Desde hace algunos meses, estamos separados. Mi Ama se ha visto obligada a dejar Madrid por unas circunstancias personales que no vienen al caso, y llevamos una temporada alejados físicamente. Y no voy a negar que es duro no sentirla cerca. No vivir su control y su dominación en primera persona.
Pero he de reconocer que cuando la entrega y la sumisión es tan grande, y Su poder sobre mi mente tan absoluto, los kilómetros se convierten automáticamente en milímetros, y se puede disfrutar de la dominación a distancia como si estuviéramos en la misma habitación.
Y en esto, también DominAma me ha enseñado a disfrutar de Su forma de hacer las cosas. De Su manera de usarme y de dominarme. Y lo he vivido este fin de semana, en el que, como si de un regalo se tratara, Ella me ha dedicado muchísimo tiempo, y tanto el viernes como el sábado estuvimos hablando por teléfono hasta las 5 de la madrugada.
Yo hablando por teléfono 5h. A mí, que no me gusta hablar por teléfono. Pero Ella es droga pura, y sabe llevarme con mano de hierro en guante de seda por los senderos de la dominación. De Su Dominación en mayúsculas. Y me hace sentir como si Ella estuviera conmigo en la misma habitación.
Disfruto de escuchar sus orgasmos como si los estuviera viviendo. De hecho el sábado sentí seguramente su orgasmo más intenso en estos meses. Fue el segundo de los cinco orgasmos que me dedicó ese día, y reconozco que cuando Ella me dijo ese esperado “córrete para mi ahora, puta” y me corrí… sentí como si fuera Ella quién estaba tocándome… y mi cuerpo explotó en un orgasmo increíble al escuchar su orden concisa y clara. Porque en ese momento, mi mente se liberó. Obedecí su deseo, y me corrí como hacía mucho tiempo no lo hacía.
Lo mismo ocurrió ayer por la tarde, y por la noche. Es como si estuviéramos juntos. Como si estuviera a sus pies en la misma habitación… entregado para Ella. Dejándome llevar. Con la mente en blanco, tan solo concentrado en obedecer todas y cada una de sus órdenes. Como hago siempre, aunque en esta ocasión tengamos más de 600km de distancia entre nuestros cuerpos.
Y es que nuestras mentes están conectadas. Están unidas. Somos uno solo, y así será para siempre.
Gracias mi Dueña. Soy tuyo. Te pertenezco. Al 100%. Las 24h del día. Los 365 días de cada año.