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Disfrutando el culo de mi sobrina
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Tiempo de lectura: 5 minutos

Mi hermana de vino a pasar uno días en nuestra casa de veraneo, en la costa de Uruguay.  No vino sola, vino con Jessy, su hija de 20 años, un pendeja que está muy fuerte. Castaño claro, buenas tetas y un culo, simplemente espectacular, parado, bien formado.

Todo comenzó ni bien llegaron. Jessy se paseaba por la casa en una bikini infernal, mostrando todos sus atributos. Con Katia, mi mujer tenemos una relación abierta, a ella le gustan las mujeres y a mí, también. Muchas veces hemos hecho trio con mujeres, y solo un par de veces con hombres, pero a ella no le agradan. La segunda noche, luego de regresar de cenar en un restaurante, y con la excusa que era una noche espectacular, los cuatro nos quedamos en el parque disfrutando un champagne.

-Wow, esto que sí pega. Dijo mi cuñada, no habituada a tomar champagne.

-Sip, me pone en tono. Dijo Katia guiñándole un ojo a mi hermana.

-Que suerte que tenes donde rascarte… No todas podemos decir lo mismo. Dijo Mirna, mi hermana.

-Ya tendrás tu tiempo, dijo mi mujer.

Un rato después, nos fuimos a acostar y con Katia nos cogimos con todo y como habitualmente ocurre, ella no se cuidó en el volumen de sus gemidos y sus gritos.

Cuando estábamos desayunando Jessy y Mirna la cargaban, por los gritos de placer. Jessy me miraba sin disimulo, se mordía los labios. Un rato después fuimos a la playa. Cuando me metí al mar, Jessy me siguió. Estábamos cerca, y ella no dejaba de seducirme.

-La hiciste mierda anoche a mi tía. Dijo Jessy.

-Digamos que disfrutamos mucho los dos. Dije.

-No jodas, sus gritos de placer eran tremendos.

-Porque yo no soy de gritar cuando gozo. Dije

-Entonces debes ser un hijo de puta en la cama. Dijo ella.

-Digamos que soy un hijo de puta. Punto.

-¿Te animaste con una pendeja? A tus cuarenta, mucho aguante no debes tener…

-Me anime, lo del aguante, hay que ver tus parámetros.

-¿Vos me cogerías? Me dijo mirándome a los ojos.

-Por supuesto, pero solo si me dejas hacerte el culo. Tenes un culo increíble.

-Solo una vez lo entregué…

Dijo eso y se acercó hasta quedar pegados. Sin que yo lo espere, aprovechando la distancia que nos separaba de su madre y mi esposa, puso mi mano en mi malla para tocarme la pija que ya estaba parándose.

-Aunque con eso… me daría miedo. Dijo.

-Todo o nada. Esa es mi condición. Dije mirándola a los ojos.

-Hijo de puta. En serio me queres romper el culo.

-Si, no lo dudes. Y no se te ocurra jugar conmigo, porque de todas formas te voy a coger ese culo.

No dijo nada, y volvió a tomar sol. Yo me quedé un rato más en el agua y vino mi mujer.

-Está caliente con vos. Se nota a la distancia. Dijo Katia.

-Eso parece. Y que no joda, porque le rompo el culo. Dije.

-Vos te la coges y yo me tranzo a tu hermana desgraciado.

-Por mi… dale tranquila. Anda necesitada de sexo parece.

Salimos del agua y al mediodía fuimos a almorzar a la casa. Las tres estaban en bikini y no podía elegir una, las tres son muy lindas y con buen cuerpo.

-Vamos a la playa. Dijo mi mujer.

-No me jodas, me quedo a dormir una siesta, vayan Uds. Dije.

Las tres se fueron y fui a mi dormitorio. No pasaron cinco minutos que escuche ruidos en el living. La puerta de mi dormitorio estaba abierta.

-Me volví. Dijo Jessy mirándome desde la puerta.

-Bueno. Fue toda mi respuesta.

-Acepto tu condición. Dijo Jessy entrando a mi habitación y sacándose el corpiño de la bikini.

Se metió en la cama y nos empezamos a besar con todo. La parte de abajo de su bikini desapareció de inmediato. Me puse a jugar con su clítoris mientras chupaba sus pechos. La pendeja estaba super excitada. De inmediato empezaron sus orgasmos.

-Sí que estas caliente pendeja. Le dije.

-Soy un incendio forestal, te lo juro.

Baje a chuparle la concha y ella gritaba de placer sin parar. La hice poner en cuatro y ataque su culo con mi lengua.

-Que puta que sos, como estas gozando. Le dije.

-Muy puta, y me encanta tu pija. Dejame chuparla.

Se puso en cuatro de frente a mí y comenzó a chuparla con ganas. Pese al tamaño, se la metía toda en la boca.

-Me vas a hacer mierda con esta pija. Dijo mientras chupaba.

Estuvo chupando y masturbándose un rato, ella misma se regaló un par de orgasmos y luego me pidió que la coja.

La hice dar vuelta, y desde atrás, se la metí de una en la concha. Dio un grito y me pidió que para. No le hice caso y comencé a bombearla con todo. Los gritos de placer no tardaron en salir de su garganta.

-Con razón grita así mi tía, sos un desgraciado hijo de puta.

-Callate y goza putita. Dije.

Ella gozaba con todo. No paraban sus orgasmos.

-Sos una bestia, date cuanta que tu pija es grande en serio.

-Vamos a ver como gritas cuando te la meta en el culo.

-Preparalo. Me dijo.

-Ni loco, cuanto más cerradito mejor. Dije.

-Sos un sádico de mierda.

Ella misma se empezó a meter los dedos en el orto, mientras yo le daba por la concha.

-No puedo ser tan puta, me estoy abriendo sola el orto desgraciado.

-Como buena puta. Un dedo más y te la meto. Le dije cuando tenía tres dedos en el culo.

-Dale así.

-Como vos quieras.

La acosté boca arriba, puse sus piernas en mis hombros y dirigí mi pija a su culo.

-Quiero ver tu cara de placer cuando te la meta, putita.

-Hijo de puta…

Se la empecé a meter de a poco. Ella gritaba a más no poder que se la saque. No le di bolilla y seguí metiéndola hasta enterrarla hasta el fondo de su culo.

-Muy rico culo, bien apretadita tiene mi pija. Le dije.

-Porque no se estira más, duele desgraciado.

-No lo niegues, estas muy caliente por sentir mi pija en tu culo. Movete, cogete el culo.

-¿Así? Dijo porque estaba boca arriba.

-Así. Respondí.

Ella empezó a mover sus caderas metiéndola y sacándola de su culo. Con una mano se apretaba la tetas y con la otra se metía dedos en la concha y el clítoris.

-Que lindo que coges pendeja, este orto lo voy a disfrutar hasta que volvamos.

-Desgraciado, no doy más, acábame.

La saque de su culo y la metí en su concha. Un par de bombazos y acabamos los dos como animales. Me salí de su concha y le puse la pija en la boca para que me la chupe y la limpia.

-Tenes un culo delicioso, no tengas dudas que te lo voy a hacer una y mil veces. Dije.

Ibamos a ir a la playa, pero al pasar por el cuarto de mi hermana, vi la puerta abierta y a mi hermana con mi mujer haciendo un 69. Mi hermana estaba arriba, culo en pompa mientras mi mujer le chupaba la concha. Le hice seña que no diga nada a la pendeja, y la puse a chuparme la pija mientras miraba como ellas se daban con todo. Cuando la tuve bien parada, me acerque.

Puse un poco de saliva en mi pija y se la enterré hasta el fondo en el culo de mi hermana. Dio un grito terrible y trato de escapar, pero como la tenía por la cintura no pudo.

-Hijo de puta, doble enculada te estas mandando. Dijo mi mujer.

-También hay para vos. Le dije.

Mire a Jessi, y corriendo la tanga de la malla, se había sentado en la cama y se masturbaba con todo. Estuve taladrando el culo de Mirna por un rato, y ella gozaba como loca. Tuvo un tremendo orgasmo y di la vuelta para hacerle el culo a mi esposa.

-Ocupate del culo de tu madre. Le dije a Jessy, que de inmediato se puso a chuparlo.

-Sos un degenerado, es tu sobrina.

-No, es tu hija la que te chupa el culo y te mete dedos. Putita como la madre. Le dije.

-Muy puta me hiciste vos, desgraciado. Dijo Mirna.

Acabe en el culo de Katia e hice que Mirna me la limpie bien.

-Turro, en un rato nos rompiste el culo a las tres. Dijo Katia.

-Y voy a seguir a la noche. No lo dudes.

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