Lo conocí por el chat. Él era 12 años menor que yo. Aquel hombre joven llegó una etapa de mi vida donde yo tenía serios problemas con mi esposo debido a que este me había sido infiel, no obstante perdoné a mi esposo, y decidí darle una segunda oportunidad, pero una extraña soledad empezó a invadirme y en mis ratos libres las redes sociales comenzaron a ser una distracción. El destino hizo que coincidiera con un hombre joven; él era parte de mis amistades en la red social de Facebook, a menudo chateábamos, no nos conocíamos en persona, me agradaba platicar con él.
En poco tiempo lo que era una amistad sana por el chat se convirtió en algo más que me despertaba nuevas sensaciones, este hombre joven comenzó a piropearme, me halagaba constantemente, me decía cosas bellas, al punto que cuando menos esperé me animaba a enviarle algunas imágenes de mi rostro cuando él me pedía, me sentía muy bien por todo lo que me decía, sus palabras me daban confort.
Recuerdo exactamente que un lunes de una tarde de noviembre; este hombre joven y yo platicábamos amenamente por el chat; yo me encontraba sola en mi casa; mi esposo había llevado a mis hijos a un evento deportivo, y yo me había conectado a Facebook a tal grado que al poco tiempo recibí un mensaje de "hola" de este hombre 12 años menor que yo.
En el transcurso de la plática, de pronto este hombre joven me pidió que fuera su novia "virtual", yo hice una pausa de algunos minutos y me quedé muda, no sabía que responderle; en el fondo una sensación en mi estómago me removía fibras extrañas y su petición era para mí un halago, me hacía sentir tomada en cuenta, confieso que me gustó mucho que me propusiera esto y para no hacer más extenso el relato, debo confesar que de ese mes de noviembre a febrero ya me había entregado físicamente tres veces a este hombre joven; le había entregado todo cuanto una mujer puede entregarle a un hombre; incluso con creces; no me arrepiento; fue una hermosa aventura.
En la actualidad sigo con mi esposo; hemos podido levantar nuestro matrimonio y del hombre joven no he sabido de él en años; confieso que a veces me llama la atención saber de su vida.
Le deseo que le vaya muy bien, llevo su recuerdo en mi corazón, nunca le fui infiel a mi esposo más que en estas tres ocasiones con aquel hombre joven al que yo le decía: "príncipe".