Mi primo Alan se vino a vivir en mi casa porque su facultad de derecho le queda más cerca.
Pero desde que Alan está viviendo conmigo y con mis padres algo cambio, ahora siento una atracción muy fuerte hacia él.
Alan tiene 20 años, sus brazos son musculosos al igual que sus piernas y su espalda es ancha y fuerte, tiene ojos color miel Y el cabello dorado.
Además de ser universitario también es jugador de rugby.
Esta noche he decidido acostarme a dormir temprano porque mañana debo ir a la facultad, estoy estudiando para ser contadora.
Cuando ya me estaba empezando a dormir siento que mi puerta se abre, me asuste un poco, pero luego pude distinguir la figura de Alan entrando a mi habitación y cerrando la puerta.
Fingí estar profundamente dormida, no me moví ni hice gesto alguno.
Abro apenas uno de mis ojos y veo que Alan se sube a mi cama, cierro los ojos para que no me descubra y siento que me besa el cuello y las mejillas.
-Hermosa- Susurra él.
Luego siento que sus manos recorren todo mi cuerpo y no quiero que deje de tocarme nunca así que sigo fingiendo.
De repente siento que mis tetas quedaron al aire libre y veo que Alan me quito el top y también mi pantalón de pijama.
Luego de unos minutos siento que unos fuertes dedos penetran mi vagina, quiero soltar gemidos, pero sé que no puedo.
Abro un ojo y veo a Alan concentrado metiendo sus dedos en mi vagina, haciendo movimientos en círculos con ellos, tocando la profundidad misma de mi concha.
Ya no aguanto más y mi concha se pone húmeda.
Él saca sus dedos y se los lleva directo a la boca mientras los chupa y se asegura de que queden bien limpios.
-Que ricos fluidos- dice con voz muy bajita.
Todavía piensa que yo estoy dormida y ataca mis senos con sus besos con lengua.
-Que tetas más deliciosas que tiene mi prima- dice mientras devora mis tetas cada vez más rápido y mientras le pasa la lengua me las deja llenas de su saliva.
Me termina de bajar la tanga, sé lo que se viene, él me quiere follar bien duro, pero yo quiero estar totalmente despierta cuando lo haga.
Quiero que sepa que yo estoy contenta con todo esto.
Abro los ojos y él se separa de mí.
-Alan, ven aquí, follame.
-Disculpa.
-No quiero que me pidas disculpas, quiero que me folles, quiero sentir tu pija dentro de mi concha.
Rápidamente sé bajo los pantalones y su bóxer.
Me dejo ver su gran verga.
Me agarro de mi cintura y yo puse mis piernas en sus hombros.
Con un solo movimiento me penetro profundamente y lo que siguió después fue la gloria misma.
El sexo con Alan fue muy maravilloso para describirlo con palabras.
Fue todo lujuria y pasión desenfrenada en la cama embistiéndome muy duro, fueron tan salvajes sus embestidas que la cama se movía y hacía un ruido impresionante.
Además de ser ardiente fue un amor de persona porque mientras me penetraba, me acariciaba suavemente los muslos.
Luego de unos minutos se acostó al lado mío y yo apoye mi cabeza en uno de sus brazos.
Me acarició mi pelo negro y me dijo: -Vamos a tener que hablar de esto por la mañana porque quiero que se repita siempre.
-Yo también y ahora follame otra vez.
Me puse en cuatro y él me tomo de las caderas para empezar a embestirme el culo.
Luego de unos minutos de estar sintiendo su dura verga en mi trasero, me eyaculo adentro y nos besamos en la boca por primera vez.
En esa noche lo hicimos como tres veces hasta que nos dormimos abrazados.