I
Después que la vida nos separó a casi todos, hicimos la promesa de juntarnos, al menos, una vez al año. Elegimos el sábado siguiente a la semana santa. El lote lo conformábamos 15. Seis mujeres y 9 hombres. A las primeras juntas asistimos en pleno, pero con el correr de los años, por diversos motivos, nos juntábamos 7 de los 15, todos hombres.
De los 7, tenía contacto permanente con 5 y me juntaba a diario con 3. Con Edgar nunca congeniamos del todo por lo que al separarnos, solo nos veíamos en la junta anual y ahí casi ni compartíamos. Con todos los otros mantenía una cordial y sincera amistad.
Cuando el año de la junta coincidió con mis 30 años, esa tarde, Edgar no llegó solo. Prendida a su mano derecha traía consigo a una llamativa y sexy mujer. Parecía modelo. Alta, 1.73 (usaba tacos altos con los que casi llegaba al metro y ochenta centímetros), delgadamente curvilínea, prominente busto, estrecha la cintura, ligeramente anchas las caderas, proporcionado y redondo culo, estilizadas y largas piernas y bien cuidados y maquillados pies.
Cabello largo hasta la cintura, liso y negro como la noche. Escondía detrás de un perfecto bronceado color canela, una blanca y tersa piel. Ojos marrones, pequeña y fina nariz y un par de asombrosos y gruesos labios circundando una generosa boca. Asumí que sus mediadas andaban por los 90-60-80.
Vestía ajustados y negros jeans, un peto negro debajo de una corta polera fucsia corte campana, estrecha en los hombros, sin mangas ni escote, amplia abajo. Le llegaba hasta justo en medio entre los senos y el ombligo. Encima se cubría del frío con un amplio y largo abrigo, negro también.
Edgar: hola chicos… les presento a Francine, mi novia. Nos casaremos el próximo mes y por supuesto todos están invitados.
Todos: hola Francine…
Edgar: amor… para hacerla corta. El de rojo es el Truji, al de azul dile Zeta, al de blanco con pelo corto Rorro, al de celeste Marciano, al de negro, Guatón y al de blanco con pelo largo, Pollo (yo)…
Francine: -con un agradable y más grave que agudo tono- hola a cada uno… es un placer estar acá… Ed me ha hablado mucho de ustedes… gracias por recibirnos… pueden decirme Fran…
Zeta: nada de gracias señorita… vamos a bailar… con permiso Indio… -le dijo a Edgar al tiempo que tomaba de la mano a su novia y la conducía hasta el centro de la sala.-
Marciano: -ya bailaba la novia del Indio Edgar- oye indio… de dónde la sacaste?
Edgar: jejeje… es hermosa o no cabros…
Rorro: claramente que sí, amigo…
Truji: y cómo baila, amigo… me duelen las muelas de solo verla…
Yo: una diosa, indio… te felicito… pero por qué te casas tan rápido…
Edgar: porque estoy seguro que es la mujer de mi vida… es bella, simpática, inteligente, glamorosa y por si fuera poco todo lo anterior, tremendamente caliente… ¿qué más puedo pedir?
Marciano: nada, amigo… pero yo tendría cuidado con la combinación inteligente y caliente…
Yo: escúchalo indio… además… casi ni la conoces… pero qué sé yo…
Rorro: traten al menos de ocultar su envidia, cabros…
Todos: jajaja…
Esa junta la llevamos a cabo en un privado de un conocido bar que se encuentra en un segundo piso. Ciento veinte metros cuadrados cada habitación y eran cuatro, completa e igualmente equipadas.
Se accesaba a ellas por una escalera ubicada cruzando la cocina, en un pequeño patio de luz. Al subir los peldaños se ingresaba a un largo angosto y mal iluminado pasillo con dos puertas a cada lado. En cada una un número grande la identificaba.
Desde la entrada, a la izquierda, en toda la esquina, un inmenso TV adosado a la muralla. A casi tres metros, lo rodeaban dos sillones ubicados en diagonal uno enfrente del otro de 4 cuerpos con una pequeña mesa baja entre ellos.
Siempre a la izquierda en la esquina del fondo se podía apreciar la única puerta de la habitación además de la de ingreso. Conducía al baño. Antes de la pared del baño, había juegos de video, flippers o pin ball y lentes de realidad virtual. Justo al frente, en la otra esquina, había un bar con una barra para unas 10 personas y al medio de la habitación una hermosa y fina mesa de pool.
Por toda la pared entre el bar y la esquina superior derecha había tacos colgados y alacenas con juegos de bolas, talco y tiza. En la esquina derecha desde el umbral de la entrada, tras tres escalones se apreciaba un jacuzzi familiar con una capacidad de 8 personas. En síntesis, el lugar era a todo dar.
II
Fran resultó ser una estupenda e incansable bailarina conocedora de diversos estilos. Danzó por más de una hora. Después del Zeta, siguió el Guatón, su novio, el Truji, el Marciano, el Rorro y finalmente yo. Cuando llegó mi turno, estaba toda sudada, con el pelo tomado en una sensual cola de caballo, descalza y solo un delgado peto le cubría sus asombrosos senos.
Los dos primeros temas fueron sendos Rock’n roll, luego un par de salsas, otro par de bachatas para finalizar con dos baladas que danzamos muy juntos, moviéndonos cadenciosamente. Durante toda esa hora, ninguno de los presentes dejó de beber. Incluso la novia del indio Edgar, bebía a la par de todos nosotros, pero a diferencia de su hombre, transpiró el alcohol, por lo que si bien se encontraba ebria, no lo estaba tanto.
Mientras danzábamos, el Truji, el Guatón y el Marciano jugaban pool; mientras el Indio, el Zeta y el Rorro, bebían tequila a destajo sentados frente a la TV, viendo porno. Sin ir más lejos, cuando llegamos donde se encontraban, ambos notamos que Edgar estaba totalmente borracho tocándose la verga sobre la ropa. A Fran se le subieron los colores a la cara producto de la vergüenza, apretó mi mano y nos alejamos dirigiéndonos hacia los juegos electrónicos.
En el trayecto le comentaba lo diestro que era de niño en los Flipper’s, ofreciéndome como profesor si era necesario. Fran solo se rio todo el camino, mirando de cuando en cuando sobre su hombro a su desconocido novio. Comenzamos a jugar y como la ley de Murphy sí existe, las 4 primeras bolas se me pasaron casi sin tocarlas.
Fran disfrutaba tirándome bromas y pullas. Sin embargo, en la quinta y última bola todo fue distinto. Al poco, tenía la atención completa de la novia del Indio y cuando se prendió la luz que daba un juego si la apagaba, detuve la bola con el patín derecho y con el dorso de la otra mano secar el sudor que perlaba mi frente.
Fran: estás a punto de sacar un juego, Pollo… apuesto a que te quedas con el molde hecho…
Yo: -sin mirarla. Concentrado, pues si botaba las dos cartas que quedaban, obtenía el premio- si lo logro, qué me das?
Fran: serías dueño de un besito mío… en tu boca…
Yo: me parece… pero antes define besito… y tú qué esperas de mí si fracaso…
Fran: menos de 15 segundos es un besito… y si yo gano… esta fiesta no se acaba si no bailamos de nuevo rock’n roll…
Yo: acepto la apuesta… ahora deja concentrarme… -sin vacilar bajé el patín y dejé correr la bola hasta el punto adecuado. Entonces, levanté el patón, impulsando la plateada bola derecho hacia su objetivo, derribando ambos tarjet de una sola vez. Detuve la bola otra vez.- puedo cobrar mi apuesta una vez termine con esta bola?
Fran: -acercando uno de los varios pisos para tomar asiento al lado para seguir mirando.- no hay problema…
Seguí jugando. Dos veces con tres bolas al unísono. Acumulaba y acumulaba puntaje. Tanto así que al poco sonó el primer juego gratis por alcanzar determinada cantidad de puntos. Seguí botando cartas, surcando ramplas y pasadizos.
En tanto, Fran se levantaba de su lugar, apoyando sus senos sobre el borde del Pin ball, dejando marcas cada vez que los retiraba solo para ubicarlos en otro lado. Con el rabillo del ojo la observaba… con el paso del rato, miraba con menos frecuencia hacia el Indio. La última vez que lo hizo, su novio dormía en el suelo, al lado de los sofás orinado en el pantalón entre sus dos compipas, el Rorro y el Zeta. Agitó la cabeza como reprobando el comportamiento de su futuro esposo.
Fran: te puedo hacer una pregunta, Pollo…
Yo: por supuesto… dime –le dije sin dejar de jugar.
Fran: es frecuente este comportamiento en Edgard… o sea, la verdad nunca lo había visto así, pero tampoco nunca lo había visto con sus amigos… me da miedo que sea…
Yo: por qué me preguntas algo así… sabes que soy su amigo y por ello al menos no lo delataría…
Fran: te lo pregunto precisamente por la respuesta que me acabas de dar… Ed habla mucho del Zeta y el Rorro y de los otros, pero de ti, rara vez… debe ser por lo aparentemente petulante y evasivo que muestras… pero yo no he visto ni lo uno ni lo otro…
Yo: cuanto tiempo llevas con el Indio?
Fran: 8 meses…
Yo: y te quieres casar?
Fran: hasta ayer estaba más cerca del sí… pero ahora lo estoy dudando…
Yo: espera… me queda poco para el otro juego…
A la máquina se le encendieron todas sus luces justo en el momento que alcanzaba los números para el segundo y último juego por ese concepto. Solo quedaba sobrepasar el récord, pues en ese caso, eran 3 juegos de premio, pero a pesar de estar lejos aún, seguí.
Fran: -al fondo se escuchaban risas. Mantenía parada la bola en el patín derecho, apuntando a la rampla.- a que no botas la carta…
Yo: me conviene más lanzarla por la rampla central…
Fran: no lo creo… yo creo que es más fácil la rampla que las cartas con esa paleta y por eso tienes miedo de fallar frente a mí…
Yo: -mirándola a los ojos y senos alternativamente- acaso estás usando psicología inversa en mi contra, bandida? -sonrió como niña que ha sido descubierta con las manos en la masa.- qué me das si lo hago? Recuerda que ya me debes un besito en la boca de 15 segundos…
Fran: eso está pendiente… pero se hará… qué quieres tú?
Yo: que me muestres tus senos por 30 segundos…
Fran: por diez…
Yo: 20 y no peleamos…
Fran: que sean 20…
Yo: ¿en serio? O sea, genial…
Fran: y si fallas?
Yo: mmmmm… quedamos a mano… pero te aseguro que no lo haré…
Fran: me parece lo de quedar a mano… pero eso que no fallarás hay que verlo… tira de una vez…
Las únicas luces que salían de la esquina de los juegos electrónicos era precisamente la que ellos emanaban. Sin embargo, era suficiente para de cerca, ver con todo detalle. Los chicos jugaban entretenidos pool mientras el Zeta, ebrio, continuaba hipnotizado con la TV, viendo porno y el novio, embrutecido por el alcohol.
Una vez más me concentré antes de ejecutar el tiro. Las dos cartas volvieron a caer tras el certero impacto. Luego de un par de rebotes, logré controlar la bola. Levanté la vista y ella, sin preámbulo alguno, levantó su peto, dejando expuestos sus hermosos senos, proporcionadamente grandes y perfectos en sus formas.
Sus rosados, definidos e inhiestos pezones s estaban rodeados de breves e igualmente rosadas aureolas. El tiempo pasó y con ello, la bella y excitante mujer, volvió a cubrir sus pechos. Seguí jugando. De súbito se levantó y antes de partir, me dijo, -espérame aquí… vengo al tiro…- y qué creen… Seguí jugando…
III
Entró al baño y menos de un minuto después salía con su corta polera fucsia corte campana, estrecha en los hombros, sin mangas ni escote, amplia abajo que le llegaba hasta justo en medio entre los senos y el ombligo, pero sin su peto. Nuevamente tomó asiento para observar. Una vez más detuve la bola para analizar las posibilidades. Conté los bonos acumulados, miré mi puntaje y descubrí que lo había conseguido.
Fran: todavía te falta para el récord, Pollo…
Yo: -mirándola fijamente a los ojos- si lo paso me das ese besito, pero mostrándome tu calzoncito…
Fran: si pierdes todo queda en nada…
Yo: hecho…
Fran: por qué sigues mirándome sin tirar…
Yo: quiero ver cómo te sacas los jeans…
Fran: Tan seguro estás?
Yo: totalmente…
Fran: entonces no te importará saber que si pierdes serás mi esclavo hasta que me retire… deberás obedecer por humillante que sea, todo lo que te ordene hagas….
Yo: ok, pero ser esclavo por varias horas es mucho… si gano, te subes sin calzón al flipper’s y me dejas jugar con mi lengua en tu coño por medio minuto…
Fran: mmmm… me parece justo…
Entonces, la novia del indio se despojó con sensuales movimientos de sus jeans y tomó asiento, cruzando las piernas. Seguí jugando. Boté dos corridas de cartas, unas cuantas vueltas a las ramplas y por última vez, detuve la bola. Al levantar la vista, nuestras miradas de inmediato se encontraron.
Yo: -en susurros- si dejo pasar la bola y logro de todas formas el record serías mía por unos minutos??? Pero igual quiero ese beso que me debes antes…
Fran: jejeje… es tentadora tu oferta, pero y los demás… está el Ed también…
Yo: todos están en la suya… y tu novio está en otra dimensión… nadie está pendiente de nosotros… míralo tú misma… además… tan segura estás que vas a perder?
Fran: el problema que tengo es que quiero perder… -Entonces, dejé la bola pasar y la llamé…
Quedó entre el frente de la máquina y mi persona. Nos miramos intensamente. En ese momento no existía nada más que nosotros. Uno frente al otro, separados por centímetros. Entonces, ella cubrió la distancia que nos alejaba, fundiéndonos en un apasionado y sensual beso que definitivamente se prolongó por mucho más de lo previamente establecido.
Detrás, la máquina contaba los puntos de bonos acumulados y, al final, sonaban 3 juegos gratis cuando se sumaban los últimos activos y al mismo tiempo, tomaba a Fran de la cintura para dirigir el salto y dejarla sentada en el borde del aparato, justo cuando emergía la bola extra.
Con tierna impaciencia la despojé de su calzón. Ella, una vez expuesto su depilado coño, separó las piernas para recibir mi lengua tal y como estaba estipulado. En el instante antes de comenzar, la miré desde donde me encontraba. Miró por breves momentos hacia su dormido prometido y unió sus párpados.
Chupé, lamí y froté su clítoris por poco más de un par de minutos hasta que, repentinos temblores se apoderaron de su febril cuerpo, invadiéndola un repentino e intenso orgasmo. No me permitió tocarla, pero para relajarla la besé tiernamente por el cuello y rostro. Cedió.
Segundos después, de súbito y en una sucesión de rápidos y certeros movimientos, le introduje mis dedos corazón y anular en el coño e inicié, ipso facto, un fulminante sube y baja. Al principio presentó unos débiles amagues de resistencia, pero al poco, se dedicó solo a gozar, eyaculando poco menos de un minuto después.
Descansó con mis dedos en su coño por un par de segundos y volví al mismo frenético sube y baja que prontamente sumergió a la espectacular mujer de Edgar en una sucesión de eyaculaciones por otro par de minutos más.
En cuanto la solté, bajó de la máquina a duras penas. La ayudé a levantarse y terminé de desnudar. Luego, del brazo la di vuelta y, tomándola del pelo y las caderas penetré su empapado coño hasta el fondo de una sola estocada. Jalaba de su largo cabello como si estuviese domando a una yegua salvaje al tiempo que sacudía su coño con profundas y veloces embestidas.
Cada ciertas penetradas, la hacía caminar unos pasos hacia la mesa de pool. A medio camino se dio cuenta de mis intenciones y comenzó a resistirse a seguir la ruta trazada. Solo lograba uno o dos pasos tras potentes y vertiginosas folladas.
Fran: no… no… qué se supone que haces? Ahhh!
Yo: – bajaba la velocidad de la follada para hablar, pero la aumentaba repentinamente entre frases, acercándonos unos cuantos pasos más a la mesa.- Francine, cariño… eres tan hermosa… una modelo… confía en mí… y… tendrás… la… noche… de… tu… vida…
Fran: y qué hago con Ed?
Yo: a estas alturas, cariño es un detalle tu novio… pero solo para que te quedes tranquila… te prometo que él, nunca… lo… sabrá… -nos detuvo a medio metro de la meta el Guatón- Avíspate!!! –le dije.
IV
De una, mi compa sacó al aire su descomunal verga y en una cadena de coordinados movimientos el Guatón la tomó por las nalgas, alzándola, solo para, en vilo, clavarla en su descomunal verga y seguir a un ritmo similar, bajándola y subiéndola como si fuese una pesa liviana. Fran gozaba como poseída. De pronto abrió los ojos para mirar, esta vez sí por última vez, a su borracho novio.
No pasó mucho para que entre el Truji y el Marciano, la tomaron de los hombros y sin resistencia, dejó todo su peso en los brazos de mis amigos, recibiendo a cambio, chupadas, succionadas, lamidas y suaves mordidas en ambos senos al tiempo que el Guatón no cejaba en su intento de partirla en dos y yo por mi parte, taladraba su boca con saña. Fran jadeaba ahogadamente. Uno, dos, tres orgasmos sin pausa y la bella muñeca seguía recibiendo placer como si nada.
En tanto, el Zeta dormía embrutecido por el exceso de tequila a pocos metros de sus compadres el indio y el Rorro, igualmente ebrios. Husmeando, por accidente descubrí que desde la muralla, entre los sillones y los juegos electrónicos, se desprendía una cama de dos plazas tipo box spring lista para ser utilizada.
Una vez nos acomodamos con la novia de nuestro amigo al centro de la cama, la ubicamos en cuatro patas, para recibir miembro por la boca y el coño y con una verga en cada mano, todas al mismo tiempo.
Nos fuimos rotando cada par de minutos de posición. A la tercera oportunidad desde casi el comienzo de mi turno con su coño, con mi dedo índice, penetré, lentamente su ano. Al notarlo, el Truji soltó el seno izquierdo de Fran y comenzó a frotar su clítoris.
Mi tiempo acabó cuando ya l bombeaba a la par con el índice por el culo y mi rabo por el coño. El Truji, en cuanto me reemplazó siguió con el mismo tratamiento y después de él, el Marciano y después el Guatón hasta que me volvió a tocar.
Entre tanto, Fran se encontraba atrapada en una red de lujuria y lascivia que la mantenía de clímax en clímax, abandonada a lo que su cuerpo pudiese sentir. Justo cuando otro orgasmo la embargaba, de una sola vez le metí mi verga por su culo hasta el glande. Se quejó, pero continué considerada e insistentemente
Al final de mi turno ya le follaba con decisión su culo, misión que cada uno de mis amigos siguió con religiosa y obediente pulcritud. Dimos una vuelta más aforrándole por el culo. Conmigo iniciamos el turno final por lo que la follamos de a uno hasta acabar. Al cabo de taladrar su culo por casi 10 minutos, terminé eyaculando profusamente líquido seminal dentro de su respingado culo.
De ese modo y más o menos el mismo tiempo, se follaron a Fran el Truji, el Marciano y finalmente el Guatón. Éste último, la tomó exactamente igual que la primera vez, clavándole de espalda a él su vergota en su dilatado culo. Mientras gritaba como loca con la polla del Guatón, los demás, alternadamente, fuimos penetrándole el coño con los dedos, simulando una doble penetración.
Durante el último minuto y siendo doblemente follada, alcanzó un orgasmo permanente que le duró varios segundos después que el Guatón la dejara chorreando semen sobre la cama, desparramada.
Fran: -casi dos minutos después, habló.- oigan chicos… me han dado la follada de mi vida… todavía tengo la piel de gallina… que rico me siento… -miró la hora en su reloj de pulsera (10 minutos faltaban para la 1 am) se levantó y comenzó a hurgar por el lugar.-saben dónde quedó mi ropa chicos… -dijo, parada en medio de la habitación, los brazos en jarras, desnuda, despeinada y lujuria aún en la mirada-
Yo: para qué la quieres?
Fran: como que para qué la quiero… no me puedo ir desnuda…
Yo: en eso estamos de acuerdo, bella, pero aún no te irás así que no la necesitas… mejor ven para acá que esto recién comienza… quieres una ducha o prefieres seguir de inmediato…
Fran: pensé que se había terminado la fiesta… que rico… -dijo y se lanzó en una corta carrera que culminó tras un corto vuelo con su cuerpo en el medio de la cama. Acostada nos miró.- si me preguntan, quiero más… pero y si ese pastel se despierta?
Marciano: no se complique por eso, mijita… -todos le indicamos por señas que callara, pero continuó.- mira… esos tres antes o después, eso no importa, pues siempre terminan igual… el Indio es igual de borracho de lo que tú eres cachera… dicho de otro modo, los mata de trola despertarán en sus casas unas cuantas horas después del mediodía de mañana… así que no hay excusas para que me chupes la verga… -dijo acercándosela a la cara-.
Fran: -tomó el miembro flácido de Marciano tragándoselo entero, una, dos, tres veces, para luego hablar.- si les dijera que hasta hoy no me gustaba chuparlo… me creerían? –silencio- es cierto… tan cierto como que antes de hoy nunca me imaginé siendo follada por más de un hombre al mismo tiempo… y mírenme… estaré enferma? Soy una pervertida?
Yo: si quieres una respuesta rápida, es no y sí… no estás enferma y sí, eres una completa pervertida, pero al menos yo, no le veo nada de malo en serlo… te gustó? Te sientes culpable? –le chupaba la verga con afán cada vez que no hablaba.
Fran: siguiendo tu línea de respuestas… si y no…
V
No hubo necesidad de más arengas, los tres restantes nos abalanzamos sobre ella para chuparle todo. Menos de un minuto después de lamerle el cuerpo entero, el Guatón la alzó de frente a él, solo para penetrarla por el coño al tiempo que chupaba sus excitados senos .
Al cabo de unas cuantas embestidas, me acerqué por detrás de Fran y con decisión le incrusté, poco a poco, mi verga por su dilatado culo hasta que de pronto, toqué fondo. Momentos más tarde, nos follábamos coordinadamente a dos bandas a la novia del indio quien gritaba descontroladamente que le dieran más duro y más rápido.
Al igual que la vez anterior, por turnos nos servimos de a dos y a veces de a tres vergas a la bella y lujuriosa Francine, por lo que estuvo contenta, recibiendo polla y gritando como demente hasta que poco antes de las 4 am, pues nos avisaron que el local cerraría. Entonces, prontamente nos organizamos.
En efecto, luego de montar en un taxi al indio, al Zeta y al Rorro, los demás partiríamos a mi departamento donde continuaríamos con la bacanal solo si Fran estaba dispuesta a cumplir con una sencilla cláusula. La condición para subirse al automóvil fue que debía hacerlo desnuda a lo que accedió sin protestas ni dilaciones.
Durante el trayecto, sentada en el asiento del copiloto encima del Guatón, fue exhibiéndose gustosa a quien la viera mientras mi compa le masturbaba coño y culo, con sus ansiosos dedos. Sin ir más lejos, en los dos semáforos en rojo que nos tocó hubo alguien quien se deleitó por algunos segundos, manoseando sus excitados senos y le gustó.
Media hora más tarde, la novia del indio que desde esa noche quedó con la chapa de india, se comía las vergas del Guatón y el truji por el culo y el coño respectivamente entre sonoros y sentidos quejidos. A cada orgasmo de ella, la pareja de vergas cambiaba y así estuvimos hasta bien entrada la mañana. Despertamos a media tarde, comimos algo y la fuimos a dejar a su depto. Nos despedimos de beso en la boca y un papel con su número.
Fran: -fuera del auto apoyada en la ventana abierta- como yo lo veo, chicos, el asunto es así… si no me llaman al menos una vez al mes, le diré al Ed que ustedes me forzaron… qué les parece?
Guatón: -rara vez hablaba- en el mismo lugar… el mes que viene, el primer viernes, al siguiente mes, el primer jueves, al que sigue el primer miércoles y así… de ese modo no habrá un patrón sino hasta el décimo cuarto mes… ¿alguien entendió?
Fran: es un trato… los amo a todos… no me fallen… adiós…
Yo: -una vez en camino- oye Guatón… esa sí que fue una salida de choro… creo, cabros que se merece ser el primero en partirle el culo la siguiente vez a la Fran…
Todos: jajaja…
Marciano: -sentado detrás. El Truji dormía a su lado.- para dónde vas?
Yo: a reservar el local para el siguiente encuentro… cuándo era, Guatón?
Guatón: el primer viernes del siguiente mes…
Yo: mmmmm…
Marciano: en qué piensas, Pollo?
Yo: en lo mucho que falta para ese viernes… qué les parece que lo reservo para la semana que viene y para ese viernes?
Truji: -levantando la mano sin cambiar de posición.- me sumo…
Marciano: a qué te vas a sumar?
Truji: -irguiéndose.- a la idea de follarnos a la Fran el siguiente fin de semana… y que reservemos de una la siguiente reunión… pero agregaría, si ustedes me lo permiten, que nos la follemos al menos dos veces al mes y no solo una… por mí nos juntamos con ella una vez por semana…
VI
Nos miramos entre todos y solo contestamos riéndonos con forzadas ganas. Una vez en el local, nos reunimos con el dueño para negociar los términos del alquiler. Justo antes de cerrar el trato recibo una llamada de un número desconocido.
Yo: aló… con quien tengo el gusto?
Fran: hola bello… te llamo porque no puedo sacarte de la cabeza y acabo de hablar con Ed y se quedará con su mamá… y me preguntaba si estarías ocupado esta noche?
Yo: -a Fran- escucha con atención indiecita linda… -al dueño- oye Pepe si te pago la mitad de los días que reservé, me regalas esta tarde y noche el mismo cuarto…
El dueño: eres insoportable, Pollo maldito… de acuerdo… el cuarto es tuyo un segundo después de ver el depósito en mi cuenta…
Yo: pues anda a verlo porque mi compa Truji lo acaba de hacer… es evidente que el precio de no amigo incluye los tragos… -el dueño gesticuló en una mueca de asco- ¿al menos los tragos?
El dueño: ves que lo eres… está bien… supongo que lo de siempre, ¿cierto?
Marciano: eres el mejor, Pepe… el mejor…
Yo: -tras despedirnos de Pepe. Una vez más me dirijo al teléfono.- ¿Escuchaste?
Fran: fuerte y claro…
Yo: te voy a buscar?
Fran: solo si eso implica un viaje desnuda y sobre las piernas del Guatón, pero esta vez con su verga dentro de mí…
Yo: mmmm… no lo sé querida, ya conoces al Guatón… es medio tincado… y tú no le gustas para nada…
Fran: jajajaja… eres un tonto… ¿Vienes o no?
Yo: solo si dices que sí… no le cuentes a los cabros, pero arrendamos el local todos los jueves de aquí hasta fin de año… queremos verte más seguido, pero acordamos que esa frecuencia era la más sensata… aunque si fuera por mí, te vería todos los días…
Fran: haces que me sonroje, Pollito… acepto la oferta…
Yo: vamos por ti… te llamo cuando llegue…
Dos semanas después, por boca del Rorro, supimos que Fran le montó el show, al indio, de la novia indignada y avergonzada por su comportamiento. Asimismo, le condicionó el matrimonio, obligándolo a prometer que ella sería invitada a cada junta de amigos de ahí en adelante. Él, extrañado, pero feliz, aceptó sin pensarlo dos veces.
Por supuesto le dimos la despedida de soltero al novio y novia al mismo tiempo, sin que el indio se diera cuenta que eyaculó en los senos de su futura esposa de lo borracho que estaba. Sin embargo, ya pueden ostentar 5 años de feliz matrimonio, tiempo durante el cual nos convertimos en visitas frecuentes del indio, pues lo incluimos en nuestros martes de póker y jueves de Fifa y mortal kombat y (a solicitud de Fran) al sábado mensual de cine en grupo para después irnos a un bar a comentar la película.
Si les gustó, puedo contarles algunas de las mejores anécdotas que hemos vivido con la deliciosa y caliente esposa del indio. Como cuando casi nos sorprende el indio o cuando llegó sola un sábado de películas y nos fuimos a un motel a pasar el tiempo hasta la última función a la que asistimos y al notar que nuestras sospechas eran correctas, pues, solo nos encontrábamos nosotros en la sala (al menos fue así por un rato), continuamos lo que ya habíamos empezado tres horas antes.