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Cumpliendo promesas en la Universidad: George
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Tiempo de lectura: 13 minutos

El relato que hoy les contaré es la continuación de la saga “universidad”, y relata de la vez que hice equipo para una exposición con un compañero de salón que jamás me había tirado la onda ni nada, pero que me realizó una propuesta un día junto con otros 2 compañeros para que se las mamara en el baño de la Uni, y cuando se sacó su dotación me quedé con la boca abierta, por tal motivo y también dado que aquella tarde no pude tratarlo como se merecía, decidí consentirlo a solas. Este relato tiene lugar en la CDMX y sucedió en el año 2007 cuando yo tenía 20 añitos durante mi época de estudiante. Comienza así:

Tal y como se lo había prometido a Jorge, decidí hacer equipo con él para un trabajo de exposición de la prepa, todo era plan con maña, pues afortunadamente el tema a exponer era un tema dominado por mi parte, así que tendría mucho rato libre para distraerme con el juguetote que mi compañero de clase se colgaba entre las piernas. Afortunadamente en esa época mis padres me habían rentado un departamento de estudiante muy cerca de la universidad, por lo que nadie me molestaría cuando estuviese jugando con juguetes para chicas grandes. Afinamos detalles y concordamos que lo vería el día viernes por la tarde en mi departamento, obviamente el acepto gustoso.

Lo cité el viernes que seguía a las 9 PM, pues si bien mis padres me rentaban ese espacio y pagaban mi carrera, aún con lo que me daban para mis cosas personales no me alcanzaba para pagar los gustos y gastos que la vida de una niña travesti genera, por tal motivo me vi en la necesidad de buscar un trabajo de medio tiempo en las tardes después de la universidad. Recuerdo que ese día salí de la Uni a la 1 pm, ya ni siquiera me despedí de él, pero más tarde le mandé un SMS diciendo lo siguiente:

P- Hola George, ya no pude despedirme pero estaré ansiosa por verte más tarde… besitos. Pau.

G- Hola nena, allí te caigo a las 9 pm.

Se notaba en su respuesta que estaba nervioso, y en definitiva también yo lo estaba, pues mi perversa cabecita no dejaba de pensar en la gorda verga que George se cargaba. Sabía que tenía que llegar a hacer un poco de limpieza en el departamento, lo más básico obvio solo para darle una buena imagen de mi a este niño, además quería arreglarme y ponerme guapa por lo que sabía que tendría el tiempo apenas justo para estar lista para mí joven y vergudo amigovio.

Salí de la oficina a las 6, y prácticamente corrí a mi departamento, apenas llegué a mi lugar de confort me deshice de todas mis prendas de niño, que para esa hora del día me pesaban, me estorbaban, me lastimaban. Por lo regular nunca me han gustado los hombres de mi edad, sin embargo en ese momento tan cachondo en qué me pusieron a mamar en el baño de la escuela, y cuando pude observar el tamaño del aparato masculino de este hombre, supe que quería… No mejor dicho deseaba rebotar en la verga de ese macho como la hembra puta que soy, por lo que me esmeraría en satisfacerlo como si de alguno de mis amantes maduros se tratara. Una de las cosas que más me cautivó fue la plática que tuvimos, fue más o menos así:

G- Hola Pau, como le haremos para lo de la exposición?

P- Hola George, pues nos vemos en mi casa y lo trabajamos, pero en general no te preocupes, esto es un tema que domino a la perfección. Iré adelantando lo más que pueda entre hoy y mañana para el viernes solo afinar detalles. Entre viernes, sábado y domingo lo dejamos listo, no olvides que exponemos el lunes.

J- Wooow!! Me la pones facilísima!!! Cómo te lo pagaré?

P- Jajaja!! Hay luego vemos…

J- No ya en serio… Que puedo hacer para pagártelo?

P- Jajaja… Ya que insistes…. Que ofreces??

J- Pues tú y yo tenemos algo pendiente… recuerdas?

P- Sip… y porque el interés de tu parte, puedo saber??

J- No lo sé en verdad!! Pero no puedo sacarte de mi cabeza!! Tengo novia lo sabes no??

P- Sip… andas con esa prieta chichona de Sofía de lenguas extranjeras no?

J- jajajaja… Si… es mi novia…

P- Pinche vieja sin nalgas… me cae gorda!!

J- Jajaja… ella no importa en este momento, quiero estar contigo…

P- Y que es lo que esperas de mi?

J- Pues no he podido no notarlo, además de que se habla mucho de ello entre los hombres de la escuela… Tienes un rico culote de mujer…

P- Entonces… Uds. hablan de mi culo??

J- Si… todos lo hacemos, incluso se habla de la posibilidad de que te vistes de mujer, algunos afirman que te han visto parada en Tlalpan por las noches.

P- Okay! ammm…

J- Es verdad?

P- Jajajaja… lo primero si… lo segundo no…

J- Te vistes de mujer??

P- Si… eso te molesta?

J- No para nada… Más bien me intriga mucho…

P- A si?? Por qué?

J- Pues… en verdad tienes cuerpo de mujer, si bien tú no tienes unas chichotas, si tienes un culazo digno de admirar, tienes pies y manos pequeñas como una niña, tu piel es tersa y muy suave, los rasgos aniñados de tu cara, tu trato a los demás… a lo que quiero llegar es que sé que eres un niño, pero mis ojos lo que en verdad miran es a una niña más…

P- Pues así es como me identifico de hecho… oye, te gustaría que te recibiera en mi casa con mi verdadera identidad?

J- Es decir cómo niña?

P- Ajá…

J- Si, me gustaría mucho…

P- No se hable más…

Estaba emocionada en verdad, es más, hacía tiempo que no me ponía tan cachonda un encuentro con un tipo. Decidí, esmerarme para el encuentro.

Después de mi baño completo y por supuesto de un lavado interno a conciencia, me unte un par de cremas por todo mi femenino cuerpo, una humectante y la otra me ayudaba a conseguir una textura sedosa en mis piernas, espalda, brazos, tronco y cuello. Proseguí con la lencería, como en esta ocasión mi amante en turno era mucho más joven que cualquiera de los que me habían conocido en la intimidad, sabía que las medias al muslo, los ligueros y los corsets no serían opción, en esta ocasión necesitaba algo acordé a mi edad para cautivar a mi joven y vergudo amante, por lo que escogí un bóxer cachetero de encaje, este se clavaba de una manera deliciosa entre mis gordas protuberancias femeninas, parecía incluso parte de mi piel de tan pegadito que me quedaba, era color rosa clarito y un bra de tela satinada a color con el bóxer. Seleccione también de mi cajón de ropa interior un sexy par de pantimedias de red.

Entre en un terrible dilema cuando tuve que seleccionar mi vestimenta superior, pues en definitiva no quería vestirme como una completa puta, ósea, si quería que George me cogiera pero no quería que al verme su primera impresión fuera de que mi verdadera yo es una puta facilona… ósea si, pero no… Tampoco planeaba vestirme como monja en definitiva, necesitaba para esta ocasión encontrar el balance perfecto entre la juventud y la puteria.

Terminé decidiéndome por un lindo mini vestido en color cereza, de la parte de arriba las mangas eran en corte murciélago y tenía aberturas en los hombros, además que en la zona del pecho era holgado y la abertura para el cuello era más amplia de lo habitual, por lo que siempre tendría un hombro descubierto y por ende se asomaría el tirante de mi bra, detalle que siempre me ha parecido demasiado sexy sin llegar a lo vulgar, de la parte inferior, digamos de la cintura para abajo la cosa cambiaba, pues este mini vestido era demasiado pegadito y lo que le seguía, por lo que en definitiva resaltaba mis nalgotas y dejaba mirar un poquito de mis piernas. Lo acompañe con unas botas negras que me llegaban por arriba de la rodilla lo que ayudaba también a qué mis medias de red resaltarán, un cinturón de pretina ancha también de color negro con detalles de brillantes en todo el contorno.

Para mí maquillaje seleccione tonos oscuros pues nuestra cita sería en la noche, primero una base de maquillaje líquido, tono canela 2, sobre este y para sellar los poros una capa de maquillaje traslúcido en polvo, dibuje y di contorno a mis bien depiladas cejas, sombras en mis párpados, engrose la línea del contorno de mis ojos y puse especial atención en mis largas pestañas las cuales peine y fijé con suficiente máscara rímel, claro que no descuidarla el detalle de mis labios, los cuales pinte en un delicioso color rojo manzana y además una capa de brillo gloss sobre ellos para dar ese efecto apetitoso, de seguro George va a querer comérselos en cuanto los vea, y cuando esté mamando su gorda vergota brillarán ante su mirada, por último resalte mi lunar en la parte superior de mis labios con un poco de delineador de cejas.

Ya para ese momento me estaba dejando crecer el cabello, sin embargo aún no encontraba un peinado acordé a mis gustos, por lo que termine usando una de mis pelucas favoritas, hasta la fecha aún la conservo, es rizada color castaña oscura y con ella más mis femeninas facciones me parezco mucho a mi madre, para ese día me realice una coleta en la parte posterior de mi cabeza, pero dejé libres 2 chonguitos a modo de antenitas en la parte delantera de mi rostro, un detalle que se utilizaba mucho por aquella época.

Un par de pulseras y un femenino reloj de pulso en mis muñecas, algunos anillos repartidos por los dedos de mis manos, un collar con dije en forma de corazón con diamantes de fantasía, un par de arracadas que simulaban ser de oro y una fina y pequeña diadema de fantasía complementaron mi atuendo.

Cuando por fin terminé, me percaté que afuera estaba cayendo un verdadero diluvio, por lo que el retraso de mi esperado amante me dio tiempo suficiente de recoger el resto del departamento, preparé un par de sándwiches, agua de naranja y metí a enfriar un six de cervezas, encendí un par de inciensos, en definitiva me estaba esforzando mucho por impresionar a este hombre, me decía a mi misma, y mientras pensaba en ello, el timbre me anunció la llegada de Jorge, así que le abro el portón eléctrico y cuando escucho la puerta del elevador abrirse ya lo estoy esperando recargada en la puerta de mi departamento de manera sensual su sorpresa fue evidente, sin embargo el intento ocultarla y solo me saludo con un simple:

J- Hola Pau…

P- Hola Jorge!!

Lo invite a pasar y cuando cerré la puerta la cosa cambio, pues Jorge se transformó y me aprisionó entre su ancho cuerpo haciéndome parecer chiquita, nuestras miradas se enlazaron y de pronto todo termino en un beso profundo, donde nuestras lenguas, se entrelazaban o hacían fuerza por penetrar en la boca del otro. Yo me colgué literalmente del cuello de mi nuevo amigovio, de pronto comencé a sentir sus manos recorrer mi cuerpo, su contacto me electrificó, termino por encender todo lo que faltaba, sus manos pasaron de mi espalda a mi cintura, de mi cintura a mis regordetas nalgas, después una de ellas descanso sobre mis pequeñas bubis, mis pezones erectos delataban mi calentura y el prominente bulto en la entrepierna de Jorge apresado en su pantalón, se sentía duro contra mi vientre y entendía así, que la calentura por la situación era mutua.

Entendí que dejaríamos cualquier presentación y cualquier distracción de la tarea para más tarde, pues tanto este macho como yo lo que queríamos era estar a solas. Como pude lo guíe por el pasillo que conectaba a las recamaras, y ya en mi habitación y haciendo uso de mis cachondas manos, fui desnudándolo entre besos y caricias hasta dejarlo con su impresionante vergota apuntándome amenazante, entonces le dije:

P- Ni te imaginas las horas que he fantaseado con tu vergota!!

J- No te aguantes las ganas Pau… es más, recuerda que me la debes!!

P- Ufff… pero ahora te tratare cómo a un rey papito!!

Fui bajando lentamente con mis besos, desde su boca, pasando por su velludo pecho, hasta ese cordón que une el ombligo con el nacimiento de su dura barra de carne masculina, al quedar de rodillas frente a él, tomé sus hinchados huevos con delicadeza en una de mis suaves manos mientras que con la otra tome la enorme anatomía de este hombre para colocarla de frente a mí y darle un beso que marcó el inicio de la mamada que quería desde días anteriores yo darle a esta vergota, enseguida comencé a lamer el tronco, mi lengua la recorrió por completo, sintiendo el relieve de sus venas marcadas y envolviendo con lamidas y besos su glande inflamado como una ciruela, rebosante de líquido preseminal, el cual formaba un delgado hilo entre su verga y mi lengua cuando me separaba, terminé ansiosa por metérmela toda en mi boca y encajarla en el fondo de mi garganta, la volvía a sacar, a lamer y de nuevo a devorar, sin dejar de masajear sus huevos hinchados.

La mamada que le estaba dando, lo hacía delirar. Yo sentía como su grande verga latía en mi boca, anunciando una pronta eyaculación, la cual yo ayudaba a demorar con maestría y malicia, apretándole sutilmente sus huevos también duros y seguramente rebosantes de leche. Después de más de 15 minutos de estar mamándosela, mi boca se empezó a llenar de semen cremoso y caliente. Su poronga disparó 5; 6 o más lechazos, los cuales fui saboreando y tragando con placer. Semejante mamada, merecía un premio y esta puta golosa, se deleitaba con él.

Dejé su vergota limpia solo con mi lengua y ante su satisfecha y atenta mirada sin dejar rastros de su eyaculación. Nos volvimos a besar mientras sus 20 cm de carne masculina terminaban de ablandarse entre mis manos. Sin embargo la vitalidad que caracteriza a un joven, mas mis hábiles caricias y la manera tan perversa que tengo para besar cuando estoy cachonda facilito que su anaconda recobrara la vida en un periodo de tiempo bastante corto. Cuando estuvo nuevamente totalmente erecta, volví a bajar para darle una nueva tanda de besos y chupetes, pero mi intención y la de George era llegar a más en esta ocasión, por lo que en determinado momento el me separo de mi tarea oral, se acomodó bien en las almohadas boca arriba de manera que su gordo trozo de carne de hombre quedo apuntando al techo, yo sabía a la perfección que hacer en estos casos, pero ante todo la precaución siempre me ha llamado, por tal motivo me puse de pie y de uno de mis cajones extraje un condón que yo misma saque de su envoltorio y lo puse en el enorme instrumento sexual de Jorge, les juro que la escena se quedó plasmada en mi mente, pues el preservativo apenas y le quedaba, y a pesar de que lo recorrí hasta abajo no alcanzaba a enfundar completamente los 20 centímetros de verga que mi amogovio se colgaba entre las piernas.

Con esta perversa imagen en mi cabecita me monté sobre él, con mis piernas abiertas alrededor de su cintura, afortunadamente las medias de red permitían que pudiera hacer mi cachetero a un lado para permitirle al gordo invasor que pretendía traspasar la resistencia que mi ahora desnudo ano pudiera oponer, ahora era el momento de que ambos pusiéramos de nuestra parte, así que yo dejé caer mi peso haciendo presión para abajo y obligando a mis paredes anales a abrirse a cada momento un poco más. Mientras sus manos me sujetaban por la cintura, mi macho empujaba hacia arriba, al mismo tiempo me mantenía aprisionada supongo yo por si intentaba escaparme, su vergota fue abriendo mi esfínter y a pesar de que quizá mi cara expresaba dolor, realmente lo que yo quería era engullir esa vergota en su totalidad, primero para satisfacer a George, pero también quería demostrarme a mi misma que yo era una buena hembra, y que podía satisfacer a cualquier ejemplar masculino, además de que podía obtener placer al hacerlo.

Así que haciendo a un lado el dolor, me clave por completo en esos 20 gordos centímetros, cuando lo logre, si ocupe un par de minutos para acostumbrar los músculos de mi ano a albergar semejante virilidad masculina, entonces me sentí segura y se lo hice saber a George cuando tome sus manotas y las puse sobre mis gordas y redondas nalgas, el tomo esta acción para bien y mientras me acariciaba, movía mis caderas en círculos, provocándonos mutuamente placer. El delicioso juego sexual ayudó a que me acostumbrara por completo a tener ese pedazo duro de carne de macho dentro de mi, por lo que comencé a rebotar sobre la vergota de George a una gran velocidad, mientras el apretaba mis pezones o me agarraba de las nalgas para de vez en cuando disminuir mi velocidad y que sólo girará en círculos sobre su hombría.

Yo gemía cómo la puta que soy cada vez que su gorda espada penetraba hasta el fondo y gozaba cómo loca en esa posición, sin embargo la fricción en mis rodillas provocó que suplicará un cambio de posición, así que salí de mi monta y me puse en posición de perrito, con mi cara apoyada en la almohada y ofreciéndole mi dilatado ano para que me penetrara como él estaba demostrando saber hacerlo. Así que George se posiciono detrás de mí, y sin mayor dificultad ni mucho menos un poco de compasión me la enterró de un solo y certero golpe hasta adentro de mi ser… madre mía!! Que placer me hizo sentir este hombre con su enorme vergota!!

Entonces George comenzó a taladrar dentro de mí a muy buen ritmo durante largos minutos, el sonido de sus muslos chocando contra mis nalgas, mis gemidos y la forma en que el bufaba por el placer, eran una exquisita canción que aumentaba mi lívido sexual, y aún más mi placer se multiplicaba al verme reflejada en el espejo grande que tenía en la puerta de mi habitación, admiraba como mi cabello se sacudía con las fuertes embestidas que mis nalgotas estaban recibiendo.

George estaba demostrando ser dueño de una vitalidad y fuerza dignas de un joven con experiencia previa en el arte de fornicar. Cuando mi hombre saco su gordo invasor de mi ano para cambiar de posición, sentí un gran vacío en mis entrañas que de inmediato se llenó con aire fresco el cual sentí a la perfección cuando recorría la irritada piel de mis paredes anales, sin embargo la agradable sensación no duro por mucho tiempo, por que como si de una muñeca de trapo se tratara, con esa facilidad George me dio vuelta y quedé con la espalda en la cama y las piernas levantadas y abiertas, sus manotas agarrando con fuerza mis tobillos y con su vergotota volvió a penetrarme con cierta violencia, pero cuidando siempre de no lastimarme, sus embestidas tenían la velocidad y fuerza adecuadas, la suficiente para que sus huevotes chocaran contra mis gordas nalgotas, en ese momento tuve mi primer orgasmo anal de 2 que tuve esa tarde-noche, de mi pequeña verguita expulse un par de pequeños pero evidentes chorritos de semen, cuando deje de hacer gestos por el placer que sentía, George me soltó los tobillos y recargo totalmente su peso sobre mi, sin embargo la posición me resultaba incómoda por lo que yo misma levanté mis piernas y las puse alrededor rodeando su cintura con ellas, de esta manera tampoco permitía que el retrocediera mucho ni que me la sacase, mis brazos lo abrazaban o lo empujaba por las nalgas, haciéndole entender que me gustaba lo que me estaba haciendo, y que además deseaba que me la enterrara más hasta el fondo.

La vergota de George se sentía cada vez más hinchada y su pistoneo era cada vez más rápido. Después de varios minutos de cogerme de en esa posición me clavo su enorme anaconda hasta adentro de mí estrecha cuevita anal y sentí como a través del látex del condón disparaba uno, dos, tres, cuatro y cinco disparos de semen que para sorpresa nuestra y dado que tal y como les comenté a principios del relato la increíble dotación de la que George era poseedor provocó que el condón se rompiera y por tal motivo su eyaculación terminó por llenar mi culo y mis intestinos, la sensación de líquido espeso y caliente en mi recto me provoco tanto placer que de esta manera tuve mi segundo orgasmo sin tocarme siquiera, obviamente muchísimo menos abundante que el primero.

Por la posición en que estaba mi eyaculación quedó depositada sobre mi vientre. Quería quedar como la mejor de las putas y solamente por eso me di media vuelta, para que George pudiera ver como su semen se escapaba de mi culo, debido a lo abundante que había sido su corrida, y aún para aumentar perversión al momento con mis dedos junte todo lo que pude rescatar, lo lleve a mi boca y deguste esa deliciosa crema masculina frente a los impresionados ojos de mi amigovio.

Entonces quedamos los dos tirados en la cama, reponiéndonos de tan intensa sesión de sexo. En mi boca quedaba el sabor de su leche. Charlamos un rato de cosas sin importancia, mientras acariciaba y jugaba con esa enorme virilidad que tanto placer me daba. De esa manera entre mis manos, la vergota de Jorge fue reviviendo y otra vez, el relieve de sus venas resaltaba en ese imponente miembro masculino. Lo miré de manera sensual, me mordí el labio inferior, me agaché y se la volví a mamar, con pasión, con deleite, demostrándole con esto cuanto admiraba su cetro de poder masculino, y además que a partir de ese momento él podría tenerme cuando él quisiera.

Me bajé de la cama y me dirigí al espejo que tenía en una de las paredes apoyando las manos en ella de modo que quede de frente ha dicho espejo y le ofrecía mis nalgotas nuevamente, George me preguntó:

G- Que haces?

P- Quiero que me cojas de nuevo… De frente al espejo para que mires las caras que me provocas hacer cuando me entra tu vergota…

Claro que mi amigovio no se hizo de rogar, así que rápidamente se levantó de la cama y posicionándose detrás de mí me tomo de las caderas, se ensalivo la mano para lubricar un poco su enorme espada la cual apunto a la entrada de mi agujerito anal y otra vez comenzó a hacer presión firmemente hasta enterrármela completa hasta los huevos. Debido a que el semen se su última y abundante eyaculación ya se había secado, dolió un poquito, a través del espejo seguro que George logro mirar mi carita de puta quejándose pero sin deseos de pedir que se detuviera, pues él estaba totalmente excitado, se notaba en la dureza de su erección, entonces me dijo:

G- Pau… Eres una puta hermosa!!! Es mil veces más rico cogerte a ti que a mí aguada vieja!!

P- Ajá?? Te gustó mucho??

G- Estás bien buena mamita!! Eres una putita nalgona bien rica!!

P- Y tú estás bien vergudo!! Siempre que quieras yo seré tu puta

Nuestra conversación estaba muy subida de tono, él se deleitaba con los gestos que me provocaba el hecho de tener semejante gordo miembro dentro de mi. El dolor inicial se transformó en puro placer mientras George entraba y salía rítmicamente de mi interior. Mi ano se encontraba tan dilatado, que cada tanto su vergota se salía y me la hacía resbalar a lo largo de mis nalgotas y de golpe me penetraba nuevamente. Me embestía con tanta fuerza, que en más de una ocasión estuve a punto de chocar contra el espejo, mi nuevo amigovio se desvivía cuidándome así que de pronto me la sacó totalmente, me dio vuelta y me recostó sobre la alfombra del piso, mis piernas fueron a descansar está vez sobre sus hombros, mi ansioso hoyito de placer fue penetrado nuevamente aumentando la velocidad, con sus manos aprisionó fuertemente las mías cada una a un lado de mi cabeza, y recargo totalmente su peso sobre mi para penetrarme más profundamente por varios minutos, sin embargo llegó un punto en que la fricción de la alfombra con su piel desnuda le molesto, así que sacó nuevamente su hermosa vergota y me hizo levantar, está vez colocó frente al espejo la silla que tenía en mi habitación que usaba cuando hacía tarea en mi computadora, se sentó de frente al espejo y me hizo sentar encima de su vergogota también de frente al espejo, en esta posición tenía que mantener juntas las piernas, y apoyar las manos sobre sus rodillas, el desde atrás tenía pleno control sobre la velocidad de la penetración y sin soltarme las caderas, me cogió a su gusto durante deliciosos minutos.

Las sensaciones y la visión que el espejo me devolvía, con mi maquillaje corrido, sin mi peluca, George detrás de mí cogiéndome desenfrenadamente, me confirmaban que yo era ya en ese momento una puta total y me daba tanto placer el saberlo, que no tardé mucho en acabar en un discreto tercer orgasmo anal, gracias a la estimulación que estaba recibiendo en mi próstata, mientras la vergota de mi amante seguía llenándome rellenándome el culo hábilmente, pero claro que todo lo bueno y lo rico nunca es eterno, así que de manera exquisita Jorge fue acabando dentro mío nuevamente.

Su cuerpo prácticamente se descansó sobre el respaldo de la silla, amablemente me jalo hacia el para descansar mi espalda sobre su cuerpo y su aparato masculino salió de mi interior, ya en estado flácido, le siguieron abundantes hilos de semen que caían de mi ano dilatado, chorreando por mis piernas y mojándome por completo mis pantimedias.

Estábamos totalmente exhaustos. Pero, creo que con la mirada ambos nos demostrábamos mutuamente que lo habíamos disfrutado mucho.

George y yo mantuvimos una relación de amigos con derecho por el resto de la carrera, nos veíamos primero de vez en cuando, después una vez a la semana y de pronto nos cachamos viéndonos a diario, la ventaja de tener mi propio departamento era un verdadero paro, pues lo último que queríamos era que en la universidad se dieran cuenta que ya tenía a mi verga favorita de planta… Y que vergota!!

******************

Gracias por seguir leyendo mis relatos.

Espero que disfruten leyéndolo tanto como yo disfruté haciéndolo y escribiéndolo… besitos.

Paulina

Por favor escríbanme sus comentarios a mi correo [email protected].

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