Hoy os traigo uno cortito, siéntate, relájate y vuela con tu mente.
Yo la miraba y sentía. La señorita R me ve y se excita. El encuentro comenzó mucho antes que nuestros ojos se cruzaran. El cruce, como un ritual ancestral, se dio mucho antes que nuestras manos se rozaran. Que nuestros cuerpos quedarán a la vista y en cueros. Que ambos se hallaran.
Nos buscamos con nuestras mentes y al instante siguiente se hablaron a la distancia. Compartiendo sensaciones.
Ambos nos miramos.
La mirada es el puente que se tiende hacia la nada. Una nada que será conquistada y transformada a partir de ese deseo que nace entre los dos. Aún desde antes de encenderse la llama de la excitación.
Nos miramos y la danza se vuelve realidad. Las fantasías hiladas en charlas llenas de tal vez, están allí y todo lo que había dicho se borró para empezar a ser.
Nos acercamos, nos besamos. Nuestros labios se rozan apenas. Un beso tímido. Nuestros cuerpos desnudos ya, se reconocen tocándose lentamente. Nos abrazamos. Mi pecho sobre los pechos de ella. Los pezones de la señorita R se endurecen y su boca se entreabre. Mi lengua busca el contacto y la desea. Me alejo y la miro así, desnuda como está. Como la quiere. Absoluta y total. Toda ella.
Me acerco y suavemente con la yema de los dedos, siento la piel de esos hombros femeninos. Mi cabeza baja hasta los pezones. Los siente. El cálido aliento de ella es presagio de placer. Yo los chupo. Los mordisqueos. Ella empuja con sus manos para sacarme de ahí, pero yo sigo y ella gime. Siente. Goza. Entre sus piernas, el sexo está vibrante. Entre las mías ardiente. Nos alejamos y vuélvenos a encontramos. Nos enredamos. Mis manos recorren su espalda y esta vez llegan hasta las nalgas. Busco el deseo mayor de la señorita R. Sé que le gusta por atrás y la provoca. Ella lame mi cuello y baja, juego con su culo, pero sólo para hacerla desear. Ella busca mi miembro y baja para lamerlo. Su boca envuelve el miembro y busca a mordiscos la punta. Sus labios forman una "O" perfecta y me lame el glande. Gozo y juego con sus pechos mientras lentamente voy girando en su danza para buscar con mi boca el sexo de ella.
Perfecto 69.
Mis brazos se entremeten desde adentro para abrazar por los muslos y ponerla en posición bien abierta a mi entera disposición. Me acerco. Me gusta esa sensación de hembra caliente. Mi dedo busca el clítoris hinchado y mi lengua lame los jugos. Otro dedo se mete atrás. Ella gime más alto. Ya está lista para su orgasmo, pero la voy a hacer esperar. Salimos de la posición y la pongo en cuatro. La abro toda y le meto suavemente un dedo atrás mientras le chupo su sexo y la penetro con mi lengua. Me alejo un poco y la miro. La levanto suavemente y la beso desde atrás. Mis manos ahora están en los pechos de ella y mi miembro se mete lentamente, solo un poco, dentro de su culo. La vuelvo a alejar. Ella me pide que entre, pero hago que no la oigo. Le meto dos dedos ahora y la señorita R estira su mano y se masturba. Su dedo siente el clítoris hinchado. Su sexo tiembla. Yo juego lentamente con la yema de los dedos y ella goza de forma increíble. Le doy vuelta en todos los sentidos. Ella se entrega toda y yo también.
Estamos ahora frente a frente. Ella abierta de piernas acostada y yo arriba arrodillado mirándola. Le acaricio los pechos. Le pellizco los pezones. Con la punta de mi miembro le hago masajes en el clítoris. Ella quiere más. Me pide a gritos y voy a por más. Apenas le meto la punta y ella se contrae. Lo quiere atrapar, pero se le va. Presiente la dureza de mi miembro penetrándola y delira.
Así estuvimos un buen rato. Los orgasmos innumerables por parte de ella se sumaron a los dos memorables míos. Uno que le lleno de semen el culo y otro que le regó la boca y la cara, dejándolo caer entre sus pechos y jugando con el. Los de ella fueron casi a pedido del delirio. Montada en mi cara. Otro en mis manos. Un tercero juntos cuando la penetraba por detrás. Un cuarto cuando la penetraba por delante. Y más. Impensadamente más.
Al amanecer todo había cambiado. La nada ya no estaba y el sueño de sus fantasías se había esfumado. Quedaba, en su lugar, una caja de recuerdos que formaban el pasado reciente más digno de recordarse de los últimos tiempos y la promesa de empezar de nuevo.
Hasta un nuevo encuentro que transforme la nada.
Espero que os guste y lo disfrutéis tanto como yo escribiéndolo. Deciros que los comentarios y valoraciones son gratis y ayudan bastante.
GRACIAS