Me llamo Rocío Armando soy de Guanajuato, actualmente tengo 39 años y es primera vez que escribo este tipo de historia que me pasó a inicios de este año.
Soy una mujer delgadita peso 48 kg, mido 1.55, cara bonita soy blanca de mi cara, pelo rizado, tengo pechos normales para mi peso y nalgas igual normales para mi peso a pesar de los años me he conservado bien, tengo un hijo de 18 años y mi esposo de 41 años.
La historia comienza a inicios de años específicamente finales enero 2024, en la familia tenemos la costumbre de reunirnos los domingos en casa de mis papás, mi hermana y yo somos las únicas hijas, mi hermana la describo, se llama María, es más alta que yo mide 1.65 pesará unos 65 kilos es más llenita pero no es gorda, tiene pechos grandes y nalgas normales, ella tiene 28 años ahora, próximamente cumplirá los 29. Mi hermana María tiene su marido Javier es un hombre muy atractivo, es delgado pero se le ve bien el físico, mide alrededor de 1.75, es delgado, es guapo, y además de todo siempre ha sido muy educado.
Resulta que mi esposo Juan se fue a Estados Unidos y me quedé solo con mi hijo, entonces mi hijo se iba a estudiar y no regresaba a casa en 15 días así que un fin de semana yo la pasaba sola en casa, como lo comentaba anteriormente los domingos nos reuníamos con mis papás para visitarlos, cuando mi marido se fue mi hermana se ofreció a ir a mi casa por mi y quedarme en su casa que es bastante grande, la primera semana todo transcurrió normal fui a su casa y me quede en una casa de visitantes que tienen ellos y aparte ellos tienen otra casa dentro del mismo terreno. Todo esto fue el sábado me quedé para irme al siguiente día con ellos a casa de mis papás.
Al día siguiente domingo fuimos a casa de mis papás y se encontraba una tía, mi tía María ella es algo grosera y a veces hasta imprudente no tiene pelos en la lengua, estábamos viendo un película donde decían que la tenía chiquita un hombre y ella bromeó será mi marido que la tiene bien chiquita. Para esto solo estábamos las mujeres mi tía, mi mamá, mi hermana María y yo, los demás andaban fueras porque esos domingos luego hay juegos de béisbol y van a ver el partido, pero bueno después del comentario nos quedamos calladas y dijo mi tía, a poco no, la verdad a mí marido yo sé la he medido y le mide 11 y se río, mi mamá de repente también es sin pelos en la lengua y dijo que a mí papá le media 12 que le ganaba, y me preguntaron a mi y tu Rocío ¿cuánto le mide Juan? La verdad a mi marido le mide también 11 pero no quise decirle eso y les dije que le media 13, le preguntaron a mi hermana María y dijo que entre 18 y 19 le media a Javier que no sabía bien, incluso mi tía María dijo pues préstamelo una noche y yo se lo mido bien.
Esa noche me quedé pensando en lo que le media, a mi marido en realidad le mide 11, la verdad nunca me había quejado porque no había visto otro más que el de mi marido y el de mi hijo una vez que lo vi masturbándose y lo tiene igual que su papá.
Pasaron 15 días y volví a la casa de mi hermana, y yo estaba con la duda de averiguar si le media los 18 o 19 que decía mi hermana, así que ese día me fui a acostar y en la noche me levante al patio y para fortuna estaba un poco abierta la cortina de su cuarto, me quedé escondida para que no me vieran y en primera escena apareció mi hermana sin brasier iba saliendo de bañar, después entro Javier y traía una toalla puesta, y duraron como unos 10 minutos platicando hasta que mi hermana se levanta y le quita la toalla y lo mire y wow vaya que si estaba grande, era el del tamaño de mi marido pero dormido.
Ella lo tomo y lo chupo y se le puso duro, mi hermana tenía la boca llena era un pene enorme, largo y grueso, se lo chupaba y quería ser yo quien estuviera ahí, después de un rato el piso a mi hermana de espaldas y se lo metió, yo vi como mí hermana le dolía pero disfrutaba a la vez, estuve a punto de masturbarme pero no lo hice por si me encontraban, así duraron por unos 45 minutos hasta que terminaron, vaya y eso fue mucho mi marido solo dura unos 10 minutos por mucho y eso en muy pocas ocasiones.
Después se durmieron, esa noche no dormí pensando en el enorme pene de mi cuñado, el siguiente día domingo, no podía dejar de ver su bulto, acordándome de esa escena del día anterior, dentro de los siguientes 15 días quise volver a ver pero no pude porque ahora si tenían bien cerrada su cortina.
Después en 15 días sucedió algo que jamás olvidaré porque probé un nuevo pene después de el de mi marido, esa historia se las contaré en una siguiente ocasión.
Extraordinario relato muy cachondo gracias por compartir espero el siguiente