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Conchi, la señora del ático (Parte 1)
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Hola y buen momento a todos, me llamo Juan Daniel tengo 25 años y trabajo de repartidor en una empresa de paquetería. Mi trabajo corresponde en llegar a la dirección que indica, subir y dejar el paquete asignado para esa persona. Ubicar, llegar y dejar, así todos los días, he visto muchas cosas en este trabajo.

Los perros muchas veces hacen un escándalo al oír acercarse alguien a la puerta, gente discutiendo, personas en pijamas y bueno cosas por el estilo.

Aquella tarde llegué a una dirección en el centro de Barcelona, era un ático y me tocó subir por las escaleras ya que algunos edificios pequeños no tienen ascensor, era un paquete pequeño de una empresa de ropa.

Entre broma y broma apostaba con el conductor que tipo de ropa sería y justo me tocó subir y dejar a mi aquel paquete. Bueno era para hacer un poco menos aburrido el trabajo, notamos que en el destinatario ponía como primer nombre Conchi, Joder bromeamos que ropa habrá comprado Conchi y echamos unas risas.

Ya estando en la puerta del ático llamé al timbre dos veces y nada, pero que raro decía si me ha dejado subir y que no escuche su timbre, llamé una vez más y salió por fin Conchi, era una mujer de unos 45 años, cabellos negros y crespos, creo yo salía del baño ya que tenía la cara casi húmeda, tenía puesta una pijama color crema, llevaba una coleta en el pelo, lo que si pude notar es que el pijama le llegaba hasta las rodillas y llevaba puestas medias rojas.

Lo normal en esta época del año, ah y el kit no podía estar completo sin unas pantuflas con bordes de peluche vamos que frío no pasaba la tía. Bueno le digo que venía a dejarle un paquete que seguro había pedido.

-Ah si claro -me dice ella, pues le pido su número de DNI para ingresarlo en mi App y que sepan que el paquete se ha entregado correctamente, le doy su paquete y procedo a retirarme.

Pero recordé que me faltaba algo por preguntar, claro dije yo, ¡que había comprado Conchi! sinceramente la tía tenía cara de pocos amigos y eso me puso en duda, bueno pues a ver qué pasa dije y antes de que ella ingrese a su piso le pedí disculpas y si le podía hacer una pregunta.

-¿Qué pasa chaval? -me dijo.

-Es que no se vaya a molestar o incomodar, pero con mi compañero el conductor hemos hecho una pequeña apuesta en saber ¿que ha comprado Conchi?

Cada vez escogemos un paquete al azar y jugamos un poco. Ella me mira y me dice:

-¿pero que les importa a ustedes lo que yo haya comprado? eso no les importa -y creo yo empezaba a levantar un poco la voz.

-Bueno vale vale -le dije yo- no pasa nada era solo una pregunta y espero no haberte molestado, de todas maneras disculpa que ya me retiro.

Me doy la vuelta y me llama.

-¡ey! espera y como sabrá tu compañero que le dices la verdad.

-ah pues buena idea, pero nada déjalo ya pasó y no quiero molestarte más.

(Haciéndolo un poco más difícil) yo le digo que como la caja en que va el producto es de un almacén de ropa para mujeres y ya que la caja pesa muy poco pues pensamos serian medias para el frío. Y ella se echó a reír.

-Nada de medias -me dice ella- es ropa interior para mujeres y la verdad que yo esperaba el pedido hasta la otra semana y ha llegado pronto. Pues pasa -me dice ella- y así lo podrás ver tu mismo,

Me quedé un poco sorprendido la verdad no pensé fuera tan directa y me dejó un poco confundido. Pero reaccioné y si dije vale. Ya dentro de su piso no sabía si estaba sola o acompañada y fuimos hasta el comedor y ella empezó a abrir el paquete.

-mira no hace falta que lo abras con que si tú quieres decirme que es me basta y sobra -pero ella insistía en que me quería enseñar lo que había dentro de la caja y luego de abrir la cajita vi unas cuantas braguitas, me sorprendí un poco y le dije que bueno ya con eso bastaba que gracias por su tiempo, pero ya debía de irme que seguro el chófer estará esperándome, una cosa más le dije- puedo tomarle una foto así gano de punta a punta la apuesta.

-Oye pero no te pases -me dice ella.

-Pero si ya las vi que más te da.

-Sí -me dice ella- una cosa es que las veas tú y otra que las lleves por ahí mostrando a todo el mundo.

-No -le digo- es solo para que me crea mi compi, además ni te conoce, vamos que más te da -ya sentía un poco de confianza, pero claro tampoco era para abusar de eso.

-pero mira que eres astuto chaval!! -Me dice ella- pues anda tómale una foto a la caja abierta y listo.

-si pero ahí no se va a distinguir la ropa.

-¡ey pero espera! -me dice Conchi- tu que apostaste que había en la caja.

-Pues yo dije que eran bragas y si llevo la foto gano la apuesta, tampoco te creas que es mucha. pero vamos que gano.

Ella se ríe y me dice que era muy atrevido para decir esas cosas y que ella misma tenía la culpa por estar de curiosa en esto, reímos un poco sobre lo sucedido y mi teléfono sonó, era obviamente mi compañero que por lo que tardaba seguro quería saber que estaba pasando ya que teníamos la furgo casi llena de paquetes y me estaba demorando más de lo normal.

-Conchi me debo ir me están esperando para seguir con mi trabajo-

-Pues nada -me dice ella- ojalá que para la próxima entrega también te haga ganar la apuesta -y se echa a reír.

-Si sería bueno -le dije- ojalá pueda ser yo quien te traiga tu pedido la próxima vez.

-Ah pues por ese lado no hay problema, ya sabes donde vivo y has visto que ropita me gusta comprar.

Y quedo ahí la conversación.

Bajando las escaleras pensé en lo sucedido, mi intriga más se centraba en si ella estaba sola o habría más personas dentro del piso, fue así de casual y si el marido estaría escondido detrás de la puerta, pero claro ella también se mandó con todo para abrir el paquete sin problemas.

Pues nada, bajé las escaleras y viendo la foto para mostrarla a mi compañero noté que las braguitas eran de color blanco, tenían unos bordados sobre la parte de adelante en forma de flores, hojas o cosas de ese tipo.

Se veía algo sexi, bonito, limpio y baje a enseñar la foto con la cual ganaba la apuesta. El resto del día seguimos trabajando y bromeando en cuanto a lo sucedido.

De rato en rato veía la foto que le había hecho a la caja y noté que salía la dirección y el número de teléfono de Conchi. Vaya suerte, pensé yo.

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