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Derechos y propiedad
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El autor John Locke define el contrato social como acuerdos entre los hombres en los que se delimitan reglas para funcionar como sociedad, complementando a esto, por su parte, Thomas Hobbes, hablaba de los derechos que tiene un hombre en la sociedad, siendo el derecho a la propiedad uno de los mas importantes, es decir, los bienes que le pertenecen a un hombre como: hogar, alimento, bienes y mujer, otro no puede venir a arrebatárselo. Pero, el mismo Hobbes propone la existencia de un estado de naturaleza, el cual incluso se puede considerar un instinto mas básico que el contrato social, en el que el hombre es, por defecto, un animal que compite por recursos y por lo tanto propiedad, para esto se plantea la interrogante ¿que sucede si el contrato social es violado en aras de la supervivencia o simplemente de la gloria del mas fuerte?, ademas, ¿Quien define que le pertenece a quien? Quizás la respuesta sea mas simple de lo que parece y al final quien tiene aquellos rasgos mas dominantes es quien tiene un estatus mayor y por lo tanto el privilegio de tomar aquello que desea.

Para cuando entendí esto su ropa ya estaba colgada en mi armario, su auto aparcado en mi cochera, y su hijo creciendo en el vientre de mi esposa. Pero para explicar mejor esto debo retroceder. Vivía una vida que podría considerar como muy feliz al lado de mi esposa Lena, con quien tengo un matrimonio desde hace 7 años, tengo un buen trabajo el cual nos permite vivir con ciertos lujos y comodidades y todo parecía marchar bien, como toda pareja con altas y bajas, siendo cuestiones como el no poder tener hijos, o mis celos (los cuales he intentado controlar) como las causas principales de nuestras discusiones, las cuales comoquiera no habían llegado a niveles severos, por lo que se podía decir que en nuestras vidas había un balance, o al menos eso creía. Sin embargo, como en la naturaleza, ¿que ocurre cuando se incluye un espécimen nuevo en un ecosistema? la balanza puede alterarse completamente, en mi caso este espécimen fue la introducción de mi mejor amigo Manuel, quien vino a vivir a nuestra casa un par de días, o al menos esa era la intención, ya que su esposa lo había echado y estaba desamparado, ademas de que estaba en búsqueda de trabajo porque su firma había sufrido por temas legales y ahora también estaba desempleado.

Desde el comienzo fue evidente que Manuel le puso los ojos encima a Lena, situación que me hizo sentir incomodo pero no quería hacer un escándalo, después de todo ya había tenido antes discusiones con Lena por ideas que yo me hacia en mi cabeza y me hacían sentir celos irracionales. No obstante, algo importante a recalcar es que Manuel desde siempre ha tenido fama de mujeriego, desde jóvenes ha sido todo un Don Juan, e incluso esa fue la razón por la que su esposa lo corrió de su casa al atraparlo siéndole infiel con otra mujer, por lo que esta situación, sobre todo al conocer sus antecedentes, me causaba preocupación.

Así fue que pasaron los días en los que iniciaron miradas inapropiadas hacia mi mujer por parte de Manuel y lo peor era que Lena se daba cuenta y lejos de incomodarse o pedirle que no lo hiciera solo le sonreía y me miraba con la misma sonrisa tranquila y cómoda como si fuera algo muy natural y divertido. Esto lo puedo adjudicar a que a Lena le gusta ser centro de atención, ademas de que como tiene un cuerpo muy sexy es común que los hombres la volteen a ver y esto le gusta, por esto en muchas ocasiones viste con escotes pronunciados, ropa ceñida, etc, por mi parte en algunas ocasiones no puedo evitar ponerme muy celoso, Lena lo sabe pero no por esto deja de hacerlo solo me dice "es tu problema, supéralo" y lo intento, pero el que Manuel mirara con lujuria a mi esposa en verdad me incomodaba.

Durante tanto tiempo Lena me dijo que todo estaba en mi mente, y con Manuel en casa mi ansiedad por los celos se estaba disparando, pero como si esto no fuera suficiente, una mañana que desperté tarde y Lena no estaba a mi lado, salí y vaya sorpresa que me lleve al verla junto a Manuel en la piscina, mientras esta vestía su sexy traje de baño, pero mas abierto que de costumbre, mostrando mas sus hermosas tetas casi saliéndose, fue algo que llamó mi atención y me hizo sentir mas inseguro.

Posteriormente esto fue escalando a halagos y piropos por parte de Manuel hacia Lena, remarcando lo hermosa que lucia con cierta ropa, o lo bella que era, incluso llegó a mencionar que era una mujer muy sexy, cosa que me hizo erizar la piel porque consideraba que ya se estaba pasando de la raya, sin embargo, de nueva cuenta no hice algo para detenerlo. Me sentía con demasiada desconfianza y mi paranoia se elevó a niveles que nunca antes.

Pasaron los días y después de un tiempo me tenia cansado esta dinámica que Manuel estaba desarrollando con mi esposa, por lo que estaba decidido a buscar sacarlo de mi casa, y como no me atrevía a correrlo, por el miedo a ocasionar un conflicto, pensé, ¿que necesitaba para que se fuera? y de pronto la respuesta me fue muy obvia, el había llegado porque no tenia trabajo ni donde vivir, así que moví mis influencias para que en la empresa donde trabajaba lo entrevistaran para algún puesto, pensando que así ganaría su propio dinero y podría costearse un lugar donde vivir. Sin embargo, esta jugada me salio en contra, porque para la vacante que lo entrevistaron era la misma para la de mi jefe, posición para la que yo también me estaba postulando con el objetivo de crecer laboralmente, así fue que sin previo aviso empezó una competencia en otro nuevo frente, me parecía un chiste, como si no fuera suficiente tener la competencia con él con mi esposa, ahora también competíamos para una posición laboral superior. No obstante, para continuar con mi mala fortuna, perdí esta batalla y el se convirtió en mi nuevo jefe.

Como era de esperarse, al momento de que Lena se enteró de su contratación como mi jefe, por el mismo Manuel, esta se emocionó e insistió en que era algo digno de festejo, por lo que a petición de Lena hicimos una fiesta en nuestra casa e invitamos a todos nuestros amigos mas allegados en común para festejar el logro de Manuel y de paso pasar un buen rato.

Esa noche Lena se vistió con el vestido mas escotado y corto que tenía, captando las miradas de todos y por supuesto de Manuel. Comenzamos la velada charlando y bebiendo vino y fue aquí que los chistes e indirectas de parte de Manuel a Lena se incrementaron, era bastante evidente que le estaba coqueteando frente a todos nuestros amigos, y esta que parecía corresponderle y seguirle el juego, situación que me perturbaba, pero me sentía muy temeroso de detenerlos. Sin embargo en un momento me arme de valor para interrumpir su plática y cachondeo y dije:

– ¿Y si jugamos algo?

Aceptaron y fuimos a la sala para jugar algo de pool, por un momento me sentí aliviado pero no me había dado cuenta que había sido un error. Por supuesto, cada ocasión que era el turno de Lena esta se agachaba para tirar, por lo que podíamos ver sus hermosas y enormes tetas casi saliéndose de su vestido, lo que me tenia muy excitado, pero ocasionando la misma reacción en Manuel y esto era evidente, porque incluso no se contuvo de mencionarlo descaradamente halagando las tetas de mi esposa diciendo:

– ¡Vaya pero que buen par! quisiera escalar esas cumbres.

Todos rieron del chiste, a mi no me causo ninguna gracia, pero solo me quede callado e intente hacer como si nada. Estoy seguro que Lena se dio cuenta de mi enojo porque en un momento que tuvimos solos se me acercó, tomó mi mano y me preguntó de forma tierna:

– ¿Todo bien cariño?

Quise decirle que me habían molestado todos los jugueteos que se traían, pero la verdad es que no tuve valor, aun no se porque solo le conteste con una sonrisa:

– Todo bien amor.

Lena me sonrió de vuelta y en ese momento Manuel volvió a llamar su atención.

La velada continuó y después de cenar Lena propuso otro juego "Verdad o Castigo", algo no me gustaba de este juego, sentía que era una mala idea.

El juego comenzó normal, pero de pronto cada vez que era el turno de que Manuel le preguntara a Lena y esta eligiera verdad, las preguntas eran cada vez mas intimas y sexuales. Preguntas entre edad de su primera vez, número de parejas sexuales, posición favorita, entre otras fueron las que Manuel le hizo a mi esposa, ocasionando no solo las risas de todos, sino también que se incrementara ese cachondeo entre ambos. No obstante, cuando era el turno de este ella le devolvía con la misma moneda haciéndole preguntas sexuales, no obstante, lejos de apenarlo solo eran una excusa para resaltar su destreza sexual.

Sin embargo, en un punto, en el cual por cierto ya teníamos varias botellas de vino que nos habíamos terminado, Manuel le preguntó:

– ¿Verdad o castigo?

Lena respondió como lo había estado haciendo:

– Verdad.

Manuel se dispuso a hacer su pregunta:

– Cuéntanos, ¿con quien de los presentes, que no sea tu marido, te acostarías?, no se vale decir que nadie, debes elegir al menos una persona.

Todos se rieron y Lena lanzó una carcajada nerviosa, era la primera vez en el juego que la veía así, incluso en las anteriores que también eran bastante comprometedoras o intimas no se había puesto así, en ese momento no entendía porque y de pronto cambió su respuesta.

– Castigo, castigo.

Respondió apresurada.

Todos rieron de su cambio, y aunque esto no estaba permitido era el turno de Manuel y lo permitió y le dijo su castigo:

– Tu castigo será darme un beso de lengua durante diez mississippis.

Todos volvieron a reír como si fuera algo gracioso, Lena encantada con una sonrisa que no podía disimular se acercó a Manuel y le plantó un beso en los labios mientras yo me senté allí en silencio contemplando mientras sus labios se unían y él exploraba la sexy boca de mi esposa con su lengua.

No podía creer lo que estaba frente a mis ojos, jamas creí que Lena fuera capaz de algo así, ademas pensé que aunque Manuel tenia cierta fama, tendría respeto por mi, pero al verlos besándose estaba claro que no era así.

Nuestros amigos comenzaron el conteo regresivo pero en son de broma alargaron los misisipis o incluso se regresaban en la numeración provocando así que el beso durara mas tiempo.

Una vez terminaron y se separaron, ambos con una sonrisa en sus rostros me miraron esperando que reaccionara o dijera algo, pero solo me quede callado dándole un trago de mi bebida.

Esa misma noche mas tarde, una de nuestras amigas se me acercó y me dijo:

– Vaya jugueteo que se traen Manuel y tu esposa, si no te cuidas terminaras perdiéndola.

Sus palabras retumbaron en mi cabeza, era una llamada de atención, ahora mas que nunca sentía que no era paranoia mía.

La velada continuo un par de horas mas en las que me sentía muy contrariado, y para cuando todos se fueron y nos quedamos solo los tres platicando, con lo ultimo de vino que nos quedaba, fue que mirarlos coqueteando fue demasiado y no pude soportar mas, por lo que les dije que ya estaba cansado y me iba a dormir.

Me fui a la habitación y como casi una hora después entró Lena, yo me hice el dormido pero se dio cuenta que fingía y me dijo:

– ¿Te enojaste por lo del beso verdad?… solo era un juego no te pongas celoso.

En ese momento voltee a verla, y enojado le conteste:

– No es solo eso, desde que llegó no para de coquetearte, de lanzarte piropos, y no para de mirarte obscenamente, ahora hasta lo besaste, jamas creí que fueras así.

Le dije ya en forma de reclamo. Lena exaltada rápidamente me cuestiono:

– ¿Así como?, ¿una zorra?, ¿una puta?, ¿eso me quieres decir?

Me quede callado sin saber que contestarle, a lo que Lena ya muy molesta solo replicó:

– Eres un cretino. ¡Pues si te molestaba tanto! ¿por que no lo detuviste?

No pude confrontarla mas y solo me di vuelta para dormirme, pero en mi interior pensé que tenia razón, debí haberlo detenido, pero por alguna razón no pude.

Esa noche no pude dormir hasta tarde, pensaba en que sentía que poco a poco Manuel me ganaba a mi esposa, y esta sensación me aterraba.

Esta discusión no paró esa noche, ya que Lena continuo molesta y lejana a mi, ademas, tenia la impresión de que como venganza comenzó a coquetearle mas abiertamente a Manuel, ya no solo se dedicaba a responderle, ahora ella también lo incitaba. Esto provoco que poco a poco me viera envuelto como espectador de un romance en potencia entre mi mejor amigo y mi esposa sin poder hacer algo al respecto.

Mientras la química entre ambos se incrementaba nuestra relación se veía cada vez mas mermada, al punto en que dejamos de tener sexo con la frecuencia de antes y cuando lo hacíamos me daba la sensación de que estaba dispersa como si su mente estuviera en otro lado, lo cual intenté que no me afectara, pero luego las muestras de afecto también disminuyeron al grado de sentirla cada vez mas lejana. Un punto que considero de inflexión en nuestra relación fue una noche en la que intente que reaviváramos la chispa y que tuviéramos relaciones, pero Lena tomó una actitud diferente y propuso que hiciéramos algo diferente esta vez, y sin darme oportunidad de siquiera responder me tumbó sobre la cama bruscamente, me levantó las piernas sosteniéndolas con sus manos en el aire, y luego se monto sobre mi polla y así comenzó a cabalgarme teniendo de esta forma ella el rol activo en el acto y yo el pasivo.

Fue una sensación extraña, no es que no me haya gustado, lo disfruté, pero esa sensación de sometimiento me resultaba extraña, y ver a mi esposa montarme con fuerza e incluso podría decir ira me tenia confundido, por una parte me excitaba pero por el otro me tenia paralizado, sumiso ante ella. Sin embargo, lo deje pasar sobre todo porque por primera vez, desde que Manuel comenzó a vivir con nosotros, parecía que Lena estaba disfrutando nuestras relaciones sexuales, no obstante sin darme cuenta rápidamente se convirtió en nuestra única posición, mi esposa ya no me dejaba a mi proponer alguna otra, y cada follada parecía ser con cada vez mas fuerza, ella tenia las riendas, y era como si de alguna forma ahora ella me follara a mi.

Ilusamente creí que esto no solo reanimaría las cosas en la cama sino también en nuestra relación, sin embargo estaba muy equivocado porque al mismo tiempo veía como se creaba una especie de lazo extraño entre mi esposa y Manuel, lo que me provocaba sentir un escalofrío, Lena estaba cada vez mas distante de mi, ademas de que paralelamente también se fue midiendo menos al momento de confrontarme al momento de alguna discusión lanzando palabras cada vez mas hirientes, esto sin mencionar que sus muestras de afecto también fueron disminuyendo e incluso me apartaba cuando intentaba mostrarme cariñoso con ella.

Con Manuel como mi nuevo jefe por un instante pensé que seria una oportunidad, ya que lo consideraba mi mejor amigo, pero para mi mala fortuna solo significó que desde el comienzo me inundara de trabajo obligándome a trabajar hasta altas horas de la noche, y por consiguiente descuidara aun mas a Lena y nuestro matrimonio.

Por si esto fuera poco, me di cuenta que Lena comenzó a vestir ropa mas reveladora, mas ceñida, y shorts mas cortos que resaltaban su sensual figura y por supuesto atrayendo mas las miradas de Manuel.

Me sentía cada vez mas inseguro entre los coqueteos, jugueteos y exhibiciones constantes. Sin embargo, una tarde en la que Lena había salido con unas amigas y estábamos Manuel y yo solos en casa, este se me acercó y me dijo:

– Oye, tenemos que hablar.

Rápidamente me senté frente a el, este me miró fijamente con seriedad y luego comenzó a hablar:

– Sabes, Lena y yo hemos traído… “algo” desde algún tiempo.

Me quede impactado, sorprendido, no por el hecho, sino por la frialdad con la que me lo estaba diciendo, no sabia que hacer o que decir, así que solo fingí sorpresa.

– ¿Que? ¿De que hablas? debes estar bromeando.

Pero Manuel siguió muy serio, era obvio que sabia que estaba fingiendo, posterior a esto sacó su celular y mientras buscaba algo en el, continuo diciendo:

– Incluso Lena me ha estado enviando fotografías suyas.

Me pasó su celular y me enseñó una selfie que Lena le había enviado en la que salia completamente desnuda exponiendo todo su hermoso cuerpo.

Me quede pasmado, sorprendido, sabia de los jugueteos pero jamas creí que llegarían a este nivel.

Manuel continuo:

– Solo te digo esto porque esta noche por fin la haré mía, no te interpongas. De hecho lo hablé con Lena antes y acordamos que saldría para poder la charla contigo.

"La charla", el momento en que me estaba pidiendo que dejara que pasara sin mas y solo me hiciera a un lado, y ademas de todo esto mi propia esposa había estado de acuerdo con este plan. No pude expresar palabra, me sentía muy confundido, pero por alguna razón solo asentí con la cabeza, Manuel en ese momento sonrió, estaba acordado no iba a interferir.

Mas tarde Lena regresó y nos miró como intentando descifrar lo que había pasado y pude ver como con una sonrisa de Manuel le había quedado claro que había sido un éxito (para ellos) nuestra charla y ella sonrió de vuelta con cierta complicidad.

Esa noche nos reunimos los tres a cenar como ya se había hecho costumbre, pude ser testigo como los coqueteos fueron mas evidentes frente a mis propias narices, incluso uno que otro roce entre ambos, mientras yo me sentía completamente invisible.

Una vez terminamos de cenar fuimos a sala para tomar algo de vino y seguir charlando, nos sentamos Lena y yo juntos y Manuel enfrente como siempre lo hacíamos, pero luego de un rato Lena se levantó y con una sonrisa nerviosa se sentó junto a Manuel muy pegados uno del otro. Ambos voltearon a verme esperando una reacción de mi parte, pero al no hacer algo lo tomaron como un consentimiento, continuamos charlando, o mas bien, Manuel y Lena continuaron charlando, pero esta vez de forma mas intima, y de pronto Manuel comenzó a besar a Lena, y esta nerviosa le correspondió los besos. Una vez mas voltearon a mirarme con una sonrisa en los labios, y por segunda vez en la noche no intervine, en cierta forma, sin ser del todo consciente porque sentia como si no tuviera control de mi cuerpo y no me permitiera reaccionar, les estaba dando mi bendición. Continuaron los besos, los cuales se intensificaron y se hicieron cada vez mas apasionados para luego comenzar con las caricias.

Me sentía tan incomodo estar mirando como mi esposa besaba y se acariciaba con mi mejor amigo frente a mis propios ojos, y al mismo tiempo me sentía congelado sin poder hacer algo al respecto, me sentía como en un mal sueño, una pesadilla de la que no podía despertar.

Paso un rato mas entre esos besos y caricias cuando de pronto Manuel me dice:

– ¿Por que no vas a la tienda y traes mas vino?

Sabia lo que estaba por seguir, era el momento, sin decir una palabra me levanté, tomé mis llaves del auto y salí de la casa, conduje mas despacio de lo normal. Conscientemente, aunque me sentía contrariado sin entender del todo porque, les estaba dando mas tiempo para que pudieran estar a solas, no fui a la tienda mas cercana, sino que pase varias tiendas hasta que me estacione en una, entre y tomándome mi tiempo compre la botella de vino, salí de ahí y conduje de vuelta, sabia que con todo este tiempo que les había dado ya estarían follando.

Regresé a casa y me quede inmóvil frente a la puerta, dudé un instante en entrar, tenia miedo de lo que me encontraría, pero luego de un momento lo hice. Desde que entre pude escuchar los dulces gemidos de Lena:

– Ah… ah…

Estaba hecho, estaban follando, pensé en mi interior. Conforme me fui acercando a la sala los gemidos se hicieron mas fuertes, una vez ahí fue que pude ser testigo a través de la cortina que habíamos instalado provisionalmente que estaban follando, tal y como Manuel dijo, estaba haciendo suya a mi esposa. Fue una sensación indescriptible, un duro golpe a mi ego y mi hombría, pero al mismo tiempo verlos follando de forma tan apasionada fue un éxtasis que por mas que intentara no podía negar, sin lugar a dudas había una pasión y chispa increíble entre ambos.

Sigilosamente entre y en el primer espacio que encontré deje la botella de vino para posteriormente salir de ahí inmediatamente, salí de la casa y me subí al auto sin saber que hacer, me sentía tan confundido, todo era una mezcla extraña de emociones, no podía pensar con claridad, solo tenia clavada en mi cabeza la imagen de Lena montada sobre Manuel.

Esa noche conduje sin rumbo hasta altas horas de la noche hasta que finalmente me cansé y me volví a estacionar fuera de la casa y pasé el resto de la noche en el auto.

A la mañana siguiente desperté y entre temeroso a la casa, tenia miedo de lo que me pudiera encontrar, pero al hacerlo todo era silencio, sabia que seguramente se habían ido a dormir juntos, subí las escaleras y me coloque frente a la habitación de huéspedes, después de un momento que me quede inmóvil abrí la puerta muy despacio, intentando no hacer ruido, y no vi a nadie, pero escuche el ruido de la ducha, me aproxime despacio y de nuevo abrí la puerta muy despacio, y una vez lo hice pude ver a Manuel y Lena de nuevo follando bajo los chorros de agua de la regadera.

Retrocedí para no que supieran que había estado ahí y de nueva cuenta darles privacidad. Bajé las escaleras y fui rumbo a la cocina para preparar el desayuno. Después de mas de una hora ambos bajaron y me dieron los buenos días con confianza y naturalidad, yo intenté tomar la misma actitud, aunque por dentro me estaba ahogando.

De esta forma intentamos pasar los siguientes dos días, en los que Manuel besaba en los labios a Lena descaradamente frente a mis ojos, e incluso aprovechaba cualquier momento para manosearla y Lena que le correspondía, casi como si comenzaran a actuar como una verdadera pareja.

Una noche cuando ya nos íbamos a acostar, sentía un frio silencio y distanciamiento entre Lena y yo, como si el espacio en la cama entre nosotros fuera un abismo.

De pronto Lena me miró de forma tierna y tomándome la mano me dijo:

– Cariño, han pasado ya dos días, ¿no hablaremos de… lo que pasó?

Me sentí temeroso, mi mayor miedo era perder a Lena, solo atine a decir:

– No se que decirte.

Lena me miró con compasión y me dijo:

– ¿Estas bien… con todo esto?

Dudé un instante y aun no se que me motivo a decirlo, pero contesté:

– Si estoy bien.

Nos quedamos los dos en silencio, pero de pronto se había convertido en un silencio en cierta forma un poco mas cercano, ya no era mas un silencio incomodo como en las noches anteriores, miré a Lena y tomándola de la mano me armé de valor y le pregunté:

– Quieres pasar la noche con el otra vez, ¿no es así?

Lena apretó mi mano suavemente y con un gesto con la cabeza afirmó, pase saliva intentando no llorar, y solamente le sonreí, esta entendió y luego de corresponder mi sonrisa con una mirada tierna, se levantó de la cama y se fue rumbo a la habitación de Manuel.

Esa noche volvieron a follar, seria solo la primera de muchas veces que los escucharía follar a través de la pared, ya que esta dinámica en que mi esposa atravesaría el corredor hasta la habitación de Manuel con quien pasaría la noche se repetiría con frecuencia a partir de ese momento.

Intenté seguir con naturalidad ante tal situación, me negaba a hacer algo al respecto, sentía un temor tremendo, pero ahora con mi consentimiento ya no tenían razón para ocultarse o incluso medirse con las muestras de lujuria, es por esto que de forma despreocupada Lena comenzó a andar por la casa solo en bragas y una camisa de Manuel abierta exponiendo sus hermosas tetas mientras servia el café del desayuno, situación que me incomodó terriblemente y mas porque sabia bien que no lo hacia por mi, sino para Manuel, por mas que me negara a la idea, era suya.

Ante esta situación intenté enfocarme mas en mi trabajo, por supuesto Manuel lo hizo mas fácil, ya que desde que su romance se oficializó me puso mas trabajo y responsabilidades, así el podía estar mas liberado para pasar mas tiempo en casa a solas con Lena. Esta dinámica continuó y mientras el sexo y las situaciones intimas entre ambos se incrementaban y su relación parecía fortalecerse y en cambio la mía con Lena se iba en picada.

El trabajo se volvió mi distracción y por un tiempo fue mi espacio para no pensar en los problemas que tenia en casa, ahora se que debí haberlos enfrentado en lugar de solo huir y esconderme. Sin embargo, en un punto, ni siquiera ahí pude estar a salvo sin pensar en como mi matrimonio se caía a pedazos, ya que una mañana, mientras estaba en la oficina y Manuel aun no llegaba, sabia que le estaría dando un mañanero a Lena, para mi sorpresa recibí un mensaje de Manuel que decía “Preparara los archivos que te pedí, ya voy para allá, mi chica me tuvo muy ocupado esta mañana, pero mira nada mas como la deje, estoy seguro que no podrá pararse en todo el día jaja” y acompañado de esto una fotografía de Lena completamente desnuda, evidentemente exhausta, con la cara roja de excitación y una expresión de satisfacción en su rostro, recostada sobre la cama que comparto con ella en la recamara principal.

Mi chica, el que llamara así a mi esposa me cayó como balde de agua helada, era cada vez mas evidente que Lena estaba pasando de ser mi esposa a su chica, me tenia contrariado saber que estaba perdiendo cada vez mas a mi esposa, la mujer que mas amo. Ademas de todo, ese maldito ahora se follaba a mi esposa sobre mi propia cama, profanando mi espacio, era algo que me hacia sentir aun peor.

Esa misma noche cuando era hora de acostarme tenia la sensación de estar sobre sus fluidos corporales productos de la pasión, me sentía no solo asqueado sino también humillado, y aunque lo negara la idea también me causaba excitación, esa noche no pude dormir, solo tenia en mi cabeza la imagen de Lena y Manuel follando salvajemente sobre la misma cama envueltos en una pasión magistral.

A partir de ese momento ya no sentí que esa fuera mi cama, me parecía un lugar desconocido, era una sensación extraña, la sola idea de estar sobre el mismo lugar que antes profano Manuel follándose a mi esposa me hacia sentir incomodo. Esta situación en cierta forma se solucionó, cuando una noche Lena me dijo que Manuel y ella pasarían la noche en la habitación principal, ya que ahí la cama era mas cómoda, por lo que solo me dejo dos opciones la habitación de huéspedes que era de Manuel o el sofá, esa noche preferí el sofá, pero con el paso del tiempo, y Manuel pasando las noches ya de forma habitual en la habitación principal con Lena, me tuve que resignar a que ahora la habitación de huéspedes fuera mía.

Hacia mi mayor esfuerzo para no perder los estribos, pero debo admitir que cada vez era mas difícil, me daba la impresión de que Manuel y Lena constantemente probaban mis límites, desde aquellas miradas inocentes, luego los piropos, pero ha escalado de forma monumental y ahora Lena follaba constantemente con él, compartían momentos mas íntimos y ahora incluso le cedió mi lugar en la cama junto a ella, no podía identificar como todo había dado un giro de 180º si darme cuenta, pero Manuel se estaba adueñando de todo y cuando digo todo, es todo, ya que incluso hubo privilegios que a mi Lena nunca me concedió pero ahora a él si, como por ejemplo aquel día que Manuel me comentó presumiendo:

– ¡Vaya! Lena me hizo un boobjob, se lo había pedido como una especie de broma, pero para mi sorpresa aceptó y fue increíble, me dijo que a ti jamas te lo ha hecho, no sabes lo que te has perdido.

No lo había querido reconocer pero ya era oficial, a partir de ese momento, todo lo que me pertenecía me fueron arrebatados, ahora la casa que antes fuera mía se convirtió en un lugar desconocido, y mi lugar en la cama de matrimonio, al lado de mi esposa, ahora era ocupado por Manuel, al usurpar mi puesto, me relegó a la habitación de huéspedes, lo cual, mas allá del simple hecho, simbolizaba como mi posición como el hombre de la casa me fue usurpado, y así todo lo que algunas vez me perteneció me fue arrebatado.

Con todo esto creí que ya había tocado fondo, pero si bien si apropiarse de los bienes de otro hombre no basta, sino es marcar su supremacía ante los demás y regodearse con la gloria al ser el macho alfa. Aunque todo era muy humillante siempre era algo de puertas adentro, hacia afuera eramos una pareja normal y Manuel guardaba discreción, pero esto estaba por cambiar y no pudo ser en otra fecha sino en la cena de fin de año, en la que invitamos no solo a nuestras amistades sino también a colegas de la oficina, pero Manuel me tenia algo preparado, ese día por la tarde me inundo de papeles, mas que de costumbre y me dijo:

– Se que es fin de año y que la fiesta sera en casa, pero eres muy importante para la compañía y solo tu sabes sacar esto que es urgente así que te pido que te quedes y lo hagas, no te preocupes que me asegurare de ayudarle a Lena con la fiesta.

Esto ya me olía mal, sentía que tramaba algo, pero jamas me imaginé que, sino hasta ya entrada la noche que sonó mi celular, era un mensaje de Linda, una amiga mutua, quien de hecho me había advertido de Manuel, su mensaje decía, “No quería decir te lo dije, pero…” y seguido de esto una foto de Manuel follando salvajemente a Lena por detrás en medio de la fiesta frente a todos.

Al ver la foto me quería ir de espaldas, quería morirme y que me tragara la tierra, ahora todos sabían que Lena me ponía los cuernos con Manuel, todos habían sido testigos de como Manuel hacia suya a mi esposa.

Esa noche recibí muchos mensajes con fotografías y videos de Manuel follando en público con mi esposa, o mas bien dicho su chica. Había podido soportar tanta humillación y en cierta forma ser derrocado por un macho superior, pero no era necesario que me humillara así frente a todos.

Después de esto ya no podía mostrar la cara ni en la oficina ni con nuestro circulo de amigos, Manuel se había encargado no solo de arrebatarme todo sino de destruirme socialmente evidenciándolo, después de todo como todo un buen macho alfa, se encargo de sacarme por completo de la contienda y destrozarme por completo para así asegurar quedarse con mi esposa, ahora su chica, a la cual no tardo en preñar y hacerla la madre de su hijo, algo que yo jamas pude hacer.

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