Con un vida de apenas 23 años sentía muchas ganas de saber lo que era "ser mujer", primero eran puras ideas en mi cabeza donde solo en mi imaginación me veía de mujer hasta al punto de que hoy en día me sometí a operaciones de busto, vagina, nalga y 4 años inyectándome hormonas.
Toda mi vida tenía mucha intriga de lo que era ser mujer y me fijaba mucho en cómo mis amigas se maquillaban, el tipo de vestimenta y todo lo que realizaban para sentirse mujer.
Cuando cumplí 18 años yo ya tenía una vaga idea de lo necesario para sentirme mujer, ya para entonces ya vivía sola, entonces no tenía pena de transformarme en mi casa. Para eso usaba: Peluca maquillaje, bra con relleno de calcetines, una liga, licra, tanga, medias, vestido y tacones. Con el tiempo fui incluyendo todas estas cosas para irme más asimilando a una mujer (les explico mi transformación).
Lo difícil siempre era liga, subía mis testículos a la zona que tenemos debajo del ombligo, y después jalaba mi pene hacia atrás poniéndole una liga cerca de mí pierna y así ya no se veía que tenía un bulto en frente, me ponía cinta adhesiva en el pecho contrayéndolos, enseguida el bra y unos calcetines, después iba la peluca que era una de color negro larga y lacia, enseguida proseguirá a maquillarme empezaba por el pecho, pintaba líneas que simularan el contorno de pechos y con los calcetines llegaba a verse un poco relista, después me maquillaba la cara, y a lo siguiente me pasaba a vestir poniéndome una tanta negra de encaje y encima una licra muy cortita, me ponía el vestido que era uno negro con escote, espalda descubierta, corto y muy muy pegado.
El estar así en mi habitación me excitaba mucho y me tomaba fotos en diferentes poses porque eso me excitaba, después perfecciones mi caminado, mi tono de voz, mi forma de estar parado y sentado.
Yo tenía un vecino que en el aquel entonces él tenía 22 años, era alto, güero, pesaba alrededor de unos 78 kg. Cuerpo un poco fibrado y su casa estaba al lado de la mía, por ende, mi ventana daba a la ventana de su cuarto, y nunca me percaté que mientras yo hacía mi transformación de hombre o mujer, el fisgoneaba por su ventana, y me veía haciéndolo.
Un día él vio que me estaba vistiendo mujer y yo lo caché. A lo siguiente el cierra su ventana y se aleja 10 minutos después alguien toca mi puerta, al pensar en todas las opciones y ninguna de ellas me esperaba me dio morbo atender la puerta, así como andaba vestida. Entonces abro penas 45 grados y veo que era mi vecino.
-Que se te ofrece.
-Nada, solo que estoy aburrido y quería ver si querías jugar play, pero veo que tú ya tienes algo que hacer. Porque no me dejas entrar y así hacemos algo que hacer juntos.
Con un poco de nervios y morbosidad acepte, abrí un poco más la puerta para que entrara. Al verme no pudo resistir la pregunta y me dijo:
-¿Por qué te vistes de mujer?
-No lo sé, es algo que me gusta hacer.
-Pues déjame decirte que te ves más mujer que muchas que yo conozco.
Cuando hizo ese comentario no pude evitar ponerme rojo y sentirme excitada al mismo tiempo y diciéndole:
-En serio tú crees que me veo femenino.
-Claro, si no supiera que eres hombre, fácil te confundiría con una mujer.
Le ofrecí algo de tomar, así que fue al refrigerador caminado muy sexy y al abrir el refrigerador me agaché un poquito dejando que él viera mi culo levantado, yo sentía esa mirada en mi culo, cuando regreso a la mesa me siento junto a él y le decía que me gustaría ser tratada como mujer y él estuvo de acuerdo.
Después de varias rondas de cervezas me comentó que él tenía novia pero que su novia no quería cumplirle ciertas fantasías, al preguntar cuáles me dijo que él quería probar que era una mamada y un anal.
Al decirme eso no pude desaprovechar la oportunidad de que tal vez él podría ser mi primera vez y yo emocionado le contesté "ufff, yo soy bueno en eso".
Sin más preámbulo se abalanzó sobre mí besándome mientras sus manos apretaban mis muslos cada vez más y más fuerte, mientras yo sentía su lengua en mi boca gemía pequeños ruiditos al acorde que mis manos tocaban su paquete sobre el pantalón, yo estaba tan excitada que quería poner esa verga en mi boca así que desabroché su pantalón, bajé su bóxer y me puse a masturbar esa verga que traía colgando.
En un abrir y cerrar de ojos nos levantamos de la silla y me puse de rodillas ante él para empezar a introducir esa verga mi boca, empecé usando la pura lengua en su cabezota rosada y le daba ciertas lamidas, bajando solo con la lengua por el tronco de es verga una y otra vez hasta que por fin la puse de adentro de lo boca.
Yo se la mamaba de la cabeza hacia atrás con mi boca mientras que con mi mano derecha sostenía su tronco masturbándolo una y otra vez, nos fuimos a mi cuarto se recostó en la cama y me subí arriba de él, intentó quitarme el vestido, pero me negué ya que con todo el conjunto me hacía sentir más mujer.
Así que solo me levanto el vestido hasta la altura de mi cintura dejando descubiertas mis nalgas, sólo sentía su verga rozando mi culito una y otra vez hasta que hice de lado la tanga de encaje que traía, me puse poquita saliva y la introduje dentro de mí.
Al principio me dolía mucho y sentía mucho ardor, pero entre más entraba y salía. El dolor, iba disminuyendo ya y el placer iba aumentando, empiezo a saltar cómodamente sobre él, mientras estoy gozando de dolor, se me ponen los ojos en blanco, la piel chinita y empezaba a oír los golpes que hacían mis nalgas contra sus pubis.
Al plazo de cinco minutos me preguntó que dónde quiere la leche, si en la cara o adentro A lo que respondí que adentro quería saber cómo se sentía que te llenaron de leche calientita el culito, Al venirse adentro, veía su cara de placer, y como gemías me excitaba más y más, al acabar toma su ropa y se viste rápidamente y se va de mi casa.
Después de ese día repetimos muchas veces cuando teníamos casa sola y así poco a poco fui introduciéndome al mundo de la prostitución y será una historia que después les contaré.
Es algo sencillo pero buena faltó más lojuria