Hola mi amor. Soy yo de nuevo. ¿Sabes? estoy de nuevo travestida para ti. No he podido quitarme de la mente la imagen de la foto de tu verga que me has mandado. Debo confesarte, otros chicos lindos también me mandaron la foto de su miembro a mi correo y ¿qué crees? La tuya es la más grande.
Pero para ser justa, quise responderte por este medio, a ti y a todos, por calentarme, lograr que me excite y que viéndome al espejo con sandalias de tacón y vestido sexy; el que pegado a mi cuerpo delgado logra que se noten mis nalguitas redondas y bien formadas, mis muslos y pantorrillas torneados y mi busto, pequeño, pero duro; solo desee ser tuya y que me hagas mujer como un enajenado, mientras gimo y grito para ti agradeciéndote la delicadeza de fijarte en mí.
Entre tantas fotos recibidas tuve que seleccionar solo diez. Y mi selección fue considerando el tamaño de su miembro, desde el tuyo que fue el más largo y grueso, hasta uno más pequeño, pero grueso, descapotado y brillante.
Cité a los diez a mi fantasía: dos grupos de cuatro y uno de dos. Para hacer realidad mi perversión mental, busqué el momento perfecto, cuando nadie en mi familia está en casa y puedo convertirme en la mujer que quiero ser. Me desvestí para ti y luciendo unas lindas alpargatas solo de cintas y suela, me coloqué un sostén de encaje, un vestido corto con una cremallera al frente que va desde el cuello hasta media pierna, me maquillé dejando ver mis ojos color miel hermosos y mis labios rosa brillante que, junto a mi tez blanca y la peluca dorada, me convierten en un manjar virgen para tu deseo sexual experto.
Comencé a masturbarme sobre la cama con sábanas suaves como la seda, y en mi imaginación vienes tú en el primer grupo. Bajas mi cremallera y abres mi vestido, levantas mis piernas y colocas mis tobillos en tus hombros. Ignoras mi micropene al jalar mi cintura y penetrarme por el culo, desflorándome rico y bombeándome con las ganas que solo un macho caliente puede ante una hembra travesti en celo como yo.
Aunque doy alaridos de placer, no es suficiente tu verga para complacerme, ¡necesito más pene dentro de mi! Y es así como aparece alguien más. Mientras tú me das por el ano, mi cabeza cuelga en la orilla de la cama, justo para que él introduzca su grande y gordo miembro en mi boca. Es salado, rico y delicioso. Abro bien mis labios y siento como sus testículos chocan en mi nariz y su glande se abre paso a mi garganta, entrando y saliendo. Número Tres y Número Cuatro aparecen en mi fantasía y los masturbo: uno con la mano izquierda y otro con la derecha. ¡Cuatro hombres me hacen suya a la vez! Rítmicamente me complacen cada vez mas duro y rápido. ¡Sí!, ¡Sí!, ¡Sí!, que rico ser mujer y abandonarme al deseo… tú deseo.
Siento la potencia de tu chorro de semen en mi recto, la de él en mi garganta y a la vez en mi pecho la de las dos vergas que masturbo. ¡Es toda una vianda de placer sexual!
Mientras las primeros cuatro quedan exhaustos ¡Quiero más, aún estoy deseosa! Me pongo en cuatro patas y Número cinco llega, me jala y me la mete en el ano de un tirón… ¡qué delicia! Número 6 se arrodilla en la cama frente a mi y no puedo dejar la oportunidad para mamarle la verga. Estoy loca de pasión. Número Siete y Número Ocho se colocan a mi lado y agito con cada mano su largo miembro, descapotando fuerte su duro y largo instrumento. Luego de media hora de incansable castigo a mi agujero, boca, garganta y manos, escucho sus gritos que anuncian su éxtasis y siento de nuevo en mi lengua, próstata y ahora en la espalda, como se derrama en abundancia su líquido seminal por mí.
Estoy cansada. Ocho vergas me han hecho suya. Pero verme vestida de nena me llena de nuevo de ganas. Aparece Nueve, es fuerte, de pecho duro y moreno. Se acuesta en la cama boca arriba con el miembro erecto. Le doy la espalda viendo a sus pies y me siento sobre él, introduciéndolo poco a poco dentro de mi y mordiéndome los labios. Después de un largo recorrido al fin siento sus bolas en mis nalgas: ¡La tengo toda adentro! Y sintiendo un gran placer comienzo a subir y bajar, cabalgándolo como toda una yegua. El gime y me da nalgadas, yo grito y no dejo de moverme en círculos, hacia arriba y abajo para sentir mas su miembro dentro de mí. Finalmente, Número Diez aparece, se para sobre la cama mientras estoy jineteando a mi semental. Desnudo se acerca a mí. Siento el vapor de su polla caliente y me la meto hasta adentro de la boca. Lo abrazo empujándolo más adentro mío, sobando sus nalgas deliciosas.
Justo cuando ellos dos por fin acaban en mí fantasía, simultáneamente mi micropene en la realidad se excita y lanza su chorro. Lo agito frenéticamente, estoy como una loca de placer y mi cuerpo se agita como un látigo incontrolable, mientras mis dedos todavía quieren meterse más en mi culo. Ya no puedo: has sido fantástico. Mi pecho está empapado de sudor y semen. Lo recojo con mi mano y llevo mi esperma a la cara, lo unto y saboreo.
Qué rico masturbarme vestido de mujer. Que delicia pensar que eres tú quien me desvirga y hace mujer. Quiero ser tuya, tu esclava, tu novia y tu amante. Es delicioso pensar que diez hombres me dan duro por el culo y los diez eres tú. Mándame más fotos para masturbarme más ¿Sí? Por favor no olvides que quiero halagarte, haciéndome la paja como una nena, solo y exclusivamente para ti.