A tus 20 años, decides visitarme como tu sexóloga, tartamudeas, tus piernas se abren y cierran cada segundo, un cuerpo atlético, tus manos grandes y tus dedos fuertes y curvilíneos, se toman fuertemente y transpiran, le digo que se relaje y que él podía hablar de lo que quiera y como quiera, que no se sienta presionado y que empezaremos una terapia sexual que lo ayudaría a poder concretar lo que él desea, ese día por alguna razón no me pude bragas, entre paciente y paciente esperaba a un amante que no me confirmaba la hora donde llegaría para cogerme sobre el sofá donde ahora este joven está sentado, muy nervioso y casi con la voz que no puede salir de su boca por su estado de desorientación, me desprendo un botón de la chaqueta y el queda en silencio, mirándome, suspira y se sonríe.
Debajo de esa chaqueta de seda, se podía ver el contorno de mis pezones, en el izquierdo tengo un lunar muy oscuro y la tela es rosa pálida, mi falta color azul, ajustaba mis caderas y las medias trasparentes con liga eran rosa muy tenue, tacones cercanos, caminaba rodeándolo como fiera caliente, recibía mensajes ocultos y silenciosos a mi mail, el ordenador abierto y no notaba, mi paciente, lo que llegaba mientras él hablaba… Mi amante diciendo lo que me haría y este joven me contaba su terror a tener su primer relación sexual con su novia religiosa.
Recibía fotos de su miembro duro, de videos que hacíamos en el consultorio, y la voz del joven entrelazaba sus ganas de coger duro con su chica y yo queriendo ser penetrada por mi amante que no dejaba de excitarme.
Por un momento dejo de llegar información caliente y sigo escuchando el relato del joven.
De repente me dice mi amante, no llego, no iré, se me complica…
Mi excitación no podía disimularse, y al saber que no me cogerían duro sobre el escritorio, ese joven comenzó a interesarme más de lo que debía.
Mi vulva despedía un aroma que ese hombre no conocía, me dice, doctora disculpe, siento un suave aroma a frutos secos pero con suaves toques de mar, como si fuera algo muy poco conocido por mí, le pido que cierre los ojos, y se recueste, me siento detrás de su cabeza, y su coronilla queda delante de mis piernas, las abro y le digo, vamos hacer una visualización sexual para que te conectes con tu excitación.
Él se relaja y yo sin que el mire, me empiezo a masturbar y los fluidos se acrecientan en mi concha caliente, él dice, siento un sonido como a jugoso,
Como si metiera mis dedos en una fruta fresca y abriera sus gajos con ellos. Le digo imagina que haces eso pero es la vagina de tu novia, contame lo que haces y lo que ella te gustaría que haga, comienza a decir, que imagina cosas que no conoce en vivo y en directo, en eso gira la cabeza abre los ojos y me ve metiéndome los dedos, yo miraba hacia arriba, el queda atónito y mira mi vientre como si fuera los más bello que podía tener frente a su nariz.
Doctora que hermosa concha tiene, ese aroma era lo que yo sentía, lo miro abro más la piernas, apoyo los tacos en los respaldares del sofá y el comienza a lamer mi concha como su fuera esa fruta fresca que el describía.
Tomo su nuca y lo dirijo, él no me dice la verdad, si bien no cogía a su novia, por cómo me la chupaba, seguramente sexo oral tendrían, abría cada labio, su lengua recorría entera la entrada de mi caliente concha, me abro la chaqueta y comienzo a lamerme los pezones, lo miro y me los muerdo, los escupo y él tiene un hermoso sonido gutural de cachorro juguetón.
Me dice, doc., mientras juega con la punta de la lengua sobre mi clítoris, nunca metí mi pija en una concha, deseo sentir mi verga dura en ella, déjeme por favor, sigo con mis pezones en mi boca y le digo, me vas a coger con ganas de hacerme mear, me vas a coger con ganas de que grite como puta en celo, me vas a coger con los huevos golpeándome el culo…
Una cámara oculta, estaba frente a nosotros y otra detrás, la tengo para grabar mis sesiones y luego estudiarlas, pero esta vez estaba haciendo una gran película porno erótica que sería un gran regalo para mi esposo.
Me paro, allí, frente a su florecimiento, lo observo como si fuera un tulipán, como si su pija fuera un grande y rojo tulipán, tiembla y sus pétalos se llenan de su néctar, sangre roja y líquidos que agranden en porte su tamaño, y en mi lengua la mejor jardinera para podar su virginal miembro, un cuerpo que desea más mi boca que el aire que lo mantiene vivo.
Viene a mí, como su maestra, su gran emperatriz del sexo, que llenara su vientre de pasión y conocimiento erótico, mis susurros sobre su glande, como aliento de colibrí, lo harán sentir que la espera fue lo correcto.
Me levanto la falta y quedo en cuquillas, abro la boca y el mete solo la punta, la beso y chupo lentamente, ese susurro oriental previo lo hizo calentar tanto que su pija está casi sobre su abdomen, lo tomo de las caderas y trago toda la pija hasta los huevos, mi lengua los puede tocar y el grita como un loco, seguí seguí seguí…
Con mis manos acaricio sus nalgas, y voy desnudándolo, él se saca la camisa y yo le saco pantalones y medias, ya se había sacado los zapatos, yo en tetas y falta subida, medias y tacos, me dice no te desnudes, te quiero ver chupándomela vestida así, sigo chupando pija por media hora, los huevos negros tiene de tanta lamida y chupadas, me golpetea la cara con ella y rodea el contorno de mis labios, me toma las manos y me levanta, me abraza y me coge parada, mis piernas lo abrazan, me sostiene del culo lo abre y le mete un dedo, me apoya sobre el sofá y abre mis piernas, muerde mis pechos, fuerte, los chupa como deseando que salga leche, pezonea de una forma, yo acabo mucho y seguido. El sigue y me dice, puedo hacerle el culo, y a mí se me ilumina la cara, si existe algo en este mundo que me guste es una buena verga dura en el culo, me pone en cuatro y comienza a garcharme el culo, me pega me acaricia, me da pija y sé que me lo quiere llenar de leche, me toma del cabello y muerde la espalda, este pibe si así me coge por primera vez, no quiero saber cómo seguirá haciéndolo después de esto.
Siento que se viene dentro, que escupe leche en mi culo y sale mientras me sigue cogiendo, no para y me levanta la pierna y sigue metiendo la pija en el culo con más fuerza, de repente a los 5 minutos la saca y me mira me la muestra y me apunta directo a los pezones, me llena de leche las tetas y las chupa, me resulta extraño, me encanta pero un hombre así de virgen no coge de esta forma.
Le limpia, voy al baño me ducho y le grito, quédate allí ya voy, salgo a los cinco minutos y no estaba, se olvida el celular y suena.
Lo atiendo y escucho Jorge Jorge, era un voz conocida para mí, digo, hola soy la psicóloga, hola doc soy su paciente, mi hermano gemelo, fue por mí a decirle que yo no podía ir a la sesión, nos vemos la próxima semana… cuelgo y me tiento de risa, guardo el celular y cierro el consultorio…
Fue un día inesperadamente genial…