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Devorado como un cordero
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Llevamos varios meses sin vernos por su viaje a Chile y un día después de varios intentos al fin logramos encontrarnos.

A la misma hora de siempre llego a su departamento, esta vez tiene que bajar a abrirme porque cambiaron las reglas del edificio, la espera me genero ansiedad y el nudo en el estómago que no puedo evitar en estos encuentros.

El portero y otra persona me inquietan hasta que al fin la veo salir del ascensor.

Me pareció más flaca y con sus piernas aún más largas, tiene puesto un vestido negro aunque suelto no puede ocultar sus grandes senos, su pelo desordenado como siempre y sus grandes ojos negros.

Me hace una seña y voy.

Subimos por el ascensor del frente que lleva al otro ingreso que tiene el departamento.

El ascensor es muy pequeño estamos muy cerca me mira fijo jugando con su sonrisa y haciendo muecas, muestra su boca de buzón, se muerde el labio inferior y roza su mano apenas por el bulto de mi pantalón que comienza a tomar consistencia.

Entramos al departamento por la cocina y luego pasamos al comedor que está totalmente vacío, ya no tiene el sillón, ni la lámpara de luces rojas en piso.

-Veni pasa!! Me invita a su habitación.

Mientras escribo resuena en mi cabeza su voz. Ella no paraba de hablar y contarme historias de su viaje, algunas las conocía de por haber leído su blog de relatos eróticos.

Ya en la habitación me llama mucho la atención un sillón de cuero ecológico blanco muy grande, antiguo como el sillón presidencial.

Pequeños picos, su vientre que se mueve lentamente apoyado en mi ya abultado pantalón, me abraza con sus brazos por arriba de mis hombros y no puedo dejar de mirar sus labios que ahora están ocupados con su dedo índice, el mismo gesto que tiene en su foto de perfil.

-Ahora vuelvo. Me dice.

No tiene sentido que me quede con la ropa puesta la erección que me provoca esta mujer no puede ser contenida por mi pantalón.

La espero sentado en el sillón blanco, desnudo con la pija mirando el techo me tiro hacia atrás apoyando mi cabeza sobre el gran respaldo. “Reposando como un Rey” ella escribió alguna vez en un relato sobre un encuentro nuestro.

Haciendo un paso de baile estirando la pierna y levantando los brazos hace su aparición con un vestido hecho de un hilo negro formando rombos, ajustando sus tetas naturalmente operadas que quieren escapar entre los hilos. Sus pezones grandes del tamaño de la tapa de un frasco de mermelada ocupan varios rombos.

Sigo en el sillón y ella comienza a caminar lentamente rodeando la cama hasta llegar a la mesita donde tiene dos copas. Lamento no poder tomar con ella luego tendré que seguir con mi rutina, sirve Chandon y sensualmente retoma el camino con su copa en la mano en busca de su presa. Ya está arrodillada frente al fierro, apoya la copa en el piso y agarra el pedazo hirviente con una mano desde el tronco, con la otra mano apoyada en mi pecho me guía suavemente hacia atrás. Besa mis bolas aprisionadas por la terrible erección, le gustan se queda ahí un rato y comienza a tragar el falo, le pido que lo haga lento, sostengo su cabeza para guiar el ritmo y comienzo a entrar en su mundo muy lentamente.

Atrapado en ese sillón siento que voy a ser devorado como un cordero, ella se para y elimina los rombos de su cuerpo, trepa mi tronco agarrándose de mi cintura, con la otra mano me toma de ambas muñecas y estira mis brazos. Con increíble habilidad y sin utilizar sus manos guía con su concha mi pija al sitio correcto solo le queda flexionar un poco sus rodillas para ser penetrada.

Se mueve suavemente buscando que mi pene llegue hasta el fondo de su envase, su orgasmo fue con pocos movimientos, sentí erizar su piel, sentí mi vientre mojado por sus jugos, sentí su concha caliente, sentí sus tetas enormes aplastarse contra mi pecho, no tiene sentido estirar el tiempo quiero extinguirme en este momento mágico junto a ella.

Quedamos inmóviles en el sillón abrazados en silencio por varios minutos.

Fue solo un anticipo de la terrible cogida que vendría, todavía recuerdo la potencia de esa mujer desenfrenada sobre mi pija pidiendo más y más.

Vuelve en busca de su copa pero olvida que la dejó en el suelo, rodea la cama hacia la mesa de luz nuevamente para servir la copa que hubiera sido mía, me acuesto en su cama de respaldo capitoné negro, entre mullidos almohadones blancos y rojos.

Sensualmente se sienta en posición de yoga en la cama al lado mío, con su copa en la mano sigue contando historias la escucho atentamente sin poder sacar la vista de sus pomelos y su vientre tatuado. Imágenes de encuentros anteriores aparecen en mi cabeza mientras ella sigue con historias. Su risa endiablada me desconcentra y veo que comienza a pajear mi garrote que ya recibió la señal de mi cerebro, pasa por arriba de mis piernas con un movimiento rápido como si le faltara algo y vuelve con su portaligas colocado en la cintura y ahora si se traga la pija hasta el fondo de su garganta, no para de mover la cabeza a gran velocidad la voracidad que tiene por comer mi pedazo me da un poco de miedo.

-Ponete de espaldas. Le pido.

Abre sus piernas y me abro a paso hacia el centro de su ser queda en mi retina pasmado para la eternidad esa instantánea. Cabalga un poco pero no está cómoda.

Nuevamente de frente vuelve a colocar el pedazo en su boca y lo devora golosa.

Satisfecho su apetito toma el producto creado con su labios y lo entierra en su quinta, en ese momento pensé, agárrate fuerte, presiento una cogida extrema.

Sus movimiento fueron bestiales sentía mi verga muy grande apretada por su vagina, sin parar de moverse a un ritmo muy intenso que apenas podía soportar. Coloca sus tetasas en mi cara y me dice -Chupame mucho por favor!!

Abriendo mi boca lo más grande posible engullo ese pezón enorme, muy duro y moviendo mi lengua rápidamente intento calmar a la bestia de mujer.

-Mordeme un poquito! Sigo sus instrucciones con el pecho izquierdo.

La cabalgata feroz no para. Con la mano izquierda amaso su pecho derecho no puedo agarrarlo totalmente. Hubiera deseado tener dos bocas. Cambio la boca al pecho derecho y chupo como un bebote y coloco la mano derecha a la teta izquierda. La cabalgata es más intensa interminable al ritmo de mi lengua.

-Dame más ya viene!!! Es casi un grito ahogado.

Sigue cabalgando y yo chupando e intercambiando de pezón, descanso y ella cabalgaba más fuerte. Casi ahogado necesito respirar y no me deja.

-Seguí chupando más!!! Grita.

Fueron muchos sonidos de placer ufff, uaaah, uyyy, dame más, dios.

El orgasmo la hizo aflojar un poco y dije es mi turno. La acomode en 4 atravesada en la cama y la ensarte sin cuidado con mi fierro empapado por sus líquidos estaba totalmente loco y vengue su locura en esa posición por mucho tiempo.

Satisfecho yo, arrodillado en la cama me saque el preservativo, exhausta ella se acostó boca arriba a mi merced y decore su hermoso tatuaje con mi semen.

Silencio sepulcral de nuevo. Debo irme y seguir con la rutina, miro mi celular y tengo varios mensajes.

-No te vayas!! Me dice.

Comienzo a vestirme baila un poco. Me hace escuchar su canción favorita intenta retenerme un poquito mas y se interpone levemente en la salida. Debo irme.

Me hubiera quedado si hubiera sabido que esta sería la última vez en verla.

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Autor
Sicutta
Sicutta
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