La verdad no sé cómo fue que esto comenzó, éramos personas sin interés por el otro.
Aquella noche tan fría, yo devastada física y emocionalmente, sin nadie con quién brindar. ¿Cómo has estado? Fue mi primera pregunta, tu tan apático respondes -bien- con un gesto tan frío.
Decido alejarme y disfrutar del buen ambiente que había, pero con tantas cosas en la cabeza no lo logro, cansada he pensado en retirarme, me dices ¿A dónde vas? Yo tan sorprendida te digo que a tomar un poco de aire, salimos, empezamos a platicar, pero no tardan en hacernos compañía. Yo que no puedo ser disimulada te lanzo unas miradas de interés, que para mi buena suerte son correspondidas. Te sientas junto a mí y la noche pasó volando. No dejaba de pensar en aquel beso. Sin poder sacarte de mi mente decido enviarte un mensaje, lo respondes de una manera muy tierna, cosa que a mí me eriza la piel. Preguntas -¿Por qué me besaste?-, yo dudosa en qué te voy a responder te pido una disculpa, y para mi sorpresa dices que te gustó tanto que te gustaría llegar a algo más. ¡Pum! Mi cabeza, mi estómago, mis sentidos, todo se salió de control.
La charla de torna de otro color, me mandas una foto tan sensual que inmediatamente me mojé, al ver esos músculos tan tonificados y tú tan varonil, me vuelven loca las ideas que surgen en mi cabeza, solo aprieto mis muslos para contenerme siento como mi vagina palpita y se moja con cada mensaje que envías, me dices como es que me quieres poner y yo respondo como es que te la quiero chupar, mi mente vuela y me dejó llevar te imagino llenándome la boquita se semen, me imagino encima de ti viniéndome una y otra vez, gritando y gimiendo de placer en todos los escenarios posibles de todas la posiciones que te vengan en mente haciéndome completamente tu puta como a mí me gusta.
Pero pues todo es solo en mi mente, no te preocupes está a salvo de tu esposa.