Me había tocado hacer un viaje de trabajo de 2 meses. Era la primera vez que nos separábamos tanto tiempo y Ana es una mujer con fuertes necesidades de sexo. Cuando sucedió lo que hoy contamos, yo ya tenía más de un mes de haber iniciado mi viaje. Habíamos intentado muchas cosas como video llamada pero obviamente no era lo mismo. Para ese tiempo ya los tríos HMH eran experiencia muy probada y varias veces ya habíamos jugado con salidas de Ana sola con alguno de esos amigos de los tríos. Sólo aquellas parejas que han alcanzado los niveles de complicidad que tenemos Ana y yo, entenderían la forma en que jugamos sexualmente para vivir nuestra relación. No fue ni sorpresa ni molestia para mí la conversación de aquella mañana.
– Amor, te quería contar que la maestra Lily me salió con una ocurrencia hoy. Yo creo que ya me ve de mal humor por falta de sexo jajaja.
– Te tiró la onda?
– Jajaja no! Ella es casada hetero 100% pero me dijo que tiene un alumno en las clases de conducta humana que le imparte a los militares de la base. Dice que está muy guapo, que está sólo aquí y que me lo quería presentar a ver qué pasaba.
– Pues ahí está la solución a tus necesidades amor. Conócelo y vemos qué onda ¿por qué pensó en ti?
– Porque sabe que tú andas fuera y a veces hemos platicado que nosotros somos medio vagos. Ella ya me conoce y dice que ese chavo le ha estado preguntando a dónde conocer gente porque todavía está recién llegado y es soltero.
– Pues que los presente y ves qué onda amor.
– Para un trío? Pero mejor cuando ya regreses.
– No amor, yo digo ahorita. No te hagas, ya debes andar viéndole cara de miembro erecto a todo el mundo.
– Pues la verdad sí amor, pero no me siento tampoco tan segura de salir con alguien si tú no lo conoces o si no hemos salido antes los 3
– Sí amor, pero si la maestra dice que es tranquilo y a ti te late y te gusta pues podemos probar una variedad diferente de juego.
– Aun si me decidiera y pasara algo, no te voy a mandar ni fotos ni video. ¡Olvídalo! Esas cosas se las lleva el viento
– No amor, me conformo con ir sabiendo todo el juego y ya luego me cuentas lo que haya pasado. Si te gusta pues ya luego hacemos trío. La verdad sí se me antoja el juego y la perspectiva de estar imaginando que algo pasa.
– ¿Seguro? Las otras veces que me he aventado a salir sola es con gente que tú conoces.
– Nada perdemos con probar y a lo mejor sales con ganancia. Además, no es nada inseguro. Lily sabe que saldrás con él.
– Voy a platicar primero. Mensajes y ya luego vemos.
-Vale.
Pasaron los días. El militar, cuyo nombre era Dante, se mostró muy interesado. Las conversaciones fueron subiendo de tono de manera muy excitante. Ana me compartía los mensajes entre ellos y yo pude ir siguiendo como se daba la negociación. Finalmente, sin prometer nada, Ana aceptó salir a comer con Dante el siguiente sábado saliendo de sus clases de maestría. Dante estaría de fin de semana libre fuera de la base y se quedaría en un hotel. Todo se fue acomodando.
– ¿Qué te vas a poner amor?
– Llevo una blusa larga negra como de lana tejida que me llega hasta los muslos y unas mallas negras.
– Muy guapa… y… ¿de ropa interior?
-Jajaja no importa, no me la va a ver. Voy a conocerlo apenas, no a cogérmelo.
– Mujer prevenida vale por dos. Igual no sabes amor.
– Y qué quieres que me ponga?
– Nada.
– Jajaja Ya me hiciste mojarme sólo de imaginar que iría a una cita a ciegas sin ropa interior.
– ¿Lo ves? Ya vamos mejorando el plan.
– Ok, da por hecho que voy sin ropa interior, sólo por el juego contigo. Me voy a poner mientras para ir a clases y me la quito en el baño de la universidad antes de irme a la cita. ¿Te parece?
– ¡Vale!
La mañana pasó sin incidentes. Ya pasadas de las 3, nuevo mensaje de Ana:
– Ya salí amor. Ya vengo al coche.
– Espero hayas pasado al baño antes de irte al coche.
– jajaja ni me acordaba hasta que pasé al baño. Ahí fue donde me acordé. Márcale palomita.
– mmmm delicioso. ¿Y cómo te sientes?
– Te diría que sexy pero un poco más allá… mojada
– ¿Entonces?
– Nooo, ¡no voy pensando en cogérmelo!
– Tú sabes amor. Yo sólo dejo en claro que tengo curiosidad por esta nueva forma de jugar entre nosotros
– La verdad a mí también. Ya iremos viendo como sale.
Minutos más tarde.
– Llegué por él y ya estaba parado esperando afuera del hotel. Ya vengo manejando al restaurante.
– ¿Y cómo se te hace?
– Es muy correcto. Huele bien y sí se ve limpio. Guapo sí está. Se vino con el uniforme casual porque venía de la base y pensó que si subía al cuarto se le hacía tarde.
– Vaya vaya, ¿uniforme? Ya van tomando forma las cosas
– jajaja no te adelantes, apenas vamos a ver qué onda.
– Ok amor. Ya me vas contando.
Pasó media hora…
– ¡Hey! ¿Estás despierto?
– Obvio que sí. Cada vez que tardas en enviar mensaje te imagino cogiendo.
– Jajaja para nada. Yo tengo hambre y la panza es primero. Vinimos al Vikingos. Ya ordenamos y Dante se fue a lavar las manos.
– ¿Y cómo se porta?
-Bien. Muy caballeroso y respetuoso.
-Pues ya vas de gane. ¿Y pues manos limpias… uñas cortas?
– jajaja deja de estarme diciendo cosas, de por sí ando toda mojada.
– Pues más lubricación para una experiencia más fluida…
– Jajaja ya viene. Ahorita te escribo
Una hora después…
– ¿Hey? ¿Ya te la estás jalando? Jajaja
– Pues ganas no me faltan. ¿A poco ya están en eso?
– Jajaja ¡nooo! eso quisieras. Estamos platicando. Me preguntó por ti. Yo ya le dije como son las cosas entre nosotros y que me gustaría que lo invitáramos a un trío cuando vuelvas.
-Vale. Si te late sí amor.
-Claro que ya está diciendo que nos vayamos ahorita nosotros solos y que luego cuando vuelvas también en trío.
– Anímate amor.
– No sé amor, deja ver qué argumentos usa para ver si esto se pone interesante.
– Ok tú sabes amor.
20 minutos después…
– ¿Ya te dormiste? Ya pedimos la cuenta y yo me vine al baño.
– Muy bien amor. Dime qué plan tienes.
– Yo ninguno, pero él no quita el dedo del renglón. Yo le digo que no y él insiste, pero no mal. Todo muy respetuoso. Se porta muy bien.
– Yo diría que te animaras amor. Nos vamos a ir de vacaciones el primer fin de semana cuando yo llegue así que no sabemos cuándo podamos armar el trío. Anímate, amor. Yo sé que tienes ganas y eso me excita mucho.
– ¿Ganas? Lo que le sigue. Ando mojadísma. Me siento hasta nerviosa de que me escurra y se me note en la malla y tú todavía le echas leña al fuego diciéndome que me lo coja.
– ¡Qué rico amor! Pues para nada deberías estar pensándola. No dejo de imaginar que te veo cogiendo, así como andas de caliente.
– ¿Te la estás jalando verdad?
– Amor, me la estoy jalando desde que dijiste que ya ibas al carro después de quitarte la ropa interior allá en la universidad.
– ¿En serio? ¿Y ya te viniste? ¿Qué te imaginas?
– No, me estoy aguantando para cuando te lo cojas, pero cada vez que tardas en escribir imagino que ya lo tienes entre las piernas y te veo venirte.
– Jajaja ¡estás loco!
– No estoy loco, estoy caliente de saber que te mueres de las ganas de coger amor
– ¿De verdad quieres que me lo coja?
La sola pregunta me pone peor de caliente y sabiendo que puede realmente ocurrir es muy excitante.
– Sí amor
– ¿De verdad quieres eso? ¡Me pone más hot que me lo digas!
– Sí amor.
– ¿Qué quieres?
– Quiero saber que vas a abrir las piernas para dejar que vea lo mojada que estás. Quiero que lo dejes que te penetre y quiero que lo dejes venirse adentro de ti cuando tú ya te hayas venido todas las veces posibles.
– mmmm qué rico. ¿Sabes qué se me antoja hacer? ¿Quieres empezar a masturbarte?
– Me encantaría…
– Ahorita que llegue a la mesa, me voy a acercar a su oreja y le voy a decir: “quiero que me cojas” a ver qué cara pone.
– Wow eso sería genial. Me encantaría verte hacer eso.
– Pues imagínate todo lo que quieras porque voy a hacer todo eso y más. Ya me voy. Ahorita te escribo. ¡Te amo!
2 horas después…
– Hola
– Hola amor, ¿cogiste rico?
– mmmm si, hizo muy buen jale
– ¿En serio?
– Todo muy rico. Está en el baño.
– ¿Vas a seguirle?
-Sí me gustaría. Ojalá se pueda. Sigo echada en la cama. Mojada y de piernas abiertas como quieres, tocándome.
-Dale amor. Imagina como estoy.
-Te amo. Al rato te escribo.
Transcripción de mensaje de voz de Ana: Ya voy para la casa. ¿Qué te cuento? Cuando salí del baño, Dante ya estaba pagando la cuenta y nos salimos. Caminando al carro me iba diciendo que le había gustado mucho, que estoy más bonita en persona que en fotos, que tengo un cuerpo impresionante, que de verdad quería volver a verme antes de que tú volvieras y que sí le interesa vivir la experiencia de un trío. Cuando llegamos al coche le ofrecí las llaves y le pregunté si quería manejar. Cuando acercó la mano para tomar las llaves, aprovechó que ya estaba oscuro en la calle y lo que hizo fue que se me vino encima y empezó a besarme. Entre lo apretada que me tenía, pude sentir su verga bien parada y eso me puso peor de caliente. Lo dejé que me abrazara y fajamos sólo un momento. Yo me sentía que se me doblaban las piernas de las ganas de que me penetrara y en eso me di cuenta de que empezaba a respirar muy fuerte así que lo separé y abrí la puerta del carro para subirme. Cuando ya se subió por su lado nos pusimos a fajar otra vez. Esta vez no le detuve las manos que me las puso donde quiso por encima de la ropa. Me empezó a decir que me fuera al hotel con él, que no imaginaba esperar para tenerme. Yo nada más pensaba en sentir que me penetrara, pero quería que el momento durara más. “Yo también quiero muchas cosas” le dije “pero no siempre se puede”. Él todo desesperado me puso mi mano sobre el miembro para enseñarme lo duro que lo tenía y que no fuera a dejarlo así. Yo no le dije nada, le abrí el cierre del pantalón y lo saqué y mientras se lo acariciaba con una mano muy fuerte lo miré a los ojos y le dije: “si es por las ganas aquí mismo le ponemos remedio” y me bajé.
– ¿Te pusiste a mamársela ahí en el carro en la calle?
– Ya estaba muy oscuro. Aunque alguien hubiese pasado no nos hubieran visto.
Transcripción de mensaje de voz de Ana: Ahí me entretuve y luego me levanté y me puse a masturbarlo. Él me empezó a besar y fajar mientras me decía: “no seas malita, vamos a coger ahorita, anímate, a poco no te gustaría”. Yo muerta de la risa por dentro y más se me antojaba, pero es tan caballeroso que excita de modo diferente. Al mismo tiempo me imaginaba que tú estabas allá lejos jalándotela e imaginando lo que yo estaría haciendo. Le dije “si no es por falta de ganas, claro que me gustaría” y él me apretaba y me manoseaba por todos lados y me decía “pues ándale pues, anímate, vamos a coger hoy y después cuando venga tu novio armamos todo un buen trío ya conociéndonos bien” y yo le dije: “a lo mejor si cogemos hoy después ya no te animas al trío y a mí sí me encanta”. Cuando le dije eso abrí las piernas y Dante no perdió el tiempo con su mano. Yo pensé que me iba a jalar la malla para meterme la mano, pero sólo me tocó por fuera. Me miró sorprendido: “estás mojadísima” me dijo. Yo le dije: “es que tengo más de un mes sin coger y aparte no es por desafiarte, pero no me puse ropa interior” Más tarde en decirle que él en meter ahora sí su mano. Ahí sentí sus dedos tocándome. Se me escapó un gemido y no pude evitar empezar a mover las caderas para que me diera más fuerte con sus dedos. Se me resbalan bien rico de tan húmeda que andaba. Por un momento pensé en hacerlo que me penetrara ahí mismo, pero me tragué las ganas y fue cuando le dije en la oreja: “quiero que me cojas”. Hizo un gesto como de estar a punto de subírseme encima ahí mismo en el carro y yo de verdad que lo hubiera dejado cogerme ahí mismo de tantas ganas que tenía. Como que lo pensó un momento y mejor se puso el cinturón y arrancó el coche.
– Eso estuvo excelente amor. Ya me imagino qué rudo fue el trayecto hasta el cuarto del hotel teniendo tantas ganas
Transcripción de mensaje de voz de Ana: No me aguanté amor. Él iba manejando y yo me empecé a masturbar mientras él manejaba. El pobre iba con un ojo en el camino y otro en mí. Me encantó que me veía moverme y gemir sin poder echárseme encima. Obvio no tardé mucho en venirme. Eso ayudó porque para cuando llegamos al hotel ya podía disimular mejor la calentura.
– Siempre me ha encantado cuando me haces eso en el carro de masturbarte en tu asiento.
Transcripción de mensaje de voz de Ana: Y a mí me encanta sentir que me miras. Me imaginaba en el carro que estabas sentado atrás mirando toda la escena y masturbándote. Me acordé de todas las veces que yo voy fajando o cogiendo atrás y tú vas manejando. Cuando entramos al cuarto de inmediato me abrazó y ahí parados me empezó a fajar. Entre manoseos me sacó la blusa a jalones y yo me empecé a bajar la malla hasta que me la pude quitar maniobrando entre sus manos que me agarraban todo lo que podían. Sentía que me estorbaba la ropa. Apenas vio mis pechos al aire y me los empezó a besar desesperado mientras me guiaba despacito hacia la cama. Yo me empecé a hacer hacia atrás disfrutando mi desnudez e imaginando lo que seguía. Sentía hinchados los labios de tantas ganas que tenía de sentir que se me resbalaba su verga hasta adentro. Cuando sentí que llegué a la cama me dejé caer sentada y apoyé mis brazos atrás, abrí las piernas y le dije: “Penétrame ya”. Quiso como empezar a quitarse la ropa y le dije: “¡No! Así con el uniforme puesto quiero que me penetres” Sólo se sacó el miembro y en un instante eterno se me acercó a penetrarme mientras yo me terminé de poner boca arriba y le abría más las piernas para recibirlo. Me resbaló la verga para adentro sin menor problema de tan mojada que estaba a pesar de que la tiene bastante grande. Empezó a moverse fuerte desde el principio yo creo que ya de lo caliente y desesperado que lo había puesto con mis troleadas. No tardé en venirme bien fuerte. Realmente me hacía mucha falta.
– ¡Qué rico mi vida! tu fantasía de toda la vida, cogerte a un militar con el uniforme puesto
Transcripción de mensaje de voz de Ana: Ya sé y vino a pasar sin planearlo así que había que aprovecharlo. Se quedó adentro sin moverse mientras se me bajaba lo agitado. Lo hice que se pusiera debajo de mí y yo sentada encima comencé a moverme otra vez mientras lo tenía ahí acostado con el uniforme puesto y otra vez me vine, pero más fuerte que antes. Me encantó estar encima y verlo a él vestido con su uniforme mirarme mientras yo estaba totalmente desnuda. Me manoseaba toda, los pechos la cintura el vientre, me dedeaba el clítoris bien rico, aunque ni falta hacía porque entre su verga adentro y sentirlo mirarme me volví a venir bien fuerte pero esta vez duró mucho más.
– No hace falta que estés desnuda para llamar la atención y lo sabes
– Siempre dices eso, pero a mí no me parece. ¿Te la estás jalando?
– No he parado y con tu relato menos.
– jajajaja pues ya vente o ¿a poco todavía quieres que te cuente más?
-Todo, quiero saberlo todo.
Transcripción de mensaje de voz de Ana: Pues después de que me vine encima me quedé ahí un rato relajándome. Le pregunté si ya se había venido. Me dijo que siempre batalla mucho para lograr venirse. En ese momento me fijé que junto a la ventana del cuarto había dos sillas sin descansabrazos. Le pedí irnos a una de las sillas y antes de darnos cuenta, ya estaba desnudo él también y yo ya estaba sentada encima con mis piernas bien abiertas moviéndome con su vergota adentro. Me encantó que mientras yo me movía él se daba vuelo con mis pechos. Me imaginaba que me estabas mirando como la vez que me cogí igual a Alonso en la sala de la casa frente a ti. Dante estaba tan concentrado en mis pechos manoseándolos, besándolos, chupándomelos, que me acordé de las veces que hemos tratado de que me hagas venir solamente jugando con mis pechos. Me empecé a venir poco a poco, largo, muy largo, al punto de que creo que dejé caer todo mi peso sobre él porque ya no me pude sostener. Las rodillas se me doblaban y sentía los pies rígidos de la fuerza del orgasmo. Muy rico muy rico amor.
– Me encanta que hayamos hecho esto amor.
– ¿Ya te viniste?
Eso quisiera, pero estoy seguro de que tienes más que contarme y yo entre más tarde en venirme más fuerte será.
– jajaja ok
Transcripción de mensaje de voz de Ana: Después de esa cogida de la silla fue cuando fui a echarme a la cama y te escribí porque él se fue al baño. Cuando salió, yo estaba boca arriba en la cama y me halló tocándome. Le dije: “¿me haces un oral?” No le dije dos veces, pero en vez de abalanzarse, se fue acercando despacito para desesperarme más. Metió su cabeza entre mis piernas y a punta de lengüetazos me hizo venir en unos segundos apenas. Casi no me dio descanso y se acomodó encima en 69. Se me antojaba mucho que me miraras haciéndole el oral así y pensé que eso haremos cuando vuelvas. Se me antojaba mucho que eyaculara en mi cara, pero yo todavía quería sentirlo adentro otro poquito. Cuando vio que empecé a venirme otra vez se quitó en chinga y me hizo darme la vuelta para penetrarme en cuatro. Fue delicioso porque me embistió muy desesperado, pero de lo lubricada que estaba, entró sin problemas. Empezó a moverse bien fuerte y rápido mientras yo seguía sintiendo mi orgasmo. Fue delicioso. Me gritaba “cómo estás buena” “Coges bien rico” “nunca me habían cogido tan rico” “Estás deliciosa” “mira nada más qué nalgas tan sabrosas” Y todo eso que me decía no hacía más que prolongarme el orgasmo sin dejar de imaginar que tú estabas allá jalándotela e imaginando que me mirabas. De repente sentí que se movía más fuerte y pensé que se iba a venir pero en vez de eso, me dio la vuelta para subirse mis pies a sus hombros. Me penetró casi al mismo tiempo que me levantaba las piernas. Se siente bien profundo con las piernas así arriba y empecé de nuevo a sentir como que venía otro orgasmo. Fue en ese momento que sentí un chorro bien fuerte que lo hizo gritar pujando. Me dio otros 2 o tres empujones bien ricos, pero se salió y empezó echarme todo su semen encima mientras se masturbaba con la mano como para asegurarse de que saliera todo y me cayera en el vientre y en la cara.
– Wow amor, te leyó la mente. Te encanta eso.
– Siii Cuando vengas tienen que hacerme eso los dos. Venirse y echarme todo el semen encima al mismo tiempo los dos. Quiero que me caiga en todo el cuerpo y que me masajeen con todo ese semen.
– Prometido amor.
Transcripción de mensaje de voz de Ana: Ya que se vino encima, se quedó con mis piernas en sus hombros y en lo que se le bajaba la erección me estuvo frotando el pene en la entrada de la vagina. Me masajeaba el trasero bien rico. No dejaba de pensar en si ya te habrías venido allá jalándotela e imaginando que yo estaba cogiendo. Nos quedamos un rato platicando. Muy animado a repetir en trío cuando volvieras, haciendo hasta planes de ir a un motel con jacuzzi. Ya que me relajé pensé que ya habíamos terminado, así que me quise dar un baño y pues, fue y me alcanzó y me puso otra cogida en el baño. Yo me sentía tranquila pero cuando se me apareció en el baño otra vez con la verga parada no puse la menor resistencia. Ahí sí hizo casi todo él. Me penetró en varios modos en la regadera hasta que me llevó cargando a la cama así empapada y se dedicó a cogerme todo el tiempo que quiso y yo pues lo dejé. Me puso en todas posiciones, pero cuando nos veamos te enseño cómo me acomodaba o mejor… ¡te repetimos la escena!
Esa es otra historia…
Es la manera que quisiera me contara mi mujer