Otro día pasaba y llegó por fin, mi pareja Alicia quería que conociera a su familia. Fuimos a la estación de tren con las maletas y después de un par de horas de viaje llegamos, tocó a la puerta ya que no llevaba sus llaves.
Se abren las cerraduras y es cuando una sombra golpea a Alicia.
Era Helena su hermana 5 años menor que ella, acababa de terminar 1° de bachillerato y parecía que tuviese más edad a simple vista, ya que era verano y sólo llevaba una camiseta de tirantes casi mostrando unos pechos de una mujer de 30 años y unos pantalones que le llegaban por los cachetes dándole ver que tenía un culo bien prieto.
Le saludo dándole dos besos en las mejillas, tenía un olor adictivo, no sé si era su perfume o su olor corporal pero me dejó en shok unos segundos. Una vez dentro de casa nos dice que sus padres no están ya que fueron a una zona más alejada que tienen como cortijo con piscina y demás comodidades para poder pasar la tarde y que se quedarían allí un par de días y que fuéramos una vez nos hayamos instalado.
Alicia compartía habitación con Helena desde pequeñas y yo tuve que ir a una habitación contigua a la suya. Una vez dejo la ropa dentro del armario veo en unos de los cajones unas braguitas y lo que me llamó la atención es que no eran como las que llevaba mi pareja Alicia, ya que eran algo más juveniles con dibujos varios. Sin dudarlo automáticamente pensé que eran de Helena y quise ir a dárselas pero llamaron a la puerta de mi habitación y era Alicia preguntándome si quería comer y del susto las guardé de nuevo en el armario y le dije que si que ya iba e iríamos preparando la mesa.
Mientras estábamos comiendo no se me iba de la cabeza la ropa interior de mi cuñada, cada vez que la miraba me la imaginaba desnuda solamente con esas bragas de color rosa chicle con un par de flores dibujadas, sin remedio el pene se me fue poniendo erecto con solo imaginarla así. Dije que tenía que ir al baño un momento, pasé por la habitación y las cogí, me las llevé a la cara y las estuve inhalando salvajemente mientras me masturbaba.
Tocan a la puerta y se abre.
-Disculpa Alex, quería saber si ibas a tomar postre?
Era Helena… Mirándome fijamente mientras con una mano sujetaba sus bragas y con la otra mi pene lleno de semen. Sonrojada cerró la puerta y se fue al salón sin decir nada a su hermana. Una vez me limpié las manos y mi pene fui al salón, me dice Helena que me ha dejado una porción de tarta que seguro que me encanta ya que la había hecho para mi ya que sabía que iba a llegar para conocerme. Me sorprendió que en ningún momento estuviera nerviosa, al contrario la notaba como contenta. Después de unas horas y ver una película en el salón y sabiendo que Helena está en su habitación quería devolverle las bragas y pedirle disculpas que no quería que me viese en esa situación. Le doy su ropa interior y me disculpo a lo que ella me responde.
-No te preocupes Alex, fue culpa mía dejarlas en el armario sabiendo que hoy llegabas pero me alegro que tu semen haya sido el que las haya pringado de esta manera -Helena me guiña un ojo y se va.
Mi cabeza no daba crédito, esta chica me tenía desconcertado dadas esas dos situaciones, una cuando me ve en pleno acto y ahora diciéndome esto. Alicia me dice que la han llamado sus padres que nos esperan en la piscina que tienen a las afueras a unos 5 kilómetros de su casa. Cogemos el coche y vamos, conozco a mis suegros y se quedan dentro de un salón pequeño que hay y nosotros 3 fuera en la piscina, salgo con un bañador y mi toalla y veo a Alicia saliendo con ese triquini espectacular, dándole una silueta y marcándole un coño espectacular, cuando detrás de ella aparecía su hermana, con un bikini que le hacía unos pechos enormes. Sólo podía pensar una cosa, deseaba follarme a las dos en ese mismo momento sin contemplación alguna. Alicia estaba tomando el sol y yo me quedé con Helena jugando dentro del agua cuando de repente mi pene rozó su culo y sintió lo duro que lo tenía, ella automáticamente siguió apretando su culo más fuerte.
Tenía la polla a punto de estallar y para colmo me da un beso en los labios mientras con una mano me agarra la polla y la otra me aprieta la cabeza a la suya, no lo podía creer Alicia estaba a escasos metros y podría llegar a vernos pero gracias que no fue así.
Le pregunté a Alicia que a que vino esto a lo que me contestó:
-Alex no voy a mentirte, el verte desnudo con mi ropa interior me había puesto muy cachonda y cuando salí de la habitación fui a mi cama y empecé a pasar mi mano por encima de mi coño hasta meter un par de dedos pensando que eras tú quien estaba encima de mí penetrándome.
No podía creerlo, mi cuñada estaba masturbándose pensando en mí. A lo que le respondí.
-Helena no me esperaba esta sinceridad tuya y para serte también sincero me encantó que te gustase.
Alicia nos dijo que era hora de irnos, nos fuimos al coche y de regreso a casa. Creo que sospechaba algo pero estaba muy cariñosa así que no le tomé importancia. Una vez terminamos de cenar tuvimos que abrir las ventanas de las habitaciones, estábamos a 35° y era insoportable, la única habitación que tenía aire acondicionado era la de ellas a lo que Alicia y Helena me dieron que poner el colchón en el suelo entre las dos camas y así no pasar una mala noche de calor a lo que me llevé el colchón y lo puse entre ambas camas. Una vez apagada la luz y unos minutos largos veo que alguien se tumba a mi lado y me echa el muslo por encima mía mientras que noto como su mano la mete por dentro mi pijama y empieza a masturbarme. Por el olor era inconfundible…
Era Helena, no podía creerlo Alicia estaba enfrente nuestra y creo que escuchaba los gemidos de su hermana. Me di la vuelta y me puse frente a Helena, con una mano le estuve manoseando los pechos y con la otra suavemente le fui introduciendo los dedos dentro de su coño, a los pocos minutos sentí que estaba lleno de flujo y cuando siento un gemido de Helena otro muslo se me echa por encima mientras me va besando el cuello y diciéndome pensé que no ibas a ser capaz pero veo que has tenido la iniciativa.
Era imposible, era Alicia no sabía que hacer así que me dejé llevar quité la mano de los pechos de Helena y tenía cada mano dentro de un coño dándoles placer a amabas, una de ellas se montó encima de mí polla y la otra encima de mi cara, tenía un coño muy suave y era tan rico sentirlo en mi boca, mientras la otra hermana saltaba y cabalgaba encima mía, no sabía quién era quien ya que estaban las luces apagadas pero fueron intercambiando posiciones hasta que me corrí dentro de ambas hermanas. Amanecimos los 3 desnudos y sudados en el colchón tirado en el suelo.