Parte 1: “La llegada de Cecilia y el descubrimiento de la sumisión”
Este relato es una introducción, aun no hay tanto contenido sexual, pero en las próximas partes habrá más.
Comenzaré por describirme soy alto, con piernas algo grandes y debido a que soy alguien rellenito tengo algo de grasa en el pecho, toda la vida batalle con eso hasta que cierta persona me hizo sentir diferente, tengo los ojos cafés.
Siempre he sido alguien tranquilo de una sola mujer y siempre me he considerado hetero o bueno eso era lo que creía.
Todo comienza con la llegada de una nueva jefa a mi área, Cecilia es una mujer de piel blanca, alta y con unos pocos kilos de más que están bien proporcionados en unas caderas y tetas grandes, desde que llegó a la oficina se notó su autoridad y su personalidad dominante, el día de su presentación ante el equipo me dio la sensación que se la paso observándome, creo que enseguida noto mi personalidad algo sumisa.
Los primeros días transcurrieron con normalidad hasta empezamos a tener una carga de trabajo mayor y para terminar con todo en tiempo me empecé a quedar más horas en el trabajo, Cecilia igual lo empezó a hacer y eso conllevó a que quedáramos solos en la oficina, al estar solo ella y yo me empezó a pedir favores como preparar café y subirle una taza, salir a recibir sus paquetes de comida, revisar algunas de sus redacciones en su oficina, yo lo hacía todo por qué ella era mi jefa y para servirle de apoyo.
Siempre me daba las gracias hasta que un día o mejor dicho una noche de horas extras me dijo “Daniel ya hasta pareces mi secretaria de tan al pendiente que estás de lo que necesito y de lo que yo ordene”, al principio lo tomé como un comentario de risa pero después lo analice y comencé a pensar en por qué uso la palabra “secretaría” y no secretario”, y lo otro que me hizo pensar fue la palabra “yo ordene”, será que todo este tiempo he estado acatando sus “ordenes” de manera sumisa y no por simple apoyo.
Esa noche al llegar a mi casa me la pasé pensando en esa frase, hasta que me quedé dormido, soñé con ella dándome órdenes y teniéndome de rodillas a su lado.
Después de esa noche y de ese sueño comencé a leer acerca de la dominación, todo lo hacía en el teléfono y en mi despacho donde nadie me podía ver, hasta que encontré un relato que me atrapo y quería seguir leyéndolo, pero mi teléfono ya no tenía batería, así que decidí usar la computadora del trabajo para seguir leyendo al final solo era una lectura de un relato, no pensé que ocurriera algo, pero estaba muy equivocado.
Durante las horas extras de ese mismo día me llegaron mensajes al número personal, no tenía registrado el número, pero por el mensaje supuse que era Cecilia “Sube inmediatamente tenemos que hablar sobre tu desempeño laboral”, por un momento pensé en qué me felicitaría por todas las horas extras pero me lleve un sorpresa.
Al llegar a su oficina ella estaba de pie a un lado de su computadora y dijo “Daniel esto que acabo de ver es inaceptable, debería darte de baja del equipo en este mismo momento”, eso me dejó impactado no sabía lo que pasaba así que no sabía que explicación dar, Cecilia me señaló su computadora y me dijo “Siéntate en mi silla y mira lo que está en mi computadora”, al sentarme a lado de ella me sentí pequeño ella estaba de pie y denotaba mucha autoridad.
Todo se derrumbó cuando vi lo que estaba en su computadora, era mi historial de actividad en la computadora de trabajo en la cual tenía señalada la página y el relato que estuve leyendo, no sabía que decir hasta que ella tomo la palabra “Sabes que esto es una falta grave, no quiero pensar en lo que hacías en tu despacho leyendo esto, así que toma aquí esta tu carta de renuncia”, en ese momento comencé a llorar iba a perder mi trabajo solo por la curiosidad que ella indirectamente había despertado en mí, al verme en esa situación ocurrió el siguiente dialogo:
D: Por favor Cecilia hare todo lo que me pidas, pero por favor no me hagas renunciar ni hagas publico esto
C: No estás en una posición para negociar, no tienes nada que ofrecerle a la empresa
D: En verdad Cecilia no puedo quedarme sin trabajo, es lo único que tengo, hare lo que sea por ti
Al escuchar esto último vi como se le iluminaron los ojos, como si de una revelación divina hubiera sucedido en su mente.
C: Ok lo pensaré, pero creo que debemos comenzar por como te refieres a mí, no estamos al mismo nivel como para que te dirijas a mí por mi nombre.
D: La llamare como usted quiera, pero por favor no me despida.
La vi pensando por un momento hasta que me miró fijamente.
C: Sabes leí un poco el relato con el que estuviste entretenido el día de hoy y creo me agradaría que te refieras hacia mi como tu señora o ama.
D: Pero Cecilia…
Ni bien terminé de decir su nombre sentí su mano jalando mi cabello y poniendo su cara frente a mi mencionó con demasiada autoridad lo siguiente:
C: Que no escuchaste tú y yo no estamos al mismo nivel así que no vas a volver a dirigirte a mí por mi nombre, entendiste o quieres que toda la oficina se entere que eres una pajero que se excita leyendo relatos de sumisión.
Escuchaba lo que decía, pero no lograba procesar todo, como era posible que termine en esa situación, pero por alguna razón el que me estuviera jalando el cabello y teniendo su cara tan cerca de la mía me comenzó a excitar y ella lo notó.
C: Parece que al pajero le excita que lo jalen del cabello.
D: Lo siento en verdad hare todo lo que me pida mi señora.
C: Así está mejor, pero te dejare elegir para que sepas que soy alguien buena, si aceptas acatar todas mis ordenes en este momento quiero que te pongas de rodillas y beses mis botas, sino simplemente firma tu renuncia.
Dude por un momento, pero realmente me excitaba la situación y si aceptaba su propuesta no sería exhibido ni perdería mi trabajo, así que me puse de rodillas y pensé en que no podría ser tan malo.
C: Que esperas ya estás de rodillas, decide que harás renunciar o estar a mis pies
Después de escucharla decidí besar sus botas, no eran una botas sexys eran unas botas algo desgastadas de las que usan para salir a campo, le di un par de besos rápidos a ambas botas y pensé que eso bastaría
C: ¿Quién te dijo que dejaras de besar mis botas?
D: Perdón Ceci….
En ese momento sentí un golpe en la cara, no había sido del todo fuerte pero fue un golpe al fin y al cabo, me había golpeado con su bota.
C: Que sea la última vez que me llamas por mi nombre en privado entendiste, y mas ahora que aceptaste acatar mis órdenes.
Me sentí demasiado humillado pero lo hice, seguí besando esas botas y seguí hasta que ella misma me hizo una seña para que me pusiera de pie.
C: Ya que harás todo lo que te ordene, primero te hare unas cuantas preguntas, ¿Tienes novio?
D: No no tengo novio y no me gustan los hombres, aunque no tengo novia en este momento
C: ¿Vives solo o con tus padres?
D: Vivo solo a unas cuantas cuadras de la oficina
C: Perfecto entonces no costara nada que te pases a vivir en mi casa, cuando me refería a acatar todas mis ordenes me refería a las 24 horas del día
No sabía que hacer, esto se estaba saliendo de control, no solo tendría que atender sus exigencias en la oficina si no también en su casa.
D: Pero señora, segura que usted quiere que viva con usted
C: Claro que si, de ahora en adelante harás todo lo que ordene sin ninguna queja, o todos sabrán que eres un pajero y que lo hace en su oficina
D: Esta bien señora, usted dígame que día quiere que me mude a su casa
C: Mañana mismo lo harás, no haremos horas extras, tú te iras a guardar todas tus cosas en cajas y las llevaras a mi casa, te dejare las llaves en la entrada por que yo estaré realizando unas compras
D: Si señora, aunque no tengo muchas cosas así que lo haré lo mas rápido posible
C: Perfecto ya estás entendiendo como te debes dirigir a mí, antes de irnos necesito que hagas otra cosa, desnúdate
Cuando escuche eso me quede en shock, una cosa era besar sus botas que era algo asqueroso pero nada explícitamente sexual, pero el desnudarme frente a ella rebasaba una linea que no pensé que se fuera a cruzar.
C: Que esperas para cumplir con lo que te ordene, quieres que te vuelva a golpear o quieres firmar tu renuncia
Ante lo que dijo no me quedo otra opción mas que comenzar a quitarme la ropa quedándome en bóxer.
C: Maldito pajero que no entiendes la palabra “desnúdate”
D: Si señora
Con la vista hacia bajo, procedí a bajar mi bóxer, sabía que el intentar tapar mis genitales sería un caso perdido así que tome una posición de firmes
C: Vaya que tenemos por aquí, un pequeño amiguito, muy pequeño como para satisfacer completamente a una buena mujer, ahora entiendo por qué leías ese tipo de relatos
Cada palabra que ella me decía se me clavaba como un alfiler en mi orgullo y solo podía ver hacia abajo, no podía responder a nada de lo que ella decía por qué muy dentro de mí, sabía que ella tenía la razón.
C: Como no contestas supongo que aceptas todo lo que digo, y por lo que veo también eres algo lampiño y sin barba así que no costara mucho hacer los cambios que tengo pensados.
No sabía a que cambios se refería, pero me dejo la mente llena de dudas.
D: Si señora tiene razón, nunca he sido alguien se mucho bello corporal
C: Muy bien Dani ahora quiero que hagas algo por mi, vas a bajar mis pantalones y retiraras mis bragas
Procedí a acercarme a ella y ponerme de rodillas para poder retirar su pantalón, al bajar un poco el pantalón me topé con una bragas para nada sexys, eran de una tela brillosa y con algo de faja, cuando estuve por retirarla con las manos ella me detuvo.
C: No tan rápido, las vas a retirar utilizando tu boca y no quiero que las vayas a dañar por nada del mundo
No sabía cómo lo lograría pero poco a poco fui bajando la parte de la faja, hasta que logre enrollarla y bajar la parte del calzón, cuando ya lo tenía en sus muslos pude ver sus pubis con el bello recortado y también me llegó un olor muy distintivo un olor a hembra excitada, no lo había pensado pero a ella igual le debe estar excitando esta situación, ese olor me estaba volviendo loco.
C: Ahora que ya lograste cumplir con bajar mi braga ahora encárgate de este detalle
Lo dijo señalando su vagina visiblemente brillante por sus flujos, poco a poco fui acercando mi boca a sus labios y con mi lengua fui recorriendo el interior y exterior de su vagina y en cuanto salió a relucir su clítoris lo tome suavemente con mis labios y dándole pequeños apretones, lo comencé a lamer, supe que estaba haciendo algo bien al escuchar sus gemidos y sentir su mano presionando contra ella, hasta que sentí unos espasmo y posteriormente sentí sus fluidos recorrer mi boca y no pude evitar tragar un poco.
C: Uuf perfecto Dani, al parecer sabes usar bien tu lengua, ahora limpia este desastre con tu lengua y quítame totalmente las bragas, por tu buen trabajo te dejare terminar de quitarlas con tus manos.
Comencé a recorrer sus muslos y pubis con mi lengua hasta dejar todo sin ningún rastro de sus fluidos, solo de mi saliva, retiré sus bragas y las tenía en la mano cuando me dio otra orden.
C: Ya te puedes vestir, pero ponte mis bragas.
Me detuve un momento al contempla esas bragas, si de por si eran de una tela brillante brillaban aún mas por los restos de sus fluidos.
C: Que esperas tienes que regresar a terminar tu trabajo.
Comencé a ponerme esa prenda, lo primero que note fue la suavidad de la tela que iba subiendo poco a poco por mis piernas, al llegar a la parte de la faja sentí como comprimía un poco mi estómago, no era sofocante solo se sentía una presión constante, era una ola de sensaciones que nunca había sentido y para rematar cuando termine de colocarla sentí la humedad de sus jugos en mi piel, no pude evitar tener una erección.
C: Ya veo que aparte de pajero, te gusta usar ropa de mujer.
D: No, nunca he usado ropa de mujer no sé que pasa.
C: Tranquilo ya podrás usar mas ropa si te portas bien, ahora ya lárgate de mi oficina a trabajar
Inmediatamente salí hacia mi despacho, era una combinación rara de sensaciones me sentía humillado, sin salida y mal porque estaba excitado con todo esto que estaba ocurriendo.
Continúe trabajando aunque me costaba concentrarme por la sensación que esa prenda me provocaba.
C: Vámonos ya termino el trabajo por hoy, para mañana quiero mis bragas limpias así que tienes que llegar a lavar.
D: Si señora, mañana a primera hora se la daré limpia.
Guarde mis cosas y la espere para cerrar la oficina, cuando estábamos saliendo Cecilia se despidió de mi con una sonora nalgada, que no hizo mas que hacerme sentir de su propiedad.
Aquí termina la primera parte de esta serie, espero sea de su agrado. Cualquier duda dejarme un comentario.