Hace más de 10 años que no tengo sexo con ella, aunque la sigo soñando y mis mayores excitaciones son gracias a ella. Se que su marido sabe de lo nuestro y estoy seguro que lo disfrutó, pero ella un día dijo basta, pese a que me confesó que conmigo tuvo el mejor sexo de su vida.
Me tenía como un juguete sexual, cuando quería coger me llamaba y venía a mi casa, teníamos sexo en la cocina, en el comedor, en el dormitorio, en cualquier lado.
Una noche, en menos de 1 hora pude tener tres orgasmos y ella me confesó que también. No teníamos límites. Moni me hizo el mejor sexo oral que una mujer puede hacer.
Durante mucho tiempo he tenido las mejores relaciones pensando en Moni, pero sé que estaba estafando y eso me pone mal.
Ahora cuando pienso en ella me masturbo y no tengo culpas. Ambos vivimos en una ciudad pequeña, nos cruzamos a menudo, pero ella no se inmuta, yo la desnudo con la mirada.
Hoy debe superar los sesenta, pero no hay mujer que me excite más. Quiero contar las historias, sin develar detalles de identidad, ella está casada y su marido es una persona pública.
En una oportunidad estábamos teniendo sexo en el living de mi casa y ella gritaba tanto de placer que a los pocos minutos que se fue, vino la policía, un vecino se asustó y tuve que hacerlos pasar para que vieran que no había nadie, les dije que me había dormido y la TV estaba muy fuerte. No sé si me creyeron.
Nunca nadie me hizo sexo oral como ella, nunca nadie gozó tanto con mi semen. Un día me confesó que estaba sintiendo algo y nunca más vino, solo mensajes esporádicos que tampoco sé si son de ella. Yo creo me enamoré y también quise tomar distancia, no estaba dispuesto a romper una familia.
Si seguíamos podía pasar cualquier cosa, con el correr de los encuentros no solo había sexo, los besos eran increíbles, eso ya es otra cosa. Nos asustamos los dos.
La veo seguido, la busco seguido, no sé qué hacer, tengo miedo al no, es una mina de palabra y no va a hacer ninguna locura, pero pienso en ella y mi pene se erecta en el acto, me masturbo y sigo teniendo ganas de penetrarla como tantas veces lo hice.