El cuerpo de policía está conformado por valientes personas, hombres y mujeres que estarían dispuestos a dar su vida con tal de servir a la comunidad y que representan lo mejor de la sociedad. Desgraciadamente, hasta el más recto y digno de los oficiales puede caer en la corrupción si se le da el incentivo adecuado, y de eso es de los que les voy a contar hoy. Esta es la historia de una gran oficial que término cayendo en la corrupción, pero no por dinero, sino a causa de sus bajos instintos sexuales.
La oficial de las que les voy a contar se llama Bonnie, una madre soltera pelinegra, poseedora de un gran estado físico, un par de tetas enormes, unos muslos grandes y gruesos, y un culo gigantesco. Bonnie había servido desde muy joven en el cuerpo de policía, y era considerada como la mejor agente de su ciudad debido a su gran desempeño a la hora de capturar criminales, así como el gran valor que demostraba a la hora de enfrentar los interminables peligros de la ciudad. Fue gracias a ese gran sentido del deber que esta mujer tenía que fue condecorada, en más de una ocasión, con la medalla al valor (la más alta condecoración que puede recibir un oficial al servicio de la ley). Sin embargo, pese a que Bonnie parecía ser la oficial perfecta, tenía un secreto muy turbio, y es que se sentía atraída sexualmente hacia Jerry, su único hijo varón.
El deseo sexual de Bonnie por su propio hijo despertó un día en el que, por accidente, lo vio desnudo mientras se bañaba, y descubrió que este tenía una verga inmensa, comparable a la de un africano. Desde ese día, la oficial no pudo quitarse esa imagen de su cabeza, y constantemente fantaseaba con tener relaciones sexuales con su propio hijo, al mismo tiempo que se masturbaba pensando en la enorme verga de este. Pese al inmenso deseo que ella sentía hacia su hijo, Bonnie era capaz de esconderle sus verdaderos sentimientos, y Jerry jamás se dio cuenta de los oscuros deseos de su madre… hasta ahora.
Todo comenzó una mañana como cualquier otra, en la que Bonnie se despertaba, se ponía su uniforme (el cual era tan ajustado que le ayudaba a resaltar sus enromes atributos femeninos) y bajo hasta la sala para prepararse su desayuno, pero, para su sorpresa, Jerry ya tenía todo listo para comer.
“¡buenos días, mama!” exclamo el joven (quien tenía 20 años)
“¡pero que sorpresa!” exclamo la oficial (de 38 años) con gran alegría “¡no debiste haberte molestado!”
“¡es lo mínimo que se merece una gran oficial como lo eres tu!” exclamo Jerry, y le dio un cálido abrazo a su madre
Al terminar de desayunar, los dos se prepararon para seguir con sus rutinas diarias.
“¿a qué hora regresaras hoy?” pregunto Jerry
“posiblemente de noche, ya que me toca hacer doble turno y tú, ¿qué harás hoy?”
“me reúno con unos amigos para pasear y para pasarla bien”
“perfecto ¡nos veremos entonces!”
“¡espera, mama! olvidas tu billetera” dijo Jerry, mientras sostenía el objeto en su mano
“¿serias tan amable… de metérmela… en el bolsillo trasero del pantalón?” pregunto Bonnie, tratando de disimular la excitación que le provocaba la situación
“¡Por supuesto!” exclamo Jerry quien, inocentemente, acato la orden, sin percatarse de la cara de excitación que puso su madre al sentir como su mano le rozaba levemente el culo
Al salir de su casa, Bonnie se subió a su patrulla y se fue conduciendo hasta un callejón solitario por el cual casi no pasaban peatones. Una vez allí, la oficial se bajó los pantalones y se empezó a masturbar, pensando en la situación que había vivido con su hijo y como este casi le toco ligeramente el trasero.
“¡soy la peor madre del mundo!” pensó ella, con tristeza y con excitación, a la vez que se daba placer a sí misma “¡soy una puta asquerosa! Sé que no debería sentirme así por mi propio hijo, pero mi deseo hacia él es tan grande que hace que mi instinto materno y mi sentido del deber desaparezcan, y que mi cuerpo sea controlado únicamente por la lujuria. No sé cuánto tiempo podré seguir reprimiendo este deseo… ¿Qué pensara mi hijo al enterarse de lo golfa que es su madre? ¡De seguro me odiara si sabe lo que siento por él!”
Una vez que fue capaz de calmar su culpa y su lujuria por lo ocurrido, Bonnie continúo con su patrullaje de rutina.
Durante el resto de la tarde, Bonnie estuvo recorriendo las calles de la ciudad, y lo único que hizo fue poner alguna que otra multa de tránsito y llamarle la atención a algún que otro transeúnte por ensuciar espacio público. Parecía que iba a ser un día de lo más tranquilo para la milf policía, hasta que recibió un mensaje por la radio de su patrulla, el cual le informaba que un ciudadano anónimo había reportado a un joven misterioso que parecía estar vendiendo sustancias ilícitas. Tras recibir el mensaje, la mujer condujo inmediatamente hasta la dirección que le dijeron, y rápidamente pudo identificar al sospechoso en una esquina. Pese a que Bonnie no le pudo ver la cara al joven debido a que este usaba una capucha para esconder su rostro, no le quedo ni la más mínima duda de que si estaba vendiendo pastillas de metanfetaminas, ya que varias personas estaban
“¡ALTO, POLICIA!” grito Bonnie, mientras bajaba de su patrulla y enseñaba su placa
Al ver a la oficial, todos los compradores huyeron y el vendedor intento escapar, pero la persiguió a este último. Tras una breve persecución entre los callejones de la ciudad, Bonnie pudo derribar al sospechoso y colocarle más esposas.
“¡así te quería agarrar, escoria!” exclamo la oficial, pero, al levantarle la capucha al sospechoso para poder verle la cara, se llevó una enorme sorpresa “¿¡JERRY!?”
“hola… mama” dijo el joven, avergonzado
Luego del shock de descubrir que su hijo era un vendedor de drogas, Bonnie lo requiso, le quito toda la mercancía que llevaba encima, y lo subió esposado al asiento trasero de la patrulla.
“no lo entiendo” dice Bonnie, molesta “¿Por qué lo hiciste?”
“es que me ofrecieron muchísimo dinero… y bueno… termine accediendo” dijo el joven, asustado
“¡te he dicho una y mil veces que el dinero fácil nunca trae cosas buenas!”
“¡lo sé, y lo siento, no volverá a pasar!”
“y claro que no volverá a pasar, porque te tendrás que hacer responsable de lo que hiciste ¿tienes idea de la enorme cantidad de pastillas que llevabas encima? Te darán de 8 meses a un año de prisión”
“¡no, mama, por favor, no quiero ir a la cárcel!” exclamo el joven, aterrado “¡por favor, haz la vista gorda y déjame ir! Hazlo por mi ¡soy tu único hijo!”
“lo lamento, Jerry, pero no puedo hacer eso ¡la ley aplica para todos, hasta para mi propio hijo!”
“¡por favor, te lo suplico, hare lo que quieras!”
Al escuchar esa última frase tan desesperada de su hijo, los instintos primitivos y deseos lujuriosos de Bonnie nublaron por completo su sentido del deber, y se le ocurrió una macabra idea.
Un rato después, Bonnie detuvo su patrullero en el mismo callejón donde se había masturbado ese mismo día.
“¿Dónde estamos?” pregunto Jerry “¿no vas a entregarme?… ¿o acaso me dejaras ir?”
Bonnie, ignorando por completo las preguntas de su hijo, se bajó de la patrulla, abrió el baúl de la misma, saco una colcha que tenía, la coloco sobre el suelo, y luego hizo que Jerry bajara del vehículo.
“¡creo que este es el mejor lugar!” exclamo la oficial, mientras miraba a sus alrededores “¡nadie me podrá molestar!”
“¿molestar para qué?”
“¡para esto!” exclamo la oficial, quien agarro con fuerza a su hijo de los hombros y le dio un apasionado beso
Al estar siendo besado en contra de su voluntad, Jerry trato de librarse de su madre, pero fue incapaz de hacerlo, no solo porque aún tenía las manos esposadas tras la espalda, sino también porque Bonnie era mucho más fuerte que él. Finalmente, y tras un largo y apasionado beso, ambos separaron sus bocas.
“¿PERO QUE CARAJOS, MAMÁ?” gritó el joven, y su madre le metió una cachetada inmediatamente
“¡ni se te ocurra gritar! Ahora yo mando aquí” exclamo ella, mientras agarraba a su hijo del cuello “vas a hacer todo lo que diga cuando lo diga ¿está claro? Ahora date la vuelta”
Jerry, con excitación y miedo, acato la orden de su madre y se puso mirando la pared del callejón, y esta le bajo los pantalones, le apoyo las tetas contra la espalda, y lo comenzó a ahorcar con la mano derecha mientras que le hacia una paja con la izquierda.
“parece que no te requise bien, porque aún tenías una tremenda arma entre los pantalones” dijo Bonnie, mientras le pasaba la lengua por el cuello al jovencito
“¡oh, mierda!” suspiro Jerry, al sentir todo lo que le estaba haciendo su madre “¡esto está muy mal!”
“si esta tan mal ¿Por qué están más duro que una piedra? ¡Ahora abre la boca!” ordeno la oficial, su hijo acato la orden, y esta le escupió dentro de la boca
Tras recibir tantos estímulos en tantas zonas distintas del cuerpo, Jerry termino eyaculando contra la pared del callejón, y su madre lo empujo para lamer aquella mancha de semen.
“fue muy poco ¡quiero más!” exclamo la milf, quien se arrodillo frente a su hijo, y se la comenzó a chupar con muchísimo ímpetu
La mamada que Jerry recibió por parte de su madre fue tan intensa que hizo que todo su cuerpo se estremeciera, tanto de la excitación que le provocaba ese acto sexual como de lo perturbador que le parecía que su propia progenitora le estuviese dando sexo oral. Por su parte, Bonnie no solo se limitó a mamarle la verga a Jerry, sino que también la lamio, la cacheteo, y hasta la escupió varias veces. Luego de saciar su hambre de verga, la milf, hizo que su hijo le diera la espalda, e introdujo violentamente su lengua dentro del culo del mismo
“¡PUTA MADRE!” grito Jerry, entre gemidos de placer culposo
“¡cállate, imbécil!” ordeno Bonnie, quien amordazo a su hijo utilizando su propio cinturón, y prosiguió lamiéndole el ano
Después de un rato, la mujer se quitó los pantalones, hizo que su hijo se arrodillara frente a ella, le quito el cinturón de la boca, le agarro la nuca, y le estampo la cara de este contra su entrepierna.
“¡chúpalo!” ordeno la milf, y luego gimió al sentir la lengua de su hijo en su coño “hazlo lento y suave ¡tomate todo el tiempo que quieras para explorar el lugar por el que naciste!”
Luego de un buen rato recibiendo sexo oral por parte de su hijo, Bonnie hizo que este apoyara su espalda contra la pared, y luego se dio la vuelta, dándole una visión perfecta de sus gigantescas nalgas.
“¡aquí viene el culo de mami!” exclamo ella, y se inclinó hacia delante con mucha violencia, dejando la cabeza de su hijo atrapada entre sus nalgas y la pared del callejón
“¡mama… yo… no respiro!” exclamo Jerry, quien tenía la cara completamente metida entre las nalgas del culo de su madre
“si quieres que te deje respirar, tendrás que darme un beso negro” exclamo ella, mientras agitaba su trasero “¡así que será mejor que te pongas a lamer!”
Sin más opción, Jerry metió su lengua dentro del ano de su madre, y esta sintió un placer tan grande que tuvo que morderse un dudo para evitar gritar apasionadamente.
“¡sigue… SIGUE!” dijo la oficial, completamente perdida en el placer “¡no dejes ni un solo lugar de mi culo sin explorar con tu lengua, sucio traficante de mierda!”
Tras disfrutar de un intenso beso negro, Bonnie libero la cabeza de su hijo de su culo, hizo que este se acostara sobre la tela, se colocó encima de él, e introdujo el gigantesco pene de Jerry dentro de su coño. Al momento de la penetración, madre e hijo pegaron un gran gemido de placer.
“¡que rico!” exclamo Bonnie, mientras cabalgaba con furia la verga de su hijo
“¡mama… debemos parar…!” exclamo Jerry quien, a pesar de que disfrutaba el sexo, sabía que era incorrecto
“¡ya no hay vuelta atrás!” exclamo ella, mientras se abría la camisa, dejando al descubierto sus enormes tetas “¡en vez de decir estupideces, mejor usa tu boca para chuparme las tetas!”
Jerry acato las ordenes de su madre, y ambos quedaron inmersos en un estado completamente animalístico, en donde los lazos de sangre ya no valían nada y solo importaba el placer sexual. Luego, la mujer se sacó la verga de su hijo del coño, se la introdujo en el culo, y continúo cabalgando.
“¡DIOS MIO!” grito Jerry “¡ES DEMASIADO APRETADO!”
“¡LAMEME AQUÍ!” grito Bonnie, mientras colocaba la cabeza de su hijo debajo de su axila, y este comenzó a pasarle la lengua “¡MAS, LAME MAS FUERTE!”
Finalmente, y luego de haber soportado un montón de actos sexuales forzados e increíblemente lascivos, el pene de Jerry estaba a punto de explotar.
“¡mama… ya no aguanto!”
“¡ESO ES TODO MIO!” grito la madre, quien se sacó la verga de Jerry del culo y se la introdujo dentro de la boca
Al ya no poder aguantar más, Jerry libero, con las pocas fuerzas que le quedaban, una gigantesca carga de semen dentro de la boca de su madre, y esta se la trago toda como si nada. Al terminar el acto sexual incestuoso, la madre se acostó al lado del hijo, quien apenas se podía mover. Tras recuperar el aliento, Bonnie le quito las esposas a su hijo, lo subió a su patrulla, y se fue manejando.
En el camino de regreso a su casa, Bonnie no pudo dejar de pensar en lo que había hecho.
“finalmente ha ocurrido ¡he violado a mi propio hijo!” pensó ella, con cierta preocupación “¡de seguro me odia! No sé qué pase ahora entre nosotros, pero sé que no puedo dar marcha atrás. Bueno… que sea lo que Dios quiera y, si quiere odiarme, lo entenderé”
Al llegar a su casa, Bonnie se cargó a Jerry en los brazos, lo llevo a la habitación de este, y lo acostó sobre la cama.
“si tu no dices nada, yo no diré nada” le susurro Bonnie al oído “y no quiero que vuelvas a vender drogas ¿entendido?”
“¡Por supuesto!”
“ahora descansa, que yo debo regresar al patrullaje”
Pese al montón de sentimientos encontrados que rondaban dentro de su cabeza por todo lo que había hecho, y con la insoportable intriga de lo que podría pasar con la relación de su hijo, la oficial se sube a su patrullero, y se va a cumplir con su trabajo.