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Descubrimiento de selfbondage
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Tiempo de lectura: 2 minutos

Nueva etapa en mi vida. Ya había acabado la Universidad y mi pareja se había ido a estudiar al extranjero. Siguió su camino. Igual yo.

No me iba mal en lo laboral, estaba bien en la consultora, pero al llegar a mi casa me faltaba algo. Ya no era suficiente con masturbarme, no me satisfacía. Tampoco pude conocer gente con intereses en común. Estuve perdido un tiempo hasta que encontré una página web sobre algo en ese entonces novedoso para mi, pero que de inmediato llamo mi atención. Era sobre selfbondage, con instrucciones de seguridad, guías y hasta algunas ilustraciones.

Al principio solo la veía por calentura y morbo, pero un día me animé. Compré cuerdas, anillos y claro, un cuchillo, todo tal cual la guía básica.

Me maquille, me puse ligas y corset, entonces ahí estaba, una gran erección. De Inmediato supe esto iba para bueno.

Seguí las instrucciones de la ilustración, ate primeramente mis tobillos, luego mis rodillas. Había hecho previamente un nudo que era similar a tener esposas. Me metí en vibrador anal. Me arrodillé. Después me amordace y me vendé. Pasé una cuerda por mis hombros y puse mis manos en la espalda. Me tire de estómago al suelo, tire mis pies hacia atrás un poco lo que tenso la cuerda de las manos y allí quedé, atrapado en un hogtie bien bueno para ser primera vez. Había puesto música y el cuchillo lo dejé en otro lugar, para arrastrarme hasta poder liberarme.

Los primeros minutos simplemente me quedé allí, sobando mi pene ente el suelo y mi estómago. Tensado las cuerdas por luchar un poco, sintiendo y escuchando el vibrador.

Cuando empecé a babear decidí era tiempo de arrastrarme para buscar mi libertad. Cada movimiento se sintió muy rico, el vibrador en el culto, el aplastar mi pene, como mis manos estaban atrás acaricie mis nalgas y las apreté en varias ocasiones. De nuevo estaba esa sensación de indefensión.

No alcance a llegar al cuchillo cuando me detuve porque iba a acabar. No lo pude contener y fue un orgasmo como no tenía hace tiempo. Finalmente logré llegar al cuchillo, corte las cuerdas, me saqué la venda pero no me quite ni la mordaza ni el vibrador. Empecé a jugar con el en mi ano y a seguir tocándome. Había encontrado al compañero que buscaba, era yo mismo.

Ya que todo había salido tan bien, me anime a hacer otro reto en días posteriores.

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