Hace algunos años les compartí un relato que titulé “Madre e hijas: los tres postres”. El relato es basado en la experiencia que viví con Ana, la madre de Angie y Karla. Resulta que ese día que follaba con esta mujer que en esa época le calculaba unos 45 a 48 años descubría al entrar a la sala de su casa que era la madre de Angie, una chica a quien me había follado unos tres años antes cuando ella tenía algunos 20 a 22 años. La situación se volvía más extraordinaria cuando meses después descubría que Ana era también la madre de Karla, a quien me había follado unos meses antes cuando esta chica tan solo tenía 18 años.
Con Ana, la madre, solo follamos en esa ocasión, pues esa misma noche su hija Angie me había confrontado por teléfono y supe que se había dado cuenta que era yo quien le estaba sacando los gemidos escandalosos a su madre en esa noche de placer. Creo que eventualmente todas se dieron cuenta que a todas ellas me las había follado y también creo que Ana, la madre, hubiese seguido follando conmigo, pues creo no le importaba y me hizo saber en su momento que todas eran ya adultas y se me volvía a insinuar al punto que siguió enviándome fotos y videos provocativos y en varios de ellos se mostraba en tangas masturbándose. La señora Ana era muy directa y hambrienta de sexo, que no me sorprendería saber que no solo a mi se me insinuaba, creo que lo hacía con cualquiera que tuviese un palo para darle.
Este relato involucra de nuevo a esta familia y en cierto punto me involucra a mí, pero el protagonista en realidad es un chico que ahora tiene unos 30 años y lleva por nombre Eddy. Resulta que un día lo invité a tomarnos unas cervezas en un lugar donde hacen Karaoke y veo que Eddy se dirigí a la mesa donde está la señora Ana y su hija menor Karla. Veo que las saluda y luego regresa a nuestra mesa y me dice algo así como que fuese un malestar con esta mujer Ana:
– ¡Que vieja para caerme en los huevos! – me dijo.
– Pero si fuiste tú el que se fue a saludarlas.
– Lo que pasa es que tengo algo aquí en la cabeza… una espina que me la quiero sacar y hundírsela a esa mujer donde más le duela.
– ¿Y que te hizo esa mujer para crear tanto odio?
– ¡No… olvídelo! Mejor, vivamos el momento.
Eventualmente me contó con la promesa de que nadie más lo supiera, pues era algo que Eddy llevaba en su pecho y que tarde o temprano debería desahogarlo. Le di mi promesa y también le dije que estaba dispuesto a ayudarlo. La verdad que ya para ese tiempo Ana no me sentaba muy bien a mí tampoco. Son de ese tipo de personas que les gusta presumir y si pueden, pasar por sobre los demás sin pensarlo dos veces, aunque por lo que me decía Eddy, son también de las que ponen la carita de santos todos los domingos por la mañana cuando asisten a sus iglesias.
Lo que incomodaba a Eddy era una experiencia que tuvo con Ana y un sobrino de esta quien es homosexual. Resulta que Eddy a pesar de que es menor por más de un par décadas que Ana, una buena noche de fin de año con algunos tragos de más esta mujer lo sedujo y se va a la cama con Eddy donde él recuerda haberle dado una buena culeada. Eso lo recordaba claramente aunque sabía que estaba un poco tomado. Luego dice tener como una laguna mental y el siguiente día, en un nuevo año, despierta con el sobrino de esta mujer completamente desnudo en la misma cama. Eddy se da cuenta que aquello no era producto de una borrachera, más bien él cree que algo les echaron a los tragos que lo pusieron en esa condición. El coraje y que consumía a Eddy era que este muchacho homosexual se lo había cogido, pues al despertar sintió mojadas las nalgas de lo que el cree era semen. Pensó en cierto momento violar a Karla a la fuerza o drogarla a como él pensó la madre o el sobrino habían hecho con él.
Eddy me contó ese día que había resuelto en conquistar a Karla y hacerle saber a la madre que se estaba culeando a su hija. Quería filmar aquel evento y mandarle un video a Ana y que ella viera como se cogía a su hija. La verdad que Eddy no tenía muchas probabilidades de conquistar a Karla, pues ni económica ni físicamente creía que llenaba las expectativas de esta mujer que tienen buena condición social y que buscan de esos buenos prospectos para su compañía como abogados o médicos y Eddy en ese tiempo solo era el asistente del gerente del restaurante de mi hermana. Físicamente no era muy despreciable, pues tenía un rostro juvenil agradable, pero algo llenito sin ponerle ese adjetivo de gordo.
En varias ocasiones Eddy me hizo esa misma plática y podía sentir esa vibra de la venganza cada vez que recordaba aquel acontecimiento. Una vez que hablábamos de ese tema y con unos cuantos whiskeys servidos le dije a Eddy que con toda seguridad ese día de su venganza había llegado:
– Eddy, prométeme que solo tú y yo sabremos esto. Te voy a proveer algo que creo harán que Karla se vea obligada a coger contigo.
– ¿De qué habla?
– Te voy a dar unas fotos, pero quiero que seas firme en lo que le vas a decir a Karla… que ella sepa que esto va en serio. Ella debe sentir miedo o te puede meter a ti en problemas y si tú abres la boca, hasta yo puedo crearme problemas.
– No… no se preocupe de eso. Yo nunca lo involucraría en nada.
La primera vez que me follé a Karla, esa noche se puso tan intoxicada que le tomé varias fotografías desnuda y donde ella se puede apreciar que esta bajo los efectos del alcohol. Fotos muy comprometedoras, pero que Karla con toda seguridad no recordaba, pues el siguiente día se ha despertado, se ha bañado y ha partido para su casa bien follada por cada orificio donde cabe una verga. Eddy no lo podía creer que me la había follado, puesto que Karla solo tenía 18 y yo rondaba mis 46 años. Quedó sorprendido cuando miró a Karla en una de esas fotos mamándome la verga y en otras donde esta chica aparecía con el culo bien abierto. Le dije cuales fotos le enviaría y que es lo que él tenía que decirle a Karla.
En ese mismo momento le envió un texto con las fotos y ambos quedamos con la incertidumbre a la expectativa de cuál sería su respuesta, pues Eddy le amenazaba con difundir aquellas fotos por la internet y se las haría llegar a sus más íntimos amigos y familiares. Karla tuvo que haberlo pensado cuidadosamente, pues no contestó inmediatamente y cuando lo hizo dos horas después, Eddy me comunicaba que la bella Karla le reprochaba su comportamiento y negaba ser ella la de las fotos. Le dije a Eddy que le enviara la fotografía donde ella me esta mamando la verga y ahí se le miran un par de lunares en su mejía. Eddy había editado la foto, para que solo saliera mi verga y no el torso el cual ella podría reconocer. Creo que Karla supo y recordó a quien le mamaba la verga, pero nunca me confronto a mí. Igual que la primera vez, ella negó ser ella y le dijo a Eddy que se fuera a la mierda y que publicara las fotos a la red.
En ese momento creo que Karla bloqueó el teléfono de Eddy, pero este estaba determinado en llevar a cabo ese plan. El siguiente día le di dos videos de la madre de Karla, la distinguida y respetada señora Ana, donde aparece en solo tangas masturbándose. El video es tan claro que Karla no puede negar que sea su madre y Eddy ha ido a comprar uno de esos teléfonos que regularmente son para servicios temporales y de nuevo le envía otras fotos y los videos de su mamá. Creo que Karla estaba dispuesta a que la expusieran a ella, pero otra cosa era sentir la vergüenza de ver a su madre expuesta en un video masturbándose e insertándose juguetitos. Eso creo que puso a Karla contra la pared y fue cuando accedió:
– ¿Qué es lo que quieres?
– Follarte el culo. -le contestó Eddy.
– ¿Cómo sé que no vas a divulgar todo eso?
– Tendrás que confiar en mi… no tienes otra garantía.
– Está bien… ¿dónde te veo?
– Mañana a las 7 de la noche en el motel St. George.
– Mañana no es posible… tengo algunas cosas que hacer.
– Pues has tiempo o tu madre será la siguiente que mirará tus fotos y luego tus tías.
– ¡Está bien Eddy! Mañana a las 7 en el motel.
Al igual que Eddy me sentía ansioso de ese momento, pues también podría Karla crearnos una trampa o no sabíamos que realmente pasaría. Le dije a Eddy que me llamara tan pronto todo aquello se diera. Eddy llegó al cuarto del motel e instaló la cámara del teléfono para filmar la escena y como tenía otro celular, también filmo algunos acercamientos. Tan pronto se consumó todo aquello, Eddy me habló por teléfono y me envió los videos.
Primeramente se mira a Eddy acomodarse y en una breve espera de unos tres minutos cuando Karla toca la puerta. Se ve entrar a Karla, quien va vestida con un pantalón jean que permite ver ese bonito y redondo trasero que tiene. Parece que los años y las cogidas que le han dado en el tiempo le han sentado bien, que tal parece que sus glúteos se hayan transformado en unos mucho más llamativos que cuando yo me la cogí a sus 18 años. Llevaba una blusa color rosa y por esos días se había pintado el cabello de trigueña, pues su color natural es negro. Karla quizá mide 1:65 metros y tiene un peso de unas 130 libras, se podría considerar una chica esbelta, de pechos pequeños y que lo que más le sobresalía era ese redondo y rico trasero. Su rostro es uno muy atractivo y tiene esos dos lunares en su mejía que a mí me parecían se le miraban muy sensuales. Definitivamente Karla era una chica muy bonita, pero también un tanto engreída con gente que ella consideraba no estaba al porte de ella.
Al principio se escucha una conversación en la cual Karla quiere saber porque Eddy esta haciendo esto y como ha obtenido esas fotos. Eddy afortunadamente no pierde el control y quiere demostrar que él está determinado a conllevar lo que ya le ha comunicado a Karla y se escucha que le demanda: – Desvístete… no he venido aquí a darte explicaciones. – Se mira que Karla hace una cara de resignación y se somete a los pedidos de Eddy. Se quita su blusa rosada, se baja el pantalón jean y se mira que lleva un brasier blanco y unos bikinis color negro. Creo que nunca Eddy imaginó tener a esta bella mujer ante él en ese proceso de desnudarse. Eddy le recuerda, que quiere que Karla se quite todo y esta pone su brasier y bikini negro sobre el tocador y se mira a Karla completamente desnuda mientras Eddy comienza a quitarse su ropa.
Eddy parece estar de la misma medida que Karla en altura, pero este sí que quizá le dobla en peso. Es de cuerpo rollizo, brazos y piernas gruesas, espalda ancha y así desnudo si se le nota un poco de pansa, aunque no es muy exagerada. Desde el primer video que viene de esa cámara que ha puesto en algún tocador se mira que Eddy toma su celular y le pide a Karla a que le de una mamada. Karla se opone a que la filme sin quizá saber que ya la otra cámara a filmado cuando se ha desnudado. Este le repite a que se la mame y ya en el otro video se mira a Karla mamándole la verga a Eddy. Al principio Eddy debió haber estado tenso o nervioso y su verga se mostraba flácida en su estado pasivo. De esa manera Karla a comenzado a mamarla y en los segundos se mira como la verga de Eddy toma volumen y si quizá llega a los doce o quince centímetros, esta es de buen grosor. Pasa mamándole la verga a Eddy unos diez minutos y luego le dice a Karla que se ponga de perrito, que le va abrir el culo. Karla se somete y le pone el ojete a Eddy a su disposición. Él le pide que lo voltee a ver, pues creo que quiere que la persona que vea el video no tenga duda de quien es el rostro de la chica que se esta culeando. Le hace una toma total al cuerpo y luego hace acercamientos al rostro de Karla y luego al ojete de esta. Le hizo tal acercamiento que hasta los diminutos vellos del culo de Karla se miraban gruesos en esas tomas.
Eddy no le dilató en nada el culo a esta linda mujer. Se fue directo con su glande y solo se vio que le envió una escupida al ojete de Karla y se dispuso a perforarlo. Con cierto esfuerzo comenzó a entrar mientras Karla se escuchaba que gemía y le decía que parara, que le dolía. Eddy solo se escucha que le dice: -Si te han culeado vergas más gruesas, esta no es nada para ti. – Diciendo aquello y comenzó con unos embates donde se mira más la pansa de Eddy pegando en los glúteos de Karla que su pelvis. Se mira un taladrar constante y gemidos de Karla y Eddy que van al ritmo de un rechinar de la madera o resortes de la cama y se escucha que Eddy se esta corriendo y le deja ir la primera corrida en el culo de Karla. No espera mucho y hace que Karla se la vuelva a mamar. Esta se rehúsa por un momento y le vuelve a recordar por qué ella está ahí y Karla solo se hinca y se mete la verga en la boca de nuevo con una mueca de desdén pero luego pareciera que se la esta chupando a placer. Todo aquello esta bien grabado y creo que lo demás Eddy no le puso mucha paciencia pues había logrado su cometido, que era tomar algún día un video donde se viera que él se estaba culeando a Karla.
Luego, le pide a Karla que se acueste y ahora es Eddy quien se va por sobre ella, le hace unos enfoques cercanos a la panochita de Karla, la cual es estilo barbie, bien depilada y con un clítoris que apenas se le ve. Eddy comienza a chupársela y aunque esta escena no es muy buena del video cercano, del video que se tomó con la otra cámara estable, se mira a Eddy con la cabeza en medio de las piernas de Karla chupándole la panochita. No podría estar seguro del estado psicológico de Karla, pero tal parecía que ella gozaba tal mamada y creo tener la seguridad que se corre, pues en cierto momento escucho ese gemido de placer y se mira que aprieta los puños y encorva su espalda. Eddy cree que se corrió y a mi ver también estoy de acuerdo. Luego comienza a darle por la panocha, con la queja de Karla que puede quedar embarazada. Eddy le dice que tiene la opción de la píldora del siguiente día, pues él no ha traído condones. Le hace algunas tomas de cerca a Karla y se mira la verga de Eddy entrando y saliendo de esa panochita que un día yo también me follé. Se corre y se mira que comienza a escurrir la corrida de Eddy que parece ser abundante. Eddy nuevamente le pide que se la mame y que le saque la última gota.
Ha pasado un poco más de una hora y creo que Eddy se siente reivindicado de ese resentimiento que tenía. Hasta ese momento pensé que solo eso era lo que quería y que solamente en esa ocasión se cogería a Karla. Me mostró los videos y también le había enviado un video a la madre de Karla, el mismo que yo vi de cómo su hija se la mamaba y como le da por el culo. Aparentemente Eddy continuó culeando a Karla y este hasta pasaba por ella y le decía a Ana que su hija cogía mejor que ella. Verdaderamente Eddy las tenía como él quería, pero tampoco Eddy sabía que Ana estaba conspirando o intentaba encontrar a alguien que pusiera en su puesto a Eddy.
Creo que Ana nunca sospechó de mí, pues esto me indicaba que esos tipos de videos donde se mostraba masturbándose y jugando con sus juguetitos debió haberlos enviado a más de una persona y yo no era el único. Ana me habló por teléfono y me invitaba a tomar un café y donde me contó a medias el problema con Eddy. Ella me habló del video de su hija con Eddy, más nunca mencionó que Eddy también tenía videos de ella. Le dije a Ana que quería hablar personalmente con su hija, pues quería escuchar de ella cual era en sí el problema, pues muchas veces los hijos nos esconden cosas… le decía.
Al igual, tampoco Karla sospechaba de mí y asumió que yo sabía de la situación por medio de su madre. Estábamos en un café y Karla se mostraba algo apenada conmigo. Le dije que no se sintiera mal, que estaba ahí con ella y que intentaría ayudarla para que Eddy no siguiera sometiéndola. Karla se miraba bonita y era una chica muy sensual y también se me encendió el morbo al recordar de cómo me la folle a sus 18 años y como años después alguien más se la culeaba y yo había visto tal escena. Recuerdo que le dije:
– No culpo a Eddy haber hecho todo esto por tal de estar contigo y tenerte aunque sea así solo una hora.
– Usted no tendría que hacer nada de eso… con usted siempre me dieron ganas de hacerlo.
– ¿De veras? ¿Volverías a estar conmigo en una cama a pesar de mi edad?
– ¡Sin lugar a duda! Usted don Antonio… usted siempre me ha atraído. Si usted me ayuda con esto de Eddy, yo siempre estaré con esa deuda con usted y usted me puede pedir lo que quiera… todo lo que usted quiera. – me dijo.
Hablé con Eddy y le di la orden que todo aquello debería de parar. Él ya se había vengado de la madre y había gozado en cogerse el tremendo culo de Karla. Sé que se le haría muy difícil aceptar que ya no se cogería a Karla, pues un culo tan divino como el de esa preciosa mujer puede ser muy adictivo que, de hecho yo volví a sucumbir a ese deseo que Karla despierta y con aquella deuda que Karla ahora siente para conmigo por haberle puesto un alto a Eddy, le he ido a dar una tremenda culeada a Karla y he visto como mi verga se ha vuelto a hundir el rico culo de esta mujer, y como esa boca me ha vuelto a mamar mi verga ahora con la experiencia a sus 27 años. Al final, fui un héroe para Eddy, al igual que fui el salvador para Ana y Karla. Ahora estoy seguro de que Ana sabe que me estoy cogiendo a su hija de nuevo… ella sabe que los favores de alguna manera se pagan.