Es verano en Mar del Plata, falta una semana para que la temporada empiece oficialmente, las fiestas han dejado casi vacías las playas. Cerca de unas rocas, hay un lugar prometedor. Por un lado las rocas y por el otro una vieja casucha abandonada que aleja los ojos curiosos. Hace una semana que estás con tu esposa veraneando en las costas. Hoy es el último día en la playa y le prometiste que hoy lo recordaría para siempre.
Sam está hoy bellisima, tiene un sombrero de ala ancha, típico de playa, un fino chal estampado con mandalas le cubre la parte baja del cuerpo. Sus piernas bañadas por unos cuantos días de sol dejan a relucir sus formas doradas, la firmeza de sus muslos se ve acentuada por un bronceado cuidado. Sus pechos turgentes, están cubiertos por una bikini negra con líneas de colores, haciendo juego con las mandalas. Sus pechos aprisionados por la prenda se desbordan por los lados, eso en los días anteriores fue culpable de más de una mirada indiscreta, hoy Sam presionó aún más los hilos para que sus pechos se vean mucho más apetitosos.
Se recuestan un rato, hablan de pavadas, los dos miran a posibles objetivos, tratando de ser disimulados, la realidad es que no hay mucho para elegir, un gordo de gorra roja, un pibe de 18 años jugando con una cometa y un tipo de unos 40 que va y viene por la playa hasta más allá de las rocas. La segunda vez que pasa puedes notar como mira descaradamente a tu señora, la miras y ella está divina. Una pierna estirada con el pie en punta la otra pierna flexionada apoyando solo la punta del pie, típica postura de bailarina. Sus codos clavados en la arena, arqueando la espalda para relucir el pecho tirando levemente la cabeza hacia atrás. Una pose de modelo que casi hace que el hombre tropiece en la arena.
El hombre da vueltas, mientras trata de disimular sus miradas hacia Sam. Ella se quita el pareo y corre a meterse al mar. Ves como una tanguita blanca se pierde entre las nalgas duras y redondas de tu señora, anonadado disfrutas del espectáculo, buscas al hombre con la mirada notando que él también lo está disfrutando. Al poco rato la ves volver, sus pechos chorrean agua mientras ella se exprime el cabello con delicadeza, la tanga blanca es de una tela muy fina con lo cual puedes ver claramente el sexo de tu señora pegado a la tela mojada. Ella se acuesta a tu lado abriendo las piernas, el hombre tiene su mirada clavada en la entrepierna de tu mujer con una erección mundial, ella te sonríe pícara.
– Me compras unos churros, mi amor- lo dice alto, para que el hombre la escuche.
Te levantas, caminas hacia la entrada de la playa, pero das un rodeo bordeando las rocas para terminar detrás de la casucha a unos cuantos metros de Sam. Podes verla boca abajo el tipo al lado, pasándole crema por la espalda, hace su trabajo lento pero con las manos firmes, ella te busca con la mirada, primero por las carpas, luego por las rocas, hasta que finalmente te ve, se sonríe, podes ver claramente cómo lleva su mano hacia la entrepierna del hombre. Pero justo en ese momento algo le dice, esta con las manos en la cintura, él argumenta algo, a lo que tu señora da el Ok. El levanta la cabeza y cruza miradas con vos, sonreís y el tipo te guiña un ojo, entonces el tipo empieza a echar bronceador por toda la cola, al principio es delicado y solo lo hace superficialmente pero de a poco empieza a propasarse mas y mas hasta que Sam abre un poco las piernas para que el tipo empiece a masturbarla en medio de la playa.
Hace rato que venís hablando con Sam de cogerse a un desconocido o al menos desconocido para Sam. Vía mensajes de texto coordinas con Dani, un tipo que hace rato que está caliente con Sam, ya has intercambiado mensajes con él y sabes que es un tipo que va a dejar más que satisfecha a tu señora. Le contas lo que pretendes, jugar al tipo que se levantó Sam, que vos vas a espiar y si podes le sacas fotos para que me morboseé después. Acuerdan la hora y el lugar en la playa para que parezca natural, el pasará las veces que haga falta hasta que tu señora lo seduzca y empiece la acción.
“Ya es la segunda vez que paso por acá, no sera muy obvio”, Dani camina nervioso por la orilla de la playa, sabía exactamente donde iba a estar Sam y Ale, lo habían charlado el día anterior. “Ale, cabron, no puedo creer el pedazo de hembra que tenes de señora” con la pija a media hasta esperó detras de las rocas un momento para volver a pasar, en cuanto salió pudo verla correr hasta el agua. Sus ojos fijos en el bamboleo de caderas, las piernas firmes entran en el agua, la cola salpicada por el agua del mar más la suave cintura de la hermosa mujer hacen que Dani tenga una erección prominente.
Al verla salir del agua pasa junto a él, cruzando mirada, ella se sonrie mientras el saca pecho y le lanza su mejor media sonrisa. En cuanto a ella, se exprime el cabello mientras él disfruta mirando la cola perfecta de esta mujer, con gotas de agua que reflejan la luz del sol, la tanga blanca se corrió un poco hacia abajo dejando ver esa linea que solo marca el bronceado. Ella se recuesta abriendo sus piernas, dejando ver la translucita tanga, un sexo bien afeitado, totalmente limpio de todo bello. Su erección en este momento es mundial.
En ese momento Ale se levanta y se dirige a la salida de la playa, ni lerdo ni perezoso, Dani enfila directo hacia Sam, ella aún con las piernas abiertas lo ve venir pero se hace la distraída en cuanto está cerca, Dani aprovecha para mirarla de arriba hacia abajo su cuerpo. Cuando llega a su rostro, ella esta sonriendo mirando la pija erecta y ofreciendole bronceador.
– Me pones bronceador en la espalda, porfis
Con ella de espaldas el hombre comenzó a frotar los hombros con bronceador, las manos firmes recorrían la espalda, sin mediar palabra desató la parte superior del bikini, pasando sus manos de manera lenta, siguieron bajando hasta la altura de la cintura, donde quedaron quietas. “No lo puedo creer, que suave que tiene la piel y que firme”. Ella se acomoda rozando con toda la extensión de su antebrazo por la verga de él, la pija de Dani da un salto y tiene que hacer un esfuerzo para no acabar ahí mismo. Ella se voltea.
– ¿Que paso que te quedaste quieto?
-No se si seguir bajando. ¿Y tu marido?
-Se fue a comprar churros, seguí bajando, que me gusta.
Dani levanta la cabeza viendo a Ale sonriente, medio escondido, él le guiña un ojo. Parece que eso tambien calienta a Dani que empieza a manosearle sin verguenza alguna las nalgas de Sam, ella al poco tiempo abre las piernas y las manos de él rapidamente buscan su sexo, ya mojado, un par de dedos empiezan a jugar, ella gime bajito y se deja hacer un rato. De pronto se incorpora con las tetas al aire, la parte superior de la bikini está en el suelo, toma su teléfono.
-Para, para, qué quiero una foto- Dani se para y le presenta la pija en la cara, ella la toma poniendose la punta el boca y saca una foto. -¿Te la mando?-
-Obvio que sí-
-Vamos al depto y la seguimos ahí- Le manda la foto, se viste de nuevo y camina hacia la salida de la playa.
-¿Tu marido no dice nada de esto?- Dani le manotea el orto acercándose y besándola con pasión.
-Amo a mi marido, pero sabes que… me encantan las vergas- Dice al tiempo que le soba la pija y le come el cuello- Él sabe que me gustan, a veces lo dejo mirar- Mientras transan y se manosean el uno al otro llegan al depto- Me encanta verlo pajearse mientras me coge otro- Sonríe abriendo la puerta del depto- Uhhhh, le mande la foto al cornudo sin darme cuenta-
– Jajajaja, seguro que ahora viene volando el pajero a verte conmigo-
Él toma el teléfono y manda la foto a un grupo llamado “Fulbito” con un mensaje que dice “Dani: miren la trola que me estoy por coger, tremendo bombon”. Mensajes del grupo llegan “Marcos: huuu mira esa carita de angel quien diria que le gusta tanto la verga” “Gustavo: ummm que cosa divina las marcas que deja el sol” “Dani: no saben el ojete que tiene” “Fer: Che atrás de ustedes hay uno espiando” “Dani: huu si mira debe ser el esposo es recontra cornudo por lo que me cuenta sam” “Marcos: nooo, que hijo de puta, que suerte que tenes” “Fer: Ojala la compartiera conmigo” “Dani: si hago videito con ella se los comparto” “Gustavo: Si! Crack, lo que debe gemir esa trola”
Ves como tu señora se arrodilla frente a la verga del tipo sacándose una selfie. Ella se levanta poniéndose la bikini de vuelta, se cruza el pareo y tomando de la mano al tipo se van de la playa, los seguís de manera discreta, cuando tu teléfono suena. Una foto de Sam besando la punta de la pija de Dani, en el fondo, bien nítido te ves a vos mismo, espiando la situación. Abajo un mensaje de Sam que dice “Ya me lo llevo al depto, no te dejes ver mucho (emoticon de beso)”. Te sonreís para vos mismo, no estabas tan bien escondido, pero que ella te invite a presenciar su cogida te excita aún más. Das un rodeo por el estacionamiento cuando tu teléfono vuelve a sonar “Dani te agrego al grupo Fulbito”.