Jajajaja Dianita tienes mi permiso. Dianita Vamos todos al posó, paseó de olla, carnecita asada cerveza helada.
– Ahí sí que rico me encanta ese plan.
Eugenia la hija de Gustavo sale.
– Buenos días doña Diana. ¿Papi como amaneces?
– ahí hija todavía tengo los ojos empiyamados.
– Dianita ¿cómo seguiste del dolor de cabeza?
Miro a Gustavo imaginándome que él se había inventado esa excusa para Disculpadme.
– Ahí si preciosa es que me están dando unos dolores tremendos.
– Te sirvieron las pastillas que te di?
– Si muchas gracias don Gustavo.
Nos trajeron más cafecito con bizcocho huilense.
Santiago salió en pantaloneta y se metió a la alberca y jugo un rato con los niños.
Poco a poco fueron saliendo a tomar cafecito antes del desayuno. La qué si me saludo muy cariñosamente fue la nuera de Gustavo.
Quien se me acerca.
– Buenos días querida, como amaneciste se te pasó el dolor de cabeza,
– Huy si menos mal, el calor me sofoca y me repercute en la cabeza.
– Bueno te perdiste de la charla de anoche estuvimos hasta tarde divirtiéndonos.
Desayunamos todos don Gustavo preparo lo de llevar al pozo y los mando adelante para que prepararan el almuerzo en el pozo.
Al rato nos alistamos ensillaron varios caballos. Santiago me colaboró al montarme en la yegua que me asignaron, lo que Susana la nuera de Gustavo aprovecho para acercarse y comentar.
– Que día tan asoleado, esperando y no te vaya a afectar con otro dolor de cabeza.
– Ahí no esperó que no.
– Santiago hay que llevar pastillas para el dolor de cabeza no va y sea y se nos escabulla a calmarlo.
Como anoche.
Nos miramos con Santiago y nos reímos con una pequeña interrogación.
Llegamos sudando, los empleados estaban preparando el almuerzo, nos recibieron los caballos y desensillaron dejándolos en un terreno cerrado y nosotros a disfrutar de semejante paraíso.
Nos metimos al pozo nade un buen rato tomamos cervecita fría y con lo que no contaba fue con la nuera de Gustavo quien se me acerca nadando a mi lado.
– Ha esto es una delicia.
– Definitivamente con este calor esta agua fría es deliciosa.
– Dianita tu eres un peligro para nosotras.
La mire con interrogación.
– Ve y porque lo dices?
– Manita es que con ese cuerpazo tuyo tienes a todos los hombres hechizados.
– Hum Susana tú también estas bien.
– Si pero difícil que me miren como si lo hacen contigo, soy la nuera, tú la mujer de un desconocido.
– Y por eso no dejas malos pensamientos.
Susana me mira y se ríe.
– Anoche te vi teniendo relaciones sexuales con Santiago.
Abrí mis ojos asombrada.
– ¿Nos viste y eso?
– Pues te cuento que me encantó verte ahí disfrutar de ese momento tan excitante y el hecho de que tu esposo estaba departiendo con nosotros y tu ahí pasándola rico.
– Y eso que te gusto verme disfrutar de ese hombre??
– Sí y me hiciste despertar una sensación que creía superada.
– Si ¿y eso?
La agarro de los hombros me estiro y chapucero con mis piernas.
– ¡Unas ganas las hijueputas de estar contigo! Con una mujer.
Y volver a acostarme con Santiago.
– Ha carajo doña Susana esa no me la esperaba, ¿te has acostado con el Santiago?
– Al mes de haberme casado con júnior vino a visitarlo y nos tomamos unos vinos, una cosa llevó a la otra y terminamos en su apartamento teniendo relaciones sexuales.
– Y que volvieron a verse después de eso?
– Claro que si nos pegábamos la escapadita cuatro o cinco veces.
– ¿No más???
– Al mes, jajaja hasta hace casi un año y eso porque me pillo saliendo con un amigo de él y con quien tengo ahora un delicioso romance.
– ¿Y júnior supo algo de eso?
– No ni idea, ni se lo imagina, hemos sabido realizar nuestros encuentros con total discreción.
– Y no te gustaría que hiciéramos un trio con el Santiago.
– Ha soñado seria delicioso, pero no creo que el Gustavo se animé.
– ¿Qué no? Eso déjamelo a mí que te cumplo y con creces.
– Jajaja Dianita se ve que eres tremenda.
– No desaprovecho oportunidad de pasarla rico y más con una mujer tan hermosa.
– Ahí mira mis manos todas temblorosas, como me puse Jejejeje.
La charla término porque sus hijas se nos acercaron y ya tocaba cambiar de tema.
La tarde fue todo un disfrutar del pozo, el almuerzo delicioso, junior llevo su guitarra y nos deleitó con música colombiana, cumbias y hasta un joropo llanero. Termine de conocer a Santiago intercambiamos números de teléfonos y quedamos de vernos en Bogotá.
Esta historia continuará.
DIANA LUCIA SAAVEDRA