Este relato está basado en nuestras vidas sexuales.
Bueno mi nombre es Nicolás (25) de tez morocho, delgado y una altura de 1,80 y mi mujer Zahira también (25) ella es una mujer de una altura de 1,60, morocha con un cuerpo normal ni gordita ni flaca, con un culo que resalta.
Tenemos muchas anécdotas o experiencia en el sexo con ella. Unas de tantas fue el día de mi cumpleaños recuerdo que al llegar del trabajo a casa ella tenía todo preparado, se las había ingeniado con nuestro hijo para dejarlo con mi suegra me parecía un poco extraño ya que no solíamos dejarlo con nadie. Un poco confuso con la situación "confuso por así decirlo" yo solo me podía imaginar lo que me esperaba al conocerla tanto.
Me di una ducha imaginado la situación, me aliste como para una ocasión especial y salí haciéndome el que no entendía nada esperando por hora ese momento.
Pero nunca pensé que iba a ser una de mis mejores noches y mejor regalo de cumpleaños.
Bueno el punto es que la mesa estaba servida y ella me esperaba sentada con un buen vino. Ella estaba del otro lado de la mesa con un vestido negro ajustado y muy corto que se le podía ver qué no traía ropa interior.
Me sirvió una copa y lejos de una charla normal ella se acercó, se sentó sobre mi y con beso bien apasionado yo no paraba de imaginar lo que ella quería y yo con una erección enorme me deje llevar.
Después de unas minutos de besos tan calientes se arrodilló delate de mi desabrochó el pantalón y dejo mi erección al descubierto, se llevó mi pene a sus labios tan cálidos. Yo estaba en el cielo con cada movimiento que hacía, solo podía sentir su lengua por mis testículos hasta llegar a mi ano, era tanta la calentura que la agarré la lleve hasta el sillón la recosté le abrí sus piernas y le devolví el favor, le pase mi lengua en su vagina ella estaba tan mojada y gemía de placer con cada vez que le pasaba mi lengua
Yo nunca imaginé que ella me daría lo que yo siempre quise y nunca lo había intentado hasta ese día ,me llevo hasta la habitación y del cajón de la mesa de luz saco un lubricante, fue a la cama se puso en posición de perrito y me pidió con tanta calentura que le hiciera sexo anal, yo no creía lo que me estaba pasando, todos los hombres sabemos lo que significa algo así para nosotros.
Le aplique lubricante en todo ese culo tan hermoso, empecé metiéndole un dedo siguiendo con un segundo dedo haciéndolo jugar hasta que al notar que estaba dilatado me puse lubricante en el pene y lo lleve hasta su entrada, empujando suavemente viendo como este entraba hasta su totalidad lo deje ahí por un momento y empecé a moverme despacio metiendo y sacando .
Ella gemía, estábamos tan excitado que solo podía sentir como ella gritaba de dolor y placer esto hacía que me vuelva loco podía sentir como se acercaba mi eyaculación llenándole ese culo de mi semen.
Se dio vuelta y no conforme empezó a pasarme su lengua por todo mi pene limpiando y sacando hasta la última gota. Me chupaba como si no hubiera un mañana, mientras chupaba toco la entrada de mi ano haciéndome volar, pude sentir como mi erección se volvió a apoderar de mi .
La levanté, la tire en la cama con sus piernas en mis hombros la penetre por su vagina que estaba tan caliente por unos minutos ella me pido cabalgar y yo como todo caballero deje que se montará sobre mi. Está se movía con tanta energía hasta llegar al orgasmo podía sentir como sus jugos vaginales corrían por mi pelvis fue tan placentero que no pude evitar venirme una segunda vez dentro de su vagina.
Quedamos tendidos en la cama abrazados tan felices que nos dormimos desnudos.
Al día siguiente me desperté con unas ganas de que volviera a ser mi cumpleaños. Jajaja
Esto es algo 100% real seguiremos contándoles nuestros encuentros amorosos con mi esposa. Gracias por leer una de tantas noches especiales.
Recibo críticas constructivas es mi primera vez escribiendo.