Hace ya algún tiempo, me sucedió algo que literalmente pasó de la fantasía a la realidad, de tal forma que no podía creer que me estaba sucediendo. Resulta que, cerca de mi casa, donde vivía en aquel tiempo aun con mis padres, vivía una chica espectacular, cada día la veía al pasar cuando iba ella al gimnasio, o cuando pasaba frente a su casa y definitivamente es de esas chicas que es difícil no mirar: delgada cintura, el cabello de rulos y lo lucia con mucha personalidad, y un trasero perfecto, ¡que trasero! Grande y redondo, con las licras deportivas me dejaba hipnotizado.
Aunque me provocaba un montón de cosas, nunca me atrevía a decirle ni siquiera un piropo de esos superficiales, nada, es más, la miraba cuando ella no se percatara que lo hacía. La tenia agregada a mi Facebook y vi que un día colocó que le hicieran preguntas anónimas en una página que estaba como de moda en ese entonces, y me metí para preguntarle todo lo que se me pasaba por la mente, era bien entretenido pues me contestaba casi todo y lo que no me contestaba le decía a través de otras preguntas lo que creía que serían sus respuestas.
Ella me preguntaba que quien era y nunca le dije. Luego de eso le hablé por mensajes privados de Facebook y también congeniamos hasta que ella sospechó y me pregunto que si yo era su anónimo, me daba temor decirle que si, pero bueno, lo hice y fue súper bien, seguimos charlando hasta el punto que la conversación llego a ese tónico sexual, donde nunca me había imaginado poder estar.
Y es aquí donde viene la parte increíble, hablamos hasta el cansancio, casi todas las noches amanecíamos y ni siquiera nos pedimos nudes, todo fluyó y ella me fue mostrando y yo a ella, que delicia de senos tenía, no solo tenía un increíble trasero, se gastaba unos senos que provocaba devorarlos. En una de esas noches, ella me dice que le gustaría escuchar eso que le decía en su oído, sentirme cerca, y pues le dije que si podía ir a su casa, ella aún vivía con sus padres que eran bastante recatados así que acercarme hasta allá era un riesgo.
De igual forma fui, cuando llegué, ella abrió la puerta con mucho cuidado, pero no abrió la reja, yo salté a la pared del frente de la casa, y quedé separado de ella solo por la reja de la sala de estar, me dijo que no pida abrir porque sonaba y podían escuchar y se despertarían.
Ella andaba con una panty tipo cachetero azul que le quedaba de infarto y una franelilla también azul, con la reja en medio de nosotros nos besamos como pudimos, me dolía el cuello porque parecía contorsionista tratando de meterme por allí, mis manos recorrían su cintura y tuve que pasarlas por otro hueco más bajo de la reja para poder tocar su trasero, pensé que ella no dejaría que lo hiciera, pero lo apreté con fuerzas, era deliciosamente perfecto.
Ella se dio la vuelta y yo bajé un poco mi mono dejando salir mi pene que estaba a reventar y quedaba justo en medio de esas poderosas nalgas, que allí a fuerzas trataban de salirse de la reja de la casa, era extremo pues prácticamente si alguien hubiese pasado por la calle veía todo pues la pared de la calle era muy bajita.
Acaricié sus senos sobre la franelilla, bajé por su abdomen y cuando toqué sobre su vagina dio un saltito y quitó mi mano, se volteó, nos miramos y volvió a la misma posición, volví a tocar y estaba súper empapada, depilada, deliciosa, suave, una vagina perfecta. Mi pene estaba como mástil, ella con su mano lo tocó un poco torpe por lo de la reja y todo eso. Se dio la vuelta se agachó y sin dejarme pensarlo se lo metió a la boca, dándome una mamada que en pocos minutos pensé me sacaría toda la leche.
Le dije que esperara, la levanté, la miré a los ojos, no podía creerlo, me pellizqué a ver si era que estaba soñando, y escuchamos un ruido y me tuve que ir, ese fue nuestro primer encuentro.
Tengo muchas ganas de seguir contándoles, pero ya creo me extendí mucho, pronto les contaré, más de esta historia que lo más excitante es que es real.