Esta es la primera de muchas historias que les contaré sobre lo vivido hasta el momento con la que hoy es mi esposa.
Debo decir que es una mujer bella, mide 1.65, piel trigueña, cabello rizado, no es una mujer delgada pero tampoco gorda, lo que me encanta es que es una mujer por decirlo de algún modo, con buenas carnes; tiene buenos senos, no exagerados pero si llamativos, un par de piernas gruesas y unas nalgas no gigantes, pero si que hacen juego con sus buenas piernas, su vagina es algo que a mi me encanta, es una vagina de puta le digo yo, ya que es profunda ancha y tiene unos labios grandes, que se marcan muy bien con ropa ajustada, pero a pesar de esto se siente muy rico cuando se penetra… Puede sonar a cliché, pero siempre fue molestada en la calle sobre todo cuando se ponía vestidos o pantalón ajustado, y el objetivo de los hombres siempre fueron sus piernas y sus nalgas.
Iniciando con la historia 100% real: Éramos novios teníamos apenas dos semanas en la relación aunque no habíamos tenido sexo la primera vez, ya por whatsapp estuvimos compartiendo fotos de nuestro cuerpo y diciéndonos cosas muy eróticas y calientes.
Llego el día en que fue nuestra primera vez, quedamos de salir a ver al gunas luces porque era diciembre; ella llevaba un vestido largo hasta el tobillo, pero bastante escotado, el cual dejaba ver bastante sus deliciosos senos, ese día, el aroma sexual estaba en el aire y apenas llegó a mi casa subimos al cuarto con la excusa de que yo me terminaría de alistar para salir, pero estando allí de pie, empezamos a besarnos; mi pene no tardó en ponerse duro, era tanta la excitación que ella me acariciaba el pene por arriba de la ropa, y yo subía su vestido acariciando sus deliciosas y gruesas piernas.
En un punto llegué hasta su entre pierna, la cual se sentía tan suave y cálida que al día de hoy aun lo recuerdo, tan caliente estaba que solo le subí el vestido a la altura de la cadera y le quite su ropa interior para poderle penetrar, su vagina estaba muy húmeda; acto seguido ella me quitó el pantalón y mi bóxer, dejando libre mi pene, el cual sentía que se iba a explotar.
Fue entonces cuando pasó algo que hoy recuerdo y me excita pero en ese momento fue un duro golpe.
La puta de mi esposa (mi novia en ese momento), se sienta en la cama mira mi pene y dice:… Ummm pensé que era más grande…
Te podrás imaginar como me sentí. Mi pene en esa época media 15 centímetros aproximadamente , pero para ella no eran suficientes esos 15 centímetros; así que haciéndome el fuerte, solo dije ,"es que apenas estamos empezando ya verás como crece" y me propuse hacer muy buen sexo oral, ella sobre la cama le dije que se acostara, me arrodillé puse sus piernas sobre mis hombros y empecé a jugar con saborear sus jugos, jugando con su clítoris y metiendo mi lengua lo más profundo que podía; Cuando la note muy excitada empecé a penetrarla con movimientos suaves y luego fuertes, mi pene es curvado hacia arriba. En resumen logre sacarle un orgasmo a pesar de sus palabras que seguro hubieran desanimado a muchos.
La segunda vez que mostro lo puta golosa que es, fue en un motel aun siendo novios: luego de unos tragos, inicio la faena, pero está vez la desnude por completo, le di su buena dosis de sexo oral y luego empecé a penetrarla en misionero sintiendo esa grande pero deliciosa vagina y besando su cuello, su boca y su cara, luego la putita se puso en cuatro a lo que yo gustoso le di encantado por tener la vista de ese culo delicioso, Pero en un momento quisimos probar otra posición.
La tenía penetrada en 4 y ella para que yo la pudiera abrazar se pone erguida sobre sus rodillas, mi pene en ese momento se salió de su mojada vagina a lo que intentaba penetrarla de nuevo pero apenas lograba entrar ella se movía y volvía a salirse, fue entonces cuando la muy puta (cosa que ahora me encanta) dice lo siguiente: suelta un suspiro como de resignación y añade… "German (su exnovio) si podía encajar su pene en cualquier posición, ya fuera así o de pie… Pero claro, es que estamos hablando de un pene más grande"… Ella hoy día dice que no recuerda haberme dicho eso, yo me imagino que seguro por los tragos pensó en voz alta; el punto es que ese día, claro que sentí celos, pero también excitación, de imaginarme a mi novia y futura esposa, cogiendo con otro hombre más dotado que yo.
Desde ese día empezó a crecer el morbo por compartirla y saber que alguien más la deseaba. Un morbo cornudo nació ese día.
Si llegaste hasta acá y te gustó el pequeño relato te agradezco lo comentes, para comentar que más cosas han pasado hasta hoy día, es la primera vez que escribo esto de esta manera, así que pasen por alto la sencilla redacción.