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Con la novia de mi amigo
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Tiempo de lectura: 9 minutos

Antes de empezar con el relato los pondré en contexto, lo narrado pasó hace dos años y los nombres dados no son los reales porque nunca se sabe quién podría terminar leyendo este relato.

Soy un estudiante universitario de 24 años y debo reconocer que soy un tipo muy caliente que se la pasa mirando a mujeres de todas las edades como un pervertido pero siempre de manera disimulada, igual es el caso de mi mejor amigo Renato con el cual compartimos el gusto de mirar a nuestras compañeras de universidad, solo que yo soy más retraído y él no se corta ante nadie.

Mirando tetas y culos en la universidad fue que nos fijamos en Carolina, la gran protagonista de este relato, un mujeron de 24 años con un cuerpo de diosa. Es baja, mide más o menos 1,55 pero eso hace resaltar más sus escandalosas curvas, cabello moreno y blanca de piel, con unas tetas grandes y bien redondas lo que la hace ver algo rellenita, piernas con muslos bien grandes, caderas anchas y lo mejor de todo su cuerpo, un culo exquisitamente grande y bien redondo, de nalgas bien torneadas, de esos culos que se bambolean cuando camina y parecen que fuera a hacer explotar los pantalones, con esa hermosa forma de durazno tan rica. Todo un mujeron que acaparaba la mirada de todos en nuestra carrera universitaria.

El relato comienza cuando Renato conoce a Carolina por primera vez Resulta que yo ya conocía a Carolina, desde el primer día de universidad, éramos amigos no tan cercanos pero nos saludábamos cuando nos encontrábamos en la sede. Nos encontrábamos Renato y yo en nuestra rutina de pervertidos cuando Carolina se acerca a saludarme de un abrazo, enseguida mis ojos se posaron en sus tetones de manera disimulada antes de abrazarla, Renato no perdió el tiempo y también le hecho un ojo. Los presente y al marcharse miramos como su culazo se bamboleaba de un lado a otro atrapado en unos jeans, es tal el tamaño de su culo que los jeans se le llegaban a meter en la raja.

Desde ese momento Renato se obsesionó con que ella debía ser su novia y lo intento por todos los medios posibles pese a que ambos escuchamos advertencias de que su comportamiento como pareja no era normal, pero poco interés prestamos a esos comentarios y Renato consiguió que ella aceptara ser su novia. Debo aclarar que nunca me molesto ya que como dije yo era más retraído y nunca pensé en tener una relación con ella aunque debo admitir que siempre quise tener sexo con ella y más de una paja me había hecho en su nombre.

Pasaron los meses y Renato me contaba en múltiples ocasiones de los problemas que tenía con Carolina, de lo celosa que era y a veces lo errático de su actuar pese a lo exquisita que era y lo bueno que era el sexo, pero yo no mucho caso hacía más que darle algún que otro consejo. Un día después de clases me pidió el favor de ir a buscar algo al departamento de Carolina, donde se había estado quedando, porque no quería tener que ir. Al principio me negué, fue una mañana larga y no quería verme metido en medio de nada pero me rogo que por favor solo fuera a buscar la mochila con ropa que dejo al lado de la puerta y que si quería se la entregaba mañana.

A regañadientes termine aceptando y me dio su llave del departamento, fui camino al departamento de Carolina, intente llamarla y escribirle para avisarle pero no me contestaba. En el camino pensaba que como este tipo tenia de novia a tremenda mujer y a veces solo se quejaba, y yo que me la estaría follando día y noche. En fin, llegue a su departamento, toco el timbre pero nadie me responde, solo escuchaba música que sonaba a todo volumen así que decidí a abrir con la llave y si se molestaba ya me disculparía después y en eso cuando entro veo un espectáculo que no olvidare.

Carolina se encontraba desnuda en cuatro, apoyada en un sillón de cara a la puerta, sus tetas colgaban y se movían al ritmo de una follada y su enorme culo se encontraba levantado y parecía una enorme montaña de carne que se remecía como gelatina, atrás de ella un tipo con los ojos cerrados disfrutando de la follada de su vida. Yo me quede hipnotizado con la imagen mirando las tetas de Carolina saltar y ver esos pezones redondos, muy cafés y bien parados hasta que mire su cara y vi que me estaba mirando con una expresión de terror.

Casi doy un brinco pero ella rápidamente se lleva el debo a la boca y con horror en sus ojos me hace señales que me quede callado mientras el otro tipo se la seguía follando con los ojos cerrados. Entre en pánico y mire a todos lados hasta ver la mochila de mi amigo a un lado de la puerta, la tome y me fui de allí casi corriendo. En todo el trayecto a casa no podía dejar de pensar en Carolina desnuda y llegue a hacerme una paja magistral recordando esas tetas saltar.

Pasaron dos días y no le dije nada a mi amigo, me quede callado ya que me sentía cómplice de lo que había pasado ya que no vas y le dices a un amigo que viste a su novia en pelotas siendo follada por otro. Había tenido suerte de no toparme con Carolina pero ese día me vio a lo lejos y me llamo con urgencia llegando casi a correr para llegar a mi lado. Muy agitada me dijo que teníamos que hablar, estaba roja y su pecho subía y bajaba agitadamente haciendo mas notarias sus grandes tetas.

Yo le dije que por mí no se preocupara y que no quería nada que ver mientras intentaba irme pero me tomo del brazo y me dijo que fuera a su departamento esta tarde sin decirle a nadie, me hizo prometerlo y se marcha rápidamente agitando su culo al que no perdí de vista hasta que doblo en la esquina. En ese momento sin saber que pasaría, me dispuse a ir camino a su departamento después de clases mientras maldecía mi suerte, ya que no quería estar en medio de esta situación pero era mejor buscar alguna forma de librarme de esto.

Llegue a su departamento y me dejo entrar, intente disculparme y explicarle pero se puso a llorar pidiéndome que por favor no dijera nada, intente calmarla, le di un vaso con agua y más tranquila me conto que el tipo era un ex de ella y que como sabía que Renato le era infiel y que apenas la tocaba, me rogo no decir nada.

En esa situación y al verla así jure no decir nada y comencé a decirle que una mujer como ella no merecía un trato así, que era preciosa y no debía aguantar infidelidades. Carolina sonrió y me dijo que era muy lindo y que merecía una recompensa, dicho eso me dijo que iría al baño y ya volvía. Yo me quede en su sala mirando ese sillón donde la vi desnuda y enseguida me excite pero no tuve que recordar mucho más. Miro al pasillo al sentir que venía y Carolina y para mi sorpresa estaba desnuda, completamente desnuda.

Mire sus tetazas de frente esta vez, grandes, redondas, bien paradas con sus pezones marrones apuntándome, con la mirada baje pasando por su abdomen algo abultado con sus grandes caderas hasta que llegué a su coño, bien completamente depilado con sus rosados labios a la vista, mire sus voluptuosas piernas hasta llegar a sus pequeños pero ricos pies. Me quede con la boca abierta sin saber que decir, ella coquetamente se acercó a mí y me agarro mí ya notable erección al mismo tiempo que me daba un fuerte beso, me dijo que esta era mi recompensa por ser tan bueno guardando secretos.

Tartamudeando y demostrando mi estupidez intente negarme pero me dijo que sabía que siempre quise esto, que una mujer sabe cuándo un hombre le mira las tetas y el culo, yo no sabía que hacer hasta que me dijo que era mi decisión y que me esperaba en su habitación mientras se daba media vuelta. Al darse vuelta vi su gran culazo sin prenda que lo ocultara, grande y bien redondo, con una raja tremenda y con nalgas redondas, le dije que era riquísima mientras me lanzaba encima de ella a tocarle el culo.

Carolina sonrió al ver cómo me tenía, le agarre el culazo tocando sus enorme nalgas, su piel era tersa y suave, me agarro el pene por sobre el pantalón y dándose vuelta nos comimos a besos mientras yo con una mano no soltaba su culazo y con la otra agarraba una de sus tetas. Me llevo a su habitación y poniendo un pie en mi pecho me empujó hacia atrás, me bajo el pantalón y los bóxer haciendo que mi erecto pene rebotara como un resorte frente a ella.

Tomo mi pene y le dio un profundo beso en el glande haciendo que casi terminara ahí mismo, me miro con una cara de puta y me dijo que disfrutara mi recompensa y se metió de lleno mi pene a su boca. lo chupaba como una experta, sus labios estaban a lo largo de mi pene mientras que su lengua estaba en la punta de mi pene, con sus manos empezó a acariciarme los testículos y no pude aguantar mucho más, le dijo que me corría pero no se sacó mi pene de su boca y se tragó todo mi semen. Se sacó mi pene dándole besos al glande, yo me disculpe por acabar tan rápido pero Carolina me dijo que teníamos toda la tarde mientras se subía encima de mí.

Comencé a chuparle las tetas como si fuera un recién nacido, sus pezones eran deliciosos, con mis manos le acariciaba ese monumento de culo. Estuve un largo rato chupando sus tetas y me pidió que ya se lo metiera, y yo sin poder decir nada sentí como tomo mi pene y lo puso en su vagina sentándose casi de golpe, estaba mojadísima, empezamos con el mete y saca mientras yo miraba sus tetones rebotar y le decía lo rica que era. Le pedí darse la vuelta para follarla por detrás y ahí tuve su culazo para mí solo, enorme, le agarre sus escandalosos cachetes y puse mi cara en medio de ese culo, que ricura.

Procedí a metérselo por detrás mientras no dejaba de tocarle el culo, Carolina no paraba de gemir y yo no aguataba más, saque mi pene y acabe en su raja estrepitosamente. Me sonrió y nos besamos en su cama, me dijo que si me quedaba callado esto se repetiría y así comenzamos una relación secreta por un tiempo.

Durante los siguientes meses, Carolina y yo nos veíamos a espaldas de mi amigo teniendo sexo en muchas ocasiones pero solo sexo, ese era el trato al inicio. Renato no sospechaba nada y yo poco me metía en su relación, nos juntábamos a follar y listo, para mí era suficiente porque estaba teniendo el mejor sexo con tremenda mujer pero era consciente que sus problemas seguían y debíamos ser cuidadosos. No contare todos nuestros encuentros sexuales pero si los más morbosos que ocurrieron estando en la misma universidad.

En una ocasión recibí un mensaje de Carolina mientras estaba en clases, que me esperaba afuera. Era particularmente tarde ya que salíamos cuando casi ya estaba oscuro, al salir le conteste que iría al baño a lo que ella me respondió que me vería ahí, no supe que responder y entre al baño a orinar. Estaba vacío así que orine y al terminar veo a Carolina entrar y lanzarse encima mío, mientras nos comíamos a besos, me empezó a masturbar y me dijo que me haría la chupada de mi vida y bajo a chuparme el pene como nunca.

Termine acabando en su boca y después me dijo que era mi turno, se bajó el pantalón y me obligo a hacerle sexo oral, enseguida me puse a chupar sus labios vaginales y con mi lengua hacer que llegara a un orgasmo. Otro de nuestros encuentros fue al aire libre, ya que la universidad contaba con un gran campus y detrás del edificio más alejado había un espacio en forma de U vacío y con maleza. Carolina y yo nos estábamos besando a escondidas ahí y le pedí que por favor me dejara hacerle aquí mismo una de mis prácticas sexuales favoritas con ella, cuando no disponíamos de mucho tiempo le pedía que se bajara el pantalos y yo ponía mi pene en la raja de su exquisito culo y así me masturbaba hasta acabar.

Ella me dejo hacerlo y bajo sus pantalones dejándome ver ese gran culo, lo acaricie como si fuera la primera vez, manoseando sus nalgas y puse mi erecto pene justo en medio como si de un hot dog se tratara y comencé a masturbarme con sus cachetes mientras con mi mano acariciaba su coño. Carolina agitaba su tremendo culo de manera tan deliciosa que no aguante y acabe casi gritando, ella me hizo callar y me recordó que estábamos al aire libre. Mientras me recuperaba me miro y me dijo que se lo metiera aquí, saque un condón sin pensarlo y apenas me lo puse se le metí mi pene de golpe por detrás, Carolina gemía apenas contenía sus gemidos mientras que con mis manos saque sus tetas de su polera y las amasaba y así semi desnudos y a la posible vista de alumnos y autos acabamos ambos debido a la excitación de hacerlo afuera.

Carolina era sexualmente muy activa y poco era lo que no hacíamos y así poco a poco nos fuimos comunicando más así que en el transcurso del año termino con mi amigo y nos seguimos viendo pero esta vez compartiendo cada vez más y las cosas precian que se pondrían más serias pero para mí era solo sexo, pero al parecer para ella se tornó algo más y comenzaron conductas de celos bastante cuestionables, recibía números mensajes de texto de ella controlando donde estaba y mensajes de voz de ella muy enojada si no respondía.

Debí alejarme en ese momento o hacer oficial la relación pero había comenzado un nuevo ramo y conocí a otra chica que me atraía fuertemente, intercambiamos números y parecía que me iría bien, lo de Carolina para mi eran solo cosas de amigos que follan y eso llevo las cosas a su final.

A finales de año estaba en el departamento de Carolina dándome una ducha después de otra sesión de rico sexo, salí con ganas de más así que desnudo fui a buscarla y me encontré con su redondo y grande culo a la vista ya que se encontraba de rodillas en la cama, me acerque por detrás a tocarle el culo pero agresivamente me rechazo.

Tenía mi celular en mano y descubrió mis mensajes con la otra chica, me empezó a gritar recriminándome esto, me dijo que se suponía que esto se estaba volviendo serio y que ella se había abierto plenamente a mí. Ella estando desnuda sus tetas se movía de un lado para otro así que poca atención preste mientras decía disculpas intentando mirarla a la cara. Le dije que se calmara, la tome por los brazos para hacer que se sentara, le dije que nosotros éramos amigos antes que todo y eso pareció enojarla de sobremanera, cometí el error de acercarme más para intentar que nos sentáramos a conversar y… me dio un rodillazo en los testículos. Me enterró la rodilla en la entrepierna y como estaba desnudo sin problema le dio a mis dos bolas y me las mando a la garganta del golpe, solo pude agarrarme los adoloridos testículos y me caí de rodillas al piso.

La quise insultar pero solo me salían gemidos del dolor. Me quede de rodillas en unos de los momentos más humillantes de mi vida y solo viendo sus pies escuche como me decía que no quería verme más, que me olvidara de ella y que apenas me pudiera parar me quería fuera de su departamento.

No sé cuánto estuve ahí desnudo con los huevos revueltos pero apenas me pude mover me vestí y salí, no tenía ganas de decir más y la verdad es que el golpe me había dejado destrozado.

No hablamos por meses y tenía miedo de encontrármela en la universidad y que hiciera otro escándalo pero después de meses tuvimos otro encuentro que tal vez cuente por aquí, pero por ese momento toda relación había acabado.

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