‘Yo no voy el viernes’, resonaba esa frase en mi cabeza, abrí los ojos y todo me dio vueltas en medio de la sala, solo recordaba ese momento en que penetraba ese culito bien parado de Laura mi mujer, y volvían a mi mente esas imágenes de la noche anterior.
Cuando oí que bajaban las escaleras, Laura y mi hija venía platicando, yo hice como si dormía para escuchar que decían.
—ay mamá te pasaste ayer, todos vieron cómo te agasajo el bailarín ese.
—ay hija se me pasaron los tragos y ni modo que no le siguiera el paso, además así se baila, por eso es quebradita. Y a ver tú donde te metiste.
—pues yo estaba en la mesa con mis dos amigas, tomando y platicando de cosas picosas y cuando nos dimos cuenta ya nos habíamos acabado un cartón. Ya estaba bien tomada. Fue cuando me llamaste para despedirnos.
—a ver, haber hija que cosas picantes.
—pues de sexo. Mamá. Y fíjate que hasta soñé.
—que soñaste hija cuéntame tenme confianza.
—pues te voy a contar, a ver si no escucha mi papá que está aquí durmiendo.
—no creo hija ya vez que llegó hasta las manitas, lo bueno que esté Andrés es muy acometido y nos trajo.
—oye mamá, te gusta Andrés, lo digo porque los dos se miran mucho, especialmente el que te desnuda con la mirada y no deja de verte el culo cuando tú te volteas, y tú te le pagas mucho cuando se despiden.
—ya hija no me hables de cosas picosas porque tal vez sueñe cosas, mejor cuéntame.
—te voy a contar mamá, no sé cómo empezó pero igual estaba en un antro, y como siempre mis dos amigas, a lo lejos vi a un hombre que llegó con dos mujeres, una más joven que él y la otra como de su edad unos 40.
Cuando bailaban en las abrazaba, les tocaba las nalgas, los pechos, las besaba es como un baile erótico donde ellas se dejaban acariciar, mientras todos los veíamos, yo me levanté y fui al baño estaba bien mojada de mi panocha, no sé si por la bebida o porque estaba caliente.
Cuando llegue al baño, me bajé los pantalones y me cuenta que no traía calzones, me quedé pensando, con el pantalón a la rodilla. Cuando en eso entra aquél señor, yo hice como que no lo vi, se paró detrás de mí, yo cerré mis ojos con si apagaran la luz, el empezó a acariciar mi cadera siguió con mis nalgas las apretó, las acarició, me dio una pequeña nalgada.
Con una mano acarició mi vientre, bajo hasta donde se dividen mis labios vaginales los acarició suavemente.
Mientras con la otra me sujetaba, de repente ¡saz! me metió toda su verga, yo no podía gritar de lo caliente que estaba, solo apretaba los dientes, y le decía así, así dame más.
No sé porqué pero me gusto que me la metiera así, yo me volvía loca y más me movía y más, solo oía que me decía te gustaría que te cogieran así? Yo respondía que sí, si así.
Ya toda batida me salí sin voltear, las piernas me temblaban fue cuando desperté y estaba toda torcida. Ay mamá qué pena yo creo que me orine en la cama.
—ja,ja,ja, hay hija eso te pasa por tomar mucho y andar platicando cosas picosas. Yo por eso cuando llegamos me metí rápido al baño y luego me fui a mi recámara ahí deje a tu padre que quería seguir tomando. Y míralo todavía no se despierta.
—Vamos por el desayuno mamá?
Cuando salieron me levanté como resorte, a quien me cogí anoche? me preguntaba.
Lo cierto es que olía muy bonito tenía una piel suavecita sus labios rasurados, una nalgas duras bien paradita, y su panocha bien apretadita.
Yo también estoy adolorido, y me ha calentado haberla escuchado, en ningún momento pensé en cogerme a mi hija.
Ahora me acuerdo yo creía que me estaba cogiendo a Laura ya que se movía mucho, y si me cogí a mi hija fue porque se cambiaron de lugar y no me di cuenta hasta que vi su pelo negro y se fue sin voltear.
Yo me quedé aquí pensando que había pasado pero ahora que lo sé debo pensar muy bien cómo hacer para cogerme a las dos.
Alguna sugerencia? Comenten.