Mi nombre es Carolina y quisiera contarles cómo fue que tuve sexo con mi tío, pero antes les cuento que soy una joven de cabello largo y oscuro, no soy una chica delgada, pero no soy gorda y considero que tengo buenas curvas.
Sucedió que durante el último verano me fui de vacaciones con mi familia y mi tío en auto. Como éramos 6 dentro del auto, viajé sentada encima de mi tío e iba vestida con una calza negra y él con un short de fútbol. Pasó entonces que luego de un rato su pene empezó a reaccionar al roce con mi cola y se puso como un fierro bien duro. Lo sentí al principio clavado en mi cola, pero luego él se lo acomodó y lo empecé a sentir a lo largo de toda mi rajita. Era un gran pene así que yo empecé a mover un poco mi cola para sentir algo de placer y mi tío se dio cuenta enseguida de lo que estaba haciendo así que me susurró algo al oído:
-Hmmm que rico -susurró él en mi oído derecho.
Yo seguí moviendo mi cola de forma muy disimulada para que mis hermanos que estaban a mi izquierda no se dieran cuenta y pasado un rato quería darme vuelta y metérmela en la boca, pero me resistí a la tentación y me conformé con seguir rozando mis nalgas con su pene. Él en un momento colocó sus manos alrededor de mi cintura y empezó a moverme a su ritmo. Entonces empecé a sentir mucho más la punta de su pene ya que él me lo clavaba en la rajita y entonces sucedió lo siguiente.
-Tócamela -me susurró al oído.
No sé cómo lo hizo, pero de alguna forma movió su pene hacia su pierna derecha y resultó fácil poder tocarla. Como yo tenía mis brazos entre mis piernas empecé a tocarle la cabeza de su pene que se asomaba por un costado y era perfecta, era gordita y seguramente deliciosa para mi boca. Las ganas que tenía en ese momento de metérmela en la boca eran impresionantes, pero me seguí resistiendo e igual conseguí mi recompensa.
El empezó a expulsar líquido pre seminal por la cabeza de su pene y yo como soy bastante golosa me puse a mirar por la ventana y haciendo que me mordía las uñas me lamía los dedos manchados de este líquido. Cuando ya no tenía más en mis dedos volví meter mi mano entre mis piernas y a manchar mis dedos con esta cosa viscosa para luego poder llevármela a la boca.
Así estuve un buen rato haciéndolo hasta que me detuve por completo porque pensé que era muy evidente todo. Quería llegar al departamento que habíamos alquilado y comerle la polla a mi tío delante de todos, pero eso se demoró varias horas ya que el viaje resultó bastante largo.
Llegamos al departamento a las diez de la noche y mis hermanos se acostaron a dormir, en cambio yo salí a pasear junto con mi tío. Cruzamos la avenida principal y nos fuimos directo a la playa. Allí nos sentamos en la arena y éramos como una parejita que estaba muy enamorada porque nos empezamos a besar debajo de la luna y cuando se empezaron a ir las demás personas que también estaban allí le empiezo a masturbar viendo que nadie nos esté viendo y cuando se puso bien dura como en el auto me la meto en la boca y empiezo a saborear algo que resultó ser bastante delicioso. Parecía una escena sacada de una película porno, la luna grande como su polla y el ruido del mar como el mío al chupar.
Luego sucedió que él me indicó que había unos matorrales allí acerca y entonces fuimos. Me saqué la campera que traía puesta y la coloqué encima de la hierba para ponerme en cuatro patas para él. Entonces él me baja la calza, apoya sus manos sobre mis nalgas y luego de correrme la tanga mete su lengua dentro de mi ano. Yo lo empiezo a disfrutar un montón y mucho más cuando decide meterme un dedo también por el ano. Luego siento la cabeza de su pene entrar por mi coño y el disfrute empieza a ser mucho más. El colocó sus manos sobre mis hombros y así empezó a empujar de forma bestial.
-Ahhh ahhh -decía yo.
Hacía un frío que te cagas, pero igual seguimos cogiendo, nada nos podía detener aquella noche. Nadie nos podía escuchar ya que el ruido del mar era mucho más fuerte que el que estábamos haciendo. Yo apenas escuchaba el ruido que hacían sus bolas al estrellarse en mis nalgas, pero las sentía bien cuando estas me golpeaban.
Era delicioso sentir como su pene entraba y salía de mi vagina a un ritmo frenético y cuando sentí su corrida dentro de mí y mi cuerpo empezó a temblar debido a que había alcanzado un orgasmo. Él dejó su pija dentro de mí y esperó a que esta expulsara todo su contenido para poder sacármela, creo que fueron entre 10 y 15 segundos que la dejó dentro de mi vagina.
Luego volvimos al departamento y yo llegué bastante mojadita debido a que su leche se derramó en el camino.