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De esposo a mariposita
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Hace unos días he iniciado una nueva vida de la mano de mi Dueña, Alteza. Gracias a Ella me he ido dando cuenta de cosas que ante me parecían normarles, cuando realmente no lo eran tanto dada mi naturaleza sumisa.

Contactamos brevemente por gmail ya que enseguida Mi Ama me pidió que le diera o, si no la tenía, que me crease una cuenta de Skype. Lo entendí como una orden. No tarde en darle mi nick para, que si lo deseaba, me invitase. Pensaba que tardaría horas o días en hacerlo. Inmediatamente tenía el aviso de que Alteza me había escrito. Me invadió la ilusión, aunque en el fondo pensaba que duraría poco, como otras tantas veces.

– Cambia la imagen que tienes por la que te he enviado – ordenó después de un breve saludo. Cambié la que tenía de una foto mía con corsé y medias negras por una en la que me reflejaba mejor: una chica arrodillada, inclinada hacia delante, apoyando el torso sobre las rodillas y los brazos extendidos hacia atrás y las manos sobre las nalgas. Delante de la cabeza, apoyada en el suelo, se ve las piernas de una Ama con botas de altos tacones y el cuero brillante que le cubre los gemelos. Una de las piernas descansa sobre la espalda de la esclava y con una mano sujeta una fusta, tocando el extremo también la espalda de la sumisa (es la imagen que aparece en éste perfil).

– Ya Alteza – dije enseguida.

– Quita ese nombre y pon mariposita. Es lo que eres -. Lo cambié y así se lo hice saber -. Eres marica, ¿no? – se lo confirmé. Me iba preguntando y le iba respondiendo. Me hacía sentir realmente sumiso, ansioso por entregarme a Ella y que me aceptase. Le dije mi edad, que estoy casado y con dos hijos, chica de 27 y chico de 23. También le informé que mi esposa no comparte esto y que sabe que me gusta.

– Dile que se ponga – ordenó.

– Alteza, no está en casa y preferiría que ella no se entere, no quiero meter a mi familia en esto.

– No te das cuenta que tu esposa es una bruja, te utiliza y te menosprecia por no aceptarte cómo eres -. Me preguntó cuánto tiempo llevábamos casados. Le respondí que treinta años. Me decía que en ese tiempo ella debería aceptar lo que soy y que mi naturaleza sumisa tenía que salir.

Al rato llegó mi esposa y me vio hablar por Skype. Se enojó y se encerró en la habitación. Ahí se me calló el mundo. Se lo dije a Mi Ama y me dio indicaciones de cómo arreglarlo. Entré en la habitación dispuesto a hacer lo que me había ordenado, pero me rechazó y me dijo que saliera de la habitación.

– Desnúdate y duermes en el suelo, fuera de la habitación. Así la bruja verá cuando se despierte que se ha portado mal contigo y te perdonará – dijo Alteza.

Le dije que no podía hacer eso, que me verían mis hijos desnudo y que se extrañarían. Me daba vergüenza y ellos no debían enterarse de lo que soy.

– Mejor, si te ven durmiendo en el suelo se pondrán de tu lado. Les dices que la bruja no te trata bien y que por eso lo haces – volví a decirle que no podía hacerlo -. Has perdido 30 años y vas a perder más si no haces lo que te ordeno.

En ese momento no me vi capaz de hacerlo y corté la comunicación. Se me estaba yendo de las manos y yo quería a mi esposa.

Al día siguiente, saludé a Alteza por Skype, convencido de que no me respondería. Me equivoqué. Enseguida me preguntó si se había solucionado. Al responderle que no, que mi esposa estaba molesta, me dijo que la bruja no le llegaba ni a los tobillos, que ella no entendía mi naturaleza y que estaba siendo egoísta.

– ¿Dónde has dormido? – preguntó

– En otra habitación, Alteza

– Te ordené que lo hicieras en el suelo, desnudo, que así lo arreglarías.

Volví a decirle que no podía permitir que mis hijos me vieran en esas circunstancias.

Seguimos hablando, exponiendo mis miedos y Mi Ama, llena de paciencia, me dirigía hacia una nueva vida.

Me dio la indicación de cómo debía presentarme ante ella, de rodillas y posición de adoración. A la vez insistía en mi condición de mariposa, maricón. Me hizo ver que si yo era mariposa mis hijos eran capullos, aun cuando se me hacía extraño y humillaba, reconocí que ese trato que les daba me rebaja y me hacía dar más entrega a Ella, a la vez que acentuaba mi sumisión. Entendí lo que me estaba diciendo.

A partir de ese día me ordenó dormir en una habitación distinta a la de la bruja, siempre debía permanecer desnudo. Solo saludarla con un escueto "hola" por la mañana y un "adiós" por la noche. Aunque eso ha cambiado desde que informé a Mi Dueña que la bruja no responde a mis saludos. Ahora no debo dirigirle la palabra.

Lógicamente, no puedo tener sexo con la tirana ni masturbarme. Tengo la orden de hacerme de un cinturón de castidad.

Mi Ama, me ha hecho escribir diez veces, ante mi insistencia que amo a mi esposa, "eso no es amor, eso es costumbre". Y ha penetrado en mi, hasta el punto de decirle a Mi Dueña que me doy cuenta que no debo verla como mi esposa.

– No se esfuerza por darte lo que necesitas, por dejarte ser lo que eres. La tirana tiene que estar fuera de ti. Quiero que escribas diez veces "La bruja debe salir, yo obedezco y me debo a Mi Ama". Y así lo hice. Eso afianzó que, aunque compartamos el mismo techo, la bruja estaría fuera de las paredes de mi habitación y de lo que había tenido con ella durante 30 años.

El dominio de mi Dueña ha ido creciendo en pocos días. No permite que tenga ningún vínculo con la tirana, siempre estoy desnudo sin importar que me vean los capullos y mucho menos la bruja. Ladro cuando Alteza me lo ordena, para que se oiga por la casa y se invada de alguna forma de Su poder.

Me ordena hacer las tareas domésticas solo con un medio delantal sin que tampoco importe la presencia de mis hijos que, por cierto, me miran con expresión de extrañeza y empiezan a esquivarme. Me ordena hacer limpieza a altas horas de la noche. De hecho, llevo unas noches que solo duermo 2 o 3 horas. Y, desde hoy, siempre tengo que lucir con collar de perro, comer en un cuenco en el suelo comida de perro.

La verdad, es que no sé si eso podrá afectar a mi salud. Los perros comen y duermen en el suelo, hacer vida de perro, supongo.

En estos días he estado poniendo pegas a Mi Dueña, anteponiendo tabúes y formalidades que me ha ayudado a ir venciendo. La verdad es que no sé hasta dónde va a llegar esto, solo depende de Alteza el nuevo rumbo que ha tomado mi vida, mi nueva vida y, como dice Mi Dueña, nueva Ama. Diría que es el bautizo con Mi Diosa.

Ayer avanzó más, tiene el control de mi gmail, de la cuenta que tenía en ésta página. Ha creado una nueva para nuestros relatos. Tengo la impresión que también es para nuestras cosas. Ha creado un perfil que me parece maravilloso, aunque no es a mi a quien debe agradar, si no a Excelencia, Mi Dueña. Tiene mi número de móvil, algo que nunca antes había tenido nadie en éste ámbito.

Ayer también me ordenó escribir estas palabras para publicarlo aquí. Por supuesto, antes tengo que enviarle éste escrito para que lo supervise y dé Su aprobación, si es que desea darlo.

Termino diciendo que, empiezo una vida acorde a mi condición, dejando atrás los últimos 30 años, perdidos por la costumbre de vivir con la bruja, expuesto siempre ante los capullos con mi desnudez y, desde ahora, con collar. Orgulloso de haber convertido la humillación y vergüenza en el honor de complacer a Mi Dueña, Alteza.

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