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De como pensé que iba a empezar mi historia (I)
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Tiempo de lectura: 6 minutos

Mi historia comienza cuando tenía 21 años, estaba en mi tercer año de ingeniería y las vacaciones de verano recién empezaban. Yo soy Sandy, una chica lady boy, crossdresser o como quieran llamarme, mido 1.82 m y en esas épocas pesaba 76 kilos, cabello un poco largo con ondas, y tenía un buen cuerpo, modestia aparte. Iba al gimnasio 3 veces por semana donde lo primordial para mí siempre fue entrenar piernas y por ello las tenía musculosas y con un culo que ya lo quisieran todos los hombres y la mitad de las amigas de Tania, mi novia en esa época. En verdad entre el gimnasio, los entrenamientos y los partidos de todos los sábados con mi equipo de fútbol, se me veía muy bien físicamente.

En esos tiempos aún vivía en casa con mis padres y hermana, y atrás de mi casa vivía Tania, mi novia con la que llevaba más de 2 años. Ella era una chica bellísima, 1.70 m, cabello negro azabache y lacio hasta un poco antes de la cintura, unas tetas bellísimas 36 D, cintura normal, un culazo!, y unas caderas y piernas largas, anchas y envidiables, iba al gimnasio 5 veces a la semana y se le veía increíble a sus 22 años. Ella había estado estudiando arquitectura, pero lo abandonó el último año.

Una semana antes de qué mi novia se moviera a su nuevo apartamento, al cual teníamos pensado en mudarnos juntos en unos meses, una amiga de ella de la universidad, Giulia, tuvo una fiesta en su casa obviamente en la zona exclusiva de la ciudad. No soy de bailar mucho, y mucho menos salsa, así que Tania estaba bailando con sus amigas y sus amigos mientras yo estaba sentado tomándome una cerveza en la sala aledaña a donde estaban ellas.

Como a las 11 de la noche me percaté que Tania estaba bailando muchísimo con un muchacho que yo no conocía, pero quería que ella disfrutara de la noche así que seguí con mi cerveza. Ahí es cuando llega a la casa Diego, el hermano mayor de Giulia, que recién llegaba de trabajar. Hasta estos momentos Diego y yo nos habíamos conocido una vez quizás, él era un chico muy pero muy atractivo de 25 años y que definitivamente iba al gimnasio todos los días, se vestía muy bien con ropa muy moderna y muy apretada a su cuerpo lo cual quizás no era su culpa ya que tenía un cuerpazo. Llegó muy amable a saludar a todo el mundo y me vio sentado en una mesa con una cerveza, se acordó de mí y me dijo:

– ¿Ya te aburriste de estas creídas?

Jajaja, me reí bastante de lo que me decía.

– tienes toda la razón Diego

Fue la cocina y trajo un vodka que tenía en el freezer y dos vasos y se sentó a mi costado, empezamos a charlar, nos empezamos a reír, y me percaté que Diego era un muchacho muy interesante, me pareció muy inteligente, educado, una presencia muy asertiva y una voz que te capturaba. Un poco más acerca de él, ya desde el punto de vista de cómo lo veo ahora, tenía el cabello corto muy moderno, unos ojos verdes hermosos, un cuello fuerte y unos hombros que te podían hacer suspirar de sólo pensar en estar atrapada entre ellos y sus brazos, una barba bien rasurada, de verdad que su cuerpo era como Daniel Craig en Casino Royale, uummm mejor lo dejo ahí porque me excito mucho de sólo contarles esto.

Después de estar conversando un buen rato, seguíamos en la mesa y se sentaron unas diablas a coquetearle, pero aparte de una sonrisa, no les hacía caso y prestaba atención más a nuestra conversación, a estas alturas ya ni me acordaba de Tania, me estaba divirtiendo conversando con él. Cuando Diego me dijo que iba al baño le dije que lo acompañaba.

– ¿me acompañas? ¿quieres ver o algo?, Jajaja

– no, no, te espero afuera. Me hizo reír y sonrojar.

Mientras él iba, vi a Tania bailando salsa como si fuera la lambada con ese chico, que después me enteré que se llamaba Carlos. Apenas salió Diego me dijo que me esperaba y regresamos a la mesa. Sí me di cuenta de que algo de él me atraía, pero ni sabía lo que era, ni reconocía el sentimiento en esos momentos.

Como a la 2 am viene Tania y me dice: “llévame a tu auto papacito”, estaba muy mareada y bueno, no le hice caso a que nunca me llama “papacito”, siempre me ha dicho “amor”. Me despedí de Diego con un abrazo fuerte y me llamó la atención que me sobaba la espalda, me produjo una sensación de electricidad, ufff, ummm, rarísimo.

Ni bien empecé a conducir, Tania se mostró muy cachonda.

– quiero ver lo que tienes ahí papacito, muéstrame esa polla, seguro está deliciosa, ummm.

Empezó a desabrochar mi pantalón y sacó mi verga y me empezó a masturbar poniéndome al palo de forma inmediata.

– ummm, tenía razón, la tienes grande y rica, ummm,

Y con eso me empezó a dar una mamada como si su vida dependiera de ello, aproveché para meter mi mano entre su faldita y tocar su sexo, wow, su tanguita estaba empapada, de verdad que estaba super excitada. Quise meterle mis dedos en su concha mojada, pero me movió la mano y ella sola empezó a masturbarse, decidí concentrarme en manejar y en disfrutar la mamada que me estaba dando. Entre mamada y pajeada, Tania no paraba de hablar entre gemidos y gritos:

– ummm, así papacito, que rico, ¿te gusta?, ¿te gusta cómo te la chupo?, me has calentado toda la noche, ¿ves cómo tienes de mojado mi coño?, ummm que rico, aaah, tu falo está delicioso.

Me empezó a pajear duro y rápido, tuve que dejar de acelerar y estacionar al costado de la calle.

– así papacito, toca mi coño, es tuyo esta noche, aah, penétrame, vamos, así, aaah, que gusto

Solo gemía mientras veía a mi novia teniendo sexo con otra persona, no estaba seguro si era de lo borracha que estaba o si estaba jugando conmigo, pero me tenía muy cachondo todo esto.

– dame tu leche papacito, seguro sabe riquísimo, dame, dame, ahhh.

Tenía los ojos cerrados, gozando de esa mamada y paja, solo escuchaba sus dedos entrar y salir rápido de su concha empapada.

– ¡aahhh!, ¡me corro! ¡me corro!!

No pude más y me corrí en su boca al mismo tiempo que ella, fue mucho morbo y estaba seguro de que me acaba de convertir en un cuckold por primera vez, era claro de que todo lo había hecho pensando en el muchacho de la fiesta, pero me excitó mucho… muchísimo diría.

Al llegar a su casa me besó y se fue sin decir más. Llegando a casa me masturbé pensando en ella chupándole la verga a ese desconocido mientras yo los veía sentado, definitivamente no tenía idea de lo que se venía en mi vida.

La semana pasó sin mayores acontecimientos, Tania me dijo que estaba muy ocupada así que no la vi hasta el viernes en que mudamos sus cosas junto con mis amigos del equipo. Para la noche ya estaba todo casi en su sitio, así que nos bañamos, cenamos y fuimos a estrenar la cama. Tania es muy cachonda pero una vez más la sentía descontrolada, lo cual me ponía más excitado también. Mientras me la mamaba en un 69 volvía a decirme que le encantaba mi polla, que le daba gusto que era como se la imaginó desde el comienzo.

– así papacito cómete ese coño que es tuyo ahora, aaah, así, si!! Que gusto papacito!!

Con mucho más gusto se lo comía todito, estaba realmente mojada, nos separamos y la quise coger de misionero, pero ella tenía otros planes, se dio la vuelta en cuatro, puso la cabeza contra la cama y levantó su culo casi hasta el techo, cada vez estaba más puta mi novia.

– méteme tu polla papacito!, quiero sentir cada centímetro de tu miembro, ummm, necesito que me revientes el coño y me llenes de tu leche, ¡préñame papacito!

Le empecé a dar con fuerza, estaba muy mojada, seguía gimiendo y diciéndome todas esas cosas sin voltear su rostro, sentía como mis huevos golpeaban y rebotaban contra los labios de su coño y mi barriga contra su culo, mientras más hablaba, más morbo me daba pensando en que la verga dentro de ella no era la mía sino de otro hombre.

– ummm, así papacito, ¡dame duro!, ¡como has querido hacerlo toda la semana!, aaah, ya veo que sabías culear, ¡aaah!, que rico tu pollón, te siento tan adentro de mí!, ¡hazme tu puta!, ¡necesito que me hagas tu perra!!

No cambiamos de pose en todo ese tiempo, sus palabras eran demasiado y me empecé a correr en su coño, chorro tras chorro de leche, llenándola completa, lo cual le produjo un orgasmo muy fuerte. Nos echamos juntos, sudados, extasiados, no me dio tregua y me dijo:

– ahora límpiame toda esa leche amor, vamos, límpiale su coño a tu novia

Me puse entre sus piernas y le empecé a besar y lamer sus piernas, poco a poco moviéndome hacia sus labios, estaba completamente mojada toda, abrí mi boca y me metí toda su concha de un golpe, chupando y succionando todos los líquidos que tenía por fuera. Tania gemía de placer y acariciaba mi cabello.

– así amor, así mi putita, ahhh, límpiame todito, mmm, ábreme y chupa esa leche

Que morbo tan grande me daba todo esto, la palabra ‘putita’ me calentaba mucho, le comí el coño con dulzura, despacio, metiendo mi lengua al fondo y extrayendo de su vagina toda mi leche mezclada de su propia eyaculación.

– así putita, ¿te gusta tomarte la leche del macho que me llenó?

Solo atiné a mover la cabeza en aprobación y gemir en su coño, el sabor era nuevo para mí, pero me estaba poniendo cachondo el tomar mi semen y pensar en que podía ser el semen de alguien más.

– ya veo que si putita, te está gustando, dale, pon toda esa lechita en la boca y muéstrame

Así lo hice, la miré a los ojos y le mostré el semen en mi boca, me dijo que me lo tragara y que no me mueva, estiró el brazo y de la mesa de noche sacó su vibrador, un tubo blanco que le daba placer cuando no estaba yo, de unos 12 cm. Metió su vibrador en su coño y lo mojó de leche, lo sacó y me lo puso en frente.

– dale putita, limpia el pene de mi macho, el hombre que me acaba de preñar

Sin pensarlo dos veces empecé a chupar aquel aparato de plástico y a saborear del semen que tenía, ella me lo sacó y repitió el proceso varias veces.

– sabía que eras una perrita, así cariño, chúpalo todito, te gusta, ¿verdad?, si ya veo que si te gusta.

Me dijo que me pusiera de costado para seguir chupando ese dildo y su coño, y para que a su vez con su mano tenga acceso a mi colita. Me acariciaba con sus uñas, despacio, se sentía muy rico, cogió el dildo, lo encendió y empezó a pasarlo por mis huevos, mi periné y rozaba mi ano con él.

– así cariño, goza, disfruta putita, se siente delicioso, ¿verdad?, ummm lo sé.

Me estaba poniendo cachonda, pero Tania se detuvo una vez que ya la había limpiado completita, me ordenó que la besara y me dijo que era suficiente por hoy. Con eso nos quedamos dormidos, pero esa noche tuve varios sueños húmedos.

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