Hola mis queridos lectores. Antes de comenzar mi relato del día de hoy, quiero agradecer a todos los que se han puesto en contacto conmigo. Y pronto podrán conocerme mejor.
La verdad es que en el trabajo me siento bastante bien. Don Armando es muy amable conmigo, no es una actividad pesada y aunque gano muy poco, la ganancia no radica exactamente en mi sueldo, sino en las dádivas de mi jefe y cuando me porto bien, como a él le gusta, pues el ingreso es mejor.
Han sido días de muy buen sexo. Con dos o tres días a la semana, le he dejado vacío. Casi les puedo asegurar que en su casa, ya no rinde igual que conmigo (y bueno, no sé si tenga otras amiguitas más).
Con mi novio, solo tenemos una vez a la semana sexo, pero lamentablemente creo que es precoz, jejeje. Apenas se pone el condón y no tarda ni dos minutos cuando ya se viene. Lo mantengo a mi lado porque él no me quiere dejar y a mí me sirve, por lo menos me recoge todos los días al salir del trabajo para llevarme a casa o bien, me lleva al súper a mi mamá y a mí para comprar la despensa, jejeje.
Pues como les iba diciendo, así como me lo solicitó don Armando, dos días después me compré las pantimedias blancas que me había pedido y esto fue lo que sucedió.
Resulta que ese día llegué a la hora de costumbre, lo saludé de forma normal, como cualquier empleada a su jefe.
Entré al local y me dispuse a irme al baño para ponerme el uniforme. Como pensé que habría sexo, decidí solo ponerme las pantimedias blancas sin ropa interior y claro, tampoco con bra, me puse la blusa sola; creo que ya desde ese momento me sentía excitada por lo que vendría, pues mis pezones se marcaban muy claramente que sobresalían de la blusa.
Salí del baño y me senté frente a él para comenzar a hacer el inventario de inicio, pero él notó mis pezones y solo comenzó a vacilarme al respecto.
Mientras yo tomaba nota de la mercancía, sentí como una de sus manos se metía entre mis piernas. Al principio, por instinto de conservación las cerré inmediatamente, dejando su mano presionada en mis muslos; lo miré a los ojos y sólo sonreí. Las fui abriendo poco a poco hasta que puso su mano en mi panocha, pero por encima del short y me dijo, te ves deliciosa, te quiero coger.
Me fui a su silla y me senté en sus piernas, cara a cara. Abrí mis piernas para ajustarme a su cuerpo y comenzamos a besarnos como desesperados. Me quitó la blusa y me chupo las tetas, mis pezones los quería arrancar a mordidas y eso me calentaba mucho. Me pidió que me quitara el short pero dejándome las pantimedias puestas; sus manos se desesperaban en mis piernas, es como si me las quisiera arrancar de deseo.
Rompió el puente de mis pantimedias para poder cogerme, se bajó los pantalones, rápidamente se puso un condón y me volví a sentar en él. Rodeé su musculosa espalda con mis brazos, con su mano puso su cabecita en la entrada de mi panochita y me senté en su rezago. Podía subir y bajar sobre su verga de forma muy placentera y apretaba mis piernas y mis rodillas a su cuerpo, eso le excitaba mucho. De repente, cuando su excitación estaba a punto de la locura y que su pene estallaría en mi, me agarró de las nalgas para empujarme más rápido y más fuerte, hasta que no pudo más y se vino; también yo tuve un orgasmo como nunca.
Me quedé un rato más sentada en él y mientras lo besaba le decía, tienes una verga deliciosa, quisiera tenerla siempre en mi.
Me levanté, él se fue al baño a limpiarme y me dijo, quédate con las pantimedias, así como estás, cuando venga a cerrar, te quiero tener nuevamente. Y como soy bien obediente? así lo esperé.
Al salir del trabajo mi novio ya me esperaba en el estacionamiento y lo saludé con un beso profundo, y me dijo, hoy te veo distinta?
Si, claro, superé mis ventas y me gané $200, libres de mi sueldo.
Me llevó a casa y mientras me acariciaba las piernas, pensé, no te preocupes amor, si tu no puedes aguantar más tiempo, hay alguien que te ayuda a mantener tu relación fuerte, jejeje.
Si te gustó mi relato? Espero que me lo hagas saber en un comentario y ve a mi perfil, ahí encontrarás más información sobre mi.
Besos.