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Del fetichismo de pies a la bisexualidad (Parte 2)
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Pasaron meses desde aquella vez con Lisa. Me había preguntado mucho sobre mi posible bisexualidad desde entonces, y había comenzado a fantasear como será mamarle la verga a un hombre hasta que llenase mi boca de semen caliente. Con ese deseo creciente comencé a ver porno de bisexuales, transexuales, gays, etc. Durante algunos de mis maratones pornográficos, probaba mi semen, degustando su textura en mi lengua y garganta, ese sabor a veces un poco amargo. No me gustaba demasiado, pero cada tanto lo probaba con más frecuencia.

Una noche luego de ver mis porno antes de dormir, soñé que estaba en los primeros años de universidad. En el sueño estaba en mi casa jugando videojuegos con un vecino que vivía en la casa del fondo. En aquella época pasábamos mucho tiempo juntos, paseábamos en bicicleta, practicábamos deportes, y nos llevábamos bien en general.

Él era moreno claro, tenía un color de piel muy bonito, era más bajito que yo, medio gordito, su cara de rasgos finos y ojos medio achinados, cabello negro liso, y tenía unos pies muy delicados que parecían de niña, me gustaba vérselos, sobre todo cuando lo visitaba después de que saliera del baño, o cuando se iba a mi casa y se sacaba los zapatos para subirse a mi cama a jugar videojuegos. Siempre trataba de tocárselos, si jugábamos a una lucha siempre le tomaba por los pies, y cosas así, para sentir su tersa piel y su olor. Pese a eso, nunca me sentí enamorado de él, o ganas sexuales.

Pero en este sueño, fue distinto. Estábamos jugando en la consola como siempre, él sobre la cama y yo sentado en el suelo, sé que le ganaba, y el para ganarme comenzó a empujarme un costado de la cara con uno de sus pies, para no dejarme ver, para distraerme. Aunque quería ganar, sin poder controlarme comencé a excitarme, y me dejaba frotar cada vez más mi cara con su suave pie, haciéndome el tonto.

-Ni con picardías me ganaras Dani!

Le dije para disimular que estaba disfrutando su ataque de pies.

-Cállate y besa los pies de tu amo mientras pierdes!

Eso me excitó más, mi pequeño pene se empalmaba y me molestaba el pantalón. Ya cada vez podía jugar menos y me concentraba más en su pie, en su olor, en su textura frotando mi cara. Casi por reflejo abrí la boca y Dani aprovechó de empujar sus dedos dentro.

-Así me gusta! Chúpalo como chuparas mi verga Alex!

Ya tan excitado no jugué más, solté el control y tomé su pequeño pie y comencé a mamar provocativamente su dedo gordo, mientras lo miraba a los ojos. Sabía rico aquel joven y terso dedo.

-Ah ya veo que te gusta mamar, ahora te daré algo más sabroso, ven, trae tu boca y chúpamela.

Obedecí su orden sin perder tiempo. Él se sentó en la orilla de la cama y saco su pene por el cierre del pantalón, lo tenía ya algo excitado. Yo estaba arrodillado, subió sus pies sobre mis muslos y me tomo la cabeza con una mano y me jaló mientras con la otra metía su pene medio erecto en mi boca. Sabia un poco a orinas, algo fuerte y salado, pero comencé a chuparlo y frotarlo con mi lengua y labios. Chupé durísimo y rápido, sentía como sus pies se estiraban sobre mis muslos por el placer. Me excitaba más y más mientras lo oía decirme cosas lujuriosas entre gemidos.

-Querías mamármela, lo sabía, sabía que esa boquita y ese culito serian míos. Voy a cogerte ahora, voy a desvirgarte y te preñaré con mi leche. Vas a ser mi mujercita desde hoy en adelante cada vez que lo quiera!

-Si Dani, lo que tú quieras, soy toda tuya, hazme lo que quieras…

-Párate y quítate el pantalón, el interior, y ponte en 4 en la cama, como la perrita que vas a ser!

Obedecí lo más rápido que pude. Estaba muy excitado. Solo quería que me cogiera. Me puse en la cama y separé mis piernas mostrándole mi culito virginal. Sentí que se acercó, tomo su verga y puso su cabeza justo sobre mi ano y comenzó a penetrarme sin darme tiempo de nada.

-Me arde Dani, mejor no! Me duele! Ay…

El me tomo de mis caderas y empujo más y más hasta que sus bolas pegaron de las mías.

-Cállate, ya te he penetrado hasta el fondo, eres mi mujercita, y ahora te cogeré rico hasta preñarte! Quiero que grites quien es tu papi! Quien te está cogiendo? Dilo!

-Tu daniii! Tuuu… Eres mi paaapiii. Préñame por favor! Quiero ser tuya!

-Así me gusta!

Comenzó a meterlo y sacarlo más y más rápido. Pegaba de mis nalgas y sonaba muy fuerte. Sentía que me iba a venir mientras él seguía cogiéndome como un perro a una perrita. Así me tuvo unos minutos hasta que dijo:

-Ahora te preñare, voy a llenarte de mi leche. Uhmmm!

Me empujó hasta quedar acostado en la cama. Abrió sus muslos por fuera de los míos, penetrándome más, mientas subió sus pies a mis pantorrillas y me obligaba a abrir las piernas. Se tumbó sobre mi espalda, pasó sus brazos por delante de mi pecho y me tomo de los hombros. Comenzó a besarme el cuello mientras me penetraba frenéticamente. Me tenía inmovilizado, así me tuvo hasta que sentí su boca en mi oreja, escuchaba sus gemidos y su respiración. Escuché un gemido más y sentí como su miembro bombeaba semen en mi interior.

El orgasmo que sentí en el sueño me despertó, y me di cuenta que me había bañado en leche la ropa de dormir, el sueño fue muy intenso, tanto que me provoco un verdadero orgasmo.

Luego de ese sueño entendí que debía comenzar a explorar más mi lado bisexual. Pasé todo el día pensando en el sueño, en que quería un dilo para probar como se sentiría estimular mi culito, y si me gustaba, pues quizás intentaría tener alguna relación sexual con otro hombre.

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